El recuerdo de un tatuaje.
7 de abril, 2015.
Cuando la puerta se abre, alzo mi vista y por supuesto que me encuentro con una de las mujeres más impresionantes que he conocido en mi vida: Juliet. Le doy una sonrisa y ella me la devuelve antes de inclinarse y besar mi mejilla, es un poco raro cuando antes solía recibir esos besos en la boca. Si bien ya estoy en acuerdo con nuestra separación, debo admitir que tomará un poco de jodido tiempo para que esto pierda cualquier chispa extraña que aún nos rodea. Es solo...Algo raro.
Se hace a un lado dejándome pasar, escucho como cierra la puerta detrás de mí, camino hasta la cocina, abro el refrigerador y solo cuando he tomado una lata de gaseosa, me doy cuenta de la familiaridad con la que me he movido y lo malditamente atrevido que ha sido eso de mi parte ¡Joder! Me giro y Juliet me observa, desde el marco que da paso a la cocina, divertida. Me encojo de hombros y rasco la parte baja de mi nuca.
—Lo siento, fue una cosa jodida, ya sabes, actúe en automático.
—No hay problema, pero esperemos no actúes automático sobre otras cosas...
Las palabras quedan colgando, pero fui capaz de captar la indirecta. Ella se gira y camina hasta la sala, la sigo y me dejo caer a su lado en el sofá. Siempre me puso algo nervioso que sus sofás sean blancos, de alguna manera siempre tuve en mente que los arruinaría, por lo que evitaba sentarme en ellos. Sí, ninguna follada en ellos, era demasiada presión ver cuán blancos eran y las miles de posibilidades de arruinarlo.
— ¿Por qué miras el sofá de esa forma? —Su voz con tono divertido gana mi atención.
—Solo pienso en por qué mierda fuiste por sofás blancos, es una cosa intimidante. La gente solo está pensando en no arruinarlos cuando deja caer sus culos en ellos.
—Son hermosos.
—Y blancos —repito.
—Dudo que vinieras a hablar sobre la elegancia de mis preciosos sofás.
No puedo evitar reír por lo bajo ante las palabras no implícitas: deja a mis jodidos sofás en paz. Dejo caer mi espalda sobre el respaldo y volteo a verla. Reparo en su rostro y noto leves bolsas en sus ojos.
— ¿No duermes, Juls?
—Sí duermo, solo tengo algunas preocupaciones, nada importante.
—Qué curioso, mientras salimos también tuviste mucha mierda complicada que me dijiste no era importante. ¿Qué ocultas?
Y aunque suena como una broma, la pregunta es real. Mientras fuimos novios, habían ocasiones en las que ella parecía preocupada, cuando le preguntaba lo eludía de cualquier manera, su arma más común era el sexo y bueno...Admito que me dejaba distraer, pero la preocupación siempre estuvo ahí e hice mi mejor intento en que me dijera qué podría darle tantas preocupaciones, nunca me lo dijo y dudo que lo haga ahora.
—Son problemas con el trabajo, cosas pequeñas...
—Las cosas pequeñas no dejan ese cansancio.
— ¿Tratas de decirme que estoy horrorosa luciendo cansada?
— ¡Joder! No dije eso.
—Tengo que ir a una reunión en dos horas, Dex. Así que, creo, debemos iniciar la conversación que dijiste quieres tener conmigo.
Directa al punto, mejor, no pretendo que nos mantengamos haciendo jodidos círculos. Suspiro y veo hacia el techo, sé que está mirándome, esperando pacientemente a que hable.
— ¿Esto no será una conversación de nuevo sobre nuestra historia, verdad? Porque no es sano que sea lo que hablemos cada vez que nos veamos.
—No, no es eso. Aunque una vez más dejo en claro que el del problema en nuestra relación fui yo.
—No caeremos de nuevo en esa conversación. Solo dime qué sucede.
—Muy bien, seré jodidamente directo.
—De acuerdo.
—Seré papá....O bueno, creo que ya lo soy.
Volteo a verla, sus ojos se abren más y mantiene la boca cerrada mientras me observa. Tal vez no lo he expresado bien y eso ha sido demasiado directo. Me incorporo y golpeo mis dedos contra mi rodilla, aclaro mi garganta ante el silencio.
— ¿Qué quieres decir? —termina por preguntar—. ¿Con quién? ¿Cuándo sucedió esto?
—Sucedió en enero, en la calle...
—Oh, Dios mío...Pero ¿Qué?
—Yo solo lo supe.
