ANTES DE ELLA © #3 [✔] Nueva...

By flormsalvador

15.5M 1.4M 2.2M

NUEVA VERSIÓN: Próximamente en físico 2023. «Mi mundo estaba pintado en sus ojos. Quizá en ellos estaba mi un... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Epílogo. Siempre fue por ti.

Capítulo 18

545K 58.6K 151K
By flormsalvador

29 DE NOVIEMBRE DE 2015


—¿Qué escuchas?

Su voz sonó a mis espaldas, giré mi cabeza para observarlo, él se sentó a mi lado mientras se quejaba por lo bajo de lo viejo que ya se sentía al dificultarse el agacharse.

—Carolyn — respondí, puse en pausa el ipod y le puse toda mi atención.

—No sé qué es, pero genial — rió y de igual manera, yo también —. ¿Usas la tornamesa?

—Todos los días — sonreí.

Mi hermano desvío sus ojos al objeto que yacia a un lado de mi estante de libros y discos para luego regresar hacia mí, relamí mis labios y eché un suspiro, tenía sueño y estaba cansado. Honestamente, desde hace unos minutos quería acostarme, pero cada canción que se reproducía al término de la otra, me obligaba a escucharla.

—¿Cómo es ella? — Ben preguntó de la nada, refiriéndose a Weigel, hace unos días le había comentado sobre la chica, sin embargo, no lo suficiente.

—Es genial — sonreí recordando su rostro, sus ojos azules, su estatura mediana, sus ceños fruncidos, su cabello corto y negro, todo —. Es algo torpe e ingenua, educada cuando quiere e introvertida, es hermosa, tiene una sonrisa tan brillante y unos ojos que me hinoptizan, ¿sabes? A su lado me siento seguro y que puedo contra todo, me da confianza y una tranquilidad que jamás había tenido — admití y miré a mi hermano mayor —. En tan poco tiempo desarrollé un sentimiento tan fuerte y real hacia ella.

Él no dijo nada, solo se quedó en silencio mientras una sonrisa se asomaba en su cara, no quería saber como lucía mi rostro en ese momento, lo más seguro es que irradiaba brillo en mis iris y la comisura de mis labios exageraban en una gran curva.

Que ridículo era todo esto del amor.

—Me gustaba desde hace un par de años — reí.

—¿Era tu platónico? — mi hermano inquirió y asentí —. Wow, a eso le llamo buena suerte. Triunfos de la vida, más bien.

—Sí, igual lo pienso — me encogí de hombros —. Aún no sé cómo decirle que me iré de Australia, ella enloquecerá, creo que en estos últimos meses nos hemos acostumbrados a estar juntos, se nos hará mu difícil.

—Es por tu bien, entenderá, habrán unas cuantas lágrimas, pero si el amor de ambos es fuerte, entonces podrán soportarlo juntos. Tienes una charla algo larga con ella, espero conocerla antes de irnos.

Apreté mis labios y se me hacía poco creíble que todo esto estuviera sucediendo, por fin podría mejorar ese desastre de vida que tenía, aunque una parte de mí se aferrara a este lugar, a quedarme y posponer todos estos planes para otro tiempo, mi lado consciente me obligaba a darme cuenta que sería lo mejor para mí, como persona.

No metía a Weigel en esta bolsa, en cierta parte igual era una de mis razones para dejar el país, y sí, a pesar de que mi corazón seguía doliendo y se encontraba un poco roto por todo lo ocurrido, aún así me mantenía luchando por ella, no la culpo por sus acciones, jamás lo haría. Sin embargo, tenía que admitirlo, esta decisión era más por mí.

—Así será — le afirmé.

Después de eso, ambos nos quedamos en silencio, solo se oía la música fuerte que se escapaba de mis auriculares. Auch, era un volumen demasiado alto, ¿cómo es que mi oído no se dañaban aún?

Jugueteé con mis dedos y luego los pasé por la alfombra color crema, sentía la mirada de mi hermana siguiendo cada uno de mis movimientos ocasionando que mis nervios comenzaran a presentarse, regresé mis manos hacia mi regazo y me quedé quieto, escuchaba su respiración y yo solo pensaba en algún tema de conversación que pudiera sacar para así salir de esta escena tan complicada.

