—¿Quieres té o chocolate?— me pregunta JungKook.
—Té por favor.
Pone la bebida sobre la mesa y se sienta, mientras que yo llevo los pancakes. Le doy un beso en la mejilla para luego sentirme en frente de él y comer de todo un poco de lo que hay sobre la mesa.
Después de la noche que tuvimos, dormimos como nunca antes; bueno, en mi caso, me sentí tan querido por un momento que olvidé todo lo malo.
Desayunamos un buen desayuno valga la redundancia, para reponer energías, JungKook más que todo ya que tiene que irse a la Universidad, yo me quedaré aquí a esperar mi visita.
—Te veré en la tarde— me dice JungKook.
—Que así sea— me pongo de pie y compartimos un beso lento.
Toma sus cosas y sale del apartamento, dejándome sin su calidez. Sin embargo me dirijo a mi habitación a cambiar mi ropa y mucho después salir hacia el centro comercial a encontrarme con el chico llamado Kendal.
—JiMin ¿Cierto?
Me doy media vuelta cuando una voz con un tono muy grueso me llama la atención.
— Por supuesto, un gusto.
—Soy Kendal, el gusto es mío— me toma de la mano dejando un beso en el dorso, que caballero.
—TaeHyung me dijo que nos espera en la terraza del club.
—¿Está solo?— le pregunto cuando vamos subiendo las escaleras eléctricas.
—Vino con su novio.
Llegamos al lugar y saludo a mi amigo con tanta emoción que me sorprende a mí mismo. También saludo educadamente a el chico quien ha traído mi amigo, me debe explicaciones pero lo dejaré para después, es hora de disfrutar un poco, aunque una horrible sensación esté en mi pecho.
La tarde avanza; comemos, después bebemos un deliciosos café y para destruir la paz empezamos a bailar cuando pusieron música a todo volumen; nuestros cuerpos se desplazaban con naturalidad.
—Bailas tan bien— me susurra Kendal en el oído.
Simplemente me sonrojo y beso sus labios con insistencia, la ansiedad me carcome, no puedo disfrutar del todo la compañía de él, lo que menos quiero es arruinar el momento que disfruta mi amigo.
—Va por parte de Hoseok— nos dice TaeHyung ofreciendo un trago a cada quien.
—Gracias— Dice Kendal por mí.
Tomo mi vaso bebiendo de tope todo el líquido; mi acompañante me mira sorprendido hasta que me toma de la cintura y se acerca sin dejar espacio personal.
—Quiero llevarte a mi casa— por supuesto que tengo claro que no precisamente para conocer a sus padres.
—Vamos— estoy tan ansioso por cuestiones que no deberían ser que quiero deshacerlo con sexo.
En minutos ya nos despedimos de mi amigo y su novio, tomamos nuestras cosas para después bajar hasta el primer piso. Estoy caliente al igual que él, quiero ya estar donde sea que me quiera llevar; soy desastre de persona, cómo puedo estar cliente y después con ganas de llorar.
Me toma de la mano justo en el maldito momento en que veo al otro lado de la escalera que sube, una persona indeseada en este momento de caos.
Respiro profundamente al ver que no está solo, está con una mujer, no puedo decir que nos amigos porque están tomados de la mano. Nuestras miradas se unen y parece todo enloquecer, pero en nuestro interior; logré verlo en sus ojos, ese brillo especial que me dejó en shock.