— ¿Supiste qué?
—Que iba a ser papá.
Abre y cierra su boca varias veces pareciendo desconcertada. Lleva su índice a su boca como si quisiera morder su uña, luego pasa la mano por su cabello.
— ¿Cómo una llamada? —pregunta.
— ¿Ah?
—Una llamada para ser papá.
—Bueno, eso suena bastante espiritual, no creo que fuese precisamente así, Juls.
—Estoy intentando entender. Sé que quieres ser papá, que es uno de tus deseos, pero no pensé que te llevaría a hacer un bebé en la calle. Pensé que lo sucedido entre nosotros había sido una enseñanza para ti sobre cómo no forzar las cosas a suceder y...
—Espera, espera. ¡Mierda! —Rio—. ¿Hacer un bebé en la calle? Ella es una bebé, pero tiene seis años, eso creemos.
— ¿No sabías que tenías un bebé y te enteras años después?
—De acuerdo, creo que la he jodido al darte la noticia. No lo hice bien. Respira hondo, Juls, parece que estás a instantes de matárteme.
—No estoy entendiendo todo este asunto de tú siendo un papá de un bebé.
—De acuerdo, vamos de nuevo —Uno mis manos—. En enero encontré en la calle a una niña de seis años preciosa, inteligente, dulce y con miedo que tocó mi jodido corazón. Lo pensé durante días, tal vez un par de semanas, y decidí que tal vez nacimos para ser familia.
»Sé que a veces la cagó, que muchas de mis decisiones son jodidas, pero nada se sintió tan real y correcto como cuando admití en voz alta que adoptaría a esa niña y seríamos padre e hija. ¿Se entiende mejor?
—Sí...
De nuevo permanece en silencio observándome, tiro de los hilos sueltos de la rotura de mi jean por encima de la rodilla. Ella podría hacer más que verme, como hablar, por ejemplo.
— ¿Puedes decirme algo? Esto es jodidamente desesperante.
—Es que...Esto es inesperado. ¿Por qué lo haces?
—Porque se siente correcto para mí, no es un capricho, es un deseo desde lo más profundo de mi jodido corazón. Ella es especial y sé que puedo hacer esto, que seremos felices juntos. Puedo dar lo mejor de mí para ser el padre que ella merece. Yo ya creo que es mi hija, es mi bebé.
»Y sé que muchos tienen dudas, después de todo durante años bromeé sobre robar bebés y luego está lo que te hice, pero esta es una decisión adulta real, honesta y firme de la que no voy a retractarme y sobre la cual he meditado mucho. No soy un jodido monstruo o estúpido, hago esto porque de verdad, así lo deseo.
—No dudo de tu capacidad...Parece que toda tu vida te has estado preparando para ser padre, es solo que es sorpresivo —Suelta una breve risa—. Bueno... ¡Felicidades! Estoy segura de que eres un padre increíble.
—Gracias —Le doy una pequeña sonrisa y respiro con alivio.
No es que la opinión de Juliet fuera a detenerme, es solo que se siente bien cuando todas las personas que me conocen de verdad y me aprecian, apoyan algo tan importante para mí.
—No es oficial todavía, estoy a prueba.
— ¿Cómo se llama ella? ¿Y en dónde está?
—Se llama Skylie y en este momento ella está con mi mamá. Es una niña maravillosa e increíble —Sonrío—. Hace que mi corazón se encoja de jodida ternura y que quiera abrazarla para protegerla de las atrocidades de este mundo.
—Hablas como un papá...Bueno, como creo que suenan los papás, los buenos... —aclara su garganta—. ¿Cuánto tiempo dura tu prueba? ¿En qué consiste?
—Debo demostrar que soy apto. Ya me realizaron una prueba psicológica y física. Max movió influencias para que en el tiempo de prueba, ella esté conmigo... —Hago una breve pausa—. La cosa es que...
— ¿Qué sucede?
—Sobre mi supervisora...Ella es...
— ¿Una horrible persona?
—No, no —Rio—. Ella parece un jodido ángel y yo...Creo que la conozco, es decir, sé que lo hice cuando conocí a su sobrino, pero hay algo más cuando la miro...
»Cuando la veo, la cabeza me da vueltas y siento que la conozco de alguna manera, además este inservible corazón late extraño a su alrededor.
— ¿Crees haber tenido sexo con ella antes? Ya sabes, en tu etapa de folladera intensa y playboy.
—Me siento ofendido.
—Eso no me detiene a decir lo evidente.
