Narradora
Son las 9:49 am, la mañana es lluviosa en la manada Nyx. Hay una brisa fresca que arrastra un aroma a tierra mojada y a lluvia. Un pequeño cuerpo sobre la cama desea quedarse enjaulado en ese momento toda su vida. No quiere pensar en lo que ha sucedido, solo mira caer la lluvia a través de la ventana y escucha el croar de las ranas fuera de la mansión.
Quiere moverse, pero el simple hecho de respirar hace que un dolor agudo le recorra la columna. Sus muñecas arden notablemente, y tiene marcas rojas alrededor de ellas, sus piernas se adornan cruelmente con las mismas marcas solo que en tonos violetas y azules oscuros.
Hay un viscoso líquido blanco combinado con sangre recorriéndole la entrepierna. Y sus nalgas que han sido repletas de bofetadas están adoloridas, los pequeños vasos sanguíneos debajo de su piel se encuentra rotos y la sangre se filtra en los tejidos debajo de la piel causando el llamativo color rojo.
Su nuca arde con furia, la herida sigue doliendo de la misma manera que cuando fue hecha. Su lobo está asustado y parece estar escondido, no quiere salir y por más que Max trate de hablar con él, este parece estar en shock...
—Por favor Owen, contesta, quiero saber si estás bien, si estás allí... —Chilla con mucha tristeza y suspira al no escuchar respuesta.
El "Gran" alfa no se encuentra en la habitación, apenas terminó de violentarlo se fue y nunca volvió. Max, no pego el ojo en toda la noche temiendo que aquel hombre pudiese volver, solo se quedó llorando boca acabo mientras resistía el dolor en su cuerpo. Quiere levantarse, quiere limpiarse y quitarse todo lo sucio que se siente, pero teme ninguna esponja de baño o jabón podrá quitarle la suciedad que siente.
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—¡Decker, es un hermoso clima! —Exclama Roxana emocionada mientras sostiene su sombrero de playa con la mano izquierda para evitar que el viento se lo lleve y con la derecha agarra su vestido para que este no se levante.
—¿Verdad? —Susurra y muestra la sonrisa más forzada que jamás ha puesto, sus ojos se ven enrojecidos y hay ojeras debajo de estos, se le nota muy cansado y la chica frente a él se preocupa.
—Lamento hacerlo venir hasta aquí — Con un tono agraviado baja la voz y hace una mueca de vergüenza —Se le nota cansado, deberíamos ir a casa —Cuando Decker escucha "Casa" no puede evitar doblegarse ante el dolor, su lobo está totalmente desecho y deprimido, es como si estuviese en su lecho de muerte, agonizando y lamentándose por lo que hizo.
Y de pronto, sintió ganas de vomitar de nuevo. Después del acto tan horrible, Decker no pudo con la culpa y vómito durán mucho tiempo. Se sintió asqueado por lo que había hecho y no supo que hacer.
Decker se quiso alejar lo más que pudo, así que acepto la estúpida invitación a la playa con Roxana, quiere distraerse un poco y pensar como cómo hará para pedirle disculpas a Max, ¿Cómo le dirá que la persona que lo empujó hacia abajo y lo humilló de esa forma está arrepentido? ¡Simplemente no cabe en su cabeza!
—Escucha, no dormir bien, estaba muy ocupado, pero quiero estar aquí contigo —La mano izquierda de Decker viaja hasta los finos cabellos que el viento agita sobre el rostro de Roxana y los acomoda detrás de su oreja —Quiero saber más de mi futura esposa, así que no pienses mal
Y la chica siente su pecho inflarse de alegría, sus mejillas se tiñen de carmín y se considera la mujer más afortunada del mundo.
—Es como un sueño hecho realidad —Exclama su loba y se regocija de felicidad.
—Es como un sexy stripper
—¡Roxana! —Exclama Abey, su omega y la chica se ríe, no puede evitar sentirse atraída por Decker, es simplemente perfecto.
—Qué te parece si traes la cesta de comida mientras yo coloco la sombrilla —Dice el alfa mientras se acerca a la cajuela y posteriormente saca una sombrilla de playa, son las 3 de la tarde, el sol apenas y brilla atreves del cielo nublado, pero nunca está de más cuidarse de los rayos de sol.
Extiende la sombrilla y la encaja en la arena a casi un metro de profundidad, así la sombrilla no se moverá para ningún lado ni será arrastrada por el viento.
Una pequeña sábana delgada es colocada en el suelo, Decker le pone unas cuantas piedras en las esquinas para evitar que se levante y eleve tierra.
—El cocinero tuvo la amabilidad de preparar ensalada, sandwiches, bebidas y pastelitos para nosotros —Deja la cesta sobre la sábana y se sienta.
Decker hace lo mismo, pero más alejado de ella, como si deseara no estar cerca de la chica, perdido en sus pensamientos, actuando solo por inercia.
Se ve como alguien triste y pensativo.
—¿En serio estás bien con este matrimonio?
—Si, supongo que si —Y su pecho punza de dolor. Por más que se ha alejado, no puede evitar sentir las emociones que siente Max, el lazo lo está torturando, lo hace sentir un terrible vacío emocional, que cree que morirá.
