Mi pequeña diva-Albalia

נכתב על ידי AlbaYNat235

65.2K 2.8K 59

Esta historia no es mia Adaptacion a la historia camren de @AngyePlata עוד

No eres bienvenida
¿Quien es Natalia Lacunza?
La mía es Natalia
Nueva York
Fiebre
Desayuno
Películas y comida China
Una cálida noche
Feliz cumpleaños, pequeña diva
Siempre, Albi
Noches Mágicas
Días Grises
No dejes que haya una segunda vez
Crudos, burdos y versátiles celos
¿Cobardes? Cobardes
Feliz Cumpleaños Nata Bebe
Friends shouldn't kiss me like you do
Am I Asleep?
Noche de Kabuki
Princesa Rosa
Ella es maravillosa
Ese es el plan
Hay demasiada vida en ella
Epílogo
Nota 2

Soy tu fan

2.3K 111 1
נכתב על ידי AlbaYNat235

De nuevo sábado, yo sabía exactamente que quería hacer este sábado.

Había estado pensando en ello los días anteriores.

Inclusive pensé en ir a su club en estas noches, pero no estaba segura de si ella iba a estar por ahí. Ella no había aparecido más en mi casa y yo no tenia idea de su número de teléfono o donde vivía, nada sabía sobre ella, solo el club, así que había esperado pacientemente a este día para ir hacía allí.

Había convencido a las chicas para que salieran sin mí, quería ir sin guardaespaldas, sin nadie que estuviera al pendiente de mí, tal vez así podría pasar desapercibida.

Me prepare meticulosamente, eligiendo de nuevo la camiseta con su nombre inscrita pero colocándome un suéter con capucha encima.

De los tres autos del estacionamiento, elegí el menos llamativo, el que fácilmente se podía camuflar con cualquiera. Eran las siete, podía hacer esto.

Conduje con paciencia, evitando cualquier tipo de percance que usualmente venían con mi suerte, afortunadamente llegue al sitio ilesa, estacionando entre el montón de autos y haciendo una plegaria silenciosa para no ser reconocida.

Había unas cuantas personas entrando al sitio pero nada muy enloquecedor como para meterme en un montón de personas. Llegue a la entrada casi suspirando de alivio.

—¿Su identificación, señorita?— preguntó un tipo alto y flaco. Lo mire, vamos chico, me viste entrar hace una semana.

—Soy Alba Reche— le digo.

—¿Me podría mostrar su identificación?— bufó, algunas personas me miran pero la capucha hace bien su trabajo. Saco de mi pequeño bolso mi identificación y la enseño.

—Lo siento señorita Reche— él parece avergonzado ahora, le sonrió, no pretendía ningún trato especial, solo que me dejara pasar. —¿Desea que la acompañe uno de nuestros guardias hacia la zona VIP de la semana pasada?— pregunta, amable.

—No, estoy bien. ¿Puedo entrar?— preguntó.

—Por supuesto— sus mejillas se colorean un poco causándome risa, voy dentro pero antes me giro y regreso.

—Por favor, si puedes hacerlo, no le digas a nadie que estoy aquí, por favor— le pido.

—No lo haré, señorita, que la pase bien— asentí, creyéndole.

Caminé al interior del sitio, la semana pasada había tenido una decoración muy verde, hoy era azul, supongo que la cambian todas las semanas, es genial. Hay luces azules que hacen tenue el sitio, camino hacía la barra para pedir una soda. No deseo beber alcohol. Me la sirven y me siento mirando alrededor, probablemente buscando a Natalia no lo sé. Bebo tranquilamente, distraída con la música.

—Eres Alba Reche— mi corazón se acelera cuando escucho a alguien a mi lado reconociéndome, cierro los ojos y me encojo en mi sitio. —Eres Alba Reche, ¿No?— alguien toca mi hombro, no puedo ni negarlo ni irme, eso crearía peor caos.

—Hola— me giro un poco para ver a una chica de pie a mi lado, me da una gran sonrisa, la chica es guapa, se la devuelvo.

—Mi nombre es Marta— dice y extiende su mano, la tomo y sacudo, como gesto de saludo.

—Puedo pedirte que no digas a nadie que me has visto aquí— digo, no como una pregunta, casi suena como una exigencia y me reprendo.

—No lo haré. Crees que— sus mejillas se sonrojan un poco —¿Crees que podría tener una foto contigo?— sonrió, no es como si todas las personas estuviesen pendientes de lo que hacemos, asiento y ella me da su teléfono, se acerca y me acerco, entonces activo la cámara y tomamos la fotografía. —Gracias— ella tiene esa sonrisa amplia, asiento y se va.

