El mes siguiente a eso pasó en un abrir y cerrar de ojos en donde Maddox se sintió tenso al pensar que Pepper podría aparecer en cualquier momento.
Vivía en una especie de temor constante pero se negaba a contarlo todo porque eso causaba aún más temor en él.
Se arrepentía de no haberlo dicho antes claro estaba, pero bien sabía que contar ahora la verdad sólo la haría desconfiar y seguramente le daría mucho más armas a Pepper para destrozar lo que empezaba con Brooke.
Había apresurado todo con la excusa de que no quería esperar más para estar con ella, aunque la realidad era que no podía esperar para tenerla sin la mortificación de que en cualquier momento se fuera de su vida.
Faltaban solo 15 días para su boda, los 15 días más largos de su vida en los que deseaba que pasaran ya; sin embargo, a él le parecía que iban lo suficientemente lento.
Escuchó los sonidos en la puerta y autorizó la entrada. Brooke cruzaba la puerta con un vestido veraniego de flores escandalosas y el cabello suelto y alborotado que le daba un aspecto juvenil que a él lo enloquecía.
Se acercó hasta donde estaba y se sentó sobre sus piernas dejando un beso en sus labios.
—¿Estás listo para esta noche? —dijo divertida—. Yo estoy algo temerosa, seremos solo cuatro, cinco si Melina llega, pero aún así estoy nerviosa.
—Bueno, yo estaré con mis amigos nada más —respondió mientras ella reía.
—Con ellos tienes más que suficiente —dijo entre risas—. Hurs es bastante gracioso y ocurrente y Max es bastante absurdo pero divertido.
Vio el gesto de su prometido endurecerse cuando mencionó a su amigo Max por lo que solo sonrió y dejó un beso en su mejilla.
—Te portarás bien —El tono imperativo no le pasó desapercibido a Maddox que solo sonrió—. No quiero mujeres ahí bailando semidesnudas.
—No quiero hombres ahí bailando semidesnudos para ti —dijo con los ojos entrecerrados—. Además no sé para qué invitaste a Megan, no me gusta y no creo que sea buena para ti.
A Maddox aún le seguía dando vuelta en la cabeza la última vez que la había visto en el casino y aunque no la despidieron dado que no podían probar nada, lo cierto es que desde entonces desconfiaban plenamente de ella, más aún cuando la veían acercarse demasiado a Brooke.
Algo no terminaba de encajar desde aquella última vez en donde se notaba que pretendía obtener algo de Parker y seguramente también algo de él o del casino.
Estaba claro que sus intereses siempre fueron hacia Parker, tal vez por la novedad de que no se dejaba ver personalmente.
Venían observando a Megan de forma cercana pero no habían encontrado nada aunque debía admitir que Parker estaba más al pendiente. Era quien más tenía que perder si se sabía la existencia de su hija, de su identidad y más aún si sus enemigos se enteraban.
—Megan es buena —dijo un tanto ofendida—. Además no sé por qué no te cae bien, sus asuntos con Parker no deberían afectarte, supongo que tus problemas con ella se deben precisamente a su relación infructuosa con tu amigo.
—Cariño, no la defiendas —dijo él rodando los ojos—. Te puedo jurar con la mano sobre la biblia que muchas de las cosas que te ha dicho esa mujer son mentiras, entre ellas lo de Melina, esta no se metió en ninguna relación jamás y menos en una de Parker.
—Pues no veo porque Megan deba mentir —dijo ella defendiendo a su amiga—. A mí me parece una buena chica.
—A mí me parece que eres muy ingenua —dijo con aburrimiento—. En fin, no voy a discutir eso o vamos a terminar en una pelea. Solo quiero que estés alerta y te cuides mucho, aunque seguramente Melina estará ahí y verá por ti.
—¿Cuánto podría defenderme Melina? —preguntó divertida.
—Te sorprendería cuánto —dijo Maddox mientras ella fruncía el ceño.
Se puso de pie y dejó un beso en los labios de Maddox que colaba la mano bajo su vestido y ella luchaba por quitárselas.
—Puede venir alguien —dijo mientras él suspiraba derrotado—. ¿No te quejas siempre que tus amigos entran sin tocar?
—Es cierto —dijo con un suspiro—. Esas cacatúas están en todo menos en misa.
