Cuatro años y medio después...
–Magnar deja a tu hermana.
–No hice nada –Magnar levanta las manos haciéndose el inocente –fue Mat.
–Solo no molesten a su hermana –le pido al mayor de mis hijos –hoy es el cumpleaños de los tres y no puedo con todo solo.
Magnar asiente y corre hacia el patio trasero de la casa, lo veo como desaparece y yo sigo con mi labor de padre y organizador de esta fiesta, sé que mi madre vendrá pronto con Annie y mi padre pero no puedo esperarla a ella para que haga todo, tengo que aprender a hacer las cosas por mi cuenta. Ya han pasado cuatro años y medio desde que todo en nuestras vidas cambio, doy lo mejor de mí para mis hijos y sé que conmigo no basta porque ellos también necesitan de su madre pero ella hoy no esta y eso me duele porque se perderá el cumpleaños de los trillizos.
Estoy verificando en la cocina que estén los tres tipos de galletas que los tres pidieron y no entiendo porque jamás ese trio se ha puesto de acuerdo en algo, en cada cumpleaños siempre es lo mismo, tienen que haber tres cosas distintas y es el triple de dificultad para mí. Lo peor es que no son solo tres tipos de galletas diferentes, además son tres pasteles diferentes, tres piñatas diferentes, es todo diferente y en lo único que se han puesto de acuerdo es el disfraz que han elegido. Los tres se van a disfrazar de los tres mosqueteros.
Los tres aman disfrazarse de ellos porque su madre a veces lo llamaba así y es algo que siempre les cuento o alguien más lo hace y por ellos aman vestirse de esa forma, salgo al recibidor porque he escuchado unas voces conocidas y si es quien creo necesito mucho de su ayuda. Cuando llego al recibidor me encuentro con mi familia entera, por un lado agradezco que todas las mujeres de mi familia estén aquí pero sé que ellas me volverán loco en tan solo un segundo pero solo tengo que respirar.
–¡Ethan! –grita Annie y corre hasta mi para treparse como koala –¿Dónde está mi sobrina favorita?
–¿Emma? –pregunto y ella siente –en su habitación encerrada porque Magnar y Matthew han estado molestándola.
Annie baja de mí y corre escaleras arriba para ir con Emma y torturar a mis otros dos hijos, me encanta que Annie y Emma sean las mejores amigas, pero a veces ese par dan mucho miedo si se unen y sobre todo los que sufren son Magnar y Matthew. Mi madre le dice a Annie que se comporte que el día de hoy no pueden haber dramas pero mi pequeña hermana se hace de oídos sordos, los gemelos la siguen y desde las escaleras me gritan un "hola primo" y lo hicieron por su madre o sino los regaño por no haberme saludado.
Aquí solo se quedan todos mis tíos, Kate, Ross, Mike, Giselle y Margot, estas dos últimas son las hijas de mi tío Fernand con mi tía Colette. Kate, Giselle y Margot son muy unidas ya que se ven todo el tiempo porque viven en Francia pero de igual manera todos se llevan bien. Cuando terminamos de saludarnos, mi madre comienza a preguntarme cómo van los preparativos de la fiesta y le digo que hasta ahora va todo bien, unos minutos después todas las mujeres de mi familia están en la cocina y mi madre me dijo que se encargara de vestir a los niños y de paso ayudar a Annie con su disfraz.
***
La fiesta comenzó hace treinta minutos y todo va bien, todo se lo debo a esas increíbles mujeres que tengo como tías y sobre todo a mi madre, desde que llegaron no han dejado que vuelva a entrar en la cocina porque según ella podría estropear todo. Les dije que luego no queria escuchar quejas por su parte por no haber participado en la organización, ahora me encuentro en el patio mirando a todos los niños que han venido a la fiesta.
Tener a tres niños en diferentes secciones hace que hacer un cumpleaños sea caótico, hay casi doscientos niños aquí y no sé cómo no me he vuelto loco aun.
–Me alegro que seas un muy buen padre –musita Caleb Smith detrás de mí –siempre supe que razonarías y me alegro de que lo hayas hecho.
