Lo cotidiano

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Lo cotidiano.


22 de agosto, 2015.

Jeremy y yo alzamos nuestros vasos llenos de tequila en un brindis silencioso antes de tomarlo; quema mi garganta y todo el camino hacia mi estómago, pero estoy familiarizado con la sensación y le doy la bienvenida.

Quedan unas pocas gotas en mi vaso y lo volteo sobre el cabello rubio de Andrew, quien se encuentra con la barbilla recargada de sus brazos – apoyados sobre la barra –, él suspira y ladea la cabeza hacia un lado para mirarme, me encojo de hombros en respuesta.

— ¿Era necesario, Dex? —pregunta viéndome con ojos entrecerrados.

—Era jodidamente necesario.

Jeremy ríe y lame los restos de sal entre sus dedos, desliza su vaso hacia el frente y hago lo mismo para que recarguen mi bebida, también me encargo de bajarme el vaso de Andrew viendo que aunque vino es evidente que no tiene ánimos de beber y eso está bien, creo que todos nos conformamos con el hecho de que esté aquí.

Andrew me da una leve sonrisa y apoyo mi barbilla sobre mis brazos, imitando su posición mientras lo observo. Apuesto a que nos vemos malditamente románticos y siento un flash que me hace saber que Jeremy está capturando este dramático momento.

— ¿Qué haces? —Me pregunta.

—Te amo, Andu bebé —digo y alzo mi boca arrojándole un beso.

Él ríe por lo bajo y apoya su mejilla del brazo, lo imito y estamos frente a frente. No podemos decir que la muerte de Ally ha sido superada, con honestidad, creo que es algo que nos tomará mucho tiempo comprender y es una mierda de injusticia que cuesta aceptar. Sin embargo, Andrew lleva su duelo a su ritmo, a su manera, a su paso y nosotros estamos y estaremos siempre para él.

—Me dijiste una vez que las tormentas pasan y los días buenos abundan.

—No te lo dije, lo escribí en una canción —Rueda sus ojos—. Y lo sé. No estoy decepcionado de la vida, estoy bien.

»Además, este es un buen momento, celebramos por Jeremy. Estoy contento de estar aquí compartiendo lo que para él es un momento especial.

—Lo agradezco —dice Jeremy interponiéndose entre nosotros—. Porque de verdad este es un momento donde me siento feliz y quiero compartirlo con ustedes.

Andrew y yo nos incorporamos para verlo a la cara. Creo que todo lo que el gran abogado ha lucido hoy es una gran sonrisa, pero es comprensible si tienes en cuenta que consiguió a la mujer con la que quiere compartir su vida y que parece que durante meses vivió para este momento.

—Estamos malditamente felices por ti, Jeremy. Mereces todo lo bueno que te está pasando.

—Y en especial gracias por darnos la oportunidad de estar en tu segunda boda y no hacerlo en Las Vegas con otra boda exprés —bromea Andrew.

—Mamá no me lo hubiese perdonado, creo que se enoja cada vez que se acuerda de que me casé borracho en Dinamarca y eso que ella desconoce los detalles —Ríe por lo bajo—. Además, Naomi siempre soñó con una boda cómo la que tendremos y me hace feliz cumplirle ese deseo.

—Me gusta tu tipo de romanticismo —Lo felicita Andrew—. ¿Qué hay de ti, Dexter...?

—También soy jodidamente romántico.

—A tu manera, seguramente —concede—, pero lo que te iba a pregunta es cómo te sientes, desde ayer Sky volvió a estar contigo.

Ah, a eso se refería. Aclaro mi garganta y comienzo a contarle desde el momento en el que ella volvió a poner un pie en la que siempre será su casa y ellos escuchan sin objeción alguna, si hubiesen tenido alguna igual los obligaría a escuchar.

Escenas extras de La D no es por DexterWhere stories live. Discover now