Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Ku...

By CelaenaMuguiwara

8.9K 587 454

"Felicitaciones Hiro Hamada, participante en el concurso de robótica anual de San Fransokyo. En esta ocasión... More

Prólogo - La cosa más linda
Un poco loco
La danza Azteca de los celos
Espejos al pasado
Un viejo amigo
Falling in love with you
La canción correcta
A fuego lento
Amor y enfermedad
Extra(?)
Heridos de dudas de amor
You are perverter too
Labios compartidos
:0
Última demanda
La gran explosión
~Amar es liberar~
❤1K 😱
El surrealismo en tus ojos
Sukoshi Kurutta

Burbujas

216 25 8
By CelaenaMuguiwara

Llevaba casi dos semanas sin ver a Hiro. Habían quedado de verse después, ese día en el estudio, pero luego de que Leo desapareció y el mitad japonés fue secuestrado por uno de sus mejores amigos Miguel simplemente se quedó solo, buscando mil formas de alejarse sin lastimar el ya herido corazón de Hiro. Pero al ver al de tez clara regresar de la plática con Manuel portando un semblante triste todo se fue a la mierda y el mexicano quiso saber que había ocurrido sin importarle el guardar distancia. Abrió la boca dispuesto a decir algo que lo animara pero el extranjero calló cualquier palabra que fuera a pronunciar regalandole una sonrisa acompañada de un asentimiento, una acción que claramente marcaba una despedida.

Interrogó a Chilaquil sobre lo que habían platicado pero este último solo se hacía el occiso, denostando la importancia de la plática.

El único contacto que tenía ahora con el chico era por mensajes, ni una llamada o visita y las palabras que intercambiaban eran escasas, si no es que nulas en ocasiones.

El mexicano se sentía culpable, antes de darse cuenta de que amaba al de tez clara pasaban más tiempo juntos, podía observar esos ojos sin temor a que el otro se diera cuenta que los admiraba demás, revolver sus cabellos y escuchar sus miedos mientras veían los fuegos artificiales.

Era su culpa.

Ninguna canción le advirtió de lo destructivo que podía ser el amor.

-¿Miguel?-

Preguntó Chilaquil al otro lado de la linea para saber si su amigo seguía ahí, el moreno le contestó con un "¿Qué?" seguido de la misma explicación a su comportamiento que el mayor había escuchado desde hacía unos días: "No he podido ver a Hiro". -Mira Miguel ya estoy hasta la madre de ese chino- dijo exasperado el muchacho. -Si no lo has podido ver entonces mueve tu estúpido trasero del sillón, quita "Enamorándonos" y habla con el pinche chino- a ese punto el hombre ya estaba casi gritando. - Y si no lo quieres hacer entonces ya date por vencido con él y hazle caso a Leo- suspiró, tratando de calmarse mientras se sobaba la sien. 

-¿Qué tiene que ver Leo en todo esto?- cuestionó dudoso el músico, provocando que, una vez más, su amigo explotara.

-De verdad que estás pendejo- exclamó Manuel soltando una exhalación de frustración.-No importa, solo decide que harás porque tu indecisión no solo te afecta a ti- el hombre colgó y solo hasta ese momento Miguel se dio cuenta de lo egoísta que estaba siendo. 

Chilaquil, su manager, movía mar y tierra para conseguir patrocinadores, Leo había estado practicando con la guitarra para el concierto, siendo que prefería cantar y él solo se estaba compadeciéndose de sí mismo porque un chico no le hacía caso. 

Patético. Era algo que jamás creyó que le pasaría, deseaba enamorarse, con todo su corazón lo deseaba, pero no creyó que con eso viniera el sufrir por cosas mínimas como el simple hecho de no recibir un mensaje. 

"Tu indecisión no sólo te afecta a ti"

¿Por qué creía que esas palabras no hacían referencia al mismo Chilaquil?

  ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ 

-Miguel es muy ingenuo- le había dicho. -A veces cree que hace lo correcto aceptando salir con personas que le declaran su amor, aunque no sienta nada por ellas- Hiro escuchaba atentamente las palabras del hombre mientras este caminaba serio, sin la sonrisa que tenía en su rostro cuando lo tomó del brazo y lo alejó del joven mexicano.

