5| Mi presente y mi pasado.
Una vez terminado el espectáculo, mientras el cielo se teñía de anaranjado y las nubes se coloreaban de un azul intenso, volví a intercambiar palabras con Trunks, era realmente necesario. Trataba de disimular mi nerviosismo mientras mi cuerpo se tambaleaba a cada paso que daba.
Me alejé unos pasos del grupo junto a él.
—¿Qué fue lo que paso? —le cuestioné cruzando mis brazos a manera de protegerme de la brisa fría que sopló de repente.
Las luces del inmenso jardín Brief se encendieron en ese lapso cosa que me hizo contemplar la media sonrisa que se formó en el rostro de mi esposo.
—Nada malo —su vista viajó a un punto en específico a su lado derecho y, por inercia, también mis ojos fueron en esa dirección. —Hay cosas que, sea por donde sea que tomen rumbo nuestras acciones, siempre será igual, se interfiera en el tiempo o no.
No comprendía sus palabras, pero, aun así, mi corazón dio un vuelco. Abrí los ojos lo más que pude sólo para ver a un pequeño pelilila extender su mano hacia aquella azabache con una gentil flor de aquel inmenso jardín. Su color llamaba mucho la atención pues era de color lavanda con el centro amarillo, aquella niña con brazos cruzados alzó la ceja en dirección al niño quien poseía un color carmesí en su rostro, entonces, recordé aquellas flores que había visto detrás del escenario durante mi encuentro furtivo con Trunks.
Con la boca ligeramente abierta por la sorpresa y comprensión, mi rostro se volvió al hombre a mi lado quien miraba aun aquella conmovedora escena. Mi vista regresó a ambos niños y solté un chillido ahogado cuando mi yo del presente frunció el ceño y se giró con los brazos cruzados comenzando su camino, la contraparte pequeña de Trunks corrió tras ella, pero lo que él no había visto fue aquella sonrisa fugaz que la niña hizo cuando este la siguió a tropezones.
—Vaya, supongo que ahora tú serás el que irá tras de mí —dije con toda la altanería que pude imprimir en mi voz.
Trunks se encogió de hombros enseñando las palmas de sus manos.
—Lo lamento mucho por él —añadió, fingiendo pena por su contraparte.
—¡Oye! ¿Qué significa eso? —me crucé de brazos y fruncí el ceño aparentando estar enfadada.
Él ladeó la cabeza y me miró con ternura provocando miles de sensaciones dentro de mí. Moví mi cabeza intentando bajar de las nubes en las que me había subido con tan sólo una mirada.
—¡Trunks! ¡Gia! ¡Por aquí! —ambos nos giramos en dirección a la voz y un flash nos cegó a los dos, cuando recupere la visión, mis ojos vislumbraron a la joven Bulma quien agitaba su teléfono móvil en su mano derecha. —¡Tiempo de fotos!
—¡Excelente! —exclamé dando un brinquito y me apresuré al grupo.
—No creo que sea buena idea, mamá —señaló Trunks con una mano en su nuca mientras se acercaba.
Su madre soltó un suspiro.
—Cada vez te pareces más a Vegeta —afirmó la peliazul y el pelilila se sonrojó.
Tomé de una mano a mi contraparte y a Goten guiándolos junto a mamá y Gohan. Busqué a papá con la mirada, lo divisé de pie junto al señor Piccoro observándonos a la distancia, me impulsé hasta llegar a ellos.
—¡Vamos, papá! —enganché mi brazo bajo el suyo y lo jalé en dirección al resto de mi familia.
—¡Espera! ¡Espera! —se quejó mientras trataba de seguirme el paso.
Cuando me detuve, pasé mi brazo libre por debajo del brazo izquierdo de mamá quedando en medio de ella y papá, Gohan se colocó de cuclillas frente a mis piernas y a su lado izquierdo fue Gia, al derecho, Goten.
—Sonrían —pidió Bulma.
Y así lo hice, ensanché mis labios dando la mejor sonrisa que podía dar.
Sonó un click y el momento quedó grabado en una fotografía.
(...)
—Muchas gracias por las fotos, Bulma —agradecí mientras guardaba mi móvil.
La señal inalámbrica pudo permitir que ella me las enviara. Ahora tendría fotos de mi padre conmigo además de toda mi familia junta y completa para ver en el futuro cuando los echara de menos.
—Espero que te vaya muy bien, yo del futuro —mi pequeño clon deseó con una sonrisa sincera que, por unos instantes después, parecía triste.
La máquina del tiempo estaba a mis espaldas, preparada para viajar, la noche ya se había consumado y, a pesar de eso, todos nuestros viejos y nuevos amigos se encontraban reunidos.
Me incliné hasta quedar a su altura.
—Y yo espero que tomes un buen camino, —dije, colocando mi mano sobre su hombro. —verás que todo lo que hagas te llevará por altas y bajas, pero lo importante siempre será que tienes muchas personas que te apoyan —mi vista viajó panorámicamente hacia todos los presentes ganándome una sonrisa y un asentimiento de cabeza por cada uno. —Al final, aunque sea una persona la que este contigo, encontrarás la fuerza para seguir adelante.
La invité a dirigir su mirada hacia la familia Brief, quien despedía animadamente al chico proveniente del futuro y este se sonrojó cuando su madre lo golpeó gentilmente con el puño en su hombro con un guiño.
