Miró a Brooke que lucía bastante enfadada y se pasó las manos por el cabello sin saber qué decir para que las cosas mejoraran.
—¿Estuviste con ella? —preguntó—. ¿Es cierto que tuvieron una relación?
Maddox escuchó la pregunta y tuvo miedo de responder, el mismo miedo que sentía al verse acorralado minutos antes por Pepper.
La miró unos segundos antes de determinar su respuesta.
—Nunca he tenido nada que ver con ella. —Mintió—. No sé de dónde ha sacado semejante estupidez pero está claro que está loca.
—¿De dónde la conoces? —preguntó de nuevo.
Le dieron ganas de salir corriendo ante el interrogatorio pero se negaba a dejar las cosas así y más cuando ella estaba visiblemente molesta.
—Debe dinero al casino. —Volvió a mentir—. Me debe lo suficiente para atreverse a calumniar.
La mirada de Brooke se suavizó un poco y se acercó a él dejando que su cabeza se recostara en su pecho.
Abrazó su cintura con fuerza mientras los brazos de Maddox la apretaron fuerte a su cuerpo.
El miedo que atenazaba a Maddox era completamente desconocido para él aunque suponía que se debía a que temía que todo su plan de viniera abajo; sin embargo, tampoco se sentía bien de mentirle de esa manera tan descarada pero la sola idea de que ella se alejara de él solo un segundo le causaba pánico y seguía sin entender el porqué.
Permaneció abrazado a ella mientras acariciaba su espalda y ella se aferraba a su cuerpo como si supiera que lo necesitaba.
—Ella no me ha hecho dudar —dijo poniendo una mano en su desbocado corazón—. No he dudado ni un segundo de que solo buscaba perjudicarte pero temo que has hecho muchos enemigos y eso sí que me atemoriza un poco.
Se sintió aún más miserable al escucharla decir eso, más cuando no sabía que alguien como Brooke pudiera ser tan buena.
Dejó un beso en su frente y tomó su mano guiándola fuera de la cocina y pasando frente a sus amigos que estaban sentados en una de las mesas conversando.
Para nadie pasó desapercibido que la llevaba de la mano pero omitieron cualquier comentario.
Sobre todo Max que seguía coqueteando de forma descarada con Brooke.
Se apresuró a salir y pasar de largo la salida hasta la puerta donde el estacionamiento privado estaba.
No soltó su mano nunca, al contrario, la apretó con más fuerza hasta saber que estaba a salvo.
No sabía de qué la protegía pero sentía la necesidad imperiosa de hacerlo.
—¿A dónde vamos? —inquirió Brooke sonriente.
Por supuesto ya había olvidado por completo la razón por la que estaba enojada inicialmente porque confiaba en Maddox y porque sentía que cada día tenía un pedazo más grande de su corazón.
Maddox se había convertido en parte fundamental de su día a día, deseaba verlo todo el tiempo y cuando no estaban juntos siempre solía escribirle o él a ella.
Empezaba a creer que el amor existía de verdad y que Maddox era un amor como el que nunca había sentido.
No se atrevía a decirle que le quería porque no estaba segura de que eso fuera amor de verdad y porque él tampoco había dicho nada al respecto.
—Vamos a ir al parque, a comer frituras por ahí, no sé cualquier cosa que nos mantenga juntos y por la tarde veremos el atardecer —dijo con resolución.
—Podemos ir al cine —dijo incordiándolo—. Seguro que encontramos algo lindo que ver.
—No iremos a ningún cine y mucho menos al cine de ese insulto al homosexualismo —dijo ofendido—. Todavía me sigo preguntando cómo fuiste tan valiente de estar en una relación con otra chica, ¿Qué hacían? ¿Iban de compras juntos?
Brooke comenzó a reír de buena gana haciendo que Maddox también sonriera.
—Deja de ser tan grosero —dijo divertida—. Es un buen chico y antes era el más guapo de la escuela.