Al menos no viene más nadie.

Paso la media hora siguiente tomando otra bebida con gas y mirando alrededor, no consigo ver a Natalia.

—No pasas tan desapercibida como crees— de espaldas a la barra, una corriente me traspasa cuando una voz susurra a mi oído, pero no una voz cualquiera.

—Eres muy sigilosa— respondo con una amplia, de esas que te dejan las mejillas doliendo, sonrisa.

—Es mi club, puedo serlo— me guiña y volver a ver sus ojos marrones hace que estar aquí con toda la ansiedad de ser descubierta, valga la pena. —¿Por qué has venido?— pregunta, pasando por encima de la barra como si nada y sentándose en la banca a mi lado. Aprovecho el momento para detallar un poco su atuendo, pantalón negro, ajustado a sus piernas y camisa negra.

—¿La verdad?— preguntó, girando en mi asiento para dejar de ver la multitud y centrarme en ella.

—Siempre— dice.

—Bien, yo quería... disculparme, pase toda la semana queriendo disculparme y no tenía ninguna idea de cómo comunicarme contigo, solo sabía que podía conseguirte aquí hoy, así que eso es lo que he hecho— explico, jugando con mi vaso.

—Disculparte... exactamente ¿Por qué?— la miro, enarcando mis cejas, ¿Ella no sabe? Si ella no lo sabe he arruinado todo porque ahora ella lo va a saber.

——No... ¿No has visto nada sobre mí?— preguntó incomoda, removiéndome en el lugar por la intensidad de su mirada.

—Hmmm... no soy tu fan, pequeña diva, no ando por ahí buscando que haces y que dices— en lugar de molestarme lo que ella acaba de decir, me encuentro encantada y riendo. Me gusta esto de ella, ella no está idolatrándome jamás, ella está poniéndome en mi lugar, como si yo lo necesitara, que no es así pero me gusta que lo haga.

—Por supuesto, no lo eres. ¿Cómo pude pensarlo? Entonces no tengo razones para disculparme, puedo irme ahora— no quiero irme, pero puedo escabullirme y así ella nunca sabrá de esa tonta entreviste.

—No— ella sujeta mi muñeca con fuerza justo cuando me pongo de pie, el contacto de su mano en mi brazo me eriza por razones que no conozco. Me giro enarcando una ceja. —Tienes que decirme— me suelta.

—Puede que... de alguna manera... te haya mencionado en una entrevista de televisión internacional— le digo, desviando mi mirada hacia cualquier parte que no sean tu ojos.

—Sabes— dice de repente. —Yo he estado pensando, existen como cientos o millones de chicas entre actrices, cantantes, deportistas, de todo, que podrían ser tu crush, aun no consigo comprender porque me mencionaste a mí— me giro para verla con la boca abierta.

—¡Lo sabías!— acuso.

—Lo sabía, vivo con una loca fan tuya, ¿No iba a enterarme? Ella estaba literalmente enloqueciendo y enloqueciéndome— reí un poco.

—Ah sí, ¿Qué decía ella?— pregunté.

—Que debía estar más feliz, que ella estaría muriendo si tú hubieses dicho su nombre. Que yo estaba reaccionando mal— explicó, entonces me di cuenta que ella probablemente se enojó. —Ahora no estoy molesta, no ha habido trascendencia de ello, nadie está acosándome ni nada por el estilo— dice.

—De igual manera, lo siento. Yo... no estaba pensando demasiado— le explico.

—De acuerdo, Alba, no hay problema— dice. Asiento.

La razón por la que he venido ya está resuelta, se supone entonces que ¿Debo irme? Porque no quiero, quiero quedarme, pero quiero quedarme conversando con ella.

—¿Cómo sabias que estaba aquí?— pregunté.

—Es mi club— dijo.

—Si, lo es, pero no tienes manera de saber por cada persona que entra aquí— atacó

—No pasas desapercibida tan fácil— me mira, largo y tendido, entonces le enarco una ceja. —Bien, te tomaste una selfie con mi amiga, ella tenía que decirlo o iba a explotar, así que en cuanto me vio, estaba gritándome y restregándome su celular en mi rostro— empecé a reírme fuerte porque aquella chica no lucia como alguien iba a enloquecer a mi alrededor.

—Marta, ¿La chica guapa?— preguntó como por decir algo.

—Guapa ¿Uh? Ella podría morir por escuchar eso—

—Bueno, no se lo digas. Nadie quiere una tragedia— le digo.

