La Última Morada - Zona Prohi...

By WynegS

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Una bella y joven extraterrestre ha arribado a la Tierra, quedando varada en pleno Amazonas. Por otra parte... More

Capitulo 1.1 - Ellos realmente llegaron
Capítulo 1.2 - Amazonas
Capítulo 2.1 - Ocultamiento de información
Capítulo 2.2 - Segundo contacto
Capítulo 3.1 - Ceguera
Capítulo 3.2 - Cotidianeidad
Capítulo 4.1 - Capturado
Capítulo 4.2 - Resurgiendo de entre las sombras
Capítulo 5.1 - Conociéndonos
Capítulo 5.2 - Código malicioso
Capítulo 6 - Reinicio
Capítulo 7.1 - Búsqueda infructuosa
Capítulo 7.2 - Plan entre amigos
Capítulo 8.1 - Hallazgos extraterrestres
Capítulo 8.2 - Entrenamiento productivo
Capítulo 9 - Mímesis parcial
Capítulo 10.1 - Economía para principiantes
Capítulo 10.2 - Puja
Capítulo 11 - Los traidores de Ioss
Capítulo 12.1 - Los verdaderos traidores de Ioss
Capítulo 12.2 - Preparativos antes del viaje
Capítulo 13 - La noche más larga
Capítulo 14.2 - Juicio mundial
Capítulo 14.3 - (Nuestro) Final

Capítulo 14.1 - Otra perspectiva

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By WynegS

Kevin Knight escuchaba lejanos sonidos, gente quejándose, gritos, disparos al aire, retín de casquillos estrellándose en el piso. Su cabeza retumbaba, estaba desorientado, aturdido. Su cuerpo no respondía, estaba entumecido... Fue arrastrado hacía una pared por sus camaradas, intentó balbucear algo, su mirada se oscureció completamente, le retiraron los lentes de visión nocturna. Escuchó más gritos y ráfagas de metralla... Vio a su abuelo aproximándose a él, iluminándole con una linterna, estaba tomándole el pulso y se puso de pie junto a él al terminar. Estaba todo oscuro. A ratos veía luces apuntando en diversas direcciones, los disparos iluminaban por poco tiempo los oscuros pasillos de la invadida base, pero no veía a sus enemigos... Silencio total... Las paredes retumbaban, algo las golpeaba fuertemente. Escuchó algo azotándose en el piso, algo reventándose como una jugosa y espesa fruta. 

Como alguien despertando de improviso, Kevin estaba más repuesto, su cuerpo obedecía sus mandatos nuevamente. Le dolía su nuca, había sido golpeado por su propio casco, debido a su corto cuello. De haber recibido directa y correctamente el impacto, estaría inconsciente como sus camaradas que reposaban aún en el piso. Escuchó como movilizaban la cúpula metálica, arrastrándola con varios vehículos a máxima velocidad, colando parte de la luz que entraba por el galpón en la superficie de la base. Buscó con su vista a su abuelo, encontrándolo con rostro de espanto, divisando a una muchacha, quien tenía la cabeza del RBS en sus manos, desarmándola. 

Era la segunda vez que veía al RBS, con su musculatura sintética de marcado color azul cubierta por una gruesa fascia artificial, un polímero creado en laboratorio para cumplir la función de envolver los músculos del ciborg tal cual haría una dermis. La muchacha portaba la cabeza del RBS, compuesta de miles de pequeñas cámaras, capaces de observar todo su entorno, proporcionando una visión panorámica; fuera de frente, de costados, desde arriba o desde atrás. Eran las 6:01 de la madrugada.

- ¡Ella debe ser la invasora! - pensó Kevin, sacando una granada de mano de su chaleco, lanzándola a la muchacha mientras observaba a trasluz la neurona de Tofalos-Smith.

