—Mmh... — gruñó al sentir las caricias en su cabello, logrando oír una risita de fondo y sentir como el contrario friccionaba su cabello en su cuello.
No le quedó más que abrir sus ojos y llevarse con el rostro de su lindo novio frente a él, sonriendo levemente.
—¿Cuándo llegaste, hyung?
—Por la noche... mientras dormías... — murmuró, el menor sólo asintió — Sé que puede que está vez estes algo molesto conmigo al no controlar mis tiempos contigo y el trabajo — acarició su cabello — Lamento dejarte solo y no pasar contigo nuestros días libres. Sólo quiero que...
—No, hyung — interrumpió, sentándose sobre la cama — Te lo he dicho antes, entiendo todo lo que pasa — murmuró. Yoongi se sentó frente a él confundido — Es nuestro deber. Sé lo mucho que te esfuerzas para que todo salga bien y lo comprendo perfectamente, en serio lo hago... — comentó cabizbajo — Sólo... fue mi error no entender antes que nuestra relación no debería mezclarse con nuestra carrera musical... — Yoongi relamió sus labios mientras lo oía — A veces pienso que eres demasiado para mí, hyung...
—Jiminie...
—¿Vamos a desayunar? — desvió inmediatamente el tema, abrazando su cuello.
—Si así lo quieres... — respondió desconcertado, acariciando la espalda del menor.
Jimin actuaba como si todo estuviese bien cuando nada lo estaba.
Está vez... había sido su error. Había sido su falta el no ser un buen novio y no hacerle saber cada día que estaría con él a pesar de todo. Había sido su descuido, su tonto y gran descuido en su relación. Por su causa Jimin quizás no se amaba a sí mismo...
Definitivamente debía hacer algo por él, pero... ¿qué hacer?