Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Tr...

By EMM1498

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Me siento muy feliz de tener a la mujer que siempre he amado junto a mi y mas porque hemos pasado por mucho p... More

Prologo
Capitulo 1: Volver
Capitulo 2: Una voz y un mensaje
Capitulo 3: ¿Qué cambio?
Capitulo 4: Una oportunidad
Capitulo 5: Una foto
Capitulo 6: Explicación
Capitulo 7: Primer Año
Capitulo 8: Navidad
Capitulo 9: Sorpresa
Capitulo 10: Preparativos
Capitulo 11: Última noche
Capitulo 12: Gran día
Capitulo 13: Entre tus brazos
Capitulo 14: Aniversario.
Capitulo 15: Mi felicidad
Capitulo 16: Lo inesperado
Capitulo 17: Una cada mil
Capitulo 18: No te reconozco
Capitulo 19: Volver al pasado
Capitulo 20: Sola contra el mundo
Capitulo 21: April quiere salir
Capitulo 22: Noche de chicos y una mas
Capitulo 23: Fiesta y karaoke
Capitulo 24: Lo prometiste
Capitulo 25: ¿Cómo esta ella?
Capitulo 26: Una perdida y una sorpresa
Capitulo 27: Reunión familiar
Capitulo 28: Carta
Capitulo 29: Lucha
Capitulo 30: Sesión de fotos
Capitulo 31: Adios amor
Capitulo 32: Salvenla
Capitulo 33: Entre mis brazos.
Capitulo 34: Gracias
Capitulo 35: La quiero lejos
Capitulo 36: La sentencia
Capitulo 37: Tenemos que hacerlo
Capitulo 38: ¿Dónde están?
Capitulo 39: Hay que rescatarlos
Capitulo 41: ¡¿Estas Feliz?!
Capitulo 42: Nunca Me Dejes
Epilogo
Nunca Lo Imaginé

Capitulo 40: Un plan

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By EMM1498

–Troy necesito un acta de divorcio.

¿Un acta de divorcio? –inquiere el abogado de Megan –¿para qué quieres eso?

–Redáctalo y cuando vengas a mi casa te explico.

Cuelgo la llamada y no dejo que me responda, vuelvo a la habitación con Megan y cuando entro la veo parada junto a la ventana y está llorando, sé que le costó mucho decirme todo sobre la llamada que le hizo la desquiciada de Kenia. Aun no entiendo como hizo para llevarse a los niños cuando ella estaba hospitalizada y sé que estaba allí porque fui a verla, aunque ella jamás se enteró. Por suerte.

Abrazo a Megan por detrás y ella llora con más fuerza, sin poder contenerme lloro junto con ella y la abrazo con más fuerza porque sé que necesita sentir que alguien la apoya en todo esto, sé que tiene miedo de la reacción de la loca de Kenia pero tampoco podía hacer esto sola y sé que si le hubiera insistido no me hubiera dicho nada. Unos minutos después se escuchan unos golpecitos en la puerta, Megan se limpia las lágrimas y yo hago lo mismo y dejamos pasar a la persona que estaba tocando, Ross se asoma por la puerta y nos informa que algunos oficiales ya llegaron; le digo que bajamos en unos minutos.

Megan se quita mi caseta y queda en ropa interior, se acerca al armario y cuando vuelve a salir esta vestida con unos leggins negros y una buzo que parece que es mio pero no digo nada, ella me pasa mi camiseta y me la vuelvo a poner, ya que tengo los vaqueros puestos. Ambos salimos de la habitación y tomo de la mano a Megan para que se sienta más segura de lo que vamos hacer, solo espero que todo salga como espero.

Al llegar a la sala veo que está casi toda mi familia, menos la familia de mi tío Edmon y mi tío Fernand, también están April, Adam, Ross y dos oficiales. Acerco a Megan hasta el sillón y hago que se siente junto a mi madre, luego me acerco hasta los oficiales y les pido que me acompañen hasta a la oficina pero Megan me detiene diciéndome que ella también quiere escuchar cualquier cosa que tenga que ver con nuestros hijos.

Pongo al tanto a todos los presente sobre la llamada que recibió Megan y mi madre no tardó mucho en tirar sus hermoso y tan respetuosos comentarios hacia Kenia, luego de parar el ataque verbal que tuvo mi madre pudimos continuar con la conversación. Los oficiales le piden a Megan el numero desde que se comunicaron pero ella les dice que no aprecio un número, si no que apareció como numero privado.

