La torre de Gryffindor seguía casi tan llena como durante el trimestre. Fred y George habían cosechado un gran éxito con sus galletas de canarios. En cuanto a mi, hace un par de días soñé lo mismo, una y otra vez. Un día no pude dormir.
Nos encontrábamos los cuatro almorzando y como siempre, la única que se queja, era Fleur Delacour.
—Toda esta comida de «Hogwag» es demasiado pesada. ¡No voy a «podeg lusig» la túnica!
—¡Ah, que tragedia! —se burlo Hermione, me reí levemente—. Realmente se cree una reina, ¿no es cierto?
—¿Con quien vas a ir al baile, Hermione?
Y aquí vamos de nuevo con la pregunta de Ron.
—No te lo voy a decir. Te reirás de mi.
—¿Bromeas, Weasley? —dijo Malfoy tras nosotros—. ¡No me digas que ha conseguido pareja para el baile! ¿La sangre impura de los dientes largos?
Le envié una mirada de odio hasta que "llamé" al profesor Moody.
—¡Hola, profesor Moody!
El rubio se quedó pálido y retrocedió dando un salto, aun que el profesor estaba en la mesa comiendo.
—Eres un hurón nervioso, ¿eh, Malfoy?
—Cierra la boca, Anastasia —se marchó a su mesa.
—¡Miren!, ¡ha vuelto Pigwidgeon!
Era la lechuza de Ron, con un rollo de pergamino, gorjeaba como loca.
—¡Estúpido cretino con plumas! —desato el nudo y le entregó la carta a Harry—. Ten, es de Sirius.
—¡Harry que te he dicho! —exclame algo enfadada—. Puede ser peligroso si leen la carta, alguien que atrapó a Pigwid...
—Lo se, pero es la única manera de comunicarme con el —dijo interrumpiendo lo que quería decir.
—¿Y por el fuego?
—Puede ser arriesgado. Si me descubren que hablo con él, tendré serios problemas.
Ya es Navidad... y mis compañeras despertaron sobresaltadas. Puede ser por los regalos o el baile.
En toda la semana no me he dedicado a buscar a alguien para que sea mi pareja en el baile. Tal vez este con alguien que no tiene pareja y pretenda que estoy con él.
—Ire a ver donde están los chicos —me dijo Hermione en la tarde—, luego te veo y te ayudaré para el baile.
—Vale.
Bajé a la sala común, ya que estaba en el dormitorio, y un par de chicas se acercaron para hablar. Las dos eran de tercer año. Ella también esperaban ansiosamente al baile. Parece que soy la única que no se entusiasma por algo así.
A los veinte minutos, Hermione volvió corriendo y me llevó de la mano, de nuevo al dormitorio.
—¿Donde estaban? —pregunte cuando me sentaba en la cama.
—En el patio, jugando con la nieve , entre Harry y los Weasley —dijo sentándose al lado mio—. Ahora, hay que abrir la caja.
Busqué con mi mano el objeto y la apoye sobre mis piernas.
—¿Me quedará bien? —pregunte insegura.
—Si no lo has abierto...
—A la cuenta de tres, lo abro. Una... dos... ¡tres!
Dentro de la caja había un hermoso vestido, un poco largo, de color azul oscuro. No tenia hombros,con lo cual dejaba ver mi tórax y en la mitad del vestido, tenia también bordes dorados.
—Te diré una cosa... no pareces a la que vi hace un par de horas —dijo Hermione finalizando mi peinado y maquillaje.
—Lo mismo digo de ti —sonreímos mutuamente.
El que peinado que hizo, fue algo simple. Una corona de trenzas. Me prestó el par de pendientes que tenía.
—¿Estas lista? —pregunto.
—Seré sincera... no.
—Yo tampoco lo estoy. Si quieres iremos juntas.
—Deja, iré sola. Tienes que ir con Viktor, seguro que estará esperando.
—Como quieras. Te veo luego —se despidió y cerró la puerta.
¡Vamos, Anastasia! Tu puedes hacerlo. Algún chico te pedirá bailar. O puede ser que no, ¡pero esto se vive una sola vez!
Baje las escalera mármol, y las parejas iban saliendo de las puertas donde estaban las casas.
Respiré ondo al llegar a la planta baja y cuando puse un pie en el escalón, estaba Malfoy esperando, a quien quiera que sea, en el primer escalón.
¡Hola! Se que he tardado en subir pero siempre subo luego de cuatro dias o menos, depende. ¡Llego el baile de navidad! Y van a pasar demasiadas cosas.
PREGUNTA: ¿que se imaginan que le va a decir Malfoy a Anastasia? O puede ser que no le diga nada.
¿Le ha gustado la nueva portada?
Es su imaginación.
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¡Adiós!