-Eh eh- dudó, pero luego se mostró seguro. Tomó mi cintura y me apegó a su cuerpo ¡Maldita sea! odiaba cuando hacía eso, lo odiaba porque se sentía tan bien.
Nos quedamos observándonos, sólo a centímetros, nuestras respiraciones se mezclaban gracias a la cercanía de nuestros rostros. En segundos sus labios se encontraban mezclándose desperadamente con los míos, mis manos fueron automáticamente a su cuello, como si allí fuese su lugar en la vida.
Caminó sin soltarme, haciéndome caminar hacia atrás. Soltó una de sus manos y apretó el botón para llamar al ascensor, todo eso sin despegarse de mis labios. Los besaba con furia, con deseo y yo lo seguía, cuanto más lo besaba más necesitaba sus labios.
Cuando entramos al ascensor estampó mi espalda con una de las paredes y colocó una de sus manos allí, se separó algunos centímetros de mis labios para recuperar el aliento y me miró directamente a los ojos. Su mirada lograba entrar en la mía y revolucionaba cada célula de mi cuerpo.
-¡Maldita sea!- exclamó ¿Enfadado? La mano que estaba en mi espalda me atrajo más a él haciéndome sentir cada parte de su anatomía- Eres completamente adictiva - susurró para volver a unir nuestros labios.
Me dirigió por el pasillo y sacó de mis pantalones las llaves para abrir la puerta sin siquiera despegarse un milímetro de mis labios. Entramos y nuestros abrigos decoraron el piso en segundos. Me apoyó contra una pared con brusquedad y sus labios se dirigieron lentamente a mi cuello. Mordió, besó y lamió a la perfección aquella zona, haciéndome solamente delirar, adentré una de mis manos a sus rulos para tirarlos con delicadeza.
Mi conciencia se hizo presente en ese mismo instante ¿Qué estaba sucediendo? Primero él estaba controlando toda la situación, él me estaba controlando a mí y eso no podía pasar. Segundo él estaba en mi casa por segunda vez, ningún hombre había estado en mi casa más de una vez, claro salvo Jackson. Tiré de sus rulos con más fuerza para que se separara de mí. Hice que girara para que quede él ahora contra la pared y lo miré, su sonrisa era irritante.
-Mira Rulos- comencé a hablar furiosa- No sé por qué te cuesta tanto comprenderlo - seguí- No quiero verte más, esto no puede estar sucediendo...
-Recién no parecía eso- dijo tomándome de la cintura.
-¡Maldita sea!- respondí separándome de él- ¡No quiero verte más! Sólo fue una maldita noche ¿Qué mierda sucede contigo?- quise irme, quise moverme pero sus brazos me tomaron con fuerza haciéndome nuevamente chocar mi espalda con la pared.
-No sé qué mierda sucede conmigo- soltó enfadado rozando nuestros labios- Yo tampoco quiero verte más.
-¿Y entonces? ¿Por qué simplemente no me dejas en paz?- pregunté, mi respiración se entrecortaba, mi corazón se aceleraba de sólo tenerlo a milímetros de mi cuerpo.
-Porque no puedo- volvió a unir nuestros labios y se separó- ¡Maldita sea Am!- golpeó la pared con una de sus manos- ¿Qué mierda tienes? ¿Qué estás haciendo conmigo?- preguntó acorralándome contra la pared y mirándome directamente a los ojos, realmente se hacía esas preguntas, realmente estaba intrigado
-¿De qué hablas?- pregunté enfadada.
-No salgo con una persona más de una vez- susurró sin dejar de acorralarme.
-Entonces ¿Qué haces aquí?- seguí.
-No lo sé- soltó cansado- simplemente necesito... lo necesito.
Nos quedamos así. Mirándonos fijos, a los dos nos pasaba lo mismo. Los dos estábamos rompiendo nuestras reglas. Aunque para ser sinceros todo era por culpa de él, yo no pensaba ir a la puerta de su casa como él lo hizo.
Su mirada se adentró nuevamente en mí, su esmeralda mirada me poseía completamente, sus labios entreabiertos se veían completamente sensuales y nuestras narices se rozaban haciéndome sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.
-Al diablo- susurré y uní nuestros labios nuevamente. Sus manos rodearon mi cintura e hicieron que mis piernas rodearan la suya. Caminó conmigo a cuestas mientras colaba una de sus manos por debajo de mi camiseta. Nuestros movimientos eran rápidos pero sensuales, no podíamos esperar más para unirnos completamente. Cada roce hacía que nuestras pieles ardieran.
...
Cayó rendido a mi lado con una sonrisa y su respiración agitada.
-Eres increíble- soltó riendo.
-Lo sé- me miró divertido, lo miré por unos segundos y volví mi vista al techo- Okey, tú tienes lo tuyo- Nos quedamos unos minutos en silencio, sólo se escuchaban nuestras respiraciones que lentamente volvían a la normalidad- Rulos -susurré.
-Lo sé- me interrumpió- Debo irme.
