✨Luna Escarlata✨💖[D.L Y S.M]...

By ETachibanaS

136K 9.2K 2K

Después de la ultima batalla Serena piensa que toda su vida es perfecta, hasta que......¿Una gran traición? U... More

El comienzo de todo
La despedida
¿Vam...piros?
Instituto
Me perteneces.
Modales.
Te deseo.
Todo por unas galletas.
La melodía.
Muñecas.
Mukamis
Sentimientos.
Castigo.
Recados.
Un día de patinaje.
Incendio.
Confesiones.
Llegada de los Mukamis
Secretos.
Recuerdos de la infancia.
Compras y algo mas.
Encuentros.
Baile.
Matrimonio y más problemas.
Matrimonio y más problemas parte 2
Matrimonio y más problemas parte 3
Intento de suicidio.
¿Anemia?
Acuerdo y revelaciones.
Feria y concierto.
Acuario.
Restaurante y sorpresas.
Un pequeño viaje en barco.
El cine.
Sucesos Trágicos.
Única opción aliarse con Diamante.
Picnic y ¿Prometidos?
Una estrella fugaz.
Sentimientos encontrados.
Caos.
Caos parte 2.
Destrucción.
¿Señales...?
Esperanza...
Un destino obscuro...
Desesperación...
Complot.
Enfrentamiento.
Boda impedida.
¡Yo te amo!
Preparativos.
Boda.
Luna de miel. (Ayato x Yui)
Dos días.
Una dolorosa partida.
¿Qué debo hacer?
Aviso (Próxima actualización)

Renuncio a ti...

1.1K 64 67
By ETachibanaS

Narra Kanato.

La puerta principal se abre fuertemente, no logro ver quién o quienes entraron.

– ¡¡Detente Laito!! – Esa voz... no puede ser...

– Hotaru... – pronunció con voz débil a la vez que extendía mi mano en dirección a su voz.

~ Hotaru, Azusa ¿Qué hacen por aquí? – dice Laito con una sonrisa sombría, sin apartar su mano izquierda de mi cuello, afortunadamente habían desaparecido las flamas que cubrían su brazo derecho.

– Sólo pasábamos... por unas cosas... que olvidamos. – responde Azusa...

– Maldito... Azusa... devuélveme a Hotaru. – pronuncio con dificultad ya que Laito había ejercido más presión en mi abdomen.

– Creo que llegamos en mal momento. – dice Hotaru con voz apenada.

Hotaru... tú no llegaste en mal momento al contrario, detuviste a Laito, pensaba para mis adentros.

– Hotaru. – dice Serena con voz animada. – Deberían pasar por sus pertenecías cuánto antes.

– También quería hablar con ustedes acerca de algo muy importante. – comenta Hotaru con emoción. – Por cierto Laito, deberías dejar a Kanato, me gustaría que él también escuchase, es mejor que se entere ahora a que lo haga después.

~ ¿Segura Hotaru? – pregunta Laito. ~ Kanato podría ocasionar problemas.

– Soy consciente de ello. – afirma Hotaru con seguridad y determinación.

~ Bien. – Laito deja de sujetarme del cuello y aparta su pie de mi abdomen, al instante comienzo a toser, un hilo carmesí brotaba de mis labios, sentía que la cabeza me daba vueltas.

– ¿Te encuentras bien Kanato? – pregunta Hotaru acercándose a mí y tendiéndome su mano, me sorprendió el ver que se preocupara por mí ¿No se supone que me odiaba?

– Hotaru...– murmuro a la vez que aceptaba aquel gesto de su parte.

Al momento que nuestras manos hicieron contacto sentí nuevamente una conexión, a juzgar por la mirada de Hotaru sé que también ella lo sintió, sólo que al incorporarme ella al instante apartó su mano de la mía.

– ¿Qué era lo que tenías que decirnos Hotaru? – pregunta Kou.

Azusa parecía un poco enfadado por el contacto que hice con Hotaru, no puedo evitar sonreír ante eso, aunque mi sonrisa se desvanece al ver como Hotaru caminaba en dirección de Azusa para luego entrelazar sus dedos y mirarse dulcemente.

– Vamos, diles Hotaru. – pronuncia Azusa, sujetando con más fuerza la mano de Hotaru.

– ¿Decirnos qué? – pregunta Yuma con curiosidad.

– Soy la prometida oficial de Azusa. – dice Hotaru con una gran sonrisa.

Mi corazón se rompe al escucharlo.

– ¡Felicidades Hotaru! – Serena abraza a Hotaru con emoción, ambas comenzaba a reírse.

– Me da gusto que mi pequeño hermano tenga una prometida. – comenta Yuma para luego darle palmadas en el hombro a Azusa.

– Ruki se sentirá orgulloso de ti Azusa. – afirma Kou para luego abrazarlo.

