Once in a lifetime (Je suis p...

Por LyraKetesh

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Bill Trümper Kaulitz (19 años): año 2010, es un joven estudiante de medicina que quiere seguir los pasos de... Más

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Caspitulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36, alternativo 29
Capítulo 37, alternativo 30
Capítulo 38, alternativo 31
Capítulo 39, alternativo 32
Capítulo 40, alternativo 33
Capítulo 41, alternativo 34
Capítulo 42, alternativo 35
Capítulo 43, alternativo 36
Capítulo 44, alternativo 37
Capítulo 45, alternativo 38
Capítulo 46, alternativo 39
Capítulo 47, alternativo 40
Capítulo 48, alternativo 41
Capítulo 49, alternativo 42
Capítulo 50, alternativo 43
Capítulo 51, alternativo 44
Capítulo 52, alternativo 45
Capítulo 53, alternativo 46
Capítulo 54, alternativo 47
Capítulo 55, alternativo 48
Capítulo 56, alternativo 49
Capítulo 57, alternativo 50
Capítulo 58, alternativo 51
Capítulo 59, alternativo 52
Capítulo 60, alternativo 53
Capítulo 61, alternativo 54
Capítulo 62, alternativo 55
Capítulo 63, alternativo 56
Capítulo 64, alternativo 57
Capítulo 65, alternativo 58
Capítulo 66, alternativo 59
Capítulo 67, alternativo 60

Capitulo 10

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Por LyraKetesh


Salió de la cocina y se dirigió al establo. Por el camino podía escuchar como un caballo relinchaba y se imaginó que sería la yegua que Thomas estaría domando.

Se acercó con sigilo, para poder espiarle en su trabajo. Le encontró en un cercado llevando a la mencionada yegua de una cuerda, al parecer estaba cansada y hacía todo lo que Thomas le pedía.

Se apoyó suspirando en la valla, escuchándole susurrar en gaélico a la yegua. Sonrió suspirando, no entendía nada pero le gustaba escuchar esa lengua.

Le daba la espalda, y Bill aprovechó para hacerle un buen repaso de arriba abajo. Vestía solo una camisa blanca, un kilt y botas altas, por las que asomaba el borde de unos calcetines de lana.

El pelo lo tenía semirecogido, pero con el esfuerzo de domar a la yegua varios mechones se le habían soltado y le escuchaba resoplar para echárselos a un lado cuando le molestaban.

No se dio cuenta que Thomas había dado media vuelta y le había descubierto mirándole embobado, con una amplia sonrisa en sus labios. Sonrió él también, no podía negar que Bill tenía su atractivo.

— ¿Qué tal el día?—preguntó yendo a su encuentro.

Bill carraspeó y se aferró a la cesta que llevaba.

—Te traigo el almuerzo—explicó—Tu madre me ha pedido que así lo hiciera y cambiase tu vendaje.

Thomas asintió en silencio y primero dejó a la yegua en manos de un chico de unos 15 años que le había estado ayudando. Una vez más, Bill escuchó como hablaban en gaélico y por más que quiso poner atención, no captó ninguna palabra que pudiera tener para él significado alguno.

—Vayamos al establo—dijo de repente Thomas señalándoselo a Bill con la cabeza.

Bill le siguió como un corderito, y se sentaron sobre la paja. Decidió cambiarle la venda antes de comer, y para eso le pidió a Thomas que se quitara la camisa.

Tuvo que morderse el labio al ver como levantaba los brazos y tirando de la camisa dejaba al aire su musculoso pecho, se notaba que estaba en forma y que era un buen guerrero.

Sacudió la cabeza y se concentró en su trabajo. Retiró la venda vieja, lavó con cuidado la herida sintiendo que a pesar de tratar de comportarse como un guerrero valiente Thomas no pudo evitar gemir por lo bajo cuando aplicó el contenido de una botella que Claire había preparado, una mezcla de hierbas usadas a modo de antiséptico.

Se dio toda la prisa que pudo, pasando con suavidad la venda con la que limpiaba la herida sobre la piel de Thomas. Con la mano que tenía libre, se apoyaba en la espalda de Thomas para hacer mejor su trabajo. Podía sentir su cálida piel al contacto de sus dedos, como se erizaba bajo sus caricias y pensó que tal vez tuviera allí cosquillar...

Carraspeó y se concentró en su trabajo, volviendo a cubrir la herida con una venda nueva.

—Está cicatrizando bien—comentó Bill una vez colocada la venda.

Cogió la camisa y ayudó a Thomas a ponérsela, quien se lo agradeció con una inclinación de la cabeza.

—Mi madre es la mejor con sus hierbas—dijo Thomas sonriendo—Las conoce todas, prepara tónicos que curan desde un simple dolor de cabeza a una herida de bala. Muchos piensan que hace conjuros y...