Los sentimientos que percibe a través del lazo, son un fragmento de lo que está sintiendo Max, así que instintivamente, no puede evitar pensar que la soledad que su pareja siente le podría provocar la muerte. Es un sentimiento tan pesado, que lo hace querer llorar.
Está arrepentido...
—Di "ah" -Exclama la chica mientras le acerca un triángulo de sandwich de jamón a la boca, Decker no se niega, sabe que sería muy grosero de su parte rechazarla, así que no lo piensa mucho y abre la boca y muerde la punta del sandwich.
—Te traje un presente —Decker mete su mano en la pequeña bolsita de su short y saca una pequeña cajita color negro con un listón blanco —Fui a comprarlo en cuanto supe que vendríamos, espero te guste
Roxana toma la cajita, cuando la abre, puede ver qué hay una delgada pulsera color oro, tiene una pequeña flor blanca como adorno principal, no puede evitar sonreír de oreja a oreja y agradecer infinitamente
—¡Me encanta, me encanta, me encanta! —Exclama muy emocionada mientras saca la pulsera de la cajita —¿Me puedes ayudar a ponerla?
—Claro —Al principio batalla un poco, sus dedos gruesos un tanto húmedos le impiden sostener los broches de la pulsera, y después de tanto batallar y sudar frío, al fin la logra enganchar, le queda un poco grande, pero se le sigue viendo fantástica.
—Me encanta, gracias —Y la felicidad ajena no es suficiente para calmar su corazón herido. No sintió nada al darle la pulsera que Gabriel, el viejo sabio le había comprado para enviársela, sabía que Decker jamás tendría un gesto amable como ese, así que ciertas personas del consejo, se están encargando de mover los hilos y juntarlos.
Es tan tedioso...
Para las ocho de la noche los mosquitos salen en enjambres y picotean todo a su paso, el repelente ya no es suficiente para alejarlos, así que deciden irse, guardan todo en la camioneta, cambian su ropa mojada y se van.
Las nubes oscuras cerca de la costa les hacen saber que una tormenta está por venir, así que se apresuran a llegar a la mansión, llevan una velocidad de 80 km/Hra, Roxana está bebiendo un refresco en lata y Decker conduce sin despegar la mirada del frente.
Sabe que debe volver y tratar de disculparse, intentar arreglar las cosas, pero por su mente no dejan de rondar las palabras de Max "Si lo haces, jamás te perdonaré" esa frase le pone la piel chinita, y su mente no puede dejar de reproducir los gritos de dolor y súplica, es como estar en el infierno, su mente lo castiga y lo tortura buscando atormentarlo.
—Esta noche, tendremos una cena, ¿Qué te gustaría comer? —La chica lo piensa unos segundos y responde;
—Me gustaría tener un postre en especial...
—¿Cuál? Pediré que lo hagan para ti —Y la chica sonríe bobamente
—Pastel de chocolate.
—Le pediré los cocineros que lo preparen para ti —Luego de eso, el viaje es particularmente tranquilo, ambos están cansados y llenos de arena, así que solo desean llegar ducharse y descansar un buen rato antes de la cena
El viaje de regreso es tranquilo, el alfa enciende la calefacción y el fuerte frío que viene acompañado por viento, se queda fuera del auto. De vez en cuando, algunas gruesas y pesadas gotas de agua chocan contra el parabrisas y generan un sonido. "Tac, Tac, Tac"
Cuando la pareja al fin llega a la mansión. El portón negro se abre y algunas personas encargadas de la limpieza los reciben amablemente.
—Por favor, indíquenle dónde está su habitación, y asegúrese de cubrir todas sus necesidades —Pide el alfa, y dos mujeres la llevan por las escaleras hasta el segundo piso mientras Decker va a estacionar el Jeep.
Cuando baja de la Jepp, puede ver qué la luz de la habitación donde está Max, está apagada, la ventana está cerrada y las cortinas abiertas, no puede evitar sentir un nudo en la garganta, el dolor en su pecho es muy pequeño comparado con unas horas antes, así que cree que posiblemente Max está dormido.
Sale del auto, entra a la mansión y en la entrada se encuentran Kriss y a Kastar hablando muy seriamente.
—Que bueno que llegas —Dice Kastar —Tenemos que hablar contigo —La manera tan seria de decir aquellas las palabras son suficientes para producirle un escalofrío unos segundos.
—Alisha Evans, anoche vino a mi casa. —Luego suspira y sigue —Dice que no le han permitido entrar a la mansión, ni tener una audiencia con usted, que nuestra luna es su mejor amigo y que no le has permitido verlo.
La manera tan rápida y reprochante en la cual lo dijo, le causo una migraña instantánea a Decker.
—Ademas, hemos intentado tener contacto con Ricardo, pero no hemos tenido éxito, tenemos el mal presentimiento.
—Son mis asuntos y mañana por la mañana solicitaré una reunión para discutir el asunto, tengo cosas más importantes que hacer. —Gruñe molesto.