– ¿Es una broma cierto? – una lágrima tras otra comenzaban a caer. – Hotaru... ¿Por qué? – aprieto mis nudillos en señal de impotencia.

– Es cierto Kanato. – dice ella, cada palabra que decía sentía como si fueran dagas que se incrustaban en mi corazón una tras otra. – Yo elegí a Azusa por qué lo amo...

~ Kanato. – murmura Laito, viéndome con lástima... al igual como todos los presentes a excepción de Azusa lo hacían.

– Ya veo... – contesto secándome las lágrimas que se deslizaban en mis mejillas. – Supongo que debería decirles "Felicidades" ¿No es así? – comienzo a reírme dejando atónitos a los presentes.

– ¿Qué hacemos? – escucho a Yuma murmurarle a Kou, con una mirada de preocupación.

~ Kanato no hagas nada imprudentes. – dice Laito apareciendo en un lado mío.

– No lo haré. – respondo para luego dar unos cuántos pasos en dirección a Hotaru hasta quedar frente a frente con ella. – Si es cierto lo que dices... entonces mírame a los ojos y dime que ya no sientes nada por mí, mírame y dime que ya no me amas. – la sujeto de los hombros, ella seguía sin apartar la mirada del suelo.

Azusa me observaba con enfado al igual que Yuma, Serena y Kou se preparaban para atacarme en cuánto a Laito sólo me observaba con preocupación y lastima.

– No pienso hacerle nada malo... – respondo observando a todos los presentes. – Hotaru, mírame y dime que te casaras con el bastardo de Azusa. – ella comienza a temblar, yo la observo con impaciencia. – Vamos, Hotaru sólo mírame y dime que con él eres más feliz y... yo lo entenderé. – confieso con la esperanza de que ella me siguiese amando, a pesar de todo.

Pasaron unos minutos que parecían horas o días enteros para mí, Hotaru finalmente se decidió a hacerme frente, ella me observaba a los ojos con manera decidida...

– Kanato... yo ya no siento nada por ti, ya no te amo... debo admitir que si te quise en su momento pero ya no lo hago... – Hotaru da unos cuántos pasos hacia atrás, librándose de mi agarre. – Y estoy dispuesta a casarme con Azusa, él me hace muy feliz además él es el hombre al que amo y amaré siempre. – dice ella para luego sonreír, yo siento cómo mi mundo se cae.

Aquella sonrisa era falsa, yo lo sabía... conozco todos sus gestos y se distinguir cuándo uno es falso o forzado, Hotaru estaba a punto de llorar lo presentía... sólo que no podía decir nada ya que ella así lo había decidido, ella decidió apartarse de mí, ahora me tocaba hacerlo a mí.

– Lo entiendo. – pronuncio con dificultad. – Entonces... felicidades por su compromiso. – aprieto mis nudillos fuertemente, gotas de sangre comienzan a deslizarse por mis dedos, poco me importaba. – Azusa... – el nombrado me observa con curiosidad. – Sólo cuídala pase lo que pase, ella confía en ti. – Cada palabra que salía de mi boca provocaba que me dieran ganas de vomitar.

Salgo por la entrada principal rápidamente, dejando a todos atónitos por mis palabras y acciones. Estaba lloviendo, mis ropas no tardaron en mojarse al igual que mi cabello, yo seguía caminando a paso rápido, quería llegar al lago y sentarme a meditar por todo lo que había sucedido.

Sentía un nudo en la garganta, miré hacia atrás para corroborar si nadie se encontraba siguiéndome, pero no era así... nadie se había preocupado por mí.

Maldigo en voz baja recostándome en el paso que se encontraba alrededor del lago, la lluvia cada vez caía con más intensidad.

– ¿Tú también te encuentras triste? – pregunto al cielo, mi voz se rompía cada vez más. – Sabes... yo también lo estoy... la chica que amo se encuentra con alguien más y yo ya no puedo hacer nada para evitarlo.

Las lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, con el paso de las horas no sabía si estaba llorando o sólo eran aquellas gotas de lluvia, cuanto envidiaba a mis hermanos por haber conseguido una pareja que los ayudara a salir adelante...

***************************************************

Narra Ruki.

Michiru y yo nos encontrábamos en la biblioteca, ella sentada frente a mí, una gran mesa de virio yacía en el centro, sobre la mesa unos cuantos libros reposaban al igual que una tetera y un par de tazas.

Ambos habíamos optado por pasar la tarde leyendo y tomando el té.

– Elizabeth no tardó en recobrar su alegría, y quiso que Darcy le contara cómo se había enamorado de ella. – leía Michiru en voz alta, haciendo énfasis en cada una de las palabras. – ¿Cómo empezó todo?, le dijo, comprendo que una vez en camino, siguieras adelante, pero ¿cuál fue el primer momento en el que te gusté?