–Tú también fuiste un gran padre –le espeto –aprendí del mejor.
–No lo creo –refuta él con una sonrisa –yo jamás abandone a tu madre durante el embarazo como tú, idiota. Otra cosa es que ella jamás me lo haya dicho pero jamás te abandone.
–¿Algún dejaras de recordarme mis errores? –pregunto.
–Jamás –responde y se ríe –sino dejaría de ser un buen padre, pero por hoy lo dejo.
Ambos reímos y justo en ese momento se acercan mi madre junto con Emma y Annie, mi hija me pide que la cargue y así lo hago porque amo tener a mi pequeña princesa entre mis brazos, mi padre intenta hacer lo mismo con Annie pero ella no se deja ya que dice que es una chica grande como para esas cosas. A lo lejos puedo ver a mis otros dos hijos que están jugando junto con sus compañeros de clases, pongo toda mi atención en Emma porque así lo reclama ella.
–¡Papi! –grita Emma –mami vendrá hoy ¿no?
–Nena sabes que eso no es posible –me duele decirle esto pero sé que ella tiene que entender que Megan no vendrá –¿recuerdas la charla que tuvimos sobre mami?
–¡Quiero que mami venga!
Emma hace que la baje de mis brazos y corre hacia sus hermanos, la veo como llora y eso me parte el corazón pero no puedo decirle que su madre si vendes cuando no es verdad, Magnar abraza a su pequeña hermana y Matthew acaricia su cabello. Mis tres hijos son muy unidos, cuando uno sufre lo hacen los tres y sobre todo mis dos varones protegen con su vida a su hermana, Emma también da la vida por sus dos hermanos y sobre todo es muy celosa de ellos o eso demuestra, siempre que una niña se acerca a ellos.
Se que a Magnar no le gusta mucho hablar de su madre, a pesar que siempre fue unido a ella y Matthew es alguien que evita todo lo que tenga que ver con su madre pero si le preguntan sobre ella habla, pero no es muy frecuente. Emma por su parte siempre pregunta por ella porque siempre quiere estar cerca de Megan, sé que es difícil para los tres no tener a Megan con ellos todo el tiempo pero las cosas se dieron así y no hay otra cosa que hacer.
–Es hora de abrir los regalos –musita mi tía Majo.
Asiento con la cabeza y camino hasta los trillizos pero ellos en cuanto me ven corren en dirección a mi padre, sé que Emma está enojada conmigo por lo de su madre, por ello también lo están Magnar y Matthew, no me gusta que ellos estén enojados conmigo pero tampoco discutiré con ellos. Camino hasta el pequeño espacio donde están las bancas para que ellos se sienten y puedan abrir sus regalos, los tres ya se encuentran allí y tienen una gran sonrisa.
Luego de varios minutos ya casi están terminando de abrir cada regalo que les han hecho y son varios los regalos que han recibido este año, solo espero que les guste mi regalo porque he pensado mucho sobre que regalarles y creo que conseguí el regalo perfecto. Terminan de abrir los regalos de todos sus compañeros de clases y ahora es turno de los regalos de la familia, la primera en darle un regalo es Annie; ella le dio un hermoso brazalete con un dije de mejores amigas a Emma y a los chicos les regalaron unas camisetas de futbol firmadas por sus jugadores favoritos, estos regalos son de parte de mis padre y Annie, aunque ella se haya llevado todo el crédito.
Mis tíos Zack, Majo y los gemelos les regalaron unas clases de karate, eso es gracioso porque me encantaría ver a Emma haciendo algo como eso, a mi pequeña no le gusta nada que tenga que ver con el contacto físico. Mis tíos Edmon, Sophie y sus hijos les regalaron pases libres para el mejor parque acuático de la ciudad con algunos entradas de más para que puedan invitar a quienes quieran, mis tíos Fernand, Colette y sus hijas les regalaron a Emma una figura de la torre Eiffel de cristal y a los chicos les dieron un nuevo equipo de futbol.