—¿Vas a quedarte?— pregunta de repente.

—Me estas invitando— digo más como afirmación que como pregunta, que era como prentendía decirlo.

—Tal vez— me regala una media sonrisa.

—Tal vez me quede entonces— le doy de vuelta.

—Bien, te quedas, ven conmigo, te conseguiré un asiento genial para el show— con eso nos levantamos y ella sujeta mi mano arrastrándome entre la gente, ¿Sinceramente? Me encanta y eso es más que extraño dadas las circunstancias.

Ella me ubico en una de las mesas frente al escenario.

—Has venido sola ¿Esta bien si me voy? Tengo que arreglar algunas cosas antes de la presentación— preguntó, ella se veía tierna siendo amable, nada de los gruñidos de la semana pasada, no esperaba eso.

—Estoy bien, tienes trabajo que hacer. No te preocupes por mí— le digo, tranquila. Puedo pasarla bien sola.

Se aleja dándome una última mirada. Me quedó tranquila, escuchando la música y pasando el rato, un par de chicos en distintas ocasiones cada uno, intentan hablar conmigo, pero realmente destaco mi desinterés para que se alejan y afortunadamente nadie me reconoce.

—Señorita— me giro a la voz que me llama. Es un chico... creo que lo he visto en el bar.

—¿Me hablas a mí?— sé que es estúpido, porque él esta mirándome.

—Bebida para la Señorita— indica, colocando en mi pequeña mesa una copa

—Oh, pero yo no he pedido nada— levanto mis manos excusándome

—No, es cortesía de la Señorita Lacunza— en ese momento suena el rasga de una guitarra y me giro al escenario, ahí está ella y... está mirándome, cuando ve que hago lo mismo me guiña un ojo.

—Gracias— gesticulo hacía ella y luego al camarero.

Hace una seña con sus ojos y me consigo sonriéndole y bebiendo, hmm... contiene alcohol pero esta delicioso, es un sabor... exótico y extrañamente me hace pensar en sus ojos. Sacudo mi cabeza con esos pensamientos.

—Buenas noches, chicos. Ya saben quién soy, gracias por estar aquí— ella hace su saludo y me gusta que esta vez, al estar aquí abajo, cuando ella repasa la multitud, sus ojos se consiguen con los míos. Aprovechando lo bien cubierta que estoy y aplaudo junto a todos.

Entonces ella empieza a tocar y estoy concentrada en escuchar.

Cuando empieza a cantar estoy demasiado con la boca abierta.

Cuando el coro de la canción estalla, me siento alucinada. Ella es... maravillosa. ¿Qué hace aquí? Debería esta ahí afuera haciendo esto para el mundo. Es... maravillosa. Aplaudo y me levanto como el resto de personas, aplaudiendo y bailando. Ella se concentra absolutamente en su música, cierra los ojos, mira un poco y vuelve a cerrarlos.

No sé mucho sobre música, pero si se lo que es una nota alta. Y su nota alta es espectacular. Su voz es dulce, suave y alucinante, alucinantemente perfecta.

Solo... ¡Wow! No tengo palabras para expresarlo.

Entonces empieza otra canción y cada pequeño sonido y cambio en su voz me parece impresionante. Ella realmente ama hacer esto, puedo verlo en la forma en que cierra lo ojos e imprime emociones en su forma de cantar.

Cuando termina las personas aplauden totalmente maravilladas con ella. Es imposible no estarlo.

La veo bajar del escenario y saludar a algunas personas y entonces entiendo algo de lo que a ella se refiere sobre la atención, nadie se va sobre ella, nadie la asedia, ella hace su camino entre las personas, ellos han enloquecido en la euforia de su acto pero ahora la dejan en paz, y comprendo que eso es lo que a ella le gusta.

Estoy sonriendo demasiado grande cuando ella elige venir a mi mesa, no lo esperaba o tal vez sí, no lo sé.

—Eso ha sido maravilloso— le digo

—¿Eres mi fan, pequeña diva?— pregunta, ella parece completamente feliz y su sonrisa amplia transmite ese sentimiento con facilidad.

—Realmente— respondo.

—Ven, vamos arriba. Aquí es solo agradable cuando yo canto— me guiñó. Oh ella es completamente encantadora en su mejor estado de ánimo. Vuelve a sujetar mi muñeca para conducirme arriba.

Llegamos al mismo lugar en habíamos estado la semana pasada. Aunque esta vez mis guardaespaldas no quedaron afuera, sino un chico de seguridad del propio club. Ella ordenó dos bebidas y me soltó una vez estuvimos dentro.