El bufido ofendido de Maddox la hizo sonreír.
—Ahora a cualquier cosa se le llama guapo —dijo lanzando un nuevo bufido—. Yo soy más guapo que él.
Brooke comenzó a reír y no dijo nada más, solo siguió mirando al frente.
—Esta es la parte donde tú deberías decir que sí soy más guapo —dijo dándole una mirada reprobatoria—. Se supone que una novia no tiene ojos para otro.
Se estacionó frente a un pequeño parque y se apresuró a abrir la puerta para que ella bajara.
—Se supone que un novio no tiene ojos para otra —dijo mirándolo—. Supongo que no ves a ninguna otra.
—No, no tengo ojos para otra —respondió con una sonrisa.
A Brooke le distrajo un poco el hoyuelo que se formaba en su rostro cuando reía pero aún así no dijo nada.
—¿Ni siquiera a Melina? —inquirió mientras Maddox fruncía el ceño.
—¿Melina? —preguntó—. ¿Qué tiene que ver ella?
—No lo sé —dijo sentándose sobre el pasto—. Megan habla muy mal de ella.
—Bueno tienen una rivalidad entre ellas —dijo acomodándose a su lado.
—Pero dice que Melina es amante de todos —dijo haciendo que Maddox comenzara a reír a carcajadas—. Dice que se metió en su relación con Parker.
—No creas todo lo que Megan dice —respondió entre risas—. A veces es una exagerada y a veces no dice la verdad.
La abrazó mientras dejaba un beso en su mejilla.
—No todo es lo que parece —respondió—. Melina es amiga de todos, con Parker tiene una relación especial, pero eso es otra cosa.
—¿Por qué Parker no se muestra? —preguntó—. Megan dice que tiene una malformación en las piernas. ¿Es cierto?
Maddox no respondió de momento, al contrario solo se acercó a ella para meterla entre sus piernas y abrazarla.
—La historia de Parker es complicada —dijo con una media sonrisa—. Es más joven que yo y quizás un día puedan conocerse.
—He llegado a pensar que está deforme —dijo ella—. No deja que nadie lo vea.
—No lo hace porque cuida su identidad de ojos venenosos —respondió—. Melina es la mujer que lo complementa, nunca va a traicionarla ni ella lo hará. Son uno mismo.
—¿Entonces se quieren? —preguntó intrigada.
—Más de lo que imaginas —respondió con una sonrisa.
Le dió de nuevo un beso y la sostuvo fuerte dejando que sus labios se apoderan de los de ella.
—¿Vas a asistir el sábado a la fiesta de aniversario del casino? —preguntó riendo—. Si sirve de algo voy a decirte que Parker estará ahí y estoy empezando a ponerme celoso por tanto interés.
—Es que no tienes por qué —dijo ella mientras dejaba un beso en su mandíbula—. Siento que Parker es horrendo.
—Mmm, ¿y Max, te parece horrendo? —dijo con el semblante molesto—. Me enoja que le sonrías tanto y que siempre estés regalándole panes y todas esas cosas que haces. Se supone que el novio soy yo, pero llega, te coquetea y terminas por darle algo y espero fervientemente que lo único que le des sean panes.
—¿Qué estás insinuando? —dijo separándose de inmediato.
—No he insinuado nada —respondió—. Solo estoy diciéndote lo que me molesta.
—Estás insinuando que tengo un interés en Max más allá de una amistad y encima que cedo a sus coqueteos —dijo alzando la voz y Maddox suspiró.
—¡No es eso! —dijo evidentemente alterado—, pero es muy molesto tener que estar siempre aguantando como coquetea.
—Si coquetea o no, no es asunto mío —respondió ella soltándose de su agarre—. Yo no hago nada malo, pero claro, la culpa siempre debe ser mía, nunca de ellos. Desconozco si Max coquetea con la mitad de las mujeres del país pero estoy segura de que yo no voy a formar parte de su harem de mujeres.