La tomó de la cintura de nuevo y dejó un beso antes de darle un guiño.
Ella se puso de pie de nuevo y salió de ahí entre risas cuando Maddox dejó caer una palmada en su trasero.
Se quedó sentado durante largo rato ahí, pensando en que debía vigilar a su novia y también en que debía estar al pendiente de su amiga.
Miró la carpeta que tenía sobre el escritorio y la reviso.
El acuerdo prenupcial había sido firmado por Brooke hacía semanas con la promesa de que era el fin de la deuda.
Brooke había firmado sin leer y después se había lanzado sobre él llenándolo de besos y agradeciendo.
Después de eso veía a Brooke mucho más suelta con él, solía visitarlo constantemente y dormir en su departamento a menudo aunque él hubiera preferido que ella se quedara de una vez ahí pero entendía que su madre aún era conservadora, así que seguían usando la excusa de que trabajaba de noche.
Sonrió pensando que seguramente su madre sabía dónde estaba pero prefería hacerse la loca respecto al tema, después de todo ella sería su esposa en muy poco tiempo.
Sentía que los días iban lentos y que eran los 15 días más largos de su vida.
—¿Y esa cara de idiota? —dijo Max.
—Así nació —aseguró Hurs—. Deja de incordiarle.
Ambos se sentaron frente a él con una sonrisa divertida.
Colocaron varias bolsas sobre el escritorio y sin más se pusieron de pie para arrastrarlo de manera inmediata hasta el centro de la oficina.
—¿Qué demonios están haciendo? —dijo intentando ponerse de pie pero Hurs lo sentó de golpe.
—Preparando tu despedida de soltero —dijo Hurs.
—Eso es en la noche. —Se defendió.
—Ya son las seis —aseguró Max—. Tantito más vas a estar oscuro y una vez que oscurece ya es de noche.
La puerta se abrió de golpe dejando ver a Parker.
—Ya llegó el alma de la fiesta, señoritas, así que vamos a empezar —dijo dejando sobre el escritorio más bolsas.
—¿Qué demonios traen ahí? —dijo mirando con curiosidad y hasta con miedo.
Max comenzó a acercarse y a quitarle la chaqueta.
—Esta jovencita está demasiado formal —dijo mientras Maddox se removía y quitaba a Max.
Temía cualquier cosa que sus amigos hicieran tomando en cuenta que seguramente usarían su despedida para mofarse de él.
Pronto entre los tres lo dejaron solo en boxer y lo amarraron poniéndole todo tipo de artefactos sobre él, desde una bola en la boca, una manzana en ella y una cola de puerco, un vibrador y por supuesto una cola y cuernos de diablo mientras hacían fotos.
Cuando se cansaron de amordazarlo entre los tres dejaron que se vistiera de nuevo mientras Parker no dejaba de reír mientras servía algunas bebidas.
—Estoy deseando la despedida de soltero del siguiente —dijo y Maddox secundó.
—Yo voy a ser el primero en participar —dijo completamente rojo de tanto jaloneos y enojado.
—Eres un pesado —dijo Hurs—. Las despedidas son para burlarse del desafortunado novio.
Comenzaron a beber y a comer mientras continuaban haciendo chistes.
—Estoy deseando que la novia vea al diablo humillado —dijo Max—. Necesito que hagamos un vídeo sobre esto y que se reproduzca en plena recepción.
—Seguro Scarlett hasta recupera la vista al ver a Maddox desnudo —dijo Parker.
Hurs le miró frunciendo el ceño.
—Maddox es flaco —dijo como si eso lo explicará todo.
—Al menos no tengo el cuerpo relleno de plomo tantos tatuajes baratos —respondió el aludido mientras Hurs bufaba.
—No se peleen niñas que para las dos tengo —dijo Max poniendo orden.
—Además —continuó Hurs—. Maddox la tiene pequeña. Debe hacer reír a la pobre Brooke.
Max comenzó a ahogarse con su bebida ante lo que escuchó de su amigo mientras Parker estallaba en carcajadas y Maddox le lanzaba una bolsa de frituras a la cara.
—Tú también —replicó—. De lo contrario Melina no te habría dejado.
—Aquí quien tiene el pene de 22 centímetros y siete de grosor soy yo —dijo un orgulloso Parker.
Max apenas se recuperaba de su ataque de risas pero volvió a ahogarse con la declaración de Parker.