Me pregunté si sería buena opción hablar acerca de qué tan lejos iríamos, también si él pagaría todos mis gastos, ¿cómo podría hacerlo? Por una parte no me agradaba esa idea, Ben tenía una esposa y quizás planeaban algún futuro hijo, y yo sería otra carga más que obstruyera.

—¿Por qué nunca me llamaste? — Ben interrogó por lo alto, haciéndose notar de nuevo entre las cuatro paredes de mi habitación, lanzando la pregunta de manera directa y firme —. ¿Por qué no me dijiste todo lo que pasaba? ¿Por qué cuando llamaba todos me mentían?

Me quedé en silencio sin ser capaz de responderle, no tenía nada que decir. En mi mente pasaban varios recuerdos, conversaciones y demás, pero ninguna de las oraciones que danzaban en mi cabeza funcionaba como algo concreto para decir, todo era sobre cosas tan vagas y estúpidas.

—Te enojarías con papá — dije por lo bajo.

—Tendría que, claro que sí, necesitan ayuda, desde hace años la necesitaban y ninguno decía nada, ¿por qué lo permitías? Luke, pudiste decirme y hubiésemos hecho esto desde antes...

—No quería que hicieran algo contra él, tenía miedo de alguna posible denuncia y te juro que no lo habría soportado — confesé en un suspiro, quité el auricular de mi oído izquierdo y proseguí —. Ben, ¿viste cómo te pusiste cuando te enteraste? — le recordé aquella escena en donde casi lo golpea —, es mi papá después de todo, nuestro padre, joder, no podía, me aterraba la simple idea de que...

—Luke, para — me interrumpió —. Lo que te estaba haciendo no era justo, te dañaba de todas las formas posibles y tú pensabas que estaba bien porque...

—¡Porque fue mi culpa, Ben! ¡Nadie sabe como sucedieron las cosas el día del accidente! ¡Zach no tenía que morir!

Mis ojos picaron y mi vista comenzó a nublarse, observé como mi hermano mayor negó varias veces y dio una bocanada de aire, su vista colisionó con la mía y temblé por el sentimiento que comenzaba a invadirme.

—Tienes que detenerte, no fue tu culpa, nunca lo fue ni lo será, papá ha creado eso en ti por su violencia, por eso tomamos aquella decisión, te irás conmigo — sentenció y negué con lentitud —, lo harás por tu bienestar mental y por ella — pronunció y me quedé estático tomándole significado a sus palabras —. Porque, hermano, estas profundamente enamorado.

Mordí mi labio inferior y él me dio una última mirada antes de ponerse de pie y salir de mi habitación, dejándome solo otra vez como me encontró.

30 DE NOVIEMBRE DE 2015

Pasé la yema de mi mano por las esquinas de mis ojos y bostecé, a lo lejos, Ben me hacía una seña despedida, le respondí de la misma manera y me adentré al instituto, caminé por los pasillos dispuesto a ir al casillero de Weigel hasta que escuché una voz femenina detrás de mí pronunciando mi nombre.

Me detuve con cansancio y giré sobre mis talones para ver de quien se trataba, una chica pelirroja con pecas por encima de sus mejillas y el puente de nariz, me sonreía. Automáticamente, mi ceja se levantó por lo alto, no tenía ni puta idea de quién era.

—¿Howland? — me preguntó intentando acercarse a mí, mi gesto cambió a un ceño fruncido y asentí con duda —. Vamos juntos en ciencias sociales, tienes tres faltas ya, ¿sabes lo que significa?

Relajé mi rostro y tragué saliva al mismo tiempo que tallaba mi frente.

—Sí, ¿y eso qué? — mascullé, no tenía ganas de seguir hablando con ella.

—Puedes reprobar si no las justificas — mencionó, del bolsillo de su overol, sacó una memoria USB y me la tendió, yo miré confundido su mano y después regresé hacia sus ojos —. Si quieres recuperar alguna nota, aquí están todos los trabajos que se realizaron en estos días, ya están editados.

Todo esto me resultaba extraño, si recordaba su cara, pero no que estuviera conmigo, aunque la verdad, no es como si yo fuera alguien quien se fijara de todas las personas que me rodeaban, normalmente solo observaba a los que llegaban después de mí.

—¿Por qué haces esto? — inquirí.

Ella trató de ocultarse de mi campo de visión, observé como sus mejillas se pusieron coloradas y mi subconsciente me respondió, sin embargo, no fue capaz de aceptar esa idea.