– No puedo concretar la hora, ni el lugar, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería. – interrumpo su lectura para decir aquel párrafo en específico.

Michiru cierra su libro y me observa enarcando una de sus cejas a la vez que colocaba sus manos en su cintura en señal de reproche.

– Tenía que decirlo. – respondo tomando mi taza dispuesto a darle un sorbo, ella me seguía observando como si esperase una respuesta. – Mon ange ¿Acaso te molestó el que haya leído tu párrafo?

– Un poco. – contesta ella poniéndose de pie para luego caminar a mi dirección. – ¿Por qué lo hiciste?

– Por qué me sentía identificado con aquel texto. – respondo colocando nuevamente la taza de té en la mesa.

Michiru rodea con sus brazos mi cuello, para luego recargar su cabeza en uno de mis hombros.

– ¿Enserio ya recuperaste todos tus recuerdos? – susurra ella en uno de mis oídos.

– No lo sé, al dormir siempre aparecen nuevos recuerdos de mi vida pasada junto a ti. – suelto un suspiro.

– ¿Qué harás cuando los recuperes todos? – pregunta ella dando un pequeño beso en mi cuello.

– Amarte más de lo que hice en el milenio de plata. – afirmo tomándola de una de sus manos a la vez que entrelazábamos los dedos.

– Ruki...

Ambos estábamos a punto de unir nuestros labios sólo que una fuerte explosión seguida de unos cuántos gritos se escucharon.

– ¿Crees que sea un nuevo enemigo? – pregunto incorporándome rápidamente.

– Tal vez, Serena explotó la cocina. – dice ella soltando unas cuantas risitas.

– No perdemos nada con ir a averiguarlo. – comento mientras me dirigía a la puerta de la biblioteca.

– Espero que no sea nada grave. – responde Michiru girando la manija de la puerta.

***************************************************

Narra Michiru.

Ruki y yo caminamos rápidamente a la dirección donde provenían todos esos ruidos, rezaba por qué no fuera alguna otra amenaza o alguno de los aliados de Diamante que haya sobrevivido y buscara venganza.

Me aferré a mi broche de transformación que se encontraba en uno de mis bolsillos, Ruki al ver el gesto sujeta una de mis manos y me brinda una sonrisa tranquilizadora.

– Michiru, todo estará bien. – dice él a la vez que apretaba un poco más su agarre. – Esperemos que Serena y Kou hayan decidido cocinar la cena para nosotros y por accidente ocasionaron una explosión. – comenta al doblar una de las esquinas para quedar frente a frente con el lobby.

Al poco tiempo la sonrisa de Ruki se desvanece al ver la escena, yo imito su acción, no podía creer lo que acababa de ver, Kanato había logrado escapar sólo que este recibía una paliza por parte de Laito.

– ¿Qué hacemos? – pregunto alarmada.

– Deberíamos guardar distancia, además ahí está Kou, Serena y Yuma. – dice él con calma. – Ellos deben establecer el orden.

Pasaron unos minutos y la puerta principal se abrió dejando ver a Hotaru junto a Azusa, ambos dieron el aviso que estaban comprometidos, me alegraba el saber que Hotaru era feliz además que se comprometía con un buen hombre.

Debía admitir que me dio lastima el ver cómo Kanato admitía que había perdido contra Azusa, incluso por unos segundos logré ver duda en los ojos de Hotaru.

– Pobre...– comento mientras observaba a Kanato desaparecer por el umbral de la puerta.

– Él fue el culpable, debería asumir las consecuencias de sus actos. – responde Ruki. – Vamos, felicitemos a Hotaru y Azusa.

Yo sólo asiento con la cabeza, tomando de la mano de Ruki mientras bajábamos los escalones, me pregunto si Haruka y Setsuna estén al tanto de la situación de nuestra querida Hotaru.

**************************************

Narra Laito.

Debo admitir que tal vez me pasé un poco con Kanato, sólo que alguien debía hacerlo entrar en razón y quién mejor que su hermano mayor, además Haruka me había encargado que no dejara que Kanato le hiciera nada su querida Hotaru, de ser así me ignoraría por unas cuantas semanas.

Me sorprendió al ver como Kanato tomó valentía y dejó su orgullo de lado para desearles un feliz compromiso. ¿Desde cuándo el enano se había vuelto alguien maduro?

Por unos momentos pensé en ir tras él ya que no me gustaba que sufriera tanto, además Reiji estos días le había hecho la vida imposible, sólo que al momento de cruzar por el umbral de la puerta comprendí que Kanato tal vez necesitase estar un tiempo a solas.

~ Creo que sería lo mejor. – pronuncio en voz baja. ~ Azusa, Hotaru felicidades. – sonrío falsamente y me dirijo a las escaleras de la mansión, sin mirar hacia atrás, al subir observo como Michiru y Ruki bajaban por las escaleras, ninguno emitió palabra alguna.