—No creo haber tenido sexo con ella, pero hay algo más y temo que eso complique el caso; bueno, que yo lo complique.
Permanecemos en silencio y luego ella golpea mi pierna con su mano, alzo la vista y me da una leve sonrisa.
—La manera extraña en la que late tu corazón tal vez solo te da pronóstico de lo que podría suceder.
—Yo...Lamento haberte dicho esto, tal vez te resulte incómodo.
—No, no te mentiré diciendo que no escuece un poco escuchar todo este entusiasmo hacia ella, pero es bueno que avancemos y si pretendemos ser los viejos amigos que fuimos, no necesito recordarte que siempre estaré para escucharte —Su sonrisa crece— y francamente, creo que será algo divertido ver qué podría suceder.
—Estoy asustado de mí —confieso en un susurro—. Estoy asustado de arruinar esto, de lastimar a alguien, de hacerlo un horrible desastre.
—Algunos desastres no son malos, tú haces unos espectaculares en tus buenos momentos —Rio—. Deja la negatividad para Ethan, mientras creas en ti y tu capacidad para lograrlo, sé que darás lo mejor de ti y la vida te premiará.
—Juls, la vida es una perra —Le recuerdo.
— ¿No me dijiste una vez que podías hacerla tu perra? —Golpea con su hombro el mío—. Hazlo.
—Quieres que me folle a la vida, sucia.
Estalla en carcajadas y yo también termino riendo. Me doy cuenta de que extrañé nuestra amistad.
— ¿Cómo se llama ella? —La miro con confusión y rueda sus ojos—. La mujer que hace que tu corazón esté latiendo de una forma rara y tu mente dé vueltas.
Pienso en ella y sonrío. ¿Es normal que una persona afecte tanto tu vida con tan solo un vistazo? Eso asusta un poco...Más que un poco.
—Yo la llamo Copo de Azúcar.
—Vale, ¿Y las personas normales cómo la llaman?
—Yo soy una persona normal, señorita odiosa —Sacude su mano restándole importancia—. Pero las otras personas normales, aparte de mí, le llaman Elanese.
— ¿Por qué siento que escucharé mucho ese nombre?
***
10 de abril, 2015.
En ocasiones tengo la ligera sensación de que Andrew debería venir con algún manual de fácil entendimiento, él es...Raro. No de una mala forma, es solo que parece que cuando lo descifras, hay algún otro aspecto de él que decide ver la luz y del cual no tenías ni puta idea. Así que lo despido junto a Max intentando no centrarme en su extraña despedida porque el niño se sentía o quería jugar a que era un oráculo.
En lugar de ello, me centro en la conversación con Elanese.
En realidad, me centro en no desviar mis pensamientos nada profesionales y comportarme, al menos esa resolución dura unos treinta segundos antes de que no pueda evitar preguntarle si tiene novio. Es un poco gracioso la manera en la que gira su rostro con rapidez para verme y luego aclara su garganta. Quiere saber por qué pregunto, pero en última instancia me hace saber que está soltera.
Qué jodida tentación para mí.
Es más tentativo cuando me devuelve la pregunta y a pesar de que trato de bromear con mi respuesta, termino por decirle la verdad: estoy soltero.
De alguna manera termino hablando, un tanto breve, sobre mi relación fallida con Juliet y estoy muy seguro que ese no debería ser nuestro tema de conversación, pero a estas alturas creo que no estamos llevando esto de forma convencional.
Incluso soy del todo honesto cuando me pregunta si me di por vencido en mi relación con Juliet.
—Actúe un poco loco y empeoré las cosas, no me rendí, solo le doy lo que me pide, tiempo y mi amistad. No soy un hombre tan jodido, sé cuándo detenerme.
—Espero y todo mejore.
Voy a responderle, pero en el momento en el que pasa su cabello detrás de su oreja, un tatuaje capta mi atención y sin pensarlo, retiro su mano para hacer a un lado su cabello. Hay un corazón sencillo sin rellenar y esa imagen aparece en mi cabeza como una película siendo reproducida con rapidez.
Ignoro qué me dice que no debo tocarla de esa forma, incluso le digo que se calle mientras mantengo la vista fija en el tatuaje.
Por un momento veo ojos azules en mi cabeza, escucho algo de ruido alrededor y ese tatuaje cada vez más cerca, porque yo... ¿Lo beso? En mis recuerdos, lo hago.
¿Qué carajos? ¿Qué parte de esta historia me estoy perdiendo?