De igual manera los oficiales le pidieron su teléfono para verificar que no se puede rastrear el número y ella se lo da sin problema, los oficiales se retiran para poder ver que más pueden hacer para rastrear a Kenia, ya que se sabe que fue quien secuestro a mis hijos, pero la pregunta que más se hizo esta noche fue ¿Cómo hizo todo eso, si ella estaba internada? Los oficiales nos dijeron que probablemente tenga algún cómplice o le esté pagando a alguien para que la ayude, no sé quién podría estar así de loco para lastimarnos pero sé que la persona que la está ayudando no solo busca dinero fácil y creo que es alguien que nos conoce.

–Buenas noches –musita Troy al entrar a la sala –aquí tienes lo que me pediste Ethan.

Troy se acerca y me da un sobre blanco cerrado, le agradezco y saco los papeles que están allí, me doy cuenta que son los mismos papeles tuve que haber firmado hace algunos meses atrás con Megan, esto hará que todo sea más creíble. Se los doy a Megan y ella los lee con rapidez, luego me pide una pluma y se la paso. Firma en donde está indicado y luego me lo extiende para hacer lo mismo, así lo hago y los vuelvo a guardar en el sobre.

–Ya estamos divorciados –musito serio –espero que esto sea lo correcto.

–Lo es –espeta Megan y se levanta del sillón –esto fue lo mejor.

Megan.

Han pasado dos días desde que aquella mujer me llamo y aun no me ha vuelvo a llamar, estoy pasando un infierno peor al que estaba viviendo hasta que me llamo, no quiero que mis niños estén con esa loca, porque fue ella quien puso su vida en riesgo desde un primer momento. La casa está llena de gente, nadie se ha ido desde que sabemos quién tiene a los trillizos y por una parte me reconforta tener a todos aquí, por otro lado me encantaría estar sola y poder llorar, gritar o terminar de volverme loca, pero tengo que mantenerme fuerte por ellos.

Tomo mi teléfono de la mesa de noche y salgo de la habitación para poder ir a la playa un rato, necesito estar sola y poder escuchar a mis pensamientos, porque ahora mismo no lo puedo hacer y más por las discusiones entre Ethan y sus padres, estas se han hecho más frecuentes. Sus peleas son cada dos horas o menos y eso me está cansando, entiendo que todos estamos los nerviosos pero no creo que discutir sea la solución para eso.

Al salir de la casa la brisa choca contra mi rostro, al sentirla una paz llega a mí. Camino hasta poder tocar la arena con mis dedos, cuando estoy frente al océano no puedo evitar avanzar hasta poder tocar el agua. Llevo una hora aquí pero no quiero regresar a la casa y sé que no le hago falta a nadie allí adentro pero a las únicas que me necesitan realmente no las puedo ayudar como me gustaría.

El sonido de mi teléfono hace que me sobresalte pero lo tomo con rapidez y veo que es nuevamente aquel número privado y sé que es ella, me limpio las lágrimas que se me habían escapado y contesto rápidamente.

–Ya está todo hecho –musito con rapidez.

Me gusta que seas rápida, aunque eso ya lo sabía –espeta con burla pero lo paso por alto –ahora escúchame bien. Haremos todo esta noche, tú me entregas los papeles del divorcio y yo te llevo a tu malditos bastardos.

–Está bien –le digo con la voz apenas audible –, dime donde nos vemos y a qué hora e iré.

Esto no será nada fácil maldita –la voz de Kenia paso de divertida a aterradora –primero tienes que salir de aquella maldita casa, no quiero que nadie sospeche nada porque supongo que no has dicho nada ¿no es así?

–Nadie sabe nada –sollozo

Bien –continua Kenia –, entonces en una hora una camioneta estará esperando por ti en la esquina. Te subirás a ella y no preguntaras nada, tienes que llevar contigo solo los papeles porque no quiero que nadie te rastree o algo.

No pude preguntarle nada sobre mis niños porque cuando termino de explicarme como seria el coche que vendría por mí termino la llamada abruptamente, me quedo unos minutos más en la playa viendo cómo se oculta el sol. Cuando entro en la casa veo que solo tengo treinta minutos antes de que lleguen a recogerme, me meto en mi habitación y voy directo al baño para poder tomar una ducha rápida, de alguna manera me quiero sentir limpia y bien para mis niños.