Sentía impotencia al ver que Kanato no ocupaba el lugar de Azusa...

~ Kanato, no te preocupes... ya llegará la indicada para ti. – comento mientras abría la puerta de mi habitación.

Al abrirla me encuentro a Haruka de cuclillas sosteniendo una gran bolsa junto a mi cama.

~ ¿Qué haces Sweetheart? – pregunto acercándome a ella y tomándola del hombro.

Temía que encontrara mis revistas "Gold girl" edición limitada.

– Sólo estaba limpiando tú habitación. – sonríe ella levantando el colchón de la cama con gran facilidad, todas mis revistas se encontraban ahí o bueno al menos la gran parte.

~ Espera... Sweetheart ¿Qué harás con las revistas? – pregunto tratando de evitar que se las llevara.

– Sólo planeo deshacerme de las cosas inservibles, además no entiendo por qué guardas tantas revistas. – ella comienza a guardarlas en la bolsa que traía.

Sentía cómo si una parte de mi fuera guardada también en aquella bolsa.

~ Vamos, Sweetheart no tienes por qué deshacerte de ellas. – sonrío caminando a uno de los cajones de mi escritorio, debía evitar que ella los abriera ya que ahí se encontraban mis favoritas además de unos cuantos juguetes para diversión en una noche de pasión y ni hablar del armario... ahí guardaba un par de conjuntos para mis compañeras de noche.

– ¿Por qué tanto nerviosismo Hottie? – pregunta Haruka con curiosidad. – Si buscas esconder algo de aquel escritorio que tanto ocultas... lamento decirte que ya guardé las cosas de ahí. – ella sonríe de manera triunfante. – Vaya que tenías un par de juguetes interesantes.

Un ligero sonrojo invadió mis mejillas, al instante abrí el cajón donde escondía aquellos juguetes y revistas pero no había nada...

~ ¿Por qué eres tan cruel Sweetheart? – exclamo dramáticamente.

– Eres un maldito pervertido. – dice ella abriendo el closet rápidamente.

Su rostro al ver el par de conjuntos de chica que colgaban en aquel lugar no tenía precio, me hubiera gustado tomarle unas fotografías para guardarlas cómo recuerdo de aquella Haruka ruborizada hasta las orejas.

– ¿Por qué guardas este tipo de conjuntos? – ella al instante los guarda en aquella bolsa. – Eres un enfermo. – dice Haruka haciendo un par de muecas.

~ Pero amas este enfermo ¿no es así? – me acerco a ella para abrazarla y quitarle aquella bolsa que traía consigo.

– Ni lo pienses Hottie. – Haruka se aparta al instante. – Se de tus intenciones. – ella sale de la habitación no sin antes detenerse en el marco de la puerta. – Conmigo no necesitaras ese tipo de cosas, además aquellos conjuntos son horribles. – ella comienza a reírse tomándome por sorpresa. – Yo tengo mejores. – sale de la habitación dejándome con la palabra en la boca.

~ Nfu me gustaría comprobarlo Sweetheart. – un ligero rubor vuelve a aparecer en mis mejillas. ~ La próxima vez no te escaparás tan fácil.

Definitivamente me encantaba esa mujer.

Hotaru... tengo que contarle a Haruka. Al instante abro la puerta de mi habitación y camino rápidamente a la dirección dónde se dirigía Haruka.

~ ¡Sweetheart! ¡Espera un momento! – acelero el paso hasta llegar a ella.

– Ni pienses que te daré el contenido de la bolsa. – dice Haruka colocando la bolsa detrás de ella. – Pienso deshacerme de su contenido, ya te lo había dicho.

~ No es eso. – respondo de inmediato. ~ Hotaru volvió a la mansión y al parecer estar comprometida con Azusa.

– ¡¿Enserio?! – responde Haruka. – No me quieras tomar el pelo Laito.

~ Sweetheart estoy hablando enserio, además Kanato acaba de resignarse... él ya no estará detrás de Hotaru puedes estar tranquila. – comento con seguridad dejando atónita a mi prometida.

– Perfecto, un problema menos del que preocuparse. – comenta con alivio. – Iré a felicitarlos ¿Me acompañas?

~ Claro. – respondo con una gran sonrisa. ~ Todo sea para que no te enfades conmigo.

Debía admitir que Haruka me daba miedo cuándo se enfadaba y amenazaba con golpearme.

**********************************************

Narra Subaru.

Acaba de salir de la ducha, Serena no estaba en mi habitación me pareció extraño el no verla. ¿Dónde se ha metido? ¿Estará con alguien más? ¿Y si necesita ayuda? ¿Pasaría algo malo? Eran las preguntas que invadían mi mente, negué con la cabeza al imaginármela junto a Kou o Yuma disfrutando de unas bebidas y golosinas.