-No te voy a mentir, tenía ciertas preferencias, algunas mujeres realmente llamaron su atención, eran muy guapas, otras no lo eran tanto pero tenían una personalidad dulce, las novias perfectas.- Soltó una pequeña risita amarga- Se deprimía mucho cuando lo terminaban- dijo desviando su vista  al suelo.

El mitad japonés sabía que era algo que estaba en el pasado, pero a pesar de ello sintió un escalofrío seguido por un deje de molestia al pensar en Miguel con una chica guapa a su lado. Se mordió el labio, una acción casi imperceptible que deshizo cuando Chilaquil lo miró nuevamente. 

-Lo mismo con chicos- comentó el mexicano, observando la reacción del extranjero que solo asintió evitando a toda costa que sus mejillas tomaran un tono que lo delatara. 

Manuel regresó la vista al frente y suspiró - Miguel creía que había algo mal con él, que quizá era incapaz de amar. Que sus parejas se habían dado cuenta de eso y por esa misma razón lo habían dejado- movió su mirada al suelo -En ese tiempo yo todavía era un chico inmaduro y creía que era porque no había conocido a la persona correcta, lo mismo con Leo. Los llevé a bares y antros gays para ver si en una de esas cupido acertaba. Lo único que resultó de todo eso fue que descubrí que era bisexual cuando me besé con él- 

Hiiro hizo rechinar sus dientes y al notarlo Chilaquil se excusó intentando tranquilizar al chico. -Admito que esa experiencia nos gustó a ambos y tuvimos algo durante un tiempo pero créeme que eso ya quedó en el pasado.- 

Al sentirse descubierto el sanfransoqueño se sonrojó y negó, diciendo que aquello no le importaba, el mayor pasó de largo sus palabras y siguió hablando. -Fui un idiota.- Dijo quedito, desviando la mirada al piso. Esto hizo a Hiro guardar silencio y que escuchara detenidamente al mexicano. -Para ese momento Leo ya estaba enamorado de Miguel- 

El mitad japonés se detuvo en seco, sus ojos se agrandaron como platos y las palabras del manager resonaron una y otra vez en su mente. 

El hombre se detuvo unos pasos más adelante al percatarse de que su acompañante en esa caminata había parado su andar. Lo volteó a ver y exhaló profundo. - Le debo mucho a ese niño- dijo Chilaquil sonriendo de lado y acomodandose el cabello.-Él siempre ayuda a las personas tristes- 

Esas palabras fueron como un últimatum. Creía tener un vínculo especial con Miguel, que el moreno quería verlo sonriente por algo más. Pero solo era una persona triste más, de las personas tristes a las que el músico enamoró. 

Chilaquil lo miró nuevamente y esta vez sin desviar la vista le dijo:- Si no estas seguro de tus sentimientos es mejor que te alejes de él- 

De un momento a otro la diferencia de alturas entre ambos muchachos se había hecho más notoria, aún con la distancia Hiro tenía que ver desde arriba para mirarlo a los ojos. -Porque existen personas que están seguras de ellos y tu presencia no hace más que estorbar- 

Estaba consciente de quien era la persona a la que se refería el hombre, y eso solo hizo que el dolor en su pecho aumentara. 

Tenía razón. 

Cuando menos se había dado cuenta y.a estaban de regreso en la sala en la que Miguel grababa. El mexicano lo miró interrogante, provocando que los ojos del de tez clara se aguaran. Las acciones que tomaba el músico para animarlo no eran algo fuera de lo común. No lo hacía porque sintiera algo especial por él, sino porque así era su personalidad. 

Tomando fuerzas de no sé donde Hiro alcanzó a subir la vista para sonreirle lo mejor que pudo y marcharse sin intercambiar palabra. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~   

-Déjalo está en la luna otra vez- comentó Gogo rodando los ojos mientras se bajaba de la mesa de laboratorio en la que había estado sentada. 

Honey se mordió el interior del cachete preocupada y por décima vez en el día le preguntó a su amigo cómo se sentía, a lo que el chico contestó lo mismo que había contestado las últimas 10 veces que la rubia le había preguntado: "Estoy bien". 

