🍃━━━ CAPÍTULO 10 ━━━🍃
LA PRIMERA PRUEBA PT.1
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Lo amaba, realmente amaba a Ron. Lo amaba tanto que ni siquiera el dolor que sentía podía doblegarla.
No había durado demasiado, a lo sumo solo veinte minutos, debido a la inexperiencia de ambos, pero Rœle sonreía como tonta cuando lo recordaba. Había dolido, pero fue un dolor dulce, y el saber que Ron había sido el causante la reconfortaba un poco cuando comenzaba a pensar que se había equivocado.
Era en momentos así donde más sentía la ausencia de su madre. No era algo de lo que pudiera charlar normalmente con sus amigas, ni siquiera con una profesora. Rœle sabía lo básico sobre el sexo por las revistas para mujeres que había encontrado bajo la cama de sus tíos (eran de tía Petunia, claramente), y estaba al tanto de los cuidados posteriores, pero la teoría y la práctica eran cosas distintas.
Los días que siguieron se resumieron a ella considerando seriamente contarle lo sucedido a Hermione Granger, la mejor amiga de su hermano. Estaba al tanto de que la castaña poseía conocimiento de todo tipo, y era casi un hecho que debía saber una cosa o dos sobre anticonceptivos. Había estado a punto de decírselo a la salida de sus clases unos días atrás, pero desistió ante la sensación de que aquello solo empeoraría su situación. Por muy bien que Hermione le cayera, no tenían la suficiente confianza, sin mencionar que al fin y al cabo era más amiga de Harry que suya. ¿Qué le aseguraba que Granger no correría a contárselo a Harry cuando se enterara de lo que ella y Ron hicieron? Lo último que Rœle necesitaba en ese momento era que Harry lo supiera; casi podía verlo retorcerse de la rabia. Se lo diría en algún momento, cuando todo se calmara para ambos.
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El día que los hermanos potter temían, llegó. Hacía frío, tanto que ni siquiera sus sudaderas o pantalones holgados podían ayudarlos a combatir el clima helado.
Rœle dio un rápido vistazo al exterior, mirando a todos los alumnos que asistieron a la que, probablemente, sería su última mañana con vida. La pelinegra tragó en seco y se alejó de las paredes de la tienda. A unos cuantos metros se encontraba Harry, caminando de un lado a otro, al igual que ella hace unos minutos.
—Harry —pronunció el nombre del azabache acercándose a él. El de gafas centró su atención en ella al instante—, ¿cómo te sientes? —le preguntó abrazándose así misma.
—¿Cómo crees que me siento? —murmuró de forma sarcástica, ganándose una mirada de reproche por parte de la ojigris.
—Estamos a minutos de morir y ni así dejas de ser un idiota —lo insultó, dándole un leve codazo que lo sacó de sus casillas.
—¡Ya Lee! ¡Deja de golpearme por todo! —exclamó por lo bajo, moviendo las manos con histeria.
La chica hizo una mueca—Lo siento, estoy un poco nerviosa y creo que cuando me siento así golpeo gente.
—¿Un poco? —el mestizo levantó una ceja—. Si golpeas gente cuando estás "un poco" nerviosa, ¿qué harás el día que realmente lo estés?
Rœle se encogió de hombros.
—Probablemente mate a alguien —dijo sin pensar.
-Que soberbia eres. Pero no es una sorpresa sabiendo que pasas demasiado tiempo con tu amiguito el hurón sonriente —le dijo el de gafas.
—¿Hurón sonriente? —la Slytherin frunció el ceño.
—Oh, olvidé que no estuviste ahí —dijo chasqueando la lengua. Su rostro se transformó en una expresión de confusión—. Por cierto, ¿adónde fuiste esa tarde? Lo último que supe de ti fue que te llevaste a Ron para hablar.
El calor subió a las mejillas de Rœle, la cual bajó la cabeza tratando de ocultar su notable sonrojo y una sonrisa.
—Solo hablamos, ya sabes... resolvimos las cosas...
—¿Y qué le dijiste? Ahora están incluso más juntos que antes.
Al oír esas palabras, a la mente de la pelinegra regresaron todos los recuerdos de esa "inocente" tarde con el pelirrojo que ahora no puede ver a su novia sin imaginarse ciertas cosas.