—Sólo espero que sirva de algo.

Acercó su mano a la mía y puso el pequeño dispositivo en la mía, no me opuse, al contrario, deslicé mis dedos entre los suyos y cogí la memoria. La pelirroja me dio una última sonrisa y se alejó de mí, yo me quedé de pie viendo como otras dos chicas se unían a su caminata y susurraban algo, entonces, todas voltearon a verme y comenzaron a dar pequeño grititos.

Oh, genial. Ahora tenía tres materias.

Regresé a la dirección en la que me encontraba caminando y ahí la vi, su cabello corto revuelto, esos jeans azules y sus tenis blanco que parecían de color gris. Joder, la extrañaría, desde su horrible manera de combinar colores hasta sus pequeños detalles.

Me puse detrás de ella, aún no sentía mi presencia, metía y sacaba cosas, su mochila verde con pegatinas de The Jonas Brothers, me quedé en silencio admirando todos sus movimientos. ¿Cómo es que la niña, que me gustaba desde hace años, hoy tenía algo conmigo? Suerte, no fue, destino, no existía.

—Creo que voy a suspender tres materias — hablé, esta vez, ella no dio ningún brinco de susto como acostumbraba hacer, ¿ya había dicho que era la persona más dramática?

Después de algunos días sin verla, quería ver sus ojos, sentir sus labios o al menos escuchar su voz. Weigel, sin ninguna prisa, cerró su casillero y se volteó hacia mí. Me fijé en como sus pupilas se dilataron y sus labios se entreabrieron, ella escaneó todo mi rostro y me sentí decaer cuando interpreté el significado de su mirada, ¿tan jodido me veía? ¿Cómo es que la chica pelirroja no huyó o hizo algún gesto de asco?

Rodeó mi torso con sus brazos, su rostro contra mi pecho, tal vez pensaría que había estado fumando hierba, pero la verdad es que el buzo había agarrado el olor ayer por la noche que estuve con Jane en el parque. Mi prima fumó, yo no.

Dejé caer mi barbilla sobre su cabeza y el sentimiento de impotencia vino a mí de nuevo, no podría despedirme de ella, no tenía ni una jodida idea de cómo demonios le daría la noticia, que por una parte era buena, pero otra, no jodería a ambos. La compañía, la costumbre y el amor. Entonces, sollocé. No quería verla rota, no soportaría verla llorar y decirle adiós por un tiempo.

Se alejó de mí con suavidad y dirigió su vista a mis brazos, alzó la manga del buzo y se dio cuenta de las pequeñas hematomas.

—Tu padre tiene que detenerse — dijo a regañadientes.

¿Cómo le confesaba que mi padre ya no me pegaba desde hace medio mes y que en un pequeño ataque de ansiedad había sido yo quien se lastimó?

No sabía cómo hacerlo, por eso respondí con algo majadero.

—Quizá cuando me mate lo haga — me burlé y a ella no le dio ni un poco de gracia, pues me lanzó una mirada de pocos amigos —, tranquila.

—No es gracioso, Luke. Y tampoco me pidas que me tranquilice sabiendo que tu padre es un completo inhumano — murmuró.

Fruncí mis labios, no me agradaba a veces que dijeran ese tipo de cosas hacia él, si, siempre fui un tonto.

—Oye, algún día todo esto acabará, no te preocupes, no por esta ocasión ¿quieres? — pedí tratando de cambiar el tema, di un chasqueo con la lengua y repasé lo que dije, en cierta parte era verdad.

—Esta bien.

—¿Quieres hacer algo hoy? Quiero salir, he estado encerrado en mi casa durante varios días — volqué los ojos.

—Por supuesto que sí, Luke — puse su mano sobre mi mejilla y continuó —. Pero ¿cómo es que vas a reprobar? ¿Cuáles?

Solté un bufido.

—Cálculo, ciencias sociales... — me detuve un instante creando un mohín para luego reír por lo absurdo que sonaría esto — e Historia.

Carajo, Neisan, te necesitaría ahora más que nunca.

—¿Historia? — se burló —. ¿Quién suspende Historia?

—¡Luke Howland! — me apunté para hacer más graciosa la escena y ambos comenzamos a reír, sí, en medio del pasillo mientras atraíamos algunas miradas, pero no me importa, en serio que no.