-Niño pusiste mal el signo-  observó Gogo, mientras el nombrado revisaba la ecuación que tenía en el papel. Era cierto, un error de novato. 

-¿Qué tienes Hiro?- preguntó Honey sentándose en frente del chico. 

Este suspiró, no podía seguir escondiendolo.

-Creo que me gusta Miguel...- 

La bomba que había creado Gogo con su goma de mascar explotó y hubo un silencio que pronto fue suplantado por un grito por parte de la colombiana, mismo que asustó tanto a la pelinegra como al mitad japonés. 

-¿Desde cuándo?-

La coreana se sobó la oreja y miró curiosa al menor, con los mismos ojos con los que lo miraban su otra amiga. 

Hiro se sonrojó y tartamudeando contestó que no sabía exactamente, continuó, contando lo que había hecho con el mexicano los últimos días hasta llegar al punto actual, resumió el día del estudio y concluyo con el hecho de que tal vez al moreno le iría mejor con alguien más que no dudara tanto de sí mismo.

Con esas palabras el ambiente que había comenzado alegre se volvió triste. 

Gogo, que durante su relato no parecía tan atenta, en comparación a como estaba Honey, se sacó el chicle de la boca, caminó hacia el bote de basura tirando el dulce rosado dentro de él, regreso con los chicos, se de brazos y tomando asiento sobre la mesa del laboratorio dijo:- Esas son mamadas- 

Honey asintió repetidamente y Hiro se sorprendió ante la reacción de las chicas.

-Si piensas eso jamás dejaras de ser inseguro tonto- le  dijo la pelinegra 

El sanfransoqueño suspiró exasperado, estaba consciente de eso, por eso quería alejarse de Miguel. Jamás dejaría de ser inseguro. 

-¿Y si Miguel llega y te dice que quiere pasar el resto de su vida contigo?-

El corazón del de tez clara se aceleró y una sonrisa boba se formó en su rostro, pero inmediatamente volvió a la realidad. -El no está enamorado de mi- dijo, como si su afirmación no fuera necesaria ya que era algo obvio.

-Suponiendo que es el caso- (Honey sabía que era así)- ¿Te negarías a ello solo porque crees que es lo que más le conviene?- Hiro no le sostuvo la mirada, una expresión triste amenazaba con alojarse en su rostro. 

-¿No crees que eso es egoísta?- agregó Gogo- No le estas preguntando su opinión al respecto- 

Sus amigas estaban en lo cierto. 

El genio negó con la cabeza y se escudó en que le diría que no porque a él solo le GUSTABA Miguel, no lo amaba... ¿Cierto?

Las dos muchachas bufaron frustradas, el hermano menor de Tadashi podía ser muy terco en algunas cuestiones. 

-Como quieras- comentó la pelinegra, alzando las manos mientras se bajaba de la mesa y le daba la espalda al chico. - Si quieres sufrir sufre- 

La rubia de igual forma tenía una expresión que pudo haber sido graciosa si no se tratara de un tema tan importante para Hiro. Le estaba dando un tic en el ojo, sus manos tensas le temblaban y tenía la boca abierta mostrando sus colmillos como si estuviese aguantando gritarle. 

Al mirar lo que había causado en sus compañeras y viéndose acorralado por los argumentos de ambas el chico se rindió y casi gritando dijo que ellas ganaban y que hablaría con el moreno.

  ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ 

Miguel seguía metiéndose palomitas a la boca mientras se preguntaba porque María de la Luz no le decía a Juan Pablo que lo amaba siendo que ambos estaban enamorados.  

"Y-Yo... te am..." 

El músico estaba a la orilla del sillón, esperando atento por la declaración de la mujer y rezando porque la otra fémina que los observaba, ( ex- novia de Juan Pablo) no se moviera de su lugar. 

Los rezos no rindieron frutos. 

La mujer, de cabellera negra larga azotó su maraña de pelos contra la cara de Luz maría interponiéndose entre ambos. "¡Juan Pablo estoy embarazada y es tu hijo!" 