No hay dudas de que yo la conocí antes, no logro recordarlo bien, pero ella lo sabe y me lo está ocultando. ¿Qué sucedió con nosotros? Pongo en duda que tuviéramos sexo y si eso sucedió, quiero patear mi culo por no recordarlo.
Pero algo pasó, algo importante.
Acaricio el pequeño tatuaje y susurro las palabras que se repiten en mi cabeza:
—Conozco este tatuaje.
Ella niega mientras intenta alejarse, traslado mi mano a su cuello para que no se aleje. Me esfuerzo en recordar y aunque es borroso, la veo más claramente...En un bar, hay ruido alrededor, pero de alguna manera parece que conversamos.
En este momento odio haber sido un culo borracho. ¿Cuándo sucedió ese encuentro?
—Como la mierda que sí lo conozco—giro su rostro para que me mire, ella sabe que nos conocemos—. Yo besé ese tatuaje.
—No.
Y esa mirada asustada luce un poco como la de mis borrosos recuerdos, ¿Qué sucedió? ¿Por qué me lo oculta?
Recargo mi frente contra la suya y veo directo a esos deslumbrantes ojos. ¿Cómo se me permite olvidar cualquier interacción que haya tenido con ella? Parece una maldición.
—Te conocí en un bar ¿No es cierto, Copo de azúcar?
Y algo importante sucedió porque eso explicaría su renuencia a hablar de ello y su deseo de que nos centrarnos únicamente a SKylie, lo cual está bien. Durante el próximo tiempo que pasamos juntos, hablamos sobre mi caso, pero no olvido lo que ha sucedido momentos atrás.
Y dudo que me dé por vencido en ello. Puedo ser persistente y no hay quien dude de ello.
Tal vez uno de mis defectos es tardar en darme cuenta cuando debo parar. Cuando algo se me mete en la cabeza no desisto, me pongo terco sobre ello hasta entenderlo y en esta ocasión, siento la misma sensación de tener qué saber qué sucedió y por qué se niega a que hablemos de ello.
De alguna manera, esa insistencia, es la que consigue que ella suba a mi auto y me permita llevarla hacia dónde sea que se dirija. Luego de ubicar la dirección que me da, no puedo evitar intentar una vez más obtener información.
—Entonces... ¿Vamos a fingir que la noche en el bar no sucedió? —comienzo.
Es un hecho, no conozco lo que es tener tacto al momento de decir o preguntar algo. No pediré disculpas por ello.
—No creo que sea bueno hablar de eso.
— ¿Sabías que estaba en una banda? —insisto tomando otro camino en la conversación que me lleve a alguna respuesta.
—No vamos a hablar de eso.
—Solo son preguntas simples.
—No lo sabía—responde con renuencia— y no lo hubiese sabido, estaba más enfocada en mis errores y problemas.
—Me reconociste cuando fuimos a ver a Arthur y supe que jodidamente te conocía de algún lugar, sin embargo fingiste que era así.
Te ocultas. Escondes una jodida cosa que seguramente sé y mi puta cabeza no recuerda. Lo llamaré la maldición de culo borracho.
—Creo que olvidarlo era lo mejor, no fue mi mejor momento —murmura.
Y aunque recuerdo poco y parece ser borroso, poco a poco durante nuestra conversación sobre Skylie, mientras la observaba, fui capaz de asociar el lugar con una ocasión. Aquella noche en la que fui un gran ebrio dolido.
Al día siguiente sabía que había hablado con alguien y de no ser así, Doug me dejó en claro que durante todo el camino hablaba sobre alguna mujer que conocí, sobre como ella me escuchó y que ella necesitaba ayuda.
Estoy suponiendo que esa mujer era Elanese. Desearía haberle dicho más en mi ebrio estado a Ethan y Doug, en este momento me sería de ayuda.
—Fue la primera vez en un jodido tiempo que alguien me habló como a cualquier persona, que alguien fue autentico sin esperar alguna mierda a cambio o enloquecer ¿Sabes? Incluso con mis recuerdos borrosos, escribí una canción sobre eso —confieso.
Escribí una canción sobre alguien y un momento que no recordaba, pero que dejó en mí una sensación agradable sobre que no importa cuántas veces te pateen el culo, sóbate y levántate, mierdas en la vida siempre habrá, lo importante es decirse: ¡Al carajo! Lo intentaré una vez más porque es mi jodida vida y haré de ella la mejor.
—Estoy dándome cuenta que escribí entonces una canción para ti —Ríe ¡Qué puta locura!—. ¡Una canción para una chica que no recordaba!
