Narradora
El cielo es más oscuro que de costumbre y las nubes no filtran los rayos del sol. El aire es frío y los truenos cada vez resuenan con más fuerza a medida que pasa el tiempo.
—Ngk... —El pequeño cuerpo magullado de Max emite quejidos desde el fondo de su inconsciencia al sentir como su cuerpo duele y se mueve con fuerza debido al movimiento del auto.
Puede escuchar las gotas de lluvia chocar contra el parabrisas y el sonido del motor acelerando cada vez más. Luego, el sonido se detiene y escucha voces a la distancia, pero no puede escuchar que dicen...
—Saca el permiso de la guantera —Dice uno de los cuatro hombres quien está al volante.
—Buenas noches, los permisos por favor—cuatro lobos a cargo de la caseta de seguridad se acercan y se colocan en posición de ataque mientras dos hombres armados les apuntan hostilmente y solo un hombre desarmado se acerca a la ventana del copiloto —Dije; permisos.
—Están en la guantera, déjenos sacarlos— Los hombres sacan el permiso y se lo muestran al hombre desarmado. Este levanta la mano con el puño cerrado dándoles a entender a los demás lobos que aquellos hombres no son una amenaza.
—Está sellado y firmado por el señor Gabriel, pueden pasar. —Y cuando los cuatro hombres están a punto de irse, otra camioneta que viene a toda velocidad se detiene detrás de ellos causando un escándalo, todos entran en posición de ataque nuevamente, solo que está vez contra la camioneta que acaba de llegar tan hostilmente.
—¡Oigan oigan! —Se escucha una voz ronca y burlona desde la camioneta, luego la puerta del copiloto se abre —Somos aliados, aliados —Y se ríe el hombre mientras se quita un sombrero negro y lo deja dentro del auto.
—Consejero Dahra —Los lobos hacen una pequeña reverencia, bajan sus armas y se relajan —Lo sentimos, es parte del protocolo.
—No se preocupen chicos, es su trabajo. —Hace una pequeña pausa— También saldré, tenemos un pedido importante que llevar a dos manadas de aquí, ¿Les importaría dejarnos ir? Quiero llegar antes del tercer amanecer, se requiere de mi presencia con nuestro alfa —Los hombres asienten y se quitan del camino.
—De acuerdo consejero Dahra, que tenga buen viaje. Chicos, es cargamento importante, nadie paso por aquí ¿De acuerdo? —Los hombres dicen "Si" mientras apartan la mirada y dejan pasar a los hombres. Dahra entra a la camioneta y junto a la camioneta que está delante, avanzan. Deben llegar a la caseta siguiente, les tomará por lo menos cuatro horas llegar hasta el otro extremo de la manada Bullet.
Dentro del territorio de la manada Bullet hay un clima un poco más cálido y la lluvia cae con menos fuerza, se aprecian muchas casas y edificio desde lejos con no más de tres pisos. La manada Bullet es conocida por tener mucho espacio para viviendas, pero con muy poco espacio para el área agrícola y ganadera, carente de comercio pesquero o flora y fauna. La manada entera depende del comercio que entra y sale de la manada Nyx.
Les toma cuatro horas y media llegar a la siguiente caseta, entregan el mismo permiso a los hombres para que les dejen salir de la manada y les entregan el permiso para entrar a la siguiente manada.
Los permisos para entrar y salir de la manada Bullet fueron firmados y autorizados por Edison Bullet. Y Gabriel hablo directamente con el alfa de la manada a la que Dahra llegaría para pedir de antemano un permiso para entrar, el cual fue concedido rápidamente.
Cuando ya estaban dentro de la manada "Central", fue casi una hora antes de llegar al centro de investigación dónde a Max le removerán la marca.
Cuando las dos camionetas llegaron, fueron bien recibidas, apresar de que el centro de investigación parecía estar cerrado, era todo lo contrario. El lugar permanece aislado, y solo se permiten entrar a pacientes autorizados por el mismísimo alfa. Doctores alfa y enfermeros Omega salen con una camilla para transportar a Max.
—¿Dónde está el paciente? Nos dijeron que estaba herido, necesitamos transportarlo lo antes posible —Dice uno de los omegas, quien tiene un cubrebocas, una careta puesta y lleva una libreta en la mano ni siquiera se digna a mirarle a los ojos, el Omega detesta a los alfas engreídos que llegan al hospital a deshacerse de sus parejas.