-¡No es cierto maldita zorra!- gritó el mexicano mientras saltaba moviendo su trasero atrás en el sillón, dispuesto a lanzar palomitas hacia el televisor, recargando su trasero sobre el control y apagandola sin querer. 

Gritó un sonoro "no" y comenzó a buscar entre la cobija que se había traído a la sala desde la habitación el dichoso control remoto.

Una risa quedita hizo que dejase de buscar el artefacto.

Antes de la telenovela habían pasado una película de terror, así que cuando escuchó ese sonido, detuvo en seco sus movimientos creyendo que era el alma de una niña en pena buscando venganza la que se encontraba detrás suyo. 

Comenzó a girarse lentamente, observando una cabellera negra corta que caía sobre un rostro pálido.

Pegó un grito que asustó a su vez al muchacho detrás suyo. Se atoró con las cobijas y cayó al suelo, el chico le preguntó si se encontraba bien, asomándose desde el respaldo del sillón, hasta entonces, el moreno reconoció la voz

-¿Hiro?, ¿Qué mierda?- dijo, aún confundido.

-¡Eso debería de decir yo!- gritó el mitad japonés.

-¿Cómo entraste aquí?-

-Estaba abierto Miguel, tienes que ser más cuidadoso.- suspiró el pelinegro mientras regañaba al mexicano aún en el suelo.

El moreno hizo un puchero. En su pueblito la gente no se tenía que preocupar por dejar o no la puerta abierta.

Sonrió de lado. Hiro estaba aquí... ¿Por qué Hiro estaba aquí?

Estaba a punto de preguntar cuando el sanfransoqueño habló primero.
-Tenemos que hablar-
 
El músico se mordió el labio. "Tus inseguridades no solo te afectan a ti".

Cuando mamá Elena había roto su guitarra Miguel no se rindió, se mantuvo firme para seguir con su sueño de ser un músico. 

Cuando Hector estaba a punto de ser olvidado tampoco se rindió, fue y tocó ante mamá Coco.

Eran decisiones que había tomado sin dudarlo si quiera un segundo. Soltó una risita al pensar que un Miguel de 12 años era más determinado que un Miguel de 17.

Pero así como sus inseguridades afectaban a otros, sus acciones de igual forma podrían hacerlo.

No había sabido nada de Leo las última dos semanas y a Hiro era la primera vez que lo veía desde que grabó la promoción para su concierto la próxima semana.

El los había alejado, a ambos, no sabía porque a Leo lo había apartado pero según las palabras de Chilaquil esa separación también había sido su culpa.

Si tomaba la decisión de seguir queriendo a Hiro... ¿Cómo repercutiría en el futuro, tanto con Leo como con Hiro?

-¿Recuerdas el mercado de artesanía donde nos conocimos?- preguntó de repente.

El abrupto cambio de tema confundió al mitad japonés, quien solo asintió.

-En ese momento quería ligar con la chica del aparador-

El aire de melancolía y ternura se desvaneció y el pequeño rubor que se había formado en las mejillas del genio extranjero se había esfumado, siendo remplazado por una expresión molesta.

-Por eso ignoré el hecho de casi te estampaste contra mi espalda, esperando que la chica no se hubiera percatado-

"Entonces si te habías dado cuenta" pensó el de tez clara, avergonzándose por ello.

Miguel soltó una carcajada, al parecer, Hiro había pensado en voz alta.

-Si me di cuenta, no pude seguir ignorándote cuando tocaste mi hombro- una sonrisa se formó en su rostro. -Cuando me di la vuelta olvidé por completo a la chica del aparador-

El sanfransoqueño desvío la mirada, si lo seguía viendo se iba a sonrojar.

-Me dije "Esa es la cosa mas linda del mundo"-

-¿A qué quieres llegar?- preguntó avergonzado, intentado cubrir su rubor con el cabello y sus manos, rascándose los cachetes.

Miguel siguió hablando sin responder a su pregunta. -Luego te dije que te amaba y te enojaste un chingo- comentó el músico, incorporándose al fin del suelo. 

Había ido demasiado rápido, desde el principio le atrajo Hiro, pero ahora era diferente, era más que atracción. No podía quedarse en su sillón lamentándose porque el chico seguía amando Tadashi.