Rœle hizo su mayor esfuerzo y levantó la cabeza, poniendo su mejor cara de indiferencia.
—Solo hablamos, Harry —repitió aún con el rubor cubriendo sus mejillas.
—Considerando que Ron tiene una debilidad por ti, elegiré creerte a ti ésta vez y no a Seamus.
—¿Qué te dijo?
—Que juró haber oído la cama de Ron chocando contra la pared toda la tarde.
Tuvo que fingir retocarse las pestañas para ocultar su creciente sonrojo.
—Seamus está medio sordo por tantas cosas que le explotaron al lado. No deberías hacerle caso —murmuró restándole importancia.
El chico se limitó a ver a su hermana con desconfianza, tratando de evadir el hecho de que Rœle vio, con suma claridad, una marca extraña en el cuello de la ojigris cuando se acomodó la sudadera.
Harry sintió ganas de preguntar al respecto, pero la sensación de que la respuesta no le gustaría lo hizo quedarse callado.
—Esa "charla" debió haber sido muy buena —ironizó el de gafas, haciendo énfasis. Rœle asintió de forma queda, tratando de mantener sus nervios a raya.
La Slytherin puso los ojos en blanco en un intento por parecer indiferente ante las evidentes indirectas de su hermano mellizo.
Para evitar comenzar otra charla incómoda, la adolescente se alejó del Gryffindor, permaneciendo en una esquina del lugar. Rœle se recostó por uno de los postes que sostenían la carpa, cerrando los ojos mientras rogaba no morir calcinada en la primera prueba.
Una mano salió de entre las aperturas de la carpa, cerrándose alrededor del brazo de la chica. Ella abrió sus ojos al instante, reprimiendo un grito.
Se dio la vuelta rápidamente, preparada para tomar su varita de ser necesario.
Ronald Weasley se asomó con una sonrisa luminosa, consiguiendo contagiársela a su novia.
—¿Qué haces aquí? —enredó sus brazos alrededor del cuello del chico.
—Vine a desearte suerte —respondió el pelirrojo, posando sus manos en las caderas de la chica.
—Que caballero resultaste ser, calabacita —musitó acercando su rostro al del Gryffindor.
Finalmente sus labios se estamparon contra los del otro. Rœle entreabrió la boca para darle espacio a la lengua de Ron, el cual la apretujó contra su cuerpo de manera delicada.
Cuando el aire de la ojigris se acabó, se separó del chico al instante, jadeando con una sonrisa en su rostro levemente sonrojado.
—Que buena manera de desearme suerte, calabacita —murmuró, levantando la cabeza mientras admiraba la belleza del pelirrojo. Él le sonreía ladinamente, con sus manos aún posadas en las caderas de ella.
—Pensaba en darte unas palabras de ánimo pero... creí que esto te gustaría más —admitió avergonzado, haciendo reír a Rœle.
—Mejor vete. La prueba está a punto de comenzar.
—Sé que vas a estar fantástica y te vas a lucir, como siempre —le dijo tomándola de las mejillas.
Rœle sonrió ampliamente y se puso de puntillas de pie para darle un beso en la comisura de los labios. Acto seguido enredó sus brazos alrededor de su cuello, escondiendo su rostro en el espacio entre la clavícula y el hombro de Ron.
El rodeó la cintura de Rœle con sus brazos, levantándola a unos centímetros del suelo.
—Tengo miedo, Ron —susurró afianzando ligeramente su agarre.
El de ojos claros le acarició la espalda con suavidad repetidas veces.
—No tienes de qué preocuparte. Pasaste por cosas peores. Solo es una tonta prueba.
—Son dragones, Ron.
—Lo sé. No soy bueno calmando a la gente, linda. Perdón —se disculpó.
Ella levantó la cabeza para mirarlo, acariciando su cabello.
—Estás aquí conmigo. Eso ya me reconforta.
Luego de oír esas palabras, Ron volvió a unir sus labios con los de la mestiza, fundiéndose en otro beso.
La reacción de Harry al ver esto fue hacer una mueca de asco. Por más años que pasaran, jamás se acostumbraría a ver a su mejor amigo "intercambiando saliva" con su hermana.
━━━AUTHOR'S NOTE: cuando termine de resubir todos los capítulos voy a hacer un maratón uwu