Hice mi propio camino hacia una mesa no tan pegada a la barra.

—En serio, cantas genial. Estaba pensando que deberías intentar... no sé, algo más...— empecé a decir, ella venia caminando hacia la mesa y vi exactamente como pensaba interrumpirme. —No me interrumpas, Natalia— regañé, ella simplemente empezó a reír. —Solo digo que, siendo tan maravillosa, el mundo merece conocer como cantas. Pero entonces, entiendo perfectamente cómo te gusta hacer esto aquí, y no tienes demasiada atención, indeseable. Y entonces como que te entendí— digo.

—Eso suena mejor. Lo que me queda claro, es que eres mi fan— ella ahora estaba prácticamente en la mesa.

—No tienes idea, tengo esta camiseta— dije jugando con el cierre de mi suéter. —Estoy segura de que podría mandar a reproducirla, iniciar un club de fans y repartirlas— digo.

—¿Estás hablando en serio?— preguntó, escaneando mi suéter como si ella pudiese ver a través de él. Le di una sonrisa de esas que das cuando has sido descubierta en medio de la travesura. Entonces ella hizo un movimiento asombrosamente rápido para ubicarse encima de mis piernas y sujetar mis manos con una y con la otra bajar el cierre de mi suéter, dejando a la vista mi camiseta con su nombre. —Eres tan idiota— dijo riendo, al menos estaba riendo.

—Me han llamado de muchas formas— digo —Pero jamás idiota— sigo, intentando zafarme del agarre de sus manos, ella juega conmigo teniéndome más fuerte y riendo.

—Entonces soy la primera— dice.

—Así como yo soy tu primera fan— devuelvo.

—Una pequeña diva e idiota— me dice.

—Mejora tus insultos, Lacunza— digo, empujando un poco pero sin lograr zafarme, menos si la mitad de mi energía se va en reírme de su cara tonta.

La puerta se abrió y el mismo chico que había llevado mi bebida entro sosteniendo una bandeja con nuestras bebidas.

—Señorita Lacunza— saludó. Ella apenas giro, no aflojaba el agarre que tenía en mis muñecas. El chico nos sonrió y ni siquiera intente plantearme la imagen que de seguro estábamos dando. El chico salió, cerrando detrás de él.

—¿Podrías soltarme?— preguntó.

—Eres una buena prisionera, pequeña diva— dijo, sin dejar de sonreír. Bueno, verla sonreír tanto realmente esta gustándome.

Suspire.

—Sabes, espero que tu amigo no traiga más bebidas con alcohol, no debería si quiera estar bebiendo— digo

—¿Por qué?— ella parece curiosa, de verdad, y muy cómoda sobre mis piernas. Sin embargo no digo nada sobre esto.

—Bueno, mañana viajo a Nueva York, el rodaje ya ha arrancado y yo debo incorporarme el lunes— explicó

—Bueno... supongo que eso es genial— dice.

—Es trabajo— sonrió. —Y amo mi trabajo, así que supongo que lo es— explicó. —Crees... ¿Qué podríamos intercambiar números?— pregunté, intentando parecer desinteresada y sin saber porque tenía que intentarlo si quiera. Pude percibir su gran... muy gran sonrisa.

—En serio eres mi fan, pequeña diva, quien lo diría— su sonrisa no disminuye un poco, entonces ella se inclina y juega con su nariz en mi mejilla causando a mi corazón un ritmo acelerado, ¿Qué está haciendo? ¿Por qué estoy reaccionando así? —Vale— me libera y estoy demasiado hipnotizada e idiotizada como para reaccionar. Saca su celular y me lo da. —Dame el tuyo— asiento y muevo finalmente mis manos para darle mi celular.

Manejo perfectamente su teléfono y grabo mi número.

—¿Coloco Alba?— preguntó

—No— sonríe —Pon pequeña diva, porque es lo que yo colocaría— dice. Enarco una ceja pero hago lo que me pide. —Yo pondré... tu ídolo, porque ya sabemos que lo soy— su humor es impresionante.

—Bien— devuelvo su teléfono. —¿Quieres devolverme la utilización de mi piernas?— preguntó. Ella ríe un poco más y finalmente baja de mi regazo para ir a su silla. Tomó mi bebida y me regresa el teléfono.

המשך קריאה

You'll Also Like

70.5K 6K 27
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
183K 9K 16
Natalia busca a alguien que le tatúe, pero encuentra mucho más que eso.
84.6K 4.3K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
43.9K 3.9K 43
Escribí está historia porque me inspire en un fanart de Deku villano.