—Está en aquella camioneta, en la parte trasera — Dahra sale del auto, se recarga en este y saca un cigarro, piensa fumar un cigarrillo antes de entrar y tener que arreglar todo el papeleo. Ignora todo y a todos, mientras mira el cielo despejado —¿Cómo es que hace calor aquí? —Dice con su voz rasposa, luego, se da la vuelta y saca un sombrero negro y se lo pone. Detesta el sol con todas sus fuerzas, en la manada Nyx no suele haber mucho sol durante el año, así que estar en este lugar le provoca un disgusto total.
—Necesitamos que firme unos papeles —El mismo Omega se acerca nuevamente y está vez Dahra le pone atención —Y por favor, deje de fumar —Exige.
—¿Uh? —Su orgullo como alfa fue herido levemente. Un Omega ordenándole apagar su cigarro fue un golpe de ego. —¿Qué te hace—Fue interrumpido?
—O no entra —Dijo el Omega con total autoridad
—¿Acaso no sabes quién soy? —Dahra se harta de la situación y decide encarar al Omega, no soportará un comportamiento así.
—¿Acaso debo? Alguien como usted, trayendo a un Omega inconsciente a un centro de extracción de marcas, no lo sé, parece sospechoso. Es desagradable —Y el ego de Dahra es golpeado como nunca antes, lo estaba jugando sin siquiera conocerlo, además, la manera en la cual lo llama "Desagradable" le heló la piel. —Ahora, apague el cigarro o no entra. —Sentencio.
Y Dahra no tuvo tiempo ni de alegar, el Omega con el cubrebocas puesto se dio la vuelta siguiendo a los camilleros y se perdió entre las puertas del centro.
—Que engreído... —Gruñe, se rasca la barbilla y tira el cigarro al suelo para después pisarlo y apagarlo. —En mi vida vuelvo a venir a esta manada —Gruñe molesto y se encamina al centro de investigación. Debe firmar decenas de papeles —No sé cómo me convencieron de hacer esto.
Ninguno de los hombres dentro de las camionetas lo acompaña, va solo, entra al centro y llega con la recepcionista.
—Señorita, el Omega que acaba de ingresar, ¿A dónde los llevaron? —La chica no lo mira, dirige su mirada a una computadora, teclea unas cuantas letras y dice;
—Habitación 17, segundo piso.—Y Dahra se acerca al elevador. El lugar no le gusta para nada, le hace sentir incómodo, se siente aún más ajeno que nunca. No obtiene el respeto que desea y nadie se digna a mirarlo a los ojos, le hablan con frialdad y lo hacen sentir chiquito.
—Quiero largarme de aquí —Se quita el sombrero y se rasca la cabeza con pereza mientras el elevador se cierra y sube al segundo piso.
Se escuchan un pequeño "Tin" y las puertas metálicas del elevador se vuelven a abrir, el número "17" de la tercera habitación desde donde está, se deja ver de inmediato, así que camina lento, el lugar está muy silencioso, y cuando está a punto de abrir la puerta, el mismo Omega "engreído" sale de la habitación y está vez se le queda mirando con mucha molestia.
—¿Qué debo firmar señorita? —Dice Dahra con burla mientras se cruza de brazos y se hace el inocente. Ahora que se ha vuelto a cruzar con el Omega, no permitirá que le falte al respeto, se dará su lugar.
—¿Me acaba de decir señorita? ¿Cree que eso es un insulto? Que poca creatividad —Le da poca importancia y dirige su vista a los registros, los hojea y los mira detenidamente. La mirada tranquila que lleva debajo del cubrebocas desaparece en un instante al ver la persona que atenderá la extracción de la marca —El doctor Anubis...
—¿Anubis? ¿Quién en su sano juicio le pone Anubis a su hijo? Que miedo —Susurra con burla y se carcajea.
Dahra creció rodeado de puros hombres, creció viendo cómo hacían menos a los omegas, creció viendo cómo se burlaban de ellos. Ante sus ojos, todo es burla y juego, así que, descaradamente ofende y habla sin saber sobre las consecuencias de sus palabras.
Luego, dirige su mirada al Omega, puede ver claramente como se le va el color del rostro y le recorre sudor frío por la frente. A Dahra le recorre un fuerte escalofrío por la espalda. "Debe ser un tipo aterrador si este Omega engreído reacciona así"— piensa y suspira algo incómodo.