– ¿Dónde te has metido Serena?

Procedo a cambiarme para luego salir de mi habitación en su búsqueda aunque no tardé en deducir su paradero ya que se escuchó una fuerte explosión cerca de la entrada principal.

– ¿Qué ha pasado? – pregunto mientras observaba él cómo Kanato salía por la entrada principal, dejando a los presentes con rostros llenos de lastima o deprimentes.

Yuma me observa enarcando una ceja.

– El histérico ocasionó un escándalo hace unos momentos, Serena y Kou junto con Reiji y Setsuna le hicieron frente. – dice Yuma cruzándose de brazos.

– ¿Kanato fue él que derribó la pared? – pregunto observando los escombros. – No tenía de que el enano tuviera tanta fuerza para hacerlo.

– Subaru. – Serena se acerca a mí, su transformación se deshizo en cuestión de segundos. – Kanato está muy deprimido. – ella me observa con angustia y preocupación. – ¿Crees que cometa una locura?

– Lo dudo. – sujeto a Serena de la cintura ante la mirada de Yuma y Kou. – Kanato es un chico fuerte, sabrá afrontar la situación. – aseguro. – Sólo necesita un tiempo a solas, eso es todo.

– Subaru ¿Estás enfadado conmigo? – pregunta Serena haciendo unos cuántos pucheros.

– ¿Por qué habría de estarlo? Si no me has dado motivos para hacerlo. – respondo observándola directamente a sus ojos.

– Por qué no te avisé que estaría en el lobby peleando contra Kanato. – dice ella con tono de arrepentimiento.

– Entiendo que la situación fuera urgente. – comento mientras depositaba un pequeño beso en su frente.

– Creo que debería irme a mi habitación. – escucho decir a Kou. – Debo hacer mis maletas ya que me iré de gira por unos meses. – Kou camina en dirección a las escaleras.

Serena se aferra más a mí, colocando su cabeza sobre mi pecho, por un momento juré escuchar sollozos de su parte. ¿Qué debería hacer? Entiendo que le duela el ver a su hermano en depresión pero no me agradaba el hecho que sollozara por su culpa.

– Vamos a mi habitación. – dice ella sin levantar la vista.

Y sólo la sujete fuertemente en mis brazos y nos tele-transportamos a su habitación.

– Ya estamos en tu habitación. – respondo acariciando su cabello.

– Subaru... no me gusta hacer sufrir a las demás personas... no me agrada el saber que sufren por mi culpa... me siento una persona horrible.

Ella empieza a llorar aferrándose cada vez más a mí.

– Tú no eres una persona horrible. – sigo acariciando su cabeza. – Serena eres la persona más maravillosa que he conocido, aquella que logró sacarme de la obscuridad en la que me encontraba sumergido. – Ella levanta su rostro cubierto de lágrimas, yo sólo acaricio sus mejillas con la yema de mis dedos. – En cuánto a lo de hacer sufrir a las personas que te rodean, no tienes por qué sentirte mal, siempre y cuando te encuentres siguiendo tu felicidad y no la de otros por obligación o compromiso.

Junto su frente con la mía, ella deja de llorar para luego colocar sus brazos sobre mis hombros.

– Oh Subaru, nunca te apartes de mí lado. – ella se coloca de puntitas para luego unir nuestros labios.

Aquel beso fue largo, era una combinación de amor y tristeza. Aproveché el momento para beber un poco de sangre de sus labios, ella no emitió queja alguna, Serena enredó sus manos en mi cabello, yo seguí bebiendo de su sangre.

– Tranquila, no tomé lo suficiente para hacer que colapses. – aseguro para lamer la sangre que emanaba de aquella mordida reciente.

– Lo sé, confío en ti Subaru y sé que nunca intentaras dañarme. – confiesa ella.

Por el balcón la luz de la luna comenzó a filtrarse iluminándonos a los dos, unos pétalos de rosas blancas entraron con una ráfaga de viento.

– ¿Recuerdas la boda de Ayato y Yui? – ella solo asiente con la cabeza. – ¿Recuerdas que en el baile te mencioné que terminando te diría algo muy importante? – comento con un poco de nerviosismo.

Serena se sonroja al instante, al parecer se imaginaba lo que estaba a punto de hacer.

– Si lo recuerdo. – responde ella con un rubor en sus mejillas.

– Creo que es momento para decirlo. – tomé aire y saqué una pequeña cajita color blanca de uno de mis bolsillos, Serena me observa aún más sonrojada, no quería imaginarme cómo me veía yo también.

Sólo me incliné ante ella, sin apartar mi vista de sus hermosos ojos azules.