Ahora es mi turno de darles sus regalos, solo espero que les guste mi sorpresa, recuerdo que este regalo lo había hablado con Megan hace mucho tiempo atrás y por lo menos este cumpleaños ellos tendrán algo de parte de los dos, me acerco hasta ellos y a cada uno les entrego un estuche color negro. Los abren y luego se miran entre sí, creo que se ven algo confundidos y me acerco a ellos para poder explicarles su regalo.
–¿Qué es, papi? –pregunta Matthew.
–Es un regalo mio y de su madre –les digo y sonríen, aunque Magnar está algo serio –miren, estoy collares los mande hacer solo para ustedes y además cada uno tiene una flor diferente, también detrás de cada flor hay una inscripción.
»El dije de Magnar tiene una flor de lis y detrás tiene la palabra cuerpo, el dije Emma tiene un lirio y detrás tiene la palabra corazón; y Matthew tiene el dije de una magnolia, detrás tiene el palabra alma. Porque eso son para nosotros, nuestro cuerpo, corazón y alma.
Mientras les explicaba a cada uno que flor tenía les fui colocando sus medallas y bese su frente, después de colocarle a cada uno su medalla me senté y los tres se abalanzaron sobre mi tirándome al suelo. Los cuatro rompimos en risas y todos a nuestro alrededor también.
–¿Yo no merezco un abrazo como ese? –se queja alguien.
Los trillizos me sueltan y corren hasta la persona que acaba de hablar, me paro con prisa para poder seguirlos y cuando mis ojos se posan en aquella bella mujer mi corazón comienza a galopar muy de prisa. Me encanta ver a la mujer que amo junto con mis hijos, amo la forma en como le demuestra su amor pero sobre todo, amo que sea la madre de mis hijos.
Pensé que Megan no podría venir a la fiesta de los niños por cuestiones de trabajo, ya que hace dos años atrás se lanzó como cantante y últimamente sus giras se han vuelto muy demandante y aunque sé que no le agrada pero tampoco queremos hacer que deje su sueño por nosotros. Megan es una madre extraordinaria y siempre que puede estar con los chicos lo demuestras, además que cada noche habla con ellos cuando no está en casa, también los suele llevar con ella a las giras pero siempre y cuando no tienen clases.
–Pensé que estarías en Nueva York –le digo y luego beso sus gruesos labios.
–Jamás me perdería el cumpleaños de mis mosqueteros –espeta con una gran sonrisa.
–Mami –la llama Matthew –¿me trajiste algo de tu viaje?
–¡Matthew! –lo regaña Magnar.
–Les daré sus regalos por la noche –Megan les giña el ojo –ahora vayan a jugar.
Los tres asienten y salen corriendo en dirección opuesta a nosotros, Megan y yo nos quedamos allí parados mientras vemos como nuestros hijos corren por el patio de la casa, puedo escuchar sus pequeñas risas desde aquí y me encanta escucharlas. Me pongo detrás de Megan y la abrazo, ella se aferra a mis brazos y eso me hace sentir mucho mejor, hoy tengo todo lo que siempre quise para mi vida. Tengo a la mujer que siempre ame y esa mujer me dio a los hijos más hermoso e increíbles del mundo, no le puedo pedir más a la vida.
Megan.
Ya son más de las nueve de la noche y mis pequeños aún siguen despiertos, no los he mandado a la cama porque hasta hace algunos minutos atrás Annie a estado aquí junto con sus padres, pero ya se han ido y ahora es hora de poder darles los regalos que les he traído a mis hijos. Me acerco hasta la sala de juegos en donde se encuentran mis pequeños mosqueteros y mi hermoso esposo, me quedo parada en el marco de la puerta y los veo jugar.
Verlos así hace que todo lo que pasamos haya valido la pena, yo estuve al borde de la muerte luego del disparo que recibí, estuve dos meses en coma pero cuando desperté lo primero que vi fue a mi hermosa familia. Emma y Magnar estaban sentados jugando entre ellos y Matthew estaba acurrucado junto a mí y dormía plácidamente, Ethan estaba sentado en un sofá junto a la camilla y miraba con adoración a nuestros hijos; y en ese momento me di cuenta que Dios me había dado una hermosa familia y otra oportunidad de vida.