—No es así, esto involucra al ministro Evans, es una de las piezas más importantes para la manada, debemos hacer algo ya. Ademas ¿Cómo se te ocurre prohibirle una audiencia a la hija del ministro? —Kriss simplemente no puede entender en qué cabeza cabe todo eso
—Solucionaré esto —Decker busca subir al segundo piso y perderse en los pasillos, pero es detenido bruscamente.
—¿Al menos ya le llevaste de comer? Es tu pareja —Nuevamente la voz de Kriss suena en reproche y Decker guarda silencio —Estuviste fuera todo el día, he estado aquí y en ningún momento lo vi bajar a comer.
—Decker, ¿Paso algo? Las señoras de la limpieza dijeron que escucharon gritos en tu habitación anoche ¿Esta todo bien? —Kastar, trato de mantenerse al margen, pero le cuesta un poco.
—Si.. todo... Todo está bien. —Se sintió aturdido, lo olvido por completo, pensó todo el día en como podría solucionar el asunto, y había estado tan concentrado en lo que había hecho, no le había llevado de comer... ¿Que clase de alfa era...? No, no puede llamarse alfa siquiera, es un idiota que no sabe cómo remediar sus errores.
Con la mente sobre las nubes, se encamina hacia la cocina y ordena que sirvan un plato de sopa con albóndigas junto a un poco de boloñesa y espagueti. De postre una gran porción de cheesecake y unas pequeñas empanadas de piña.
Ya muy preocupado, sube las escaleras y llega a la habitación, abre la puerta y entra, con un sentimiento tan pesado en el pecho.
—Voy a pasar —Susurra con gentileza y cierra la puerta detrás de él sin hacer mucho ruido.
En la oscuridad de la noche, solo se puede percibir un abultado cuerpo sobre la cama, que permanece en posición fetal y solo una sábana delgada manchada de sangre seca cubre un desnudo cuerpo.
Este, al percibir las feromonas del alfa, se despierta al instante y comienza a temblar.
Su lobo exige huir, pero su magullado cuerpo le impide siquiera caminar.
—Aléjate... —Chilla y se aleja lo más que puede hasta topar contra la cabecera de la cama —Ya no más, ya no...
—No te haré daño... No fue mi intención dejarte aqui, —Nervioso, sin saber que hacer, trata de acercarse un poco más a pasos pequeños, no quiere asustarlo —No se que sucedió... Jamás me habían afectado las Feromonas de alguien, estoy asustado y no se que hacer.
—Quiero irme —Suplico el Omega ignorando lo que decía el alfa.
—Escucha, yo —No puede siquiera hablar, cuando siente unas pesadas feromonas amargas chocar contra sus fosas nasales —¡Ngk! —Se queja al sentir como las feromonas casi le queman la nariz, y su pecho se contrae nuevamente, no puede evitar gruñir del dolor y pensar "¿Cómo es que le afecta tanto?"
—Déjame ir —El alfa se aproxima a pasos lentos, con la charola de comida en mano, aun con la tonta creencia de que con unas tontas palabras sin sentido será perdonado.
Pero la realidad está muy lejos de eso. Y los ojos que le miran con pavor poco a poco se hacen más claros a medida que se acerca. No sabe la magnitud del problema hasta que logra verlo con sus propios ojos.
Lo ha roto...
—Yo... —Quiere hablar y disculparse, pero la mirada que Max le dedica es totalmente de miedo, no hay palabras para disculparse por lo que ha hecho, así que deja la charola sobre la mesita de noche y se arrodilla junto a la cama.
Max pega un brinco en su lugar al sentir la fría mano del alfa al posarse sobre las suyas, no puede evitar temblar con fuerza.
—No quiero... Ya no quiero, por favor —Y se derrumba. El miedo que le provoca el toque de Decker es totalmente infinito, y el temor de ser violado nuevamente vuelve a su mente y lo hacen colapsar —Déjame ir...
—Lamento lo que hice, de verdad lo siento —Pero la manera en la cual Max lo aleja tan desesperadamente indica claramente que no está dispuesto a perdonar tal agresión —Tus feromonas me afectaron, no sabía que estaba haciendo... No era yo, te juro que no era yo... Tienes que creerme.
—Quiero ver a Alisha, déjame verla —Suplica y Decker arruga el rostro muy molesto.
No está dispuesto a discutir ese asunto, así que deja de tocar las manos de Max, se levanta y se va sin mirar atrás.
Tal vez darle más tiempo para dejarlo sanar un poco y tratar de hacer que se calme sea la mejor opción.
Decker no quiere perderlo. Tampoco quería llegar al punto de tener que encerrarlo. No quería violarlo y dejarlo en ese estado...
Aún no puede olvidar los gritos de su Omega. Aquellos gritos están tan frescos en su memoria que aún los puede oír.
La culpa es agonizante...
Lo consume.
Lo destruye.
Siente que morirá por la culpa...
Pasados algunos minutos en dónde Max ni se movió de su lugar, la puerta se abre nuevamente, la figura de una mujer se deja ver.
Y Max con un delgado hilo de voz susurra;
—¿Alisha?