– Serena Tsukino ¿Te casarías conmigo? – pregunto mientras tendía aquel anillo en su dirección.

El anillo era de plata, en su centro se encontraba una rosa formada por diamantes, me había esforzado por encontrar el adecuado para ella.

– ¡Si, acepto ser tu esposa! – responde ella con emoción, yo sólo asiento para luego colocar la argolla en uno de sus dedos. – ¡Seré tu esposa! – repite varias veces con emoción. – ¡Me casaré con el hombre que amo!

– Tú apellido ya no será Tsukino, ahora será Sakamaki. – respondo incorporándome, sólo que ella se lanza al instante a mis brazos tomando desprevenido, ambos caemos al suelo, ella cae sobre mí.

– ¡Te amo! – dice Serena para luego comenzar a reírse, yo sólo sonrío al verla tan feliz.

– Yo también te amo, tonta. – respondo sujetándola fuertemente de la cintura.

– Subaru me haces tan feliz. – comenta ella con una gran sonrisa, luego comienza a besar todo mi rostro, dejándome con un gran rubor.

Se escucha que tocan a la puerta, ambos nos incorporamos rápidamente.

¿Quién podrá ser? Además ya era tarde para hacer una "visita nocturna" Serena se encaminó para abrir la puerta.

– Serena, necesito hablar contigo...– Yuma yacía del otro lado de la puerta. – Oh lo siento ¿Interrumpo algo?

No puedo evitar caminar en dirección al umbral de la puerta, Serena me observa por unos breves segundos en señal de nerviosismo, Yuma permanecía firme en su lugar, ni siquiera se inmutó cuándo me acerque.

– Yuma...

– Mejor, hablo contigo en otro momento. – dice él para luego perderse entre las sombras del corredor.

Serena no emitió palabra alguna, encaminándose a la cama para luego recostarse y soltar un largo suspiro.

Me encargo de cerrar la puerta de su habitación, al instante me encamino en dirección a la cama de Serena, la observo por unos segundos, me sorprende al ver cuánto ha cambiado desde que llegó a la mansión, no solo en el físico también ha madurado, algo que nunca creí que sucediese.

– Subaru... – Serena sujetaba mi camiseta con una de sus manos. – No te apartes de mí lado. – dice ella en tono suplicante. – Por favor, no me dejes sola...

*************************************************

Narra Serena.

Al poco tiempo Subaru se encontraba dormido junto a mí, abrazándome de la cintura, sonrío al verlo dormir, parecía un niño pequeño cuando lo hacía. Suelto un suspiro, no podía dormir por más que lo intentase.

Al cabo de unos minutos caí profundamente en los brazos de Morfeo.

En mis sueños caminaba por los pasillos de un gran palacio, mis zapatillas de cristal hacían eco por cada paso que daba, el lugar era un poco aterrador ya que los grandes ventanales contaban con cortinas echas trizas, los muebles tenía una fina capa de polvo al igual que el suelo de los corredores.

Conforme avanzaba los pasillos se volvían cada vez más aterradores, había algunas puertas que no se podían abrir aunque lo intentase, otras habitaciones se encontraban selladas impidiendo el paso, sentía mi corazón latir fuertemente a cada paso que daba. Una vez que ingresaras a una habitación que no estuviese sellada o bloqueada no había vuelta atrás, la puerta desaparecía o ya no se podía abrir.

– Serena...

Escuché una voz lejana a mí, un escalofrío recorrió mi cuerpo, aunque no sentí miedo al escucharla, me resultaba un tanto familiar.

Seguí caminando por un corredor, algunas veces miraba hacia atrás sólo para comprobar que nadie me estuviese siguiendo.

– Serena...

Escucho nuevamente aquella voz, ahora parecía estar mucho más cerca.

Yo ignoro aquella voz para proseguir caminando, al final salgo a un enrome jardín, en este yacía una fuente en el centro, alrededor había miles y miles de flores de todos tipos... sólo que en la fuente había una figura cubierta con una capucha, no sabía si acercarme a ella o salir corriendo de ahí.

– Serena... ¿No me recuerdas? – esa voz no podía conseguir recordarla por más que lo intentase.

– ¿Quién eres? – pregunto sin acercarme a la figura.

– Me duele... que no lo hagas. – aquella figura se deshace de su capucha dejando al descubierto su rostro, al verlo no puedo evitar retroceder.

– ¿Rini? – mis ojos se llenaron de lágrimas al verla.

– ¿Por qué me olvidaste? – pregunta ella dando unos pasos hacia mí.

– No fue mi intención hacerlo, lo siento. – respondo con mucha tristeza, sentía una punzada en mi corazón.

– Cambiando de tema... me he enterado que te casarás ¿verdad? – Rini me observa con curiosidad.

– ¿Cómo te enteraste? – respondo, tomando asiento junto a ella.