Thomas se calló de golpe, pensando que había hablado de más de su madre. Sobretodo de cierto tema, y ante un desconocido que por muy bien que le cayera no debería contárselo.

—Creen que es una bruja, ¿verdad?—preguntó Bill en voz baja.

Thomas asintió con la cabeza suspirando.

—Pero no todos lo creen, hay quien piensa que hace magia y que es una buena persona—siguió relatando Thomas—Por aquí la llaman *La Dame Blanche*.

— ¿La Dame Blanche?—repitió Bill alzando una ceja.

—La dama blanca—tradujo del francés Thomas—Dicen que hace magia blanca, le tienen mucho respeto a mi madre.

Bill se quedó pensando en lo leído en el diario, como Claire tuvo que casarse a la fuerza para evitar ser tachada de bruja y poder salvar así su vida. Conocía esa parte de la historia y tenía que tener cuidado de no revelar nada, pues se suponía que nadie se lo había contado y podía irse sin querer de la lengua.

Trató de cambiar de tema, abriendo la cesta del almuerzo que compartieron los dos sentados sobre la paja. No era mucho, un poco de pollo, pan y queso.




Comieron en silencio, hasta que Bill decidió romperlo para conocer algo más de Thomas.

—No sabía que hablabas francés también—comentó de repente.

—Tuve un buen tutor, y mis hermanas también—dijo Thomas con orgullo—Mis padres se han preocupado mucho de nuestra educación, mi hermano Duncan y yo aprendimos varios idiomas aparte de otras artes como poesía.

— ¿Te gusta la poesía?—preguntó Bill, pensando que no le pegaba nada.

—Mi madre tiene la culpa—contestó Thomas sonriendo—Antes de acostarme siendo yo niño, en vez de contarme un cuento me recitaba poesía. Y he llegado a apreciarla, cuando estoy lejos de casa la recito en voz baja, me recuerda mucho a mi madre.

—Claire me comentó que pasas mucho tiempo fuera, y tus hermanas te echan mucho de menos—dijo Bill, esperando no sonar demasiado cotilla cuando solo era curiosidad.

—Es por la promesa que le hice a mi padre—murmuró Thomas resoplando—Hace años tuve un pequeño altercado con una guardia británica, insultaron el honor de mi padre y casi termino en el fuerte Williams, donde fue azotado mi padre.

Bill sintió un escalofrío al oír sus palabras, pensando en el dolor de Claire al pensar que su hijo seguiría los pasos del padre.

—Era joven y me dejé llevar por un impulso—siguió relatando Thomas—Mi padre intervino, si no llega a ser por él... como resultado, perdimos parte de la cosecha a cambio de mi libertad. Fue entonces cuando le prometí a mi padre no volver a poner en peligro a la familia y fui exiliado.

— ¿Exiliado?—repitió Bill.

—Más o menos—dijo Thomas sonriendo— Mi padre pensó que lo mejor era que no estuviera cerca de las patrullas británicas, al conocer el trabajo de mi madre muchas veces vienen a verla con algún herido y mi padre pensó que cuanto más lejos estuviera yo mejor. Por eso me mandó a una propiedad que tenemos a dos días se aquí, perteneció a la madre de mi padre, Helen, y trabajo esas tierras con ayuda de mi primo Jamie y su mujer Joan.

—Donde me encontraste—murmuró Bill— ¿Y no estarán preocupados por ti?

—Muchas veces salgo de caza y no regreso en 3 días—contestó Thomas—Saben que estaré bien, me conozco estas tierras como la palma de mi mano. Y seguro que alguien ya les habrá avisado de lo ocurrido con la patrulla británica y que yo estoy aquí en casa.

—Tu madre me comentó que tus primos echan una mano en la granja—empezó a decir Bill.

—Jamie es el mayor, lleva el nombre de mi padre en su honor—empezó a relatar Thomas sonriendo—Es de mi edad. Luego le sigue Caroline, que también está casada. Luego va Janet y el último es Ian, que me está echando una mano con la yegua.

Bill escuchaba en silencio, le gustaba saber más de sus antepasados y que mejor manera que escucharlo de los labios de uno de ellos.

— ¿Y Georg y Gustav?—preguntó Bill—También son primos tuyos, ¿no?

—Si, pero por parte de otra rama de la familia—explicó Thomas—Mi tío Simon tiene un solo hijo y es aún muy pequeño, Hamish. Su primera mujer no le dio ningún hijo y cuando murió mi tío se volvió a casar, Hamish ha sido una bendición para el clan. Será su sucesor.

—Creía que...si antes fue tu padre el jefe del clan, tú...—empezó a decir en voz baja Bill.