—Me gusta tu risa — indicó.

—A mí me gustas tú — regresé, besando su frente al mismo tiempo que me ganaba un sonrojo de su parte —. Oye, perdóname por haberte tratado como un completo imbécil hace una semana, pero ¿ya te he dicho que eres muy irritante y formulas muchas preguntas?

Me disculpé, sobretodo por aquel día cuando la dejé sola comiendo en la cafetería, ella intentó hablar, aunque no tenía tantas ganas de seguir con la conversación que sólo me martirizaba, el tema de de dejar Australia me tuvo con la mente sumergida en un pozo de dudas y duelo conmigo mismo.

—Desde que nos conocimos — respondió.

—Cuando nos conocimos — repetí y recordé, una sonrisa boba se asomó sobre la comisura de mis labios —, te veías demasiado hermosa con aquella pasta dental en tu blusa.

—Oh Dios, cállate, Luke — indicó cubriendo su cara con ambas manos.

—O cuando la trajiste al revés — seguí.

—¡Detente!

Hasley farfulló avergonzada y me pareció tan adorable darme cuenta que sus mejillas se sonrojaban con tanta facilidad, hace un tiempo, el causante de aquello era Michael y eso me enfermaba, pero ahora, ahora era por mí y no dejaría que eso se fuera como el agua entre los dedos de mi mano.

1 DE DICIEMBRE DE 2015

Mis dedos se deslizaban por la piel de su brazo, sintiendo lo suave que era y delicada que se veía. Tarareaba la canción cerca de su oído, recordando la letra de esta y no estropearlo a lo tonto, este momento era lindo y no quería que acabara, sin embargo, la canción finalizó y con eso, me detuve.

—No quiero que te vayas... — murmuró con la voz entrecortada, mi cuerpo sintió esa sensación de miedo y la miré, sus ojos ya tenían lagrimas.

—¿De qué hablas?

—De irte lejos de Australia, con tu hermano.

Un sollozo se escapó de sus labios y mi corazón cada vez bombeaba más rápido sangre.

—¿Cómo te enteraste? — inquirí sin tener alguna respuesta como intuición.

—No importa cómo, solo no quiero... — cortó la frase y relamió sus labios — Pero sí estarás mejor no puedo impedírtelo, sólo quiero que olvides todo lo que una vez te hizo daño y si para eso necesitas irte, ten la seguridad que estaré de acuerdo solo por ti porque quiero que seas feliz...

—Hey, oye... — la interrumpí, me dolía y era esto lo que quería evitar para ambos — Para ser feliz te necesito a ti. ¿Entiendes? Tú eres mi sonrisa.

—Pero...

—Y sí, dejaré Australia — confirmé y vi en sus ojos el sufrimiento —, pero no es para siempre, solo me voy porque iré a un centro de rehabilitación, quizá solo sea un año, pero voy a regresar.

—Te voy a extrañar — pasó el dorso de su mano por su nariz y sujete su cara entre mis manos.

—Todavía no me voy — reí por su actitud de niña pequeña.

—Es que solo pensarlo me da nostalgia.

—Quiero que sepas algo — indiqué —. Sí me voy fuera de la ciudad para ir a un centro de rehabilitación es por ti.

—¿Qué?

—Porque quiero ser una mejor persona para ti, porque quiero tener un futuro a tu lado por el resto de mi vida — tomé una gran bocanada de aire y proseguí, no me importaba si hablaba de más o si algunas cosas solo dañarían, dejé que todos mis sentimientos fluyeran en ese momento —. Weigel, quiero algo serio contigo. Te dije que te amo, y siempre lo haré, en esta vida y en mil más. Hasley, lo hago y no me arrepiento, y si eso implica dar mi vida por ti, lo haría, lo haría sin pensarlo porque la mía siempre será la tuya, porque siempre se tratará de ti, siempre ha sido así.

La chica exageró aún más su llanto y por un instante me quebré también, por lo que la abracé dándole pequeñas caricias en su espalda intentando calmarla. Sujeté de nuevo su rostro entre mis manos y besé cada uno de sus ojos para después hacer lo mismo con sus mejillas de forma que sus lagrimas se quedaran en mis labios.

—Jamás había querido algo con tantas fuerzas como lo hago contigo — admití.