— ¿Lo hiciste?
—Lo hice.
— ¿Cuál?
Ah, pero miren a la señorita no te diré nada de aquella jodida noche, así que ella pretende que yo le dé información mientras ella me oculta una muy buena a mí, dos pueden jugar este juego.
—No te lo pondré tan fácil, copo de azúcar. Tú estás guardándote la mitad de esa noche, entonces yo me guardaré esto. Vive lo que se siente que te dejen con una jodida curiosidad.
—Eso te hace un dolor en el culo.
—Supongo que soy el dolor de tu culo.
No vuelve a hablar lo que resta de camino y lucho contra el deseo de darle un vistazo. Cuando llegamos a donde vive, volteo a verla.
Aunque deseo saber qué sucedió esa noche y tengo la impresión de que es algo importante, no le resto importancia a la razón de nuestro reencuentro y la forma tan...Increíble con la que ella me está ayudando.
—Gracias por ayudarme, de verdad. Esto me tiene malditamente nervioso, es bueno saber que no estoy tan perdido y tengo un ángel conmigo.
—Si te refieres a mí, yo no soy un ángel.
Ah, bastante mejor, siendo así...
—Me gustan las diablillas.
—Sí, mejor como que bajo del auto. Gracias por traerme.
—Ha sido todo un placer y ¿Copo de azúcar? — Voltea a verme tras bajarse del auto, no puedo evitar mi sonrisa—. Puede que no recuerde todo, pero sé perfectamente cómo se sintió besar ese tatuaje y creo que quizá quiera refrescar mi memoria.
—Profesional Dexter, mantenlo profesional.
Rio y pongo el auto en marcha. ¿Profesional? Siento que desde la primera llamada entre nosotros, nada la fue.
***
15 de abril, 2015.
—Creo que tienes un problema.
Volteo a ver a Harry en la entrada de la cocina, quitando mi atención a lo que Ethan cocina. Vuelvo mi atención a la comida, pero siento a Harry sentarse a mi lado frente al mesón.
Lo ignoro durante un minuto, pero siento la presión de su presencia. ¡Ash! Puede ser tan jodidamente molesto. Ethan ríe por lo bajo y asiente hacia Harry; luego dicen que el amor no traiciona, pero ese pretencioso siempre me arroja a mi hermano.
— ¿Cuál problema? —pregunto.
—Elanese Anderson —Sonríe ante mi reacción de ver hacia otro lado—. Mira, Ethan. Dexter se ha sonrojado.
—Pobre idiota.
—Tu amor es traicionero, Ethan Jones —Lo acuso y enarca sus cejas—. Pobre de la fiver rubia con tu sucio amor traicionero.
— ¿Disculpa? Mi amor es lo mejor que alguien pudiese tener, deberías sentirte digno de él.
—Perra pretenciosa.
—Perra llorona.
—Perra egocéntrica traicionera.
—Perra dolida resentida.
—Perra insensible de la basura arrastrada.
—Perra sucia pordiosera de alcantarilla —contraataca.
—Perra sin clase ni valor, sucia y miserable frígida.
—Perra inmunda carente de costo, clase y dignidad.
—Perra... —Hago una pausa y le sonrío—Isla.
—Perra ofensiva desvalida de amor.
—Perra descarada que...
— ¿Por qué se están llamando perras? —Volteamos a ver a Doug.
Él trae en sus brazos a Halle que nos sonríe y saluda con la mano antes de que él la deje sobre el suelo, de inmediato ella viene hacia mí pidiendo que la alce, no dudo en hacerlo y la siento sobre el mesón. Halle ladea la cabeza hacia un lado observándome con esos increíbles ojos azules, luego ve a Ethan y lo señala.
— ¿Es perrita? —Me pregunta y abro mis ojos con horror mientras Harry tose.
—No, no, nena. No es perrita y no digas eso frente a tu mami, quiero vivir, por favor —Imploro—. Él no es perrita.
— ¿Tú eres perrita?
—No, no, aquí nadie es perrita, nena —Beso su frente.
Me mira con confusión y tira de uno de sus mechones castaños rojizos. Esto es debido a que me escucho llamarme perra con Ethan, miro a Harry en un grito de auxilio y el bastardo acaba por compadecerse de mí.
—Dulzura, perritas son los guau guau como Chocholate. Tío Dexter le decía a tío Ethan que quería una perrita con ciertas características y tío Ethan también quiere una, pero los humanos no somos perritos.
— ¿Los guau guau?
—Los guau guau sí son perritos.