Siempre había sido una persona determinada, segura de lo quiere, y si no se podía rendir entonces haría las cosas correctamente.

Si no lograba enamorar a Hiro... Si lo agobiaba... Entonces hasta ahí se quedaría, no insistiría más y desaparecería de su vida para siempre.

-¿Sabías que dos números primos sumados siempre van a dar un número par?-

El extranjero no podía estar más confundido. No sabía si Miguel había enloquecido o qué pasaba porque eso no tenía nada que ver con lo que había dicho antes.

- ¡¡Tres mas uno da cuatro, siete mas tres da diez y nueve mas cinco da catorce!!- exclamó sorprendido el mexicano. -Lo leí hoy en una revista de curiosidades. Pensé "A Hiro le interesaría esto"-

El corazón del nombrado se saltó un latido y sonrió.

"¿Y si Miguel dijera que quiere pasar el resto de su vida contigo?" 

Improbable, poco creíble, mínimas oportunidades de que se volviera real. Pero si llegara a suceder... Hiro dudaba ser capaz de negarse.

-No, no lo sabía- comentó alegre el genio. Aunque era algo que había descubierto a los cinco años prefería seguir observando esa mirada brillante cuando Miguel se lo decía.
~~~~~~~~~~~~~~~~~

Después de una segunda ronda de verdad o reto ambos ya estaban cansados. Aunque probablemente mucho más Miguel porque después de sacar la promoción era difícil que paseara por ahí sin que le pidieran su autógrafo. Que por cierto era muy extraño, parecía como si un niño hubiera rayado la hoja y después un adulto hubiese dibujado un perrito encima. Hiro se lo había comentado desde la primera vez que lo escribió el moreno, cuando un chico gritón se le acercó colgándole del cuello. El de tez clara siempre tenía ganas de mandarlos a volar con el puño de Baymax, sobre todo por el hecho de que Miguel no los alejaba, solía sonreír y seguirles el juego, con unos fans incluso posaba como si les fuera a dar un beso.

El mitad japonés soltó un suspiro, las palabras que había dicho el mexicano antes le habían dado esperanza pero el chico era demasiado coqueto y eso lo hacía dudar, aún sabiendo que no lo hacía a propósito, sino que más bien esa actitud estaba dentro de su naturaleza...

Como ayudar a las personas tristes.... 

Negó con la cabeza intentando alejar esos pensamientos y llamando la atención del moreno.

-¿Qué ocurre?- preguntó el músico

-Nada- gruñó el sanfransoqueño, sin intenciones de que sonara como reproche.

El mexicano también suspiró. Esa no era la salida que había planeado.

Se escuchó el ruido de un señor vendiendo algodones de azúcar, con las respectivas cosas que normalmente traen esos señores con radar de carpas incluido. Llevaba pistolas de juguete, laceres baratos, uno que otro juguetito de mano en el que tenías que meter aros y...

El mexicano sonrió, tomó del brazo a Hiro, quien se asustó un poco por el toque pero no se sorprendió al ya estar acostumbrado a ser arrastro por Miguel a todos lados.

-Deme dos de estas- exigió el moreno, mientras sacaba el dinero para pagar.

El genio extranjero observó confundido, sosteniendo los dos antifaces dorados con forma de gato que le había entregado Miguel.

-¿Y esto?- preguntó el muchacho alzando la máscara.

-¡Shhh!- exclamó el otro, mientras bajaba el antifaz de manera que nadie más lo viera - Es para esconder nuestra identidad secreta-

-¿ Y por qué yo también tengo que ponérmelo?- cuestionó Hiro, con un tono de molestia fingida.

-¿No es obvio?-  Se acomodó el rostro de gato, mismo que cubría su nariz y ojos pero no su boca.
Se irguió, sacando el pecho y colocando sus manos a cada lado de su cintura, al tiempo que el güerito se colocaba el antifaz -Todo héroe necesita un ayudante-

El pelinegro rodó los ojos y rio. A veces Miguel podía ser tan infantil. -Tienes razón, ven a ayudarme a-yu-dan-te- a veces él mismo podía ser tan infantil.

El músico sonrió, hizo una reverencia y dijo: -Como guste mi señor-

-¿Esa frase no es más de sirviente?- a penas terminó de hablar Miguel se inclinó y lo tomó de las piernas y espalda. Hiro soltó un grito al sentir que el mexicano lo levanaba del suelo, echándose a correr poco después con el muchacho aferrándose a su cuello

-¡Al infinito y más allá!-

-¡Sueltame animal!-
~~~~~~~~~~~~