– He visto muchas cosas Serena... Plut me ayudó a permanecer con vida pero sólo en este espacio temporal y durante tiempos determinados... – contesta Rini moviendo sus pies sin tocar el pavimento, por unos segundos me veo reflejada en ella.

¿Por qué Setsuna no me dijo nada al respecto? ¿Debería pedirle que me contase todo? Me preguntaba para mis adentros.

– Sé lo de Darién y lo de las chicas Serena... no me agrada que te hayan tratado de esa manera. – Rini observaba el cielo, era un hermoso atardecer.

– Lamento que te hayas enterado...– comento contemplando el atardecer junto a ella.

– Kou, Subaru, Shin y los demás son buenos chicos Serena... me da mucho gusto que eligieras a Subaru, hiciste una buena elección... sé que él te cuidará como Darién debió haberlo hecho.

– Rini...

Me traía tantos recuerdos estar así...

– Tengo que decirte algo Serena... – dice Rini elevando un poco su voz, yo sólo desvió la mirada. – Estoy a punto de desaparecer... probablemente esta será la última vez que te vea Serena... – ella comienza a llorar.

– ¿Desaparecerás? – pregunto mientras me acercaba a ella. – ¿Podría hacer algo para evitarlo? – me inclino a su altura a la vez que acariciaba su cabeza.

Rini me observa con suplica.

– No hay nada que se pueda hacer Serena... ya lo intenté. – dice Rini comenzando a llorar para luego arrojarse a mis brazos. – Te extrañaré mucho...

– Rini... siempre te recordaré. – correspondo a su abrazo fuertemente, ambas llorábamos tal y cómo lo hacíamos hace unos años. – Siempre estarás en mi corazón. – observo su rostro cubierto de lágrimas.

– Serena, gracias por ser mi mamá...

Rini comienza a desvanecerse, yo me aferro cada vez más a ella deseando que no se desvaneciera, Rini hace lo mismo.

– ¡¡Rini!! ¡No me dejes! – Rini desaparece al igual que los rayos del sol anunciando que había anochecido. – ¡¡Rini!!

– ¡Serena!

Escucho a la lejanía la voz de Subaru.

Despierto al instante, con lágrimas en los ojos, Subaru se encontraba frente a mí observándome con preocupación.

– ¿Quién es Rini? – pregunta mirándome con tristeza. – Gritaste su nombre repetidas veces.

************************************************

Narra Shin.

No pasó ningún día en el que no pensara en Serena, en su risa, su hermoso rostro, su voz aunque sea un poco chillona, aquella manera que tenía de defenderse, su actitud positiva ante todo momento y ni hablar de su cuerpo...

Sonreí ante la idea de imaginarme un mundo alterno donde ella y yo fuéramos felices, no necesariamente que yo fuera un vampiro ni ella una princesa del milenio de plata... me gustaría que nos hubiésemos conocido en algún instituto cualquiera o un parque en pleno atardecer, incluso caminado por alguna de las calles de una ciudad lejana.

– No sé por qué sigo haciéndome ilusiones con ella. – susurro mientras observaba la ciudad de Londres. – Debería olvidarla pero mi corazón se niega a hacerlo. – de uno de mis bolsillos saco un cigarrillo junto con un encendedor y procedo a fumar un poco.

– Creí que habías dejado ese vicio. – dice Carla colocándose junto a mí.

–Yo también lo creía. – sigo fumando. – Vaya que extrañaba esta sensación, el viento golpeando ligeramente mi rostro, el olor de mi cigarrillo inundando mi espacio, hundirme en mis pensamientos y observar el panorama.

– ¿Recuerdas que es malo para tu salud? – Carla lo dice en tono enfadado.

– Claro que lo recuerdo, pero no volveré al vicio. – termino mi cigarrillo para luego dejarlo en el suelo y pisarlo al instante. – Sólo es momentáneo.

– Más te vale. – dice él para luego entrar nuevamente a la mansión.

Nuevamente una imagen de Serena pasó por mi mente, seguida de unas cuantas, al igual de los momentos que viví junto a ella.

– ¿Por qué no puedo dejar de amarte? – pregunto observando el cielo cómo si este tuviese la respuesta correcta.

Siento una gran opresión en el pecho, una lagrima se desliza por una de mis mejilla, seguido de otras que caen en el suelo, junto aquel cigarrillo de hace unos momentos.

– Al parecer ella es el amor de mi vida. – vuelvo a sacar nuevamente otro cigarrillo y lo enciendo al instante.

Solía fumar porque me ayudaba a olvidar mis penas, sólo que no parecía funcionar en estos momentos, no puedo evitar maldecir por lo bajo.

– No creo renunciar a tu amor Serena. – continuo fumando. – Espero que en la otra vida tú me consideres también el amor de tu vida así como yo te considero el mío...