Miguel, en una reacción casi innata, salió corriendo de su escondite hacia el objeto recién lanzado, interceptándolo con su mano derecha, a mitad de la distancia de la que se encontraba Imh, quien abrió los ojos, extendiendo sus manos hacia Miguel, gritando su nombre.

- ¡Miguel! - gritó Imh, dejando caer la neurona al piso, intentando correr hacia el muchacho. 

Miguel apretó la granada con todas sus fuerzas, precipitándose al piso por un tropiezo que terminó con su carrera. Antes de hacer contacto con el suelo, en menos de un segundo, el artefacto detonó en la extremidad del muchacho, destruyéndola completamente. La explosión lanzó esquirlas en diferentes direcciones, hiriendo también a algunos de los soldados inconscientes, de forma leve. 

Waterstone reaccionó después de la explosión, dirigiendo su mirada en dirección a su nieto, quien se estaba incorporando del lugar en que reposaba. Imh corrió a ayudar a su amigo, cortando completamente los impulsos nerviosos asociados a la herida, desvaneciendo el dolor de la extremidad destrozada. En ese mismo momento, todos los soldados que luchaban por abrir la cúpula metálica llegaron al lugar de la batalla, desenfundando sus armas, apuntando a los jóvenes invasores, dispuestos a dispararles si las órdenes del comandante Waterstone eran esas.

- ¡No, no disparen, debo revisar a Miguel! - gritó Imh en inglés, sorprendiendo al traumatizado muchacho y a los soldados que les apuntaban con sus armas.

- ¿Sabes hablar inglés?, ¿desde cuándo? - preguntó Miguel, sin dolor alguno por la rápida reacción de Imh, sintiéndose engañado.

- ¿Te preocupas por eso momentos después de perder una mano y estar desangrándote? - preguntó Imh a Miguel, mientras agarraba la extremidad desgarrada, comprimiéndola.

- ¡No disparen, no abran fuego, pero no dejen de apuntarles! - mandó Waterstone, tomando nuevamente el mando de la situación.

- ¡Debo detener su hemorragia, sacaré una botella con un compuesto que tengo en mi espalda, no estoy armada, no malinterpreten mis movimientos! - exclamó Imh, sacando la botella con gel carbono-proteico con lentos y pausados movimientos, mostrando el recipiente a los soldados y al comandante.

- Y sigues hablando en inglés, me hiciste pasar vergüenzas para reírte de mí, ¿cierto...? No me duele nada, pero me está dando frío, Imh - comunicó Miguel, mientras la muchacha trataba la hemorragia con el gel, deteniendo el profuso sangrado, cicatrizándola artificialmente en segundos.

- ¡Idiota! Eso no es importante, no hablé antes en inglés para que pudieras practicar lo que te enseñaron en la universidad. Aprendí el idioma paralelamente al español, cuando decodifique los programas de tu computadora. Déjame revisar tu tobillo, con la caída se te dislocó - susurró Imh en español, golpeando suavemente la cabeza del muchacho con el puño cerrado.

Imh tomó el control de los kozou en el interior de Miguel, dirigiéndolos a la extremidad torcida y rodeando con estos la zona -como si fuera una especie de fina malla molecular- mostrándole el daño tal cual haría un análisis de rayos X, como si la pierna del muchacho se trasparentara, dejando ver el hueso descubierto.

- Mira hacia otro lado, no te dolerá, pero no quiero traumarte más de la cuenta - mandó Imh, tironeando la extremidad de Miguel, volviéndola a su posición original y correcta.

- ¡Auch! - reclamó Miguel, al presenciar el aparatoso movimiento de su tobillo.

- No reclames, ni siquiera te dolió, recuerda que bloqueé todas esas señales - acotó Imh, con una sonrisa.

- ¡Están rodeados, ríndanse! - exclamó Waterstone, advirtiendo a los muchachos, viendo que el tratamiento ya había sido aplicado.

- No debiste interceptar la granada, Miguel. Sabía que venía hacia mí, iba a lanzarla lejos para que no dañara a nadie - comunicó Imh a Miguel, mentalmente, levantando los brazos ante las armas de los militares.