Miguel tenía ya un chichón en la cabeza cuando bajó al mitad japonés. La furia del extranjero no había esperado para dejarle ese pequeño recuerdo del día.

-Valió la pena...-

-¿Quieres otro?-

El mexicano contestó con un puchero que hizo reir a ambos, 

Se miraron unos segundos, perdiendose en la mirada del otro. Ahí se hubieran quedado un buen rato de no ser porque se vieron desconcentrados por un cuerpo circular creado con jabón que explotó en el espacio que existía entre ellos dos.

Los ojos de Hiro se agrandaron, algo notorio, incluso debajo del antifaz. Sonrió y exclamó alto y claro. -¡Burbujas!-  miró detrás de sí y vio como una señora esparcía burbujas a su alrededor mientras niños menores de 10 años perseguían las pompas de jabón por todas partes.

Ha pasado tanto tiempo

El suelo estaba lleno de pequeñas y medianas marcas circulares, legados de burbjas no alcanzadas por los niños.

El sanfransoqueños ensanchó su sonrisa, ya no era una triste o melancólica, solo una sonrisa, alegre y risueña. "Solía jugar a perseguir burbujas con Tadashi".

Finalmente descubrí tus besos

Se escucho el sonido de un brinco que provocó que el genio volteara a observar que lo había provocado, encontrándose con Miguel persiguiendo las pompas de jabón que se escapaban de las pequeñas manos de los escuincles.

El mitad japonés rio y le siguió el juego.

Me enredaste en tu mirada, me abrazaste con todos mis defectos.

-¡Comandante Hiro detrás suyo hay capsulas con sirenas dentro!, ¡Tiene que romper la capsula para que estas puedan ser liberadas antes de que toquen el suelo!- exclamó el músico mexicano mientras señalaba detrás del muchacho de tez clara. Los niños también lo escucharon y soltaron un gritito asustado por las pobres criaturas atrapadas en las burbujas.

Tú si sabes quererme, tú si sabes adorarme

-Está en lo correcto ayudante Miguel, mi equipo se encargará de ello en la parte sur y oeste, yo iré a la parte norte, usted dedíquese al este-

Mi amor no te vayas quédate por siempre.

Los chiquillos escucharon la conversación y con miradas decididas tomaron más enserio su labor de tronar burbujas, para liberar a las sirenas imaginarias en su interior.

Para siempre, para siempre amarte

La señora atrás promocionando su producto tuvo que sacar artillería pesada para lidiar con los niños sin que se desmayara por falta de aire en el intento.

En la mano derecha tenia un pequeño saxofón que sacaba miles de burbujas pequeñitas, mucho más difíciles de atrapar mientras que con la izquierda movía su brazo apoyándose del viento con un aro circular que sacaba burbujas grandes por montones.

Corazón tu si sabes quererme como a mi me gusta

Se escuchaban risas por todos lados, tanto de los chiquillos, como de los otros dos niños de mayor estatura y edad que sin miedo a la muerte se lanzaban cual portero para atrapar las burbujas bajas.

Soy la flor encendida que da color al jardín de tu vida

Hiro nunca fue muy sociable, no se llevaba muy bien con los chicos de su edad. Y esta escena de él carcajeándose con niños de hasta cinco años, gritando cosas infantiles como "¡Cuidado, esa sirena va a caer!" o "¡Ayudante, alcance esa!" era algo que nunca pensó tener.

Corazón tu si sabes quererme como a mi me gusta

Volteó a ver a Miguel, que tenía a una niña de cinco años subida sobre sus hombros, para que esta alcanzara las bolitas de jabón más altas.