Estuve quince días más en el hospital y luego me dieron de alta pero cuando salí del hospital todo era un caos, mi nombre junto con el de Ethan, Kenia y Alec estaban por todos los medios de comunicación, éramos noticia por todo lo ocurrido en los últimos meses. Había salido a luz el secuestro de los niños y todo lo que sucedió durante el rescate, no sé cómo se filtró esa información pero así fue y no pudimos controlar nada de lo que los medios decían, dijeron todo a medias ya que no sabían bien todo lo que había pasado en los últimos meses pero eso ya no importa.
Lo mejor de todo es que Kenia junto con Alec fueron a prisión y su condena fue algo injusta para mí pero eso ya no importa, lo único que quiero es que se mantengan lo más lejos posible de mi familia, Alec obtuvo una condena de cinco años porque a él solo le dieron los cargos de secuestro pero a Kenia le dieron veinticinco años, pero fue rebajado a diez porque al parecer el padre de esa lunática es amigo del juez que dio sentencia. Lo que si pedimos fue una orden de alejamiento para ambos de por vida, aunque se harán efectivas en cuanto Alec salga de prisión y no falta mucho para ello, en cambio Kenia está en su lujosa mansión de Italia junto a su padre, no sé cómo lo consiguieron pero le dieron arresto domiciliario.
–Linda –Ethan me saca de mis pensamiento –¿en qué piensas?
–En que tengo unos fantásticos regalos –digo y mis pequeños saltan de la alegría –pero no recuerdo para quienes eran. ¿Sabes para quien traje los regalos Ethan?
Ethan parece pensar mucho a la pregunta que le hecho y luego miro a los niños y ellos le sonríen pero él se gira para mirarme y me sigue el juego.
–No, no lo sé.
–¡Para mí! ¡Para mí! ¡Para mí! –gritan mis pequeños.
–¿Seguros? –pregunto y ellos asiente efusivamente –entonces tendremos que hacer una búsqueda del tesoro porque me he olvidado donde deje todos los regalos.
–¡SI! Búsqueda del tesoro –gritan Magnar y Matthew al unisonó.
Ambos salen corriendo de la sala de juegos y escucho sus pisadas por la sala, creo que fue mala idea hacer este juego, ese par me pondrá la casa patas arriba, vuelvo a mirar a Ethan pero me doy cuenta que Emma continua aquí parada. La miro y ella solo me sonríe para luego correr a los brazos de su padre, mi pequeña niña es la princesa de papá y ambos son muy unidos, a veces me siento celosa de su relación porque me gustaría que Emma sea más unida a mí ya que ambas somos las únicas chicas en esta familia llena de hombres pero esa niña no puede estar mucho tiempo separada de su padre.
Me acerco hasta ellos y acaricio el cabello largo y azabache de mi pequeña niña, la beso en la mejilla y ella me regala una enorme sonrisa que hace que mi corazón se hinche.
–¿Emma no iras hacer la búsqueda? –pregunto y ella niega –¿Por qué?
–Se donde están los regalos –dice ella tan tranquila –Meme y Mat jamás se dan cuenta que siempre los escondes en el mismo lugar, sé que están en nuestras habitaciones. Solo les doy tiempo.
–Eres muy inteligente –le celebra Ethan y ella se ríe –Ve a decirles a tus hermanos donde están o destruirán toda la casa.
Ethan baja a Emma de sus brazos y ella sale corriendo mientras grita "los encontré" y mis pequeños tornado dejan caer algunas cosas y me siento aliviada pero al mismo tiempo asustada por lo que han dejado caer al suelo, suelto un suspiro y escucho una sonrisita por lo bajo de Ethan. Lo miro y lo fulmino con la mirada pero él solo me regala esa sonrisa tierna que hace que me enamore más de él, salgo la habitación de juegos y me dirijo al segundo piso para poder ir a ver a mis pequeños niños.