—Eso lo pensé yo también al ver que mi tío no tenía descendencia—murmuró Thomas—Y se habló en su momento, pasé una temporada en el castillo de Leoch cuando tenía 16 años, mi tío quería instruirme por si se daba la ocasión y si te confieso la verdad, prefiero la vida en una granja que ser el jefe del clan. Por suerte cuando nació Hamish pude respirar tranquilo, y mis padres también.

Bill se imaginaba que lo último que Jamie y Claire querrían sería que Thomas se convirtiera en el jefe del clan, después de lo ocurrido con Jamie ... casi muere a manos de la guardia británica y antepuso su familia a su deber con el clan.

Bill sabía que Thomas haría lo mismo llegado el caso, por mucho corazón de guerrero que tuviera...

— ¡Thomas!

Thomas se puso en pie y cogió su espada antes de Bill hubiera reaccionado. Al momento entró en el establo el joven que Bill había visto ayudando a Thomas con la yegua.

— ¿Qué pasa Ian?—preguntó Thomas sin guardar aún la espada.

—Georg y Gustav han regresado, y traen malas noticias—explicó el tal Ian.

Thomas maldijo en gaélico y echó a correr hacia la casa. Bill le siguió como pudo, llegando varios minutos después. En el comedor, los recién llegados hablaban con Jamie y Thomas, pero Bill no entendía nada pues una vez más usaban el gaélico.

Reconoció a Georg y Gustav, aparte de 2 hombres más que no había visto nunca. Uno de ellos, reparó en su presencia y dijo algo en gaélico que Bill desde luego no entendió. Fue dicho con mucha rabia, sobretodo la última palabra que casi la escupió al pronunciarla.

*Sassenach*.

Fue entonces cuando Jamie intervino y le pidió al hombre algo en gaélico, que Bill creyó entender como que se calmase un poco pues lo siguiente fue una disculpa en inglés.

—Bill es mi invitado y estáis en mi casa—dijo Jamie alto y claro—Respetadlo.

Thomas apoyó las palabras de su padre y salió del comedor llevándose a Bill cogido del brazo.

— ¿Qué ha pasado?—preguntó Bill en voz baja.

—Georg ha divisado una patrulla británica cerca—explicó Thomas por encima—Saben del ataque que hubo en el bosque, y están buscando a los culpables. No tienen ninguna pista, pero no vamos a quedarnos a esperarlos. El capitán Jost va con ellos, creo...que te está buscando.

Bill tragó con esfuerzo, era culpa suya que en esos momentos estuvieran planeando dejar su hogar para estar a salvo. Lo más fácil sería dejarle en manos del capitán Jost, como seguramente había pensando aquel hombre que le habló con tanta rabia.

— ¿Qué vamos a hacer?—preguntó Bill en un susurro.

—Buscar refugio en el castillo de Leoch—contestó Thomas—Es el hogar de mi tío Simon. Los británicos aún respetan al jefe del clan y estaremos allí unos días en lo que se calman las cosas. Mi padre le contará tu situación y estoy seguro que podrás contar con su protección.

— ¿No sería mejor para todos si me entregara?—preguntó Bill en voz baja.

—No sé que planea el capitán Jost pero me hago una idea—murmuró Thomas—Y no pienso permitirlo. Saldremos de viaje al amanecer, mis hermanas se quedarán en casa al cuidado de la señora Brooks y mi hermano Duncan.

Antes de que pudieran seguir hablando, Claire entró en la casa y Bill se quedó a su cargo. Tal y como había dicho Thomas saldrían de viaje en pocas horas y había mucho que preparar.

— ¿Qué puedo hacer para ayudar?—preguntó Bill con voz ronca.

—Pégate a Thomas y haz todo lo que él te diga sin rechistar—contestó Claire—Como ya te habrá explicado vamos a ver al jefe del clan, y el castillo estará lleno. Tienes que tener mucho cuidado, se nota que no eres de aquí y aún estando bajo la protección de mi marido, hay quienes estarían encantados de enfrentarse a él solo para ver su reacción.

—No daré ningún problema, lo prometo—aseguró Bill sin mucha convicción.

Claire sonrió y le dejó a solas perdido en sus pensamientos, donde se imaginaba como sería volver a viajar con Thomas en su mismo caballo, siendo sujetado con firmeza entre sus fuertes brazos...recostado contra su pecho para no caer, suspirando sin poder evitarlo con los ojos cerrados al escuchar latir su corazón al compás del suyo...




Notas finales:

Todos los primos mencionados por Thomas: Jamie, Caroline, Janet e Ian estan sacados de la serie y también son primos del protagonista.

Sassenach, es una palabra gaélica que significa forastero. Más adelante lo explicará Thomas a Bill y qué otro significado tiene con su madre.

La Dame Blanche, es un nombre que se le da a la protagonista también en la serie.

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