Lo miré y asentí con la cabeza. Él tomó su ropa y se vistió. Me puse algo cómodo y lo acompañé a la puerta.
-Adiós- lo saludé. Me tomó de la cintura sin previo aviso y unió nuestros labios- Deja de saludarme así- le dije molesta.
-No puedo- rió y besó cortamente mis labios nuevamente.
Cerré la puerta tras él y subí para ducharme. Cuando terminé me acosté en mi cama.
¿Qué era lo hacía? ¿Qué estábamos haciendo? No sabía su nombre, no sabía lo que hacía y sin embargo me había acostado dos veces con él. Lo peor de todo era que no me daba culpa, que me gustaba, que quería seguir haciéndolo, quizás así nadie salga lastimado. Ambos sabemos que sólo nos atraemos de esa manera, no hace falta aclararlo.
...
Al día siguiente directamente lo vi en la puerta del edificio cuando volvía del trabajo. Lo miré y abrí la puerta dejándolo pasar. Él rió y al entrar al ascensor atacó mi cuello.
...
Cinco días seguidos acostándome con la misma persona.
No sabía su nombre, sólo sabía que era completamente adictivo. Venía lo hacíamos y se iba.
Antes de llegar al bar vi un tumulto de gente en la puerta. No comprendí nada hasta que estuve cerca y comprobé que eran fotógrafos y reporteros.
-¿Eres de este bar? - preguntó uno cuando quise entrar. Lo miré confundida.
-¿Conoces a Harry Styles?- preguntó otro.
-¿Qué hay de los One direction?
-¿Tú eres la razón de que Harry venga tan seguido aquí?- los flashes sólo me hacían dificultoso ver, las preguntas sin sentido me ponían de un tremendo mal humor, sólo quería pasar a mi maldito bar ¿Qué mierda era todo esto?
-No sé quién mierda es Harry y los no sé cuánto, déjenme pasar a mi bar por favor...- las personas se abrieron camino y pasé.
Cuando entré apoyé mi espalda contra la puerta y respiré ¿Harry Styles? Nunca había escuchado ese nombre. Le preguntaría a Penélope apenas la vea. Caminé a la barra y allí estaba.
-¿Qué hay?- saludó.
-Hey Pen -la saludé- ¿Acaso sabes por qué hay tantos periodistas en la puerta?
-Somos famosos -bromeó.
-Hablo en serio - respondí- ¿Quién mierda es Harry Styles? Parece que por él están aquí -ella abrió los ojos como platos al nombrar a aquel muchacho.
-¿Harry? -preguntó- ¿Realmente quieres saber quién es?- me miró expectante.
¡Oh no! De repente todo en mi cabeza comenzó a ordenarse. Él era famoso. Rulos era famoso, lo había olvidado por completo. Por eso mi mente estaba tan tranquila cuando me acostaba con él y seguía su estúpido juego. Él es un maldito famoso. Rulos es Harry Styles, aunque realmente no sepa quién mierda sea.
-Rulos- susurré. Ella asintió. Quería preguntarle quién era, qué hacía, por qué mierda era famoso., pero tenía miedo de la respuesta de mi amiga. Además Jack entró interrumpiendo nuestra charla.
...
Durante la noche no pude concentrarme. Simplemente me lo imaginaba ahí parado esperándome y ¡maldición! No podría hacerlo. Sabía su nombre, recordaba que era famoso.
Así fue que cuando pasé a su lado a la noche decidí ignorarlo.
-Am- habló para que me diera cuenta que allí estaba.
-Ya no más- lo miré- Se terminó.
Me miró confundido pero lo ignoré. Entré lo más rápido que pude y allí lo dejé.
No podía, no podía seguir haciendo esta idiotez. Él era famoso, seguramente lo conocían millones de personas, simplemente no podía seguir con esto.
...
La siguiente noche fue igual de insoportable. Mi mente no dejaba de maquinar ideas, él estaba en todas.
-¡Maldición!- exclamé cuando una botella se resbaló de mi manos- ¿Todo saldrá mal?- me pregunté.
-Hey, Kate- se acercó Penny- ¿Estás bien?
-Eso creo- respondí- Pen... ¿Te molesta si salgo unos minutos?
-Claro sal- dijo sin problema.
Salí a mi querido callejón y prendí un cigarrillo. Necesitaba respirar hondo, necesitaba dejar de pensar. Pero ¿Cómo creí que eso iba a ser posible?
-Te vi- escuché, miré a mi lado y allí estaba. Se acercó a mí para quedar frente a mi anatomía.
-Acaso no lo comprendiste ¿No?- pregunté - Esto terminó.
-En la televisión- siguió como si yo nunca hubiese dicho nada- Te vi allí- ambos nos miramos, había visto la entrevista. Ya sabía que lo conocía. Bah... que por lo menos sabía su nombre.
-Eres famoso, Rulos- comenté bajando mi mirada- Simplemente no podemos seguir con esto.