- Pero... es que te vi tan desconcentrada mirando eso que encontraste dentro del robot, que pensé que no estabas utilizando la visión electromagnética - respondió Miguel, mentalmente, notando que sacrificó una mano y casi su vida por nada.

- Aprésenlos y enciérrenlos con el otro extraterrestre, luego los interrogaremos - mandó Waterstone, apuntando a los invasores.

- ¡No tan rápido, señor! - exclamó Imh en inglés, sin bajar sus brazos, ganándose la atención del comandante.

Los soldados estaban inquietos por la situación. Veían a sus compañeros desvanecidos en el suelo, sin reacción, como muertos; todo por causa de esos dos jóvenes. Era una situación crispante y el grito de la muchacha no ayudó a apaciguar los encendidos ánimos de los jóvenes militares.

- ¿Qué sucede, jovencita? - preguntó Waterstone, ayudando a algunos soldados que habían recuperado la consciencia a reincorporarse.

- Primero; Miguel no es extraterrestre, él es un humano entrenado por mí. Segundo; los que están rodeados son ustedes, no nosotros, no pueden apresarnos - aclaró Imh, arrancando una carcajada del comandante.

- ¿Sí? Porque no veo a nadie apuntándonos con armas, esos son ustedes. No se resistan, no pueden escapar - respondió Waterstone, enviando nuevamente a sus soldados para que los apresaran.

- No, entendió mal mis palabras, le explicaré mejor ahora.

Imh no sólo estaba enlazada al satélite de la ex base de Sonora, sino que también estaba comunicada con todos los artefactos electrónicos infectados con el código de Neilaress, pudiendo contactarse con ellos mediante video, audio y texto. La muchacha utilizó esa puerta de entrada a los aparatos para trasmitir a nivel mundial la situación en la que se encontraba, mostrando al mundo entero y en dos idiomas todo lo que estaba sucediendo.

- Buenos días, habitantes de la Tierra. Mi nombre es Imh, provengo del planeta Ioss, soy una extraterrestre. Llegué a la Tierra el lunes 05 de enero de 2015, después de accidentar mi nave contra un vehículo experimental del gobierno de los Estados Unidos de América, cuando realizábamos una expedición en búsqueda de un planeta con condiciones de habitabilidad para mi raza. Para mi suerte, sobreviví a la catástrofe del accidente, saliendo despedida de mi artefacto espacial, dejando atrás a dos de mis camaradas, uno de los cuales falleció por causa del siniestro. Luego de meses de planeamiento, logré infiltrarme en una base militar de los Estados Unidos gracias a la ayuda de mi amigo humano, Miguel. En esta base mantienen cautivo a Neilaress, mi camarada sobreviviente, al que vinimos a rescatar. Como pueden ver, hemos luchado contra los militares por varias horas, sin víctimas fatales, noqueando a todos nuestros contrincantes, valiéndonos de la oscuridad de la noche. Lamentablemente, Miguel se sacrificó por mí, salvándome de una explosión de una granada de mano, perdiendo una de sus extremidades por su loable actitud. Él está débil, pero estable, su vida no corre peligro - narró Imh en inglés, traduciendo simultáneamente al español sus palabras en el cerebro de Miguel y en los dispositivos contactados según su zona geográfica, mirando todos los alrededores de la base y a los militares que les apuntaban, estupefactos por la narración de la muchacha.

- ¿Este es el plan C? - preguntó Miguel, hablando lentamente por sus injurias.

- No, este es el plan D - respondió Imh, siguiendo con la narración.

- ¿Qué estás haciendo? - preguntó Waterstone, sintiéndose presionado por las palabras dichas por Imh.

- Estoy trasmitiendo todo lo que digo y veo a través de su satélite, a todo el mundo, con audio español e inglés y subtítulos en los mismos idiomas para la gente con sordera - respondió Imh al comandante, con total naturalidad.

