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Volví a mirar la hora. Se supone que Jennie ya debería de estar aquí. Se había ido con las chicas a Estados Unidos por el tema del tour pero me dijo que volvería hoy.
Volví a llamarla por cuarta vez pero ella no contestó. Decidí llamar a Jisoo, quizás ella sabía algo. Al tercer tono pude escuchar su voz.
—¡Hola! —Alzó un poco la voz —¿A qué se debe tu llamada, querida _______? No deberías de estar con Jennie haciendo Dios sabe que. —Dijo en tono burlón. Se escuchaba muy bajito pero podía escuchar que mientras me hablaba ella comía.
—Ya, sobre eso... ¿Cuándo llegáis? —Pregunté. Ella se quedó callada durante varios segundos.
—Llegamos hace dos horas, ______ —Respondió en un tono algo más serio. —¿Jennie no está ahí contigo? —Preguntó extrañada.
—No —Respondí algo débil. Muchas preguntas y alguna que otra suposición llenaban mi cabeza. —¿Crees que... —Me quedé callada. No quería acabar aquella frase.
Jisoo sabe acerca de mis dudas y sospechas pero cada vez que hablo de ello ella lo niega y me pide que confíe pero no puedo hacerlo si pasan estas cosas.
—_______, todo estará bien ¿si? Quizás se ha retrasado por alguna razón —Dijo intentado sonar convencida. Asenti aunque luego caí en que ella no podía verme. —Voy a intentar contactar con ella ¿vale? En cuanto sepa algo te lo digo.
—Vale —Respondí. Colgué antes de que se pudiera despedir.
Diferente entonación cuando dices mi nombre. Me besas, pero tu beso no sabe igual. ¿Es real o me estoy volviendo loca?
Mi mente no dejaba de pensar una otra vez si Jennie estaba con... Ella. Desde hace unos meses no es lo mismo, ya no lo... "Hacemos" con tanta frecuencia, su excusa es que está: cansada de tanto trabajo y demás.
¿Es que acaso no soy suficiente para ella?
La puerta de la entrada sonó. Jennie entró algo rápida. Dejó su chaqueta sobre la silla. Me levanté del sofá y caminé hacia ella antes de que subiera a la habitación.
—Bienvenida —Dije mientras le daba mi mejor sonrisa.
—Hola, ______—Dijo con una pequeña sonrisa para después desviar la vista. Y actuaba como estos últimos meses. Fría y algo distanciada.
—Creí que volvías antes —Dije, ella se veía algo nerviosa.
—Si, pero a habido algunos problemas con las maletas y el pasaporte. Hasta ahora no hemos llegado —Mintió. Me estaba mintiendo mientras me miraba a los ojos. Antes de que pudiera decir algo ella se me adelantó. —Voy a dormir, a sido un largo vuelo —Dijo mientras se pasaba la mano por la nuca repetidas veces. —Se iba a ir pero yo la agarré de la muñeca.
Antes de que dijera algo me acerqué rápido y la besé.
Podía notarlo. No era igual, no me besaba con antes y sus labios sabían diferentes. Tenían un sabor a fresas... Ella no tiene un lipstick de ese sabor.
Nos separamos del beso. Ya no dijo nada, solo se dio la vuelta y subió las escaleras.
Tengo curiosidad de la compañía que mantienes porque te escucho hablar de ella mientras duermes. Y ahora me tienes hablando de ella en los míos.
Salí algunas horas antes del trabajo, le daría una sorpresa a Jennie. Estos días ha estado algo rara y quiero saber que le pasa, quizás es algo malo y se lo está guardando todo para ella y no quiero eso, la amo y sus problemas también son los míos. Los podemos resolver juntas.
Llegué a casa con una ramo de rosas en mi mano derecha. Sé que le gustan las rosas así que ¿Porqué no hacerle un pequeño regalo?
Cerré con cuidado la puerta. No quería que me oyera. Quería darle una sorpresa. Fui a paso lento y con cuidado. Me paré al ver una camiseta sobre uno de los escalones. La cogí y la miré.
—Esto no es suyo —Dijo en susurro mientras observaba la prenda. La dejé caer al suelo. Contra más iba subiendo más prendas me iba encontrando.
Podía escuchar varios sonidos que provenían de nuestra habitación. Cuando me quise dar cuenta ya no tenía el ramo en mi mano y que estas tembleban demasiado.
