2. Miss. BuenaSuerte (sarcasmo)
—¿¡PERO QUÉ MIERD...!? —Empecé a decir pero me paré en seco. ¿Quién mierda me agarró?
—¡AUXILIO! ¡ME RAPTARON! ¡ME PUEDEN LLEGAR A VIOLAR ACÁ MISMO! ¡AUX..! —Empecé a gritar pero algo me pegó en el estómago. Ouch.
—¿Puedes callarte? —Dijo una voz de-donde-no-sé-qué-lugar-salió.
Oh no. No. No, no y no. No. No. No. Díganme que no es lo que parece, no.. este estúpido no puede.. por favor no.. es un idiota, no puede hacerme esto.
—¡MALDITA SEA, JASON, DÉJAME SALIR! —Grité con todas mis fuerzas pero no podía moverme.—¿¡Pero qué caraj...!?
—SHHHH... —me chitó, ¿quién era él acaso para raptarme de esa manera? No señores, así a mí no, no me raptan, ni se meten conmigo, todos me tienen miedo... boeh, miedo no. Sería temor a las consecuencias que pueden llegar a obtener por meterse conmigo... pero luego viene este idiota e intenta desafiarme con todo, ¿acaso él está seguro de lo que está haciendo?
—¡DIOS SANTO, SÁCAME DE AQUÍ! ¿¡NO VES QUE ESTOY A PUNTO DE PRESENTAR!?
—Lo sé, te dejaré justo a tiempo, cariño. —Me dijo en una forma tan tranquila que, si lo vería, no lo pensaría dos veces y le pegaría una trompada en medio de su bonito rostr... esperen, esperen, ¿¡qué dije qué!?
Y sin pensarlo dos veces, con mis puños ya formados golpeé con todas mis fuerzas adelante, haciendo que Jason gritara.
—Por estúpido te pasa esto. —Dije y busqué algún interruptor de luz.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. No encuentro el puto interruptor de luz y se acerca la hora que presente... de repente, como si Dios me hubiese escuchado «ja», encontré el interruptor de luz y lo encendí.
Mierda. Esto no puede ser verdad. Jason está tirado en el piso sangrando... su nariz no, sino que su labio... mierda. Les repito.
El. Maldito. De. Jason. Está. Tirado. En. El. Piso. Sangrando. Por. Mi. Culpa.
—Dios santo, perdona imbécil, no quería... golpearte —mentí.—Es que... estaba hecha una furia, no me puedes raptar pero, ya sabes las consecuencias... ahora quédate aquí, mientras hago mi presentación, luego volveré, ¿si? No te muevas. —Dije más que furiosa.
—Claro, ¿cómo sabré que volverás? —Me dirigió una última mirada y se desvió hasta mi mano en el picaporte.
—Eres estúpido si piensas que voy a dejarte acá tirado, te llevaré a mi casa para ver qué tengo en mi botiquín de ayuda.
Y me fui. Salí corriendo hasta el salón principal. Todas me miraron como diciendo ¿por qué tardaste, Madison? Le resté importancia a esas miradas y pronuncié las siguientes palabras:
—Ya vamos a la presentación que se hace tarde.
—Claro, ¡¡vamos!! —Gritó Sophia y todas salimos corriendo, saliendo en escena.
Primero se presentaron las chicas.. esas que no me sé sus nombres, luego Megan, Chloe, Sophia.. y por último yo. Todos en el campo gritaron, silbaron... todo era pura adrenalina, felicidad... parecía que estuviese viviendo en una fiesta. Saludamos a todos los aficionados, vi con el rabillo del ojo a nuestros hermosos y sexys amigos, en el equipo, junto a Bryan y Eric también. Bufé. Maldita sea, lo había olvidado. Con razón Jason antes me parecía familiar -aunque no lo admitía- ¡él es el puto reemplazo de Bryan y Nathan! Los mejores del equipo.
Pero sonó la introducción de Counting Stars haciendo que todas nos pongamos en nuestra posición. Estaba a punto de comenzar, pura adrenalina.
But baby, I've been, I've been praying hard
Sitting, no more counting dollars
We'll be counting stars
Yeah we'll be counting stars
Y comenzó. Empecé a bailar, Chloe hizo acrobacias y todos se pusieron a aplaudir, a compás del ritmo. Por primera vez en el día, me estaba divirtiendo a mares.
Todos estaban cantando, gritando y algunos los veíamos saltando. Miré atrás, y lo vi. Maldito sea Jason, me asustó, pero seguí, desvié mi mirada y me concentré en la presentación.
Empezamos todas a reír, también las chicas de atrás, todas, estábamos bailando, cantando y riéndonos. ¿Acaso eso es posible? Porque lo estamos haciendo.