Cuando llego a la puerta de la habitación de Matthew entro en ella y lo veo sentado en su enorme cama, está abriendo su ultimo regalo ya que el resto está en su cama. A Matthew le compre una pista de carreras con varios coches ya que su abuela Isabella le heredo el amor por los coches y también le compre algo de ropa y por ultimo un disfraz de su super héroe favorito.
Voy a la habitación de Magnar y él está al igual que Matthew en su enorme cama con cabecera de madera pero Magnar ya termino de abrir sus regalos y también ha limpiado su habitación, ya que no hay papeles tirados en el suelo, Magnar esta recostado en su cama junto con su nuevo libro que le he comprado. A mi pequeño niño le gusta leer y también les ha enseñado a sus hermanos a hacerlo, a él le regale cinco nuevo libros y también ropa nueva.
Continuo con mi recorrido y termino en la habitación de mi Emma, ella está sentada en el suelo y mira con emoción los tres vestidos que le traje, los compre porque sabía que a ella le encantarían ya que se parecen bastante a los que usan las princesas que a ella le gusta. También le compre algunas tiaras de flores que hacen juego con sus vestidos y también mi último álbum en karaoke ya que a mi pequeña Emma le encanta imitarme junto con Annie, ambas se pasan horas cantando y disfrazándose para hacerlo.
–Niños hora de ir a dormir –grito y los escucho quejarse –ya se pasaron la hora de dormir y si no se duermen mañana no podremos ir al parque de diversiones.
Los tres corren a sus baños para poder cepillarse los dientes y cambiarse la ropa para poder ir a dormir, los dejo que terminen de alistarse y me dirijo hasta mi habitación para también poder dormirme, porque me siento exhausta. Cuando entro a mi habitación me encuentro con Ethan ya cambiado, tiene un pantalón de chándal y una camiseta sin mangas; se ve tan apetecible.
Camino hasta el armario y allí me saco toda la ropa que llevo puesta, me pongo unos short que apenas cubren mi trasero y una camiseta de mangas que cubren mis short, me quedo descalza porque amo estar así en casa, aunque siempre regaño a los niños cuando lo hacen. Salgo del armario y me dirijo a los baños pero Ethan me detiene y me toma entre sus brazos.
–Estas muy hermosa así –me susurra al oído –puedo quitarte esa ropa, creo que te verás mejor sin ella.
–Tengo que ir a contarles un cuento a los niños –le respondo y le doy un casto beso en los labios.
–Lo hago yo –dice y sale de la habitación antes de poder protestar.
Continua con mi ritual nocturno, entro al baño y me quito todo el maquillaje que tengo puesto y luego me lavo los diente para poder ir a costarme, cuando llego a la mesita de noche tomo una liga para el cabello y me hago un moño desordenado. Me siento en la cama y me acomodo en ella para poder recostarme y así esperar a Ethan, hace dos semanas que no lo veo cara a cara, pero todas las noches hablamos por video llamada al igual que con los niños y no es lo mismo que poder sentirlos.
–¡Mamá! –gritan todos desde la habitación de Emma.
Me levanto de la cama y me coloco una bata para poder salir de mi habitación y dirigirme a la habitación de Emma, cuando llego allí me doy cuenta que no están allí, camino por la habitación de Emma hasta llegar a la de Magnar y allí se encuentran las cuatro razones de mi vida. La cama de los niños es tan grande que los cinco podríamos dormir allí, no sé porque accedí a comprarles esas camas pero Ethan fue muy convincente para conseguir un sí de mi parte, si se preguntan cómo lo consiguió puesta la única respuesta a eso es, buen sexo.
–Mami quiero que cantes –me pide Matthew –si no cantas no dormimos.
–¿Puedes cantar nuestra canción? –me pregunta Magnar.