Salgo unos cinco minutos después porque ahora quiero hacer todo rápido, me visto con solo unos vaqueros de mezclilla, una blusa blanca, una sudadera y unas converse negras. No me peino ni nada, mi cabello apenas y me enmarca la cara, así que lo dejo como esta, ya cuando estoy lista miro mi teléfono para mirar la hora y veo que solo faltan diez minutos para que pases por mí.

Ahora solo tengo que pensar cómo salir de esta casa sin que nadie me vea, sé que tendría que decirles a todos lo que está pasando pero ya he puesto en riesgo a mis hijos por decirle a Ethan sobre la primera llamada y sé que si le hablo sobre esta nueva llamada muchas personas me dirán que no vaya o que me estarán vigilando y no quiero eso. Salgo de la habitación y bajo para ver quienes están cerca de la puerta o como puedo salir, cuando llego veo que hay muchas personas en la sala así que no podré salir por aquí, pienso en otra salida y la única que me queda es la del patio así que camino hasta la cocina, así podré salir al patio trasero.

Cuando ya estoy en el patio, intento ser lo más rápida posible para que nadie se dé cuenta de mi ausencia y ya cuando estoy saliendo del patio para ir a la verja para salir una voz me lo impide. No quiero girar para ver quién es porque no he podido identificar la voz, solo pienso una buena excusa para dar pero no se me ocurre nada.

–¿Ahora se te dan las escapadas? –musita aquella voz –yo que siempre quise verte hacer esto y lo vienes hacer en una situación como esta. Tienes que tener una muy buena razón.

–Tengo una buena explicación –digo aun de espalda, cuando me giro me tranquilizo un poco al ver a esa persona –¡April! Me asustaste.

–Me doy cuenta –camina hasta estar delante de mí y se cruza de brazos –¿A dónde vas?

–Solo necesito salir de aquí.

–Te acompaño –dice ella y comienza a caminar –yo también quiero salir de aquí, esto parece un manicomio y sobre todo con las discusiones de tu ex marido y tu ex suegra.

Necesito deshacerme de April pero no puedo decirle nada porque seguro me diría que le dijera a todo el mundo y no quiero hacer eso, pienso en otra excusa y le digo que me gustaría estar sola pero ella me dice que podemos salir juntas y que ella me dejara donde quiera y ya luego pasa por mí. Odio cuando April le busca la vuelta a las cosas, le vuelvo a decir que no es necesario que solo caminare por aquí pero ella me dice que vayamos juntas y que ella se queda también por allí ya que no quiere ir hasta el centro.

–Deja de darme excusas y dime realmente que es lo que vas hacer –musita April ya molesta.

–Solo quiero estar sola –miento –no quiero estar en compañía de nadie.

–Mientes –espeta segura –eres pésima mintiendo o por lo menos a mí no me puedes mentir, dime que es lo que pasa o voy a decirles a todos ahí adentro que estas huyendo.

–¡No! –hablo un poco más alto –solo déjame ir, cuando vuelva prometo contarte todo pero ahora solo déjame ir. Estoy llegando tarde y no puedo permitirme eso.

–¿Iras a verla?

–Solo déjame ir –pido –luego te cuento que es lo que paso.

–Sabes que es peligroso –April me toma del brazo para detenerme –no voy a dejar que te vayas sola.

–No puedes venir conmigo –aclaro –vendrán por mí y así nos veremos, solo déjame ir por ellos.

April me mira con pena y luego asiente con la cabeza, me suelta y me da un fuerte abrazo cuando me suelta me dice que en cuanto pueda me comunique con ella, pero le digo que no tengo manera de hacerlo porque me prohibieron llevar un teléfono. Entonces ella me pasa un pequeño bolso que no había visto que tenía y me lo extiende, me dijo que allí adentro estaba su teléfono de trabajo y que llame a su número privado, nos despedimos por tercera vez y comienzo a caminar hasta la verja para poder salir de la casa.

Camino por la calle hasta que visualizo la camioneta negra que me había dicho Kenia que vendría por mí, me acerco hasta la camioneta y puedo ver alguien se mueve del lado del conductor. Me quedo parada allí esperando que aquella persona se baje pero no lo hace, solo me abre la puerta de atrás y yo subo rápido para que nadie me vea.

Una vez dentro del coche intente ver el rostro del conductor pero se me hizo imposible, él se ocultaba de mi pero tenía algo familiar que no supe que era, el coche arranco y el conductor no hablo nada, intente preguntarle a donde íbamos o como estaban mis hijos pero no respondió, solo se limitó a conducir. Veinte minutos después estábamos a las afuera de la ciudad, comencé a ponerme aún más nerviosa porque no sabía a donde iba o que podría sucederles a mis niños, realmente no me importaba mi vida porque lo único que quiero es que ellos estén bien y si a mí me pasa algo por lo menos lo tendrán a su padre.