Abrí la puerta poco a poco encima de Jennie se encontraba una chica completamente desnuda. No podía ver su cara ya que estaba de espaldas y mi vista se nublaba por las lágrimas acumuladas. Lo que sí que pude ver es como Jennie me miró fijamente para después sonreír cínicamente.
—No —Dije en susurro mientras negaba con la cabeza repetidas veces. —No, por favor —Supliqué. Estaba viendo a la mujer que amaba con otra mujer me la cama.
—Jennie —Pronuncié y abrí mis ojos. Mi respiración era algo agitada y me encontraba sudando. —Ha sido una pesadilla —Me dije mientras intentaba regular mi respiración.
A mi derecha se encontraba una Jennie algo alejada de mi y que dormía plácidamente. Con una sonrisa en el rostro. Empezó a murmurar algo pero lo hacía tan bajo que casi no podía escuchar nada.
Me acerqué para ver si conseguía oír algo.
—Eres incre...Si...Nayeon...—Murmuraba, se movía varias veces lo que hacía imposible que puedo era escucharla con claridad.
Y apuesto a que ella lo tiene todo.
Apuesto que ella es hermosa como tú. Apuesto que ella tiene ese toque que te hace enamorar, como tú
Me senté al filo de la cama y suspiré. Pasé mis manos por mi cara e intenté pensar en otra casa ya que me entraron unas ganas locas de ponerme a llorar.
¿Qué era lo que tenía esa mujer que yo no tenía?
Me levanté con cuidado para no despertarla. Me pegué a la pared y me dediqué a observarla desde allí.
—¿Acaso ya no me amas? —Le pregunté con la voz entrecortada. Al parpadear varias lágrimas cayeron.
Puedo sentir su labial y verla acostada sobre tu pecho. Puedo sentir la distancia cada vez que recuerdas la yema de sus dedos
Mi mente empezó a imaginar a una chica acostada al lado de Jennie con su cabeza reposando sobre su pecho, como yo lo había estado haciendo.
Sacudí varias veces la cabeza para quitarme esa imagen de la mente. Caminé hacia la mesita y cogí mi móvil.
Volví al mismo lugar de donde me había quedado antes parada. Dejé caer mi espalda sobre la pared y me fui deslizando poco a poco hacia abajo hasta qu dar sentada.
Quizá debería ser más como ella. Puedo sentir su labial, es como si la besara también. Ella es perfecta.
Miré la hora y eran las tres de la mañana. Me sentía débil y patética por saber que ella estaba con alguien más mientras yo estaba aquí en una esquina llorando por que la amaba.
Abrí el chat de Rosé. La última vez que hablamos fue de este tema. Se enfadó mucho ya que me dijo que le plantara cara a Jennie y le exigiera la verdad, cosa que no hice.
Mis dedos empezaron a moverse sobre el teclado. Quizás vería este mensaje por la mañana pero quería desahogarme, necesitaba a alguien con quien poder hablar.
Dime que puedo hacer, Rosé. Jennie ya no no me besa igual que antes, se mantiene más alejada de mi... Joder, la he escuchado hablar en sueños, hasta sueña con ella en vez de conmigo. ¿Hice algo mal para merecer esto? No sé lo que hacer, esa chica debe ser perfecta y yo pues... Mírame, está más que claro que no lo soy.
Se lo envié. Me limpié las lágrimas pero de nada sirvió ya que estas no paraban de salir. Me levanté y caminé hacia la cama para quedar justo enfrente de ella.
¿Cómo te acaricia? ¿Puedo intentarlo también? Sé que estás confundido pero bebé, yo también lo estoy. Quiero saber como ella puede hacer que un hombre pierda la cabeza
Alargué mi brazo. Iba a tocar su rostro pero me detuve a pocos centímetros. Ella tenía una sonrisa en el rostro. Dormía plácidamente mientras yo simplemente no podía hacerlo.
Salí de la habitación y bajé las escaleras. Mi móvil vibró varias veces pero no le eché ninguna cuenta. Mi vista se posó en la chaqueta que Jennie había dejado hace unas horas sobre la silla.
Con el aroma de su perfume podría amarla también, como tú. Y casi puedo oír su risa. Arqueándose por ti.
Cogí la chaqueta. Podía oler un perfume distinto al que usaba Jennie. La dejé caer al suelo mientras por en miente pasaba una y otra vez las imágenes de la pesadilla de antes.
Mi móvil volvió a vibrar; era Rosé.
-_______
(3:10 am)
-Eres una persona increíble y si Jennie no ve eso es una completa idiota.