—No puedo evitar imaginarme a Megan con su flexómetro en pleno acto midiendo la longitud —dijo en medio del ataque de risas.
Sus amigos estallaron en risas imaginando la situación.
—Es una exagerada —dijo un indignado Hurs.
—El pene de Parker debe ser del tamaño de mi meñique —dijo Maddox—. Y eso es hablar de que es enorme.
Las burlas en torno a Parker continuaron mientras todos se carcajeaban describiendo los escenarios más escandalosos y bizarros respecto a cómo se enteraron de la medida más exacta.
Tenían bolsas por todos lados y la oficina de cabeza aunado a que estaban bebiendo como nunca.
El sonido insistente de la puerta los hizo fruncir el ceño dado que habían colocado el aviso de que esa noche el casino no abriría sus puertas.
—Debe ser algún cliente engorroso que no sabe entender que no abrimos —dijo Maddox.
Continuaron sin hacer caso hasta que sin duda no pudieron más al escuchar los sonidos insistentes.
Los cuatro bajaron pero fue Max quien abrió la puerta completamente furioso y sin más vio entrar a Pepper con una sonrisa de suficiencia.
—Buenas noches a todos —dijo con soberbia—. Siento tanto interrumpir su festejo pero he venido a hablar con Maddox.
—No tenemos nada de qué hablar —respondió de inmediato y la tomó del brazo para echarla.
Se soltó y le miró con una sonrisa victoriosa antes de hablar.
—No vas a casarte —declaró haciendo reír a Maddox—. No lo harás porque si lo haces voy a contarle que te casas por la herencia, que le has hecho firmar un pre nupcial, del que tengo copia por cierto, y mejor aún voy a hundir tu casino al destapar al cuarto propietario. ¿Qué crees que diría la gente al saber que tú eres Parker? —Señaló al aludido.
Miró al cuarto integrante y sonrió como si acabara de dar jaque mate.
—Tú no harás nada —dijo Maddox un tanto nervioso.
—Creo que me has subestimado —dijo sonriendo—, pero aquí estoy para evitar que te cases con la equivocada. Tienes dos días para acabar con toda esta farsa o me voy a encargar de hacer que todo se acabe de una vez.
—¿Qué estás esperando para decir quién es Parker? —dijo el mismo hombre al que hacía alusión el nombre mientras se acercaba a ella—. ¿Qué tienes para probar quién soy?
—Una hermosa grabación donde te identifican en una plática de amigos —dijo esperando ver desconcierto, pero no obtuvo nada.
—Vaya —dijo alzando las cejas—. Que plan tan original, en fin, te doy permiso de que destapes mi identidad —aseguró—. No tengo problema con ello, te aseguro que una vez lo hagas voy a disfrutar hacerte pedazos antes de hundirme.
—Sé quien te busca —replicó Pepper—. No es nada contra ti pero de alguna manera tengo que presionar a mi querido Maddox.
—Por supuesto —dijo con esa calma tan característica—. Entiendo, es normal hacerlo. Sin rencores, pero yo no amenazo de mentira, así que mi amenaza es esta, si lo haces, date por muerta.
El rostro de Pepper se puso serio pero no estaba dispuesta a dejarse intimidar.
—Espero que tus enemigos te den tiempo a vengarte —dijo riendo—. Mientras tanto yo voy a casarme con Maddox y a cobrar esa herencia.
Maddox la tomó del cabello y la arrastró fuera en medio de gritos y amenazas antes de que la soltará y ella hubiera presa del miedo al ver a Maddox tan enfadado.
Se metió al casino visiblemente nervioso mientras veía a Parker correr escaleras arriba.
Lo siguieron sus amigos para encontrarlo en la oficina de Maddox revoloteando.
Los tres lo observaron a Parker que de entre el librero sacaba la cámara.
—¡Esa maldita! —gritó refiriéndose a Megan.
Revisaron el resto de las oficinas y en todas encontraron una por lo que cuando las tuvieron se sentaron en silencio.
—No voy a exponer tu identidad —dijo Maddox—. Todo esto es mi culpa.
—Deja de hacerte el mártir y piensa en que de cualquier forma esa vieja va a incumplir —dijo con furia—. Melina se hará cargo está misma noche...
Ahora sí, nos leemos el martes. 😘