Treinta minutos después el coche se detiene frente a lo que parece un parque abandonado, un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando escuche la voz del conductor, ahora sabia de donde se me hacía familiar, no puedo creer que él se hay unido a la loca de Kenia para lastimar a mis pequeños niños. Pensé que aquel hombre era mi amigo pero ahora me doy cuenta que no era cierto, que solo quiere lastimarme a mí y a mis niños.

–¿Alec?

–Solo camina –musita él –luego hablaremos de lo que quieras, pero ahora solo camina.

–¿Por qué la estas ayudando? Te das cuenta que está loca ¿verdad?

–Cierra la boca y camina –exige Alec y me puja para que camine –si quieres ver a tus hijos solo camina... por favor.

Se que no quiere lastimarme, pero no me siento nada cómoda con él o más bien no reconozco a la persona que tengo delante de mí, este no es el Alec que yo conozco, no se quién es la persona que está junto a mí pero lo único que quiero es estar lo más lejos que pueda de él. Mientras caminamos, a vaya saber Dios, me mantengo lo más alejada que puedo de Alec y sé que él se ha dado cuenta porque en varias ocasiones ha intentado tomarme del brazo pero yo he apresurado el paso.

A lo lejos veo una glorieta de madera y es cuando me doy cuenta que no estoy en un parque abandonado si no que más bien es el patio trasero de una casa abandonada, la casa se ve muy grande y que en algún momento fue hermosa pero no reparo mucho en ella, algo allí en la glorieta llama mi atención. Visualizo mejor y veo que hay una mujer allí, sé que es ella pero intento ver si está sola o hay alguien más que la ayuda porque si llego ver a Alex aquí no podré soportar el dolor de ver a dos personas que queria metidos en algo tan horrible como el secuestro de mis hijos.

Cuando más me acerco a la glorieta mis pasos se hacen más lentos, quiero llegar lo más rápido que pueda pero al mismo tiempo no y es porque no quiero tener frente a mí a esa mujer desquiciada. Cuando por fin llego a la glorieta la veo mejor, veo cómo va vestida y como siempre su vestimenta es llamativa, lleva puesto un vestido negro ceñido a su cuerpo, demasiado escotado para mi gusto y unos tacones muy altos.

También esta aquel maquillaje sutil que hace que su rostro parezca el de un ángel pero nada de lo que aparenta es la verdadera Kenia Bianchi, ella es una maldita desquiciada que está obsesionada con Ethan pero no seré un obstáculo para su obsesión, ya me di cuenta que no tiene límites para conseguirlo. Me paro frente a ella y le extiendo los papeles del divorcio porque no quiero pasar mucho tiempo frente a ella, solo quiero que me dé a mis hijos y largarme de aquí con ellos, quiero dejar toda esta pesadilla lo más lejos que pueda y no quiero volver a pasar por algo así.

–Ahí está todo lo que querías –musito seria –ahora dame a mis hijos.

Tranquilla cara –espeta ella con una gran sonrisa –¿no quieres saber la verdad detrás de todo esto?

–Solo quiero que me des a mis hijos –digo en tono aún más serio –quiero irme de aquí lo más lejos posible.

–Pero primero quiero contarte el plan que armamos mi socio y yo.

–Es mejor que sigamos lo acordado –interviene Alec algo nervioso.

–No amore –le responde Kenia y yo los miro a ambos –¿tienes idea de quien planeo todo esto?

Niego con la cabeza y Kenia sonríe como la loca que es, luego mira a Alec pero él solo mira el suelo y eso me da a entender que fue él quien planeo todo esto pero ¿con que fin? Se que no le alegro nada que haya vuelto con Ethan pero ¿Qué culpa tienen los niños?

–Pues déjame decirte que aquí nuestro amigo en común, fue quien planeo gran parte de nuestro maravilloso plan –continua hablando –él me busco unos días después del nacimiento de tus bastardos y bueno... me planteo que podríamos hacer algo para separarlos y dije ¿Por qué no?

–¿Enserio hiciste eso? –le pregunte a Alec pero él no respondió.

–Y no hizo solo eso –responde Kenia por él –fue su idea secuestrar a los niños, también fue su idea hacer que yo me interne y así sacarme de la lista de sospechosos ¿es genial no lo crees?... pero fue mi idea lo del divorcio porque tengo ser sincera contigo, no solo los queria separar así nomás porque si iba hacer esto tenía que valer la pena.