Asiento con la cabeza y me recuesto al lado de Magnar ya que Emma esta justo a su padre y Matthew está en medio de todos, comienzo a tararear la canción y ellos sonríen pero antes de poder comenzar con la canción los tres bostezan al unisonó. Comienzo a cantar y Emma también lo hace, las dos cantamos hasta que mis tres niños se quedan dormidos, Ethan toma a Emma en brazos y la lleva a su habitación, yo hago lo mismo con Matthew.
Beso a Matthew y lo arropo en su cama, luego voy hasta la habitación de Magnar y Emma, y también los beso y arropo. Salgo de la habitación de mi pequeña y camino hasta mi habitación, allí está mi hermoso esposo sentado en el borde la cama y sé que me está esperando.
Me acerco hasta él y me coloco entre sus fuertes piernas, le acaricio el cabello y luego paso mis dedos por su incipiente barba de tres días, me encanta cuando se deja así la barba, porque cuando nos besamos hace que me pique y por alguna razón eso me fascina. Me inclino para darle un beso tierno pero él hace que ese beso tierno se convierta en algo más carnal y pasional, yo me dejo hacer por este hermoso hombre que tengo por esposo y en cuanto nos separamos nuestras respiraciones son agitadas, escucho unos pequeños pasos que provienen de la habitación de Emma y creo saber que está pasando.
–¿Los has escuchado? –le pregunto a Ethan.
–Si –dice y se le escapa una risita –¿quieres ir a verlos?
Asiento y le tomo la mano a Ethan para que me acompañe hasta la habitación de Emma ya que queda justo frente a la nuestra, abro despacio la puerta y la pequeña luz que les pongo a ellos es lo único que alumbra. Miro la cama de Emma y allí me encuentro a mis tres mosqueteros dormidos como cuando eran bebés y no les gustaba dormir separados, a veces ellos duermen juntos y siempre lo hacen en la cama de Emma, son sus hermanos quienes la buscan para dormir juntos y a ella no le molesta en lo absoluto que ellos hagan eso.
–Han dormido juntos toda la semana –me informa Ethan –siempre que llevo a los chicos a sus camas ellos vuelven a la cama de Emma y duermen abrazados.
–Aún no se pueden separarse del todo –susurro y no dejo de mirarlos –aunque durante el día se maten, pero ellos son demasiado unidos.
–Espero que siempre sea así –musita Ethan y me abraza por detrás –gracias.
–¿Por qué me agradeces?
–Por la hermosa familia que me has dado –me dice él y besa mi cuello –además porque nunca te rendiste y sobre todo gracias por siempre perdonarme y creer en mí, aunque sé que nunca me lo merecí.
–Siempre creeré en ti –le digo y me giro en sus brazos para mirarlo a los ojos –todos comentemos errores y todos merecemos segundas oportunidades, además en lo que más creo es en esta hermosa familia que hemos creado. Esto es todo lo que siempre quise.
Le doy un casto beso en los labios a Ethan y él sonríe por eso, me vuelvo a girar en sus brazos y vuelvo a mirar a mis pequeños, veo como Emma intenta sacar el brazo de Matthew de su rostro pero él no se lo permite, entonces ella hace lo mismo y él se gira para darle la espalda. Me rio por lo bajo y Ethan también lo hace, lo escucho soltar un gran suspiro y yo también lo hago.
–Nunca me dejes –me pide Ethan en un susurro –por favor nunca pero nunca me dejes.
–Nunca lo hice y nunca lo hare –le digo y lo miro a los ojos para que crea mis palabras –pero tú nunca me dejes a mi –le suplico –nunca nos dejes.
–Nunca lo volveré hacer –promete –antes prefiero ser ejecutado por un pelotón que abandonar a mi hermosa esposa y mis increíbles hijos.
Lo beso y lo beso con pasión porque realmente lo necesito, Ethan corta el beso y me toma de la mano para sacarme de la habitación de nuestros hijos, cuando cerramos la puerta con el mayor de los cuidados me toma entre sus brazos y entremos en nuestra habitación. Y esa noche nos amamos como siempre lo hacemos pero esta noche hubo algo diferente y es que esta noche estábamos cerrando un pacto de amor.