Old, but I'm not that old
Young, but I'm not that bold
I don't think the world is sold
I'm just doing what we're told
Estos cuatro minutos juro que fueron una fiesta que parece ser infinita. Sí, infinta. Y, no, no estoy plagiando al pobre asesino de John Green, esta vez, me sentía infinita, tal como Charlie había dicho en Las Ventajas De Ser Invisible, ahora ya sabía a lo que se refería.
Pero terminó demasiado rápido. Cuando terminó todos aplaudieron, gritaron mucho más que cuando empezó, mucho más cuando estábamos en el estribillo de la canción. Algunos chicos gritaban mi nombre y no pude evitar sonreír. Maldita sea. Esta es la vida que siempre quise tener. Y siempre la tuve.
Cuando estuve por irme, ya que las chicas se fueron por su parte, encontré a Jason, mirándome, el me sonrió por lo que yo también sonreí. No me malinterpreten, es que esta felicidad no voy a dejar que Jason me la atropelle, simple.
—Bailaste muy bien, Madison, te felicito por el gran trabajo. —dijo todavía sonriéndome.
—Gracias, igual nuestro equipo, y digo nuestro porque sería muy egoísta de mi parte decir que es «tuyo» sólo porque eres parte de él —y se rió el muy hijo de puta.—Bueno, ganamos, eso es bueno.
—Una victoria asegurada.
—Más que asegurada.
—¿Enserio? —dijo en mi oído. ¿¡CÓMO MIERDA LLEGÓ TAN CERCA!?
—Sí —dije yo casi sin respiración. Espero que la voz quebrada esté solo en mi cabeza. Dios. ¿Qué me está pasando?
—¿Sabes? Deberías dejarme en tu casa y atenderme, como tal lo dijiste. —Me dijo rodeándome con sus brazos.. wow. ¿Irá al gimna.. QUÉ ACABO A DECIR?
—Sí, ahora deja de tocarme o te dejaré sin descendientes, ¡YA!
Y se alejó unos metros, su cara reflejaba sorpresa. Mucho mejor.
—Bien, ¿vamos a irnos o vas a seguir admirándome? —dije incrédula. Él me miró y esbozó una sonrisa.
—Te seguiré admirando, pero mientras nos vamos. Dale, guíame.
—Bien, pero te lo dije en serio imbécil, aléjate de mí.
—No me lo hagas más difícil, Maddy.
—¿Me acabas de llamar qué? —‘Maddy’ es el peor sobrenombre que me han dado en años.
—Maddy. —dijo firmemente.
—No me llames así. Soy Madison, me dicen Madd.
—Y yo Jason, y me llaman Sexy.
—No es para nada gracioso. Y ahora vamos, que tenemos que recorrer tres kilómetros hasta mi casa porque todavía no me compraron un maldito auto. —Y se empezó a cagar de la risa, literal.
—¿Vos? ¿Sin auto? —se echó a reír más de la risa todavía.—No lo puedo creer, es toda una novedad. Madison Walker, todavía no tiene auto.
—¡Déjate de pavadas, imbécil, y vamos!
Durante el trayecto a mi casa no dijo nada, por lo que agradecí. Saqué mi celular y mis auriculares y empecé a reproducir el CD de Avicii.
—¿Qué escuchas? —Me interrumpió Jason.
—Nada que te importe. —Mala idea. Porque acto seguido me sacó el celular, llevándose con él mis auriculares y vio la pantalla de mi celular.
—¿Así que Avicii, eh? ¿Quién lo diría? Madison Walker tiene un buen gusto de la música.
—¡Obviamente! Ahora, dame el maldito celular con los malditos auriculares.
—No, haremos una cosa: —dijo sacando los auriculares y devolviéndomelos.—guarda los auriculares, vamos a escuchar tu música juntos.
—¿¡QUÉ!? No, de ninguna manera. Ahora dame mi celular, imbécil. —dije intentando sacarle el celular. Otra mala idea. Él se corrió e hizo que me caiga. Mierda. —¡¡OUCH!! —Chillé. —Me duele mi estúpida pierna por tu culpa, imbécil.
—Vamos, te ayudaré a pararte —y se reía el muy pelotudo, ¿es enserio?—Vamos, párate o sino, te besaré, y es enserio, muero por probar tus labios.
Y eso fue suficiente como para que me pare y salga corriendo sin importarme nada mi estúpida pierna quebrada. Estaba huyendo de él pero, ¿por qué? Ah, sí, miedo a traumarse, miedo a ser violada por Jason.
—¡Si sigues corriendo así, te cansarás y te alcanzaré en tan solo tres segundos! Deja de correr, Madison, no te haré nada. —Y paré. Me senté y empecé a chillar. No quería llorar, menos frente de él, pero me dolía como la puta madre la pierna.