-Sabes mi nombre -lo miré- Puedes dejar de llamarme Rulos- bajé mi mirada por unos segundos y luego la subí para encontrarme con sus ojos.
-No podemos seguir con esto- susurré.
-¿Con qué?- preguntó algo molesto- Am aquí no pasa nada...- se alejó un poco de mí. Aunque debía relajarme, aunque quería escuchar esas palabras, sabía que eso era lo que quería, una pequeña parte de mí se incomodó al escucharlo- ¿Terminar algo que nunca empezó?- parecía enfadado, pero no conmigo, enfadado con él, al igual que yo que estaba completamente furiosa conmigo misma.
-Tienes razón- le dije seria- aquí no hay nada...- nos quedamos en silencio, el clima era tenso podía sentir la incomodidad de nuestros cuerpos.
Era más que claro que aquí no había nada. Inclusive yo me encargaba de decírselo cada vez que podía. Pero... pero entonces ¿Por qué seguíamos haciéndolo?
Mi mente y mi corazón se detuvieron al sentir sus labios sobre los míos, sus manos en mis mejillas me mantenían unida a él, mi cuerpo se relajó por completo y abrí los ojos cuando dejé de sentir sus labios y allí estaba con su estúpida sonrisa y sus irresistibles ojos esmeralda.
-Aquí no hay nada- susurró y me dejó allí.
...
Esa noche al llegar a mi casa no me sorprendí de verlo allí.
-Entra- le dije una vez en la puerta.
En el ascensor me lo quede mirando y él a mí. Cuando se quiso acercar lo detuve con mi mano.
-¿No era que no había nada?- pregunté. Realmente necesitaba tener algo más claras las cosas. Él tomó mi mano y la sacó de su camino para unir nuestros cuerpos más de lo que era posible.
-¿Por qué piensas tanto Am?- preguntó.
Y tenía razón, estaba pensando tanto, quizás sólo debía disfrutarlo. Pero necesitaba saber que él pensaba lo mismo que yo, que sólo era diversión, que bajo ningún punto de vista iba a comprometerme en esto.
-Dejemos las cosas en claro- le dije. La puerta del ascensor se abrió y rápidamente abrí mi puerta, él me acorralo contra pared pero lo detuve nuevamente- Rulos -lo miré- Esto es solo sexo ¿De acuerdo?- él me miró divertido y se acercó a mi cuello.
-De acuerdo- susurró para besar aquella zona. Lo tomé del rostro para separarlo.
-Hablo en serio -le dije seria- Nada de sentimientos, nada de nada.
-Am- dijo poniendo sus manos a cada lado de mi cuerpo- Debes dejar de pensar tanto- sonrió y luego capturó mis labios salvajemente.
De nuevo comenzó la guerra de besos y caricias. Todo salvaje, todo furioso. Él aprisionaba su cuerpo contra el mío haciéndome sentir cada parte de él en mí. Aunque no quería pensar, aunque no quería saber nada de él, ya tenía suficiente con saber su nombre, la intriga me carcomía, necesitaba saber qué hacía, a qué se dedicaba.
-¡Maldita sea!- me quejé separándome de él, lo giré para que quedara contra la pared y hablé- ¿Quién mierda eres Harry Styles?- pregunté, él me miró divertido y rió, cuando iba a hablar lo detuve- No quiero saberlo -seguí- No quiero saber quién mierda eres, pero mi mente no me dejará tranquila si por lo menos no sé qué haces... ¿Por qué mierda eres famoso?
-¿Y si no quiero decírtelo?- respondió divertido, lo miré con odio- ¿Si no quiero que sepas qué hago de mi vida?
-¡Maldita sea, Rulos!- exclamé- No podré concentrarme si no me dices qué haces...además tú sabes qué hago yo...- me tomó de los brazos y nuevamente me aprisionó contra la pared, se acercó lentamente al oído y comenzó a cantar.
-Sneaks out in the middle of the night, yeah- su voz comenzó a cautivarme- Tight dress with the top cut low– mientras cantaba su mano recorría todo mi cuerpo, cantaba lento pero con ritmo, la vibración de su voz revolucionaba cada célula de mi anatomía- She addicted to the feeling of never letting go- su voz se alejó de mi oído para mirarme el rostro, se detuvo allí unos segundos, casi rozando mis labios y finalizó- Let it go.
Sonrió y nuevamente unió nuestros labios. Okey. era cantante. Era un excelente cantante, su voz podía hipnotizar a cualquiera, era completamente sensual. Maldición, este hombre era perfecto.
Listo, ya sabía lo que hacía, aunque me intrigaba saber qué música cantaba, si lo hacía solo o con esos amigos con los que lo vi, pero por hoy era mucha información. Sentí sus manos debajo de mis glúteos y con un leve movimiento me hizo rodear su cintura con sus piernas
-Creo haber respondido- susurró sobre mis labios.
-Lo tengo- respondí separándome sólo unos milímetros- Eres un payaso.
-JÁJÁ- ironizó.
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