—¿Si sabes que te amo? — ella me preguntó con un brillo en sus ojos.

Preferí no responder y cortar el espacio entre nosotros, besándola con amor y cuidado, tratando con delicadeza. Subió de tonó y el besó se tonó algo intenso, tomé la parte trasera de su cuello al igual que ella llevaba sus manos hasta mi cabello, enredando sus delegados dedos y jalar. Con suavidad la dejé caer sobre la cama, poniéndome encima de ella sin romper el contacto.

Sus ojos y los míos se encontraron, esperábamos algo más de esto.

Así que solo bastó bajar de su cuello hasta su hombro, su piel se humedecía por mí y desnudé la zona, repetí la acción y succioné una parte de su cuello tratando de no dejar ninguna marca, no quería causarle ningún conflicto con su madre.

Weigel gimió y me fijé en como sus ojos se cerraban. No sabía si esta sería su primera vez o no, pero tampoco le preguntaría y mucho menos me importaba, eso no cambiaría las cosas, en lo absoluto, uno; porque ahora estaba aquí a su lado, siendo su presente, dos; a ella tampoco le importaba. Entonces, lo demás podía irse al carajo.

Deslicé mi mano por debajo de su blusa y la levanté poco a poco, me llevé una grata sorpresa cuando me ayudó a quitársela. El sujetador lila se le veía increíblemente hermoso, besé sus pechos y bajé por la línea alba de su estomago hasta la orilla del pantalón. Su mirada azul me observaba y asintió.

No sabía si me saldría, pero con los dientes lo traté de desabotonar y lo logré. Con mis dedos índices contorneé cada esquina de su cuerpo y llegué hasta al cintillo, poco a poco lo quité, besé su cadera y con mis manos apreté sus muslos, la escuché soltar un suspiro y volví hacia sus labios, ella capturó mi pequeño aro de metal y, joder, ¡amaba que hiciera eso!

—¿Lo quieres sentir? — pregunté con la voz pesada, ella entendió y el color carmesí se presentó.

Quité mi playera y cree un recorrido de besos hasta su vientre, arrastré mi labio con el piercing por su piel y sentí como tembló haciéndome sonreír. Mi mano acarició su entrepierna y solo hice un pequeño tacto.

Solté un suspiro y sonreí, subí para besar su frente.

—¿Podrías? — incité mirando mi pantalón, Weigel rió.

La chica deslizó sus manos para quitármelo, al inicio le costó trabajo y la ayudé, nos deshicimos de este, estiré mi brazo hasta el cajón de mi buró y saqué un sobre. Solo sentía como se fijaba en cada uno de mis movimientos, desde que lo destapé hasta que lo coloqué.

Ella contorneó mi tatuaje de la ruleta con su dedo índice y besó todo el área, yo interrumpí su acción volviéndola a besar más fuerte y apreté su cadera, cerró sus ojos y jugueteó con mi cabello, por mi parte, terminé de quitar las únicas prendas que nos cubrían y miré sus iris, entreabrió sus labios para decir algo, pero lo único que salió de entre ellos, fue un gemido.

Me quedé quieto, sintiéndola. Segundo después, comencé a moverme, su cuerpo se relajó y jaló de mi cabello, solté un jadeo de placer y creo que fue en ese momento en donde realmente sentí el tan aclamado y ridículo "una sola alma".

Me sentía completo, sin morbo ni perversión. Me unía a ella tan perfectamente, como dos piezas de rompecabezas que encajan con tanta perfección y similitud, eramos como un Yin Yang. Esa noche fuimos eternos, fuimos todo y nada a la vez.

Se entregó a mí con tanta confianza y honestidad mientras yo la tomé con amor y delicadeza.

Fuimos... un mismo sueño.

Continue Reading

You'll Also Like

54.8K 1K 7
Si bien no es nada fácil llevar una vida con cáncer por más de la mitad de mi vida, todo es una montaña rusa de emociones y no hay tiempo para lament...
838 87 11
"Todos escribimos para alguien. Nos lean o no."
5.9K 218 76
Estas son algunas de las frases que mas me gustaron de la trilogía boulevard.
445K 54.3K 38
Jodie acaba de entrar a la universidad con sólo una cosa en mente: cumplir su lista de clichés para ser la mejor protagonista de wattpad. Y graduarse...