23:51 P.M.
Besos lentos, besos fugaces y besos perdidos.
Despiertas y lo anhelas; te acuestas y aun sientes sus cálidos labios bailando al son de los tuyos. Sin tiempo, sin demás personas, sin necesidad de parar pero con ganas de seguir adelante.
Lo único que expresas es una ligera sonrisa, la cual se vuelve cómplice con la suya, y termináis riéndoos, en mitad de un beso, en medio de una vida.
Te muerde el labio y para compensarlo le muerdes el suyo también. Os miráis a los ojos y os dais cuenta de lo enamorados que estáis el uno del otro.
Os fundís en un abrazo en el cual perdéis por completo la noción del tiempo, sintiéndoos un granito más en ese inmenso reloj de arena.
Y volvéis a lo de antes, a hundiros en un beso que al parecer no acaba nunca. Un beso infinito que únicamente se para cuando comenzáis a dormir, pero que continúa en vuestros sueños.
Besos cálidos, besos fríos y besos robados.
Gira la cara y decides que esa es tu oportunidad, 'Ahora o nunca' te dice tu cerebro, el cual por fin se ha puesto de acuerdo con tu corazón, y le robas un beso.
Te mira y le devuelves la mirada con la esperanza de que todo acabe como siempre imaginaste, él levantándote, tú volando por los aires y declarándote su amor como en un cuento de hadas.
Donde los finales siempre son felices, aunque claro, si fuesen felices no serían finales.
Besos... Besa.
Bésalo, bésame, bésate.