****************************************

Narra Hotaru

Debía admitir que me dolía el ver a Kanato sufriendo y más por aquellas palabras que me dijo al final, no me encontraba realmente segura acerca de mis sentimientos, Azusa es un chico maravilloso, lindo y tierno, tiene todas las cualidades que una chica desearía que su novio tuviese... pero Kanato también tiene sus cualidades aunque algunas veces suele ser un chico muy histérico, celoso incluso estaría dispuesto a matar por ti pero si se lo propone también puede llegar a ser una gran persona y dejar de lado esa actitud infantil.

Supongo que este en nuestro adiós, siento una pequeña punzada en mi corazón, ahora me encontraba en mi habitación de la mansión Sakamaki, Azusa y yo habíamos optado por quedarnos ya que Kanato no representaba una amenaza actualmente.

– ¿Qué estará haciendo Kanato en estos momentos? – susurro en voz baja, observando el techo de mi habitación.

Haruka, Setsuna, Michiru, Ruki y Reiji se habían interpuesto a que Azusa durmiera conmigo a pesar de que ya lo había hecho un par de veces hace unos días, según ellos no estábamos en edad de dormir juntos.

Debía admitir que me vendría bien un abrazo de Azusa... o de Kanato, comencé a negar con la cabeza, no podía volver a enamorarme de él, ya estaba comprometida con Azusa, además quiero creer que le amo mucho más que a Kanato.

Se escucha un ruido en la puerta de mi balcón, ¿Qué será? Me pregunto al escucharlo nuevamente, pienso en Kanato al instante sólo que él ya se había dado por vencido, él ya había renunciado a mi... se vuelve a escuchar aquel sonido cómo si alguien tocase en la ventana.

– ¿Quién es? – me incorporo de mi cama para caminar directamente al balcón.

Al acercarme no hay nadie fuera del balcón, al parecer sólo había sido el viento o algún animalillo de los alrededores, probablemente algún murciélago.

– Debió haber sido imaginación mía. – suspiro y vuelvo a recostarme en la cama, cubriéndome nuevamente con la manta.

Aquel ruido ya no se volvió a escuchar por el resto de la noche.

– Al parecer será una larga noche... – comento abrazando una almohada, intentado dormir.

*****************************************

Narra Setsuna.

Leía una novela policiaca sentada en un sillón de la habitación de Reiji, una lámpara que se encontraba al lado de mí estaba encendida proporcionándome la luz suficiente para continuar con mi lectura.

Reiji limpiaba su colección de vajillas y las acomodaba con sumo cuidado cómo si fuesen su tesoro más preciado.

– Estoy mucho más tranquila al saber que Kanato ya no intentará dañar a mi querida Hotaru. – comento cerrando el libro, colocándolo en una mesita de noche cercana.

– Nunca había visto a Kanato actuar de esa manera. – dice él colocando un par de tazas en la vitrina de su habitación.

– ¿Cómo, nunca se había comportado así? – me sorprendía el saber aquello.

– Siempre ha sido un chico problemático pero él nunca había actuado de esa manera a causa de una chica. – Reiji termina de acomodar su colección para luego cerrar la vitrina y caminar en mi dirección. – ¿Te parece si dormimos de una vez? – él suelta un bostezo.

– Me parece bien. – respondo para luego recostarme, Reiji me cubre con unas sábanas, después imita mi acción, al final coloca sus gafas en una mesita de noche al lado de la cama.

Debía admitir que sus ojos me encantaban, todo de él me encantaba.

– Descansa Setsuna. – dice él, depositando un pequeño beso en mis labios. – Dentro de pocos días iremos al instituto, debemos que reposar energías. – comenta, volviendo a bostezar.

– Buenas noches Reiji. – él procede a quedarse profundamente dormido, yo lo contemplo por unos minutos, al poco tiempo caigo profundamente dormida.

*****************************************

Narra Yuma.

No lograba conciliar el sueño por más que lo intentase no podía hacerlo, había escuchado toda la conversación de Serena con Subaru, su propuesta de matrimonio y Serena llena de emoción aceptando ser su prometida, me negué a creerlo, no por nada decidí tocar la puerta... pero al ver la argolla en su mano todo se vino abajo.

– ¿Por qué lo elegiste a él enana? – me preguntaba mil veces y en ninguna lograba tener una respuesta.

La estaba pasando realmente mal, aunque no era el único también Shin lo hacía al igual que Kou y Shu...

Cierro mis ojos esperando soñar con Serena, me gustaría ser feliz aunque sea sólo en sueños con ella...

Continue Reading

You'll Also Like

111K 6.5K 21
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
2.2M 229K 131
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
526K 42.2K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
92.2K 8.1K 42
Alexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. Conocerá a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracción, risas, buenos...