Todas las trasmisiones oficiales de todos los medios audiovisuales fueron alteradas, transformando la imagen del Imh flameante en una pequeña pantalla, que creció hasta cubrir todo el espacio visual de los televisores, computadores y celulares; con una imagen de la muchacha como avatar, como si fuera una reportera trasmitiendo una noticia, mostrando los hechos. Muy poca gente llegó a pensar que se trataba de una broma a gran escala, todos estaban viendo lo mismo, algunos con un poco de retraso por la velocidad del internet, escuchando o leyendo las palabras que se intercambiaban en el subterráneo de la ex base de Sonora. Se trataba de un tema serio. 

Una verdadera extraterrestre estaba comunicándose con todo el planeta, la primera hasta ahora, pidiendo ayuda para no ser apresada por los militares estadounidenses, exponiendo su existencia a todos. Las redes sociales reventaron, publicándose miles de millones de entradas relacionadas al evento que estaba sucediendo, exigiendo a Estados Unidos dejar libres a los muchachos. No importaba la hora de la localidad, todos hablaban de lo mismo, pendientes al desarrollo de la trasmisión. Mirta también estaba viendo la televisión -ya que Imh habló con ella por teléfono minutos antes de comenzar la trasmisión, avisándole de esta-, acompañada de Daniela, Rolando y Sulfito, acurrucados todos por el frío. 

En diversos países, jóvenes salieron a las calles a protestar, dirigiéndose a las embajadas de los Estados Unidos con improvisadas pancartas, ante las desconcertadas miradas de los diplomáticos y políticos presentes. Los superiores del comandante Waterstone también observaban la trasmisión desde la ex base de Sonora y estaban deseosos de obtener explicaciones.

- No sigas, cállate - ordenó Waterstone, abalanzándose sobre la muchacha, tapando su boca.

- No es necesario que lo verbalice, señor - dijo Imh mentalmente, siguiendo con la narración, sin oponer resistencia al comandante. Invoco e insto a la presencia de todos los gobiernos mundiales y organizaciones de paz como la ONU a que presionen al gobierno de Estados Unidos para que no nos priven de nuestra libertad. No somos seres hostiles, necesitamos de su ayuda ahora y estamos dispuestos a sentarnos como seres civilizados para que puedan juzgarnos justamente. 

Los temblorosos soldados que apuntaban a Imh escucharon un débil sonido saliendo de sus radios, oyendo las palabras de la muchacha con impecable idioma inglés, a pesar de que el comandante Waterstone la tenía aprisionada para que no hablara.

- ¿Seguiste trasmitiendo tus palabras con tu mente? - preguntó el comandante, soltando a Imh al escuchar su voz en su radio personal.

- Obviamente. Ahora ustedes están rodeados, todo el mundo está enfocado en este punto del planeta, creo que ya han comenzado a movilizarse - respondió Imh, con una sonrisa representando su victoria.

Waterstone estaba descolocado, no sabiendo cómo afrontar el escenario, dándose por vencido ante la jugada de Imh, reconociendo la ventaja estratégica de esta. No creyó que todo fuera real hasta que recibió una llamada de sus superiores en su teléfono personal, preguntándole que significaba todo eso. La trasmisión fue efectiva, no estaba tomándoles el pelo, estaban derrotados.

- Tú ganas, niña... ¿Qué habrías hecho si el mundo no hubiera creído tus palabras? - preguntó el comandante, mandando a sus soldados dejar de apuntar a los jóvenes, sentándose en el piso de la base.

- Fácil, después de acceder al satélite y las computadoras de la base de Sonora, obtuve varios planos e instrucciones de armas secretas en desarrollo. Les habría amenazado con ofrecer toda esa información a los países contrincantes de Estados Unidos para ganar nuestra libertad.