–¿No les importa lastimar a las personas con tal de conseguir lo que quieren? –musite enojada –¡¿Jamás pensaste en lo que sufrirían mis hijos?! ¡Eres un maldito idiota Alec!. ¿crees que después de todo esto querré estar contigo?

–Solo quiero una oportunidad –susurra Alec –yo te amo y él jamás lo podrá hacer como yo, solo yo sé cómo amarte como te mereces.

–¡ESTAS ENFERMO IGUAL QUE ELLA! –grito por la furia –¡Solo denme a mis hijos!

–Ve por ellos –le ordena Kenia a Alec.

Él desaparece en la oscuridad de la noche y yo solo lo veo como se aleja de nosotras, me cruzo de brazos y me separo lo más que puedo de Kenia, ella solo me sonríe y toma asiento en una pequeña banca que está en la glorieta. Cada segundo que pasa se me hacen eternos, solo quiero ver a mis pequeños porque haces tres meses que nos los veo, solo espero que no se hayan olvidado de mí.

Veo la sombra de Alec a lo lejos y quiero correr hasta él pero en cuanto doy un paso escucho en ruido algo extraño, continuo con mi caminata hasta mis pequeños, Kenia me detiene con su voz y cuando giro para mirarla veo que me está apuntando con un arma. Doy un paso hacia atrás por la impresión que tengo pero ella solo sonríe con felicidad, es como si todo esto le divirtiera de una manera muy retorcida.

–Bueno –comienza a hablar Kenia –esta parte del plan no lo sabe mi querido socio pero tampoco lo tiene que saber ¿no?

–Baja eso, se te puede escapar un tiro.

–Soy buena con las armas –espeta aun apuntándome –mi papá me enseño desde pequeña a manejarlas, así que esto se disparara solo si yo quiero. Pero mira te daré una oportunidad, te dejare que te despidas de tus bastardos antes de que te mate aquí mismo y luego me iré con tus bastardos para dárselos a Ethan, luego nos casaremos y en unos cuantos años los mete en una casa de huérfanos porque no pienso criar a esos horribles bastardos.

–No es necesario que hagas esto –digo para que baje el arma –solo dame a mis hijos y yo desapareceré, jamás me volverás a ver. Pero no me lastimes ni los lastimes a ellos.

–¡No es tan fácil! –grita ella –si te dejo viva y a ellos, él jamás se podrá separar de ustedes y no quiero que él piense en ninguno de ustedes. ¡Lo quiero solo para mí!

En ese momento llega Alec con los niños y como eso distrajo un poco a Kenia me moví con rapidez hasta ellos, los cubrí con mi cuerpo y como ellos están en su cochecito es más fácil cubrirlos. Alec esta plantado junto a mí por la impresión y no se mueve ni habla, no sé cómo vamos a salir de esta pero lo único que tengo claro es que a mis hijos no les va a pasar nada.

–Lo siento tanto socio –habla Kenia con fingido pesar y luego se ríe –realmente no lo siento, ¡quiero que esta perra se muera!

–¡No es lo que acordamos! –le grita Alec muy molesto.

–Los planes cambiaron –musita Kenia con desinterés.

Mientras ambos continúan con su discusión yo me voy moviendo hacia atrás con el cochecito sin hacer ruido para que no me noten, lo estoy haciendo bien y ya estoy fuera de la glorieta, por suerte ambos siguen en su acalorada discusión. No pienso darles la espalda a ese par pero si volteo el cochecito de los trillizos así los puedo empujar mejor, aun no los he visto pero mi corazón se siente pleno y contento de poder tenerlos aunque sea así de cerca.

Alec se gira y me ve pero no dice nada solo continua con la discusión que tiene con la loca que tiene por socia o lo que sea que tengan ese par, como sé que él hará lo que pueda para que ella no me vea me giro y acelero el paso, no corro pero si camino con mucha prisa. De pronto todo a mi alrededor se convierte en un caos ya que se comenzaron a escuchar sirenas y a Kenia volverse aún más loca, de pronto son los ruidos de algo como una explosión lo que suenas por todos lados.

–¡Megan!

Antes de poder contestar siento como algo me quema el cuerpo, luego algo moja mi ropa pero no se bien que parte de mi cuerpo es y luego todo se me nubla, cayendo en aquella oscuridad que se me ha hecho algo familiar.

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