—Recuerda también que tu futuro es infinito —ella asintió y yo enserié mi rostro para decir lo más importante y que debería saber. —Puedes viajar, retroceder y avanzar en el tiempo cuantas veces lo imagines, pero nunca olvides que jamás se detendrá —le regalé una diminuta sonrisa. — Por eso debes aprovecharlo al máximo hoy y siempre.
Los pasos de alguien se detuvieron a nuestro lado, no hacia falta que volteara puesto que sabía perfectamente de quién se trataba.
—Es hora de marcharnos, Gia —la indiscutible voz de Trunks hizo que un nudo se formara en mi garganta.
Asentí, tragué saliva para desenredar aquello en mis cuerdas vocales. Mi espalda se irguió aun estando de cuclillas. Me levanté y solté un suspiro pesado.
—Y, por último, —mi mirada se desvió a el pequeño Goten y al pequeño Trunks —este consejo también es para ustedes dos.
Miré a mi acompañante que asintió para después regresar mi vista a los tres niños.
—Todo lo que hagan mal, se puede corregir.
Después de eso, el de cabello lavanda se giró y yo hice lo mismo elevándome hacia el transporte del tiempo. Una vez dentro, volteé sobre mi eje estando de pie y mi esposo se sentó comenzando a oprimir una serie de botones hasta que alzó la vista.
El cristal del casco de la máquina comenzó a bajar, encerrándonos dentro. Alcé mi brazo un poco y extendí la palma haciendo un movimiento de lado a lado como despedida mientras una lágrima se deslizaba sobre mi mejilla.
Me impulse por sobre Trunks, empujándolo un poco demasiado. Casi se estrellaba con el vidrio, pero le resté importancia cuando comenzó a reírse.
La nave comenzó a elevarse, todos se dispusieron a despedirse con las palmas de sus manos extendiendo lo más alto que pudieran sus brazos.
—¡Adiós, mamá! ¡Adiós, Gohan! ¡Adiós, Papá! —comencé a gritar pegándome al cristal con una enorme sonrisa a pesar de que nadie me escuchara. —¡Adiós a todos!
Todo se ilumino, todo se volvió de colores y ellos desaparecieron de mi campo de visión.
AÑO 800
Lugar: Jardín de Corporación Cápsula.
—Bien hecho, Gohan.
El niño de cabellos oscuros me miró con cierto brillo en sus ojos también oscuros mientras que yo crucé mis brazos con media sonrisa en el rostro.
—No, no —Trunks negaba con el dedo índice despues de desviar una bola de energía que la niña de cabellos lilas y ojos azules me había arrojado. —Mirai, jamás ataques por la espalda.
La pequeña de seis años se avergonzó mordiendo el interior de su mejilla mirando al suelo y jugando tímidamente con el cinturón azul de su dogi anaranjado.
—¡Vengan a desacansar un poco! —el grito lejano de aquella peliazul mayor hizo que todos giráramos nuestro rostro hacia ella.
Bulma agitaba su brazo derecho desde la puerta de Corporación Cápsula y en su mano izquierda sostenía una charola con vasos de cristal con agua verdosa.
—¡Andando! —exclamó el pequeño tirando de la mano de su hermana.
—¡Sí! —dijo ella comenzando la carrera junto a él.
Los seguí con la mirada mientras caminaba hasta llegar al lado de aquel hombre de ojos azules.
—Pronto nos van a superar a pesar de su corta edad —murmuré colocando un mechón de cabello tras mi oreja, arrugue mi frente con una sonrisa sin despegar mis labios.
—Alguien debe proteger la Tierra y el futuro, ¿no crees? —contestó con la vista al frente para después mirarme de reojo. —Me preocuparé cuando ya no tenga nada que enseñarles.
—Lo cual no pasara porque nosotros también seguimos aprendiendo.
—Son nuestros hijos, Gia— se quedó pensando por un instante, para que, al final, formara una sonrisa —Y tu eres su madre, por eso son tan poderosos y tan bondadosos que harán cualquier cosa para proteger todo esto —extendió su mano hacia la ciudad completamente renovada, cosa que hace veinte años no existía.
—Lo sé.
—Bien —él acarició mi mejilla con suavidad. —Ahora, ¡A beber una refrescante limonada! —frotó sus manos con ansias y caminó en dirección a la casa.
Sonreí negando con la cabeza, observándolo.
Alcé la vista al cielo azul con nubes blancas que parecían algodones con un solo pedimento en mente.
—Yo del pasado, no dejes ir a ese hombre por nada del mundo.
Una vez dicho eso, mi mano se metió en bolsa derecha de mi pantalón sacando la esfera del dragón de cuatro estrellas. Aquel objeto resplandeció sutilmente con un rayo del Sol, dirigí nuevamente mi rostro al cielo.
—No dejes ir a nadie.
¡Hola, chicas! Okey, yo sé que tardé mucho en actualizar, pero no les pido que me perdonen, les pido que me entiendan xd bueno no, ya saben que no tengo mucho tiempo libre y trato de hacer muchas cosas al mismo tiempo, así que ya no pondré un día para publicar porqué no lo respetaré, o sea que, ¡esperen ansiosas el siguiente capítulo!
Pdt 2. 28/06/2021 Muchas de ustedes me han preguntado sobre el significado de la flor que le regala Trunks a Gia, eso servirá en el futuro del fanfic. Y sí, Mirai Trunks le dio la idea a Trunks del presente que le obsequiará esa florecita que había crecido en su jardín a Gia del presente:3 Después sabrán lo que significa. 🤭
Bye, besos, abrazos y apapachos si es que los necesitan.
Gracias por leer.