(3:13 am)
-_______.
(3:15 am)
-Contesta, por favor.
(3:19 am)
-como estés llorando te aseguro que Jennie se las va a ver conmigo.
(3:20 am)
-No deberías decir eso. Es tu amiga. Aparte de compañera de grupo.
(3:20 am)
-Podrá ser mi amiga pero lo que está haciendo es rastrero y nadie debería pasar por lo que estás pasando.
(3:21 am)
-_______, no tienes que intentar ser como esa chica. Eres genial tal y como eres.
(3:21 am)
-Si fuera tan genial Jennie no se
hubiera ido con otra ¿no crees?
(3:22 am)
D
ecidí dejar de hablar con ella.
Puedo ver su cuerpo lanzándose sobre ti. Precipitándose sobre tu piel. Ardiendo profundamente sobre tu piel junto a mi.
Mi vista recorrió todo el salón. Tantos recuerdos, más buenos que malos y todo para que al final acabe así. Por que una parte de mi quería ir arriba, despertar a Jennie y pedirle explicaciones mientras que la otra por dolorosa que sea era el permanecer en silencio y aguantar con el poco amor que podía recibir de ella.
Flashback
—No quiero que te vayas —Le dije mientras hacía un puchero. Ella besó mis labios y acarició mi mejilla.
—Volveré en tres días, _______. —Sonrió
—Eso es mucho tiempo sin tus besos —Me quejé. Ella soltó una risa.
—Cariño, tenemos tiempo para amarnos y para disfrutar. Tres días no serán nada ¿si? —Besó mi mejilla. Yo suspiré y asentí.
Fin flashback
—Supongo que todo tiene su final. Al parecer tu amor tenía fecha de caducidad —Murmuré.
—¿_______? —pegué un salto del susto que me di. Jennie caminó hasta donde yo estaba. Su vista bajó al duelo donde estaba la chaqueta. —¿Qué haces despierta? —Se agachó y recogió la chaqueta.
—Tuve una pesadilla —Dije, ella asintió y desvió la mirada. En otra ocasión ella me hubiera abrazado y me hubiera dado algunas caricias pero no, ahora todo es frío y distante.
—Bueno, son sólo eso; pesadillas. No son reales. —Caminó hacia la cocina.
—Esta si que lo es —Susurré.
Ella está chocando en tu piel. Juntándose, ardiendo profundamente en tu piel, sobre tu piel mientras duermes.
Cogí aire y fui hasta donde estaba.
—¿Quién es Nayeon? —Me crucé de brazos. A ella se le cayó la caja del zumo que estaba sosteniendo.
—¿Qué? —Apesar de la oscuridad podía ver como paleidecio.
—Me has escuchado perfectamente —Le dije seria. —Solo quiero saber si... Me has dejado de amar o crees que esto es un juego o yo que sé porque esto que estás haciendo hace que me esté volviendo loca y no quiero eso —Mi voz se fue quebrando. —Porqué durante estos últimos meses cada vez que me miras es como si te estuvieras burlando de mi, como si con cada beso me estuvieras comparando con ella, como cuando me rechazas una caricia porque ya estás satisfecha con las de ella...
—________....
—Puedo cambiar. Puedo ser como ella si eso hace que me ames —Ya me encontraba llorando. —Si quieres que cambie lo haré pero no me pidas que me quede aquí esperándote mientras tu te vas con ella. Porque te aseguro que es una tortura. —Ella bajó su cabeza.
—No quiero que cambies —Susurró.
—¿Entonces que quieres, Jennie? —pregunté —¿Que me vaya? ¿Que salga de tu vida? —Ella alzó la cabeza y negó. —¿Entonces qué, Jennie? Necesito que me lo digas.
—Yo... —Empezó a hablar pero calló.
—Eres una egoísta y una cobarde. —Le dije —Si me hubieras dicho desde un principio que ya no me amabas llegaría a entenderlo, todo hubiera sido distinto pero me has estado viéndome la cara de estúpida estos últimos meses, es que ni arrepentimiento has mostrado —ella se quedó callada. Suspiré y me di la vuelta para irme.
—¿Te vas? —Preguntó en un tono bajo.
—Si, Jennie. Por primera vez haré más caso a la cabeza que al corazón. Estos dos años has sido increíbles pero...hoy termina todo. Espero que ella te de todo lo que buscas, aunque bueno, si has estado todos estos meses con ella es que si te lo da ¿no?
Ella es perfecta.