Se puso de pie bastante furiosa e hizo que Maddox lo hiciera al verla tan molesta.
—Pues no puedo evitar sentirme molesto —dijo empezando a perder los papeles—. Después de todo eres de las que aprovecha las oportunidades y Max bien podría pagarme tu deuda.
El jadeo de Brooke lo hizo darse cuenta de la estupidez que acaba de decir solo porque se había enojado.
—Lo siento, no quise decir que fueras una oportunista —dijo avergonzado—. Es solo que a veces…
—Llévame a mi casa —dijo enfadada caminando hacia el auto.
—Brooke —dijo yendo tras ella—. Escúchame, necesito aclarar esto.
Brooke no respondió, solo se giró a verlo y se mantuvo parada frente a él.
—Preciosa, lamento lo que dije —acotó—. No quise ofenderte ni insinuar nada. No es lo que pienso de ti, amor.
Terminó de hablar esperando que ella no le luchará más y terminará en solo una discusión más pero era demasiado pedir desde que ella seguía molesta.
No abrió la puerta del auto sino que trató de mediar acercándose a ella abrazándola pero ella seguía enojada.
—Es mejor que me lleves al trabajo o a casa —dijo aún molesta.
—No —respondió enojado—. Quiero que estemos juntos. Ya me disculpé por las estupideces que dije, no quise ofenderte ni mucho menos insinuar algo que no es.
—Si lo dices es porque lo piensas —agregó enfadada—. No me digas que no.
—No Brooke, no es así —dijo fastidiado—. Soy tonto y terminó diciendo tonterías pero eso no significa que piense cosas malas, al contrario, pienso cosas muy buenas de ti.
Brooke suavizó el gesto y Maddox aprovechó para acortar la distancia y besarla.
—Quiero pasar el día contigo —agregó—. No discutamos por tonterías, por favor.
La tomó de la mano y regresaron a sentarse al mismo lugar donde la sujetó y desvió el tema sobre cualquier cosa.
Maximilian seguía siendo un tema que lo preocupaba debido a que no dejaba de buscarla, para ser una broma estaba pasando lo límites según su apreciación pero parecía que entre más le decía más seguía persiguiéndola.
Suponía que no estaba haciéndolo en serio o de lo contrario estaba seguro de que ya habría logrado quedársela. No recordaba una sola vez en donde no lo hubiera logrado.
Max tenía un encanto único con las mujeres, desgraciadamente para él uno que parecía infalible y solo esperaba que la dejara en paz, dado que solo entorpecía sus planes.
Por un momento se olvidó de todos sus problemas, el tiempo corría y él temía que las cosas entre ellos no funcionaran, temía que Pepper apareciera de nuevo y sobre todo temía que Brooke se decepcionará, aunque eso no lo admitiría jamás. En el fondo creía que le tenía cierto cariño y estaba seguro de que casándose con ella al menos estaría estable.
De cierta manera Brooke había logrado que sus pensamientos se desviarán de Pepper a ella y cada vez su pasado junto a la mujer que le arruinó la vida se hacía cada vez más difuso.
La observó mirar hacia el frente sin decir nada y sonrió.
—¿En qué piensas? —Se atrevió a preguntar.
—En mi papá —dijo pensativa—. Hace mucho que no sé nada de él, no ha aparecido por la casa y a veces no puedo evitar pensar que algo le ha pasado, pero también pienso que debe andar por ahí, borracho como siempre. Tengo pensamientos variados.
Maddox guardó silencio pero estaba seguro de que el hombre andaba por ahí, aunque no le importaba lo que pasará con él, lo cierto es que también le preocupaba un poco que ella se entristeciera por él, aunque no la entendía, trataba de hacerlo.
Ella no era como él, Brooke era buena e incapaz de guardar rencor a pesar de todo, mientras él era capaz de usar su bondad para fines nefastos...