Ella me sonríe complacida y comienza a jugar con mi cabello. Amo a Halle de la misma forma en la que amo a todos mis sobrinos, ella es una niña que vale por mil. Tiene demasiado energía, ocurrencias y travesuras, es exactamente Harry de niño. Me inclino y beso su mejilla, me hace ojitos y se mantiene jugando con mi cabello.
—Volviendo a tu problema, Dex.
—No tengo un problema —Le digo, me ignora.
—Es evidente que te gusta, vi todo ese coqueteo en el pasillo cuando se despedían.
—No sabía que te iba el espionaje, Harry.
—Oh, lo llamó Harry —dice Doug, volteo a verlo.
Se está poniendo un delantal y comienza a cortar unos vegetales. Frunzo el ceño a Ethan.
— ¿Por qué soy el único que no puede ser tu ayudante?
—Porque eres el único capaz de arruinar una cocina —Dice sin tener que pensarlo mucho.
—Tu amor duele, Ethan.
—Seguramente duele de una manera increíble —asegura.
—Iré al grano, Dex —Vuelvo mi atención a Harry—. ¿Podrás con ello? Creo que puedes.
»Parece que hay chispas entre ustedes, te tengo fe y creo que puedes manejar el hacer Skylie legalmente tu hija y tener una relación estable.
—Lo haces sonar todo muy serio —digo y finjo morder el dedo de Halle cuando lo lleva a mi piercing, ella grita riendo.
—Porque sé que todo esto es serio para ti aunque finjas lo contrario. Te conozco muy bien, Dexter. Y estás algo asustado sobre lo que sucede, pero también estás ansioso de todo lo que viene.
Volteo a verlo y despeina mi cabello antes de arrojarle un beso a Halle y ponerse de pie.
—Así que me tienes fe ¿Eh? —pregunto. Me da una amplia sonrisa.
—Siempre te tengo fe, hermanito.
Comienza a alejarse para volver a la sala y Halle lo mira.
—Chau, papi.
—Chau, Dulzura.
Nada más llega a la sala escucho al pequeño Jefferson llamarlo pareciendo entusiasmado de contarle algo. Sacudo mi cabeza y veo a Halle.
—A veces es molesto que tu papá sea tan sabio.
— ¿Mi papi?
—Sí, tu papi —Me pongo de pie y la cargo ubicándola contra mi cadera—. ¿En dónde está Andrew?
—Juega a las barbies con Sky en la sala —Me responde Doug—. Ella le dio la Barbie más bonita a él, vigila que no la ponga a follar con el Ken.
Ethan golpea la parte baja de la cabeza de Doug tomándolo por sorpresa y luego asiente hacia Halle que los ve procesando todo lo que se dijo.
—Mejor vayamos con el tío Andrew —digo.
Cuando llego hasta la sala, tantas personas hacen que mi apartamento bastante grande se vea pequeño. Adam se encuentra dormido sobre Hottie, así que me encargo de decirle que lo puede acostar en mi cama y me hago una nota mental de escribirles en un rato a sus padres para notificarle que Adam se encuentra en perfectas condiciones conmigo.
Llego hasta la esquina en donde Andrew y Skylie juegan a las Barbies. Me dejo caer sentado y dejo a Halle sentada a mi lado, de inmediato Skylie le da una Barbie y la invita a jugar.
— ¿Vamos a cenar hoy? —pregunta Andrew moviendo su Barbie y lucho contra la risa por la manera aguda en la que hace sonar su voz.
—Oh, sí amiga, escuché que será muy rico —responde Skylie moviendo su Barbie.
Tomo uno de los Ken libres porque las Barbies ya tienen dueños y la ubico entre ambas Barbies. Skylie me sonríe.
—Escuché que es un restaurante increíble —Muevo el Ken— y ustedes señoritas, están invitadas a comer todo lo que quieran.
—Oh, Dios mío, que educado caballero —dice Andrew y no aguanto la risa, Skylie suelta una risita y Andrew me guiña un ojo antes de dirigir su Barbie a Halle—. ¿Vendrás con nosotras?
— ¡Síííí!
Y de esa manera paso el resto de mi tarde riendo con mi familia y atesorando que haya más momentos como estos.
Holisss, estuve enfermita y también con los ánimos algo apagados, pero ya por aquí esperando ponerme poco a poco al día.
Para spoilers o adelantos, hago uso de mis stories en instagram (DarlisStefany) y las de la página Facebook (Darlis Stefany).
Espero les guste.
Un beso.