El silencio sepulcral le molesta mucho.
—Por favor, lee esto y firma aquí —Dice al fin el Omega rompiendo el silencio y señala un lugar hasta abajo de una hoja. Dahra ignora lo primero que dice el Omega y procede a firmar, mientras más rápido acabe mejor. Arrebata gentilmente el bolígrafo que el Omega tiene en la mano y firma sin dudar dos veces. —Le dije que leyera.
—No gracias —Bosteza mientras el Omega lo mira con molestia —Escuche señorita, solo vengo a dejar al chico, no me importa nada más.
El Omega se quita la careta, es como si estuviese listo para comenzar a pelear e insultar.
"Divertido"— piensa Dahra, adora pelear y discutir, todo es un juego, cuando el cubrebocas es removido, debajo de la tela se puede ver una piel lisa y blanca, cuál fina porcelana. Unos labios curvados, rojos y finos que llaman mucho la atención. Mira con molestia a Dahra. Los ojos azabaches son electrizantes, y las tupidas cejas negras se curvean mostrando un ceño fruncido. El Omega detesta a los alfas como Dahra, decide ignorarlo olímpicamente, sabe que personas así no valen la pena. Así que hace una expresión de desagrado y solo dice;
—Ok —Muestra indiferencia y se da la vuelta, sin soltar ninguna palabra más se aleja.
Y Dahra no puede evitar sentirse ansioso, el Omega es diferente al resto, le planta cara y lo saca de quicio, así que no lo puede soportar más, ¡Es totalmente ofensivo!
—Detesto a los omegas que no obedecen órdenes —Gruñe y a paso apresurado se acerca. Quiere sostener al Omega y dañarlo, su instinto alfa le ordena hacerse saber quién manda, así que no duda en dejarse guiar por sus instintos. —Tu pequeña mierda —Exclama y toma al Omega del brazo con mucha fuerza. La suficiente como para dejar una marca roja y grande. El omega le mira, pero no tiene un rostro asustado como Dahra creyó que tendría.
Tiene una mirada cargada de indiferencia, como si gritara a los cuatro vientos "Desagradable" pero eso no le importa al "grandioso" alfa, y deja salir una muy fuerte cantidad de feromonas. Las suficientes como para derribar a varios alfas. Y con una sonrisa de lado a lado observa al Omega, esperando a que esté caiga al suelo y suplique piedad.
—¡Puff! —Estalla en carcajadas, y mientras más pasan los segundos, más burlonas y fuertes se tornan, al punto de casi volverse molesta — Vienes a tratar de intimidar al Omega equivocado —Y cambia su voz a una molesta, el alfa se estremece y mira fijamente a los ojos al Omega que tiene en frente —Retire mis glándulas Omega, no puedo percibir tus jodidas feromonas.
Y Dahra se queda estupefacto, jamás escucho de algo igual ¿Un Omega que no reacciona a las feromonas alfa? Sabe muy bien que algo así sería muy útil para los omegas macho. Un omega que no reacciona a los estímulos de los alfas es simplemente superior.
—Pero... Tu olor —Dice muy impresionado mientras parpadea exageradamente. Tiene una feroz preocupación recorriéndole el cuerpo entero, y una arrebatadora sensación de miedo.
Miedo a lo desconocido.
—Claro que sientes mi olor, sigo siendo Omega, tú puedes sentir mi olor, yo no, mi lobo está muerto —Gruñe con desagrado, detesta tener que decir tal verdad. Aún que adora avergonzar a los alfas engreídos como Dahra, extraña a su lobo, extraña correr por las tardes a través de los inmensos pinos y aullar por las noches bajo la luz de la luna. Extraña esa parte de ser Omega, pero ya no puede hacer nada, su lobo ha muerto debido a una ruptura de lazo.
Un ex-conejillo de indias, uno de los primeros experimentos exitosos para "Remover la marca de un lazo roto"
—¿Cómo hiciste eso? No —Se detiene a pensar unos segundos y mira al chico frente a él. Se mantiene con una mirada hosca y una posición sutil de defensa —¿Quién hizo eso? ¿Tú decidiste convertirte en esto?
—No soy "esto" grosero —Se queja y rueda los ojos con molestia —Estaba muriendo por un lazo roto, y la persona equivocada me ayudó. Un "Científico"
—¿Un científico? ¿Quieres decir que eres...?
—Un experimento. —Dice en seco — Un experimento del doctor Anubis...