—¿Qué te pas..? —dijo Jason pero interrumpí con mis chillidos.
—Mierda, Jason, ¡¡me duele!! —grité tratando de que no salga ninguna lágrima de mis ojos.
—¿Te hiciste algo? —me preguntó con... ¿preocupación?
—¿Qué si me hice algo, dices? —pregunté con ironía—No, sólo caí por tu culpa y parece que tengo la pierna quebrada.. —pausé—¡¡DUELE!! —empecé a chillar.
—Y yo pensé que me iba a divertir contigo, haciéndome de enferma pero no, será al revés. —dijo serio.
—¿Es en serio, Jason? Déjame decirte que en cuanto me recupere, te debo un buen golpe en medio de tu asqueroso rostro. —mentí en la última parte pero vamos, ¿en qué cambia que le haya mentido? Él me fracturó o quebró la pierna...
—Ven aquí, que te recojeré, dime tu dirección e irás arriba mío. —lo miré asqueada, al parecer se dio cuenta por lo que rió—No, no de esa forma pervertida, te subiré a mi espalda así no te harás más daño en la pierna.
Me reí por mis pensamientos pervertidos y le di mi dirección, escuché un «ah, pan comido, faltan solo unas diez calles» y después nada más porque al instante que me subí arriba suyo -ejem, no lo malpiensen, que no lo malpiensen...-, me dormí.
—Madison, Madison, despierta. —Gruñí. No quiero despertarme. Me tapé aún más— Ya son dos horas desde que te quedaste dormida encima mío. —Reconocí la voz. Maldita sea, ¿por qué está el estúpido en mi casa, eh?
—¿Qué haces acá, Jason Miller? —estaba enojada. A mí nadie me despierta, menos Jason.
—Uy, qué humor Madison Walker. ¿Tengo que refrescarte la memoria de lo que pasó hoy? —preguntó mirándome fijamente.
—¿Pero qué te crees? —de inmediato recordé lo de esta tarde, ugh. Me senté rápidamente. —Bien, me desperté. ¿Cómo está tu labio? —Él sólo rió, ¿qué es lo que le ve de gracioso?
—¿Estás preocupada por mí? —preguntó señalándose. Hice mueca de asco.
—No estúpido, yo no me preocupo por imbéciles, si no lo sabías. —Mentí.
—Menos mal, por un momento pensé que una niña mimada de papá se había preocu... —y no sé cómo pero mi puño llegó en su labio, sí, otra vez.
¿Pero cómo se atrevía llamarla así? Niña mimada de papá... niña mimada de papá... eso se repetía mil veces, ¿acaso él pensaba que era así? Pues no se da ni idea de cómo era, no tenía la mínima idea de lo que puede sufrir uno sin importar el nivel económico y popular.
—Eres un estúpido si piensas que vas a poder insultarme y eres un imbécil si piensas que no me voy a defender. —del 1 al 10, lo odiaba un... 20.
—¡MALDITA SEA, MADISON, ME ROMPISTE EL LABIO, OTRA VEZ! —me gritó y no pude responderle, ¿por qué? Porque se desmayó.
Jason. Miller. Estaba. Sangrando. Y. Desmayado. En. Mi. Habitación.
Mi suerte nunca puede estar mejor cuando él estaba cerca mío. -Nótese mi sarcasmo- Me quedé viéndolo atónita. Nunca en mi vida tuve que reaccionar más de una vez a los golpes con la misma persona, porque a la primera todos entendían que conmigo no se jugaba, no se jodía... ¿pero por qué mierda Jason no entiende? Un sin fin de preguntas se me presentaron pero decidí borrarlas, e hice por primera vez algo que debería estar dándome un premio por bondad hacia él, y me refiero a llamar a urgencias.
Gracias a Dios llegaron, bajé pero mis piernas me fallaron. «Mierda» me dije. «Claro, lo de esta tarde, mi pierna rota por Jason», empecé a dar pequeños saltos en una pierna, abrí con muchísima -enserio, muchísima- suerte la puerta y lo único que pude pronunciar fue:
—Jason está arriba, en la tercera puerta —Me sentí mareada. Me empezaron a bombardear preguntas ¿se siente bien? ¿Necesita ayuda? ¿Qué le pasó a tu pierna? Pero no pude contestar, yo también me había desmayado, para mi hermosa y gran suerte.
- Nota de autora -
Perdonen por la tardanza, estuve enferma, fue mi cumpleaños, tuve evaluaciones, problemas... cosas que todo un adolescente tiene en su vida.
Espero que les esté gustando “Piérdete y déjame en paz”, muchas pero muchas gracias por leerme, me hacen muy feliz. También quiero agradecer a quienes votan y comentan, ¡son lo más!
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