- Entiendo. No podemos hacer nada ahora, estamos en manos de todo el mundo, ya no hay secretos en esto. No debe quedar persona en el mundo que no sepa que, finalmente, hay extraterrestres inteligentes en la Tierra y que capturamos a uno en esta base secreta. Las organizaciones encargadas de los derechos humanos y la paz intervendrán seguramente por ustedes, no hay razones para mantenerlos encerrados aquí. No son de los Estados Unidos, ahora son del mundo entero - expresó Waterstone, aceptando la derrota.

- Fue una medida desesperada, no era mi intención exponerme de ese modo, estaba cómoda pasando por una terrícola más. Nuestro plan inicial era entrar y salir de la base, sin batallar con nadie, valiéndonos de la oscuridad para movilizarnos. Después correríamos hasta el océano para nadar a algún lugar de la costa de México, mezclándonos con los lugareños y volviendo a Chile corriendo por el continente sudamericano - dijo Imh, comunicándole al comandante lo que planeó y no logró concretar. 

- Ya veo. Con respecto a los proyectos secretos con los que pensabas amenazarnos...

- Lo sé, los eliminaré de mi cabeza apenas nos vayamos de aquí, tiene mi palabra. Por cierto, mi nombre es Imh, del planeta Ioss - aclaró Imh, saludando posteriormente al comandante.

- John Waterstone y, como debes saber, soy de la Tierra - respondió el comandante, sonriendo melancólicamente.

Imh tenía razón. Mientras la muchacha conversaba con el comandante, diversos vehículos de distintos países se dirigían a la ex base de Sonora, trasportando a personajes diplomáticos que intercederían por los muchachos, pidiendo su liberación. Antes de la llegada de estos, liberaron a Neilaress de su prisión a las 7 de la madrugada, encontrándose con sus rescatistas que lucharon por largas horas por lograr esa meta en el exterior de la ex base, bajo el sol matutino. Imh habló con su camarada mentalmente, pidiéndole que esperara para que aprendiera los dos idiomas que ella pudo aprender en los últimos meses.

- Mmmm... Mi, na, mi. Ahora sí. Buenos días, Miguel. Gracias por ayudar a Imh a salvarme de esta celda, no tienes que contarme nada, ya me actualizaron con todo lo pasado en los últimos meses y horas - expresó Neilaress en correcto español, como si fuera su idioma nativo.

- Buenos días, Neilaress. Es un gusto conocerte - respondió Miguel, extendiendo su mano izquierda para saludarlo, sorprendido por el poco tiempo que le tomó acostumbrarse al idioma español.

- Podrían haberme avisado que me quedaría sin fuente de oxígeno, tuve que recircular el aire por muchos minutos... Espérenme un poco, quiero hablar con ese militar antes de que nos vayamos - pidió Neilaress, apuntando al comandante, después de saludar a Miguel.

- Es alto Neilaress, ¿Estas segura que necesitábamos rescatarlo? Además, no recordaba bien su rostro cuando me mostraste tu llegada a la tierra - denotó Miguel, sintiéndose pequeño al lado del recién rescatado extraterrestre.

- Él eligió crecer hasta ese tamaño, pero lo compensa con su duro trabajo por el bienestar de Ioss - contestó Imh, viendo alejarse a su camarada.

- ¿Eligió? Qué envidia, acá en la Tierra estas atado a los genes de tus padres en términos de crecimiento y otras cosas.

- No todo es genes en la vida, Miguel. No en la Tierra ni en Ioss.

Imh se quedó con Miguel, cuidando sus heridas, comenzando las reparaciones del muñón del muchacho, mientras recuperaba los kozou de las botellas de gel carbono-proteico derramadas y buscaba la neurona de Tofalos-Smith, quien hace rato había salido de su escondite para ir a enfrentar a la muchacha personalmente, deteniéndose al ver que nadie hacía nada contra los invasores. Neilaress se aproximó a Waterstone, sentándose al lado de este, iniciando una conversación en el idioma del militar.

- Buenos días, señor. Según los conocimientos que recién adquirí de mi compañera, usted es un militar, ¿cierto? Mi nombre es Neilaress - dijo el joven extraterrestre, extendiendo la mano al comandante.

- Buenos días, muchacho. Mi nombre es John Waterstone, el comandante de esta base. ¿Cómo puedes aprender un idioma completo tan fácilmente? - preguntó el viejo, respondiendo al saludo de Neilaress.

- No es mérito mío. Imh estuvo todos estos meses libre, en un país llamado Chile. Allí conoció al joven Miguel, quien le ayudó a llegar hasta acá. Primero aprendió el idioma español, luego -mientras aprendía el lenguaje de las computadoras- aprendió el inglés. Ahora, hace pocos minutos, me entregó toda la información que recabó estos últimos meses.

- ¿Vía inalámbrica, con esa bola metálica en tu cabeza? - preguntó el comandante, uniendo los cabos sueltos, entendiendo todo ahora.

- Sí, los llamamos kozou, y no es una bola metálica, son nano-maquinas. Se deben haber aglomerado en el cerebro de Kreneo cuando le hicieron la autopsia, generalmente trabajan paralela y sinérgicamente con nuestro sistema nervioso central.

- ¿Cómo te enteraste de eso?

- Era obvio. Imh me contó que utilizaron su esqueleto como base para el ciborg.

- Así fue, perdón por eso - dijo Waterstone, en modo de disculpa, mirando el cuerpo del RBS decapitado.

- No se preocupe, no sentimos eso como una profanación de algo. De hecho, nuestros cuerpos muertos son reciclados para crear otros nuevos. Kreneo volverá a vivir. 

- ¡¿Qué?! - exclamó el comandante, mirando al rostro de Neilaress.

- Déjeme contarle la historia de mi planeta, Ioss.

Neilaress y Waterstone hablaron por casi una hora y media, tiempo en el cual llegaron los primeros helicópteros de diferentes organizaciones y gobiernos. El primero en llegar fue el presidente de México, luego llegaron miembros de la ONU con diplomáticos de Chile, pidiendo por la libertad de Miguel y los extraterrestres. El tema estaba zanjado. Los invasores se irían a las instalaciones de las naciones unidas, para tratar sus heridas y para luego ser interrogados. El destino de Miguel sería distinto, sería deportado a su país inmediatamente, vetándole la entrada a la nación del norte, evitando así su enjuiciamiento por las autoridades de ese país. 

El oficial técnico Walles salió al exterior de la base después de escuchar el discurso de Imh, hablando un rato con ella, volviendo al interior de su laboratorio para traer los kozou cerebrales de Kreneo y devolvérselos a la extraterrestre. 

Imh ayudó al debilitado Miguel a subir en el helicóptero de la ONU que los esperaba para salir del lugar -abordándolo detrás de él-, dirigiéndose a su sede en Nueva York, donde le esperaban las otras autoridades. Neilaress fue el último en abordar la nave, dedicándole unas palabras al comandante.

- ¡Comandante Waterstone!, ¡Usted es un buen tipo, hoy no hizo nada mal, cuidó a cada uno de sus soldados de igual manera que hizo con su nieto!, ¡No creo que lo degraden de su cargo, su carrera no ha terminado aún!, ¡Cuide a Kevin! - gritó Neilaress, para superar el ruido de las hélices del helicóptero que estaba abordando.

Waterstone respondió asintiendo con su cabeza, tapándose los ojos para evitar el polvo levantado por el artefacto volador, agitando su mano para despedirse de los muchachos.

- ¿Quién lo pensaría? Un chiquillo con más milenios en el cuerpo que yo, virtualmente inmortal, proveniente de un lejano planeta. No somos nada, no sabemos nada... - susurró Waterstone, pateando una piedra del desierto, reingresando al recinto para cuidar a los soldados derrotados en combate cuerpo a cuerpo y reestablecer el orden de la base.

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