El moreno siempre se llevó bien con los niños pequeños, le era sencillo hacer amigos, tener pareja...

Hiro rio. Hacían un dueto muy extraño, pero definitivamente complementario.

A Tadashi le hubiera encantado saber que conoció a Miguel.

Por favor no me dejes que soy valiente en corresponderte

Al menos dos papás se acercaron y enternecidos por la escena le compraron a la señora tres botes de burbujas de diferente tamaños. Parecía como si Hiro y Miguel le estuvieran haciendo promoción.

Miguel soltó una risa con ese pensamiento y después de bajar a la pequeña le dijo al pelinegro que deberían cobrar por ello. Este dio una carcajada y asintió.

-Así me gustas- comentó el sanfransoqueño.

-¿Cobrador maldito?- preguntó Miguel, siguiendo con la mirada una burbuja cerca de la oreja del muchacho extranjero.

-Feliz-

Ha pasado tanto tiempo

Miguel explotó la burbuja, tocando apenas un mechón de cabello negro del chico.

Hiro había pasado mucho tiempo resentido, rehuyendole a la clase de sensaciones que experimentaba cada que el mexicano se encontraba cerca.

Finalmente sé que estoy dispuesto

Miguel había pasado mucho tiempo jugando a enamorarse sin sentir nada en realidad, coqueteando con personas al azar esperando que alguna de ellas diera en el blanco y cautivara su corazón.

Es tan difícil encontrar un amor

Tanto tiempo centrándose solo en la escuela, distrayéndose con sus amigos para olvidar lo que realmente le dolía.

Que aquí me quedo con heridas bien abiertas.

Miguel acomodó el cabello de Hiro detrás de su oreja, e hipnotizado por los ojos del contrario acarició la parte de su mejilla no cubierta por el antifaz. El genio japonés al sentir el contacto pegó aún más su rostro a los dedos del menor.

Los niños gritaban y reían a su alrededor jugando a ser parte de un equipo que salvaba sirenas, rompiendo pompas de jabón que brillaban y reflejaban colores ante el sol de octubre.

Ya no importa lo que piensan los demás

El músico había decidido que iría lento que arreglaría las cosas pero...

-Quiero besarte- dijo, moviendo su mirada desde los labios del chico enfrente suyo hasta sus ojos.

Aquí me quedo para ser testigo siempre de la vida

Era más una pregunta, un permiso para hacerlo.

Aquí por siempre,

Hiro no lo pensó, no quiso hacerlo porque si lo hacía entonces jamás tendría el valor.

Para siempre

Puso sus manos alrededor de la nuca del de tez canela, se pegó a él, mientras el de mayor estatura colocaba sus manos a cada lado de su cintura.

-Entonces hazlo-

>>Para siempre amarte<<

Sus bocas chocaron por fin, después de todas esas veces en las que se habían negado a ese contacto su cuerpo ardió con la textura de los labios del contrario gritando "¿Por qué no lo hicieron antes?" como si hubieran nacido solo para vivir ese momento.

Corazón tú si sabes quererme como a mi me gusta

El movimiento era lento, tierno, sin lengua, con algunos inconvenientes como los antifaces chocando entre sí haciendo caer la diamantina dorada sobre sus narices, o los cientos de burbujas que caían a su alrededor que habían olvidado por completo atrapar.

Soy la flor encendida que da color al jardín de tu vida

Miguel apresó a Hiro entre sus brazos, abrazándolo desde la cintura mientras el mitad japonés acariciaba el cabello despeinado del músico, intentando unir aún más sus labios, como si eso fuese posible.

Corazón tú si sabes quererme como a mi me gusta

-¡Pero mamá, las sirenas!- exclamó un niño que era arrastrado lejos de la escena por su madre.

Los padres se habían reunido ahí para alejar a sus hijos, una cantidad mayor a la que se junto para comprar las burbujas y admirar a sus niños jugando.

-¡¿No les da vergüenza hacerlo en frente de los niños?!-

Por favor no me dejes, que soy valiente en corresponderte

Miguel trastabilló, abrió los ojos y apartó un poco sus manos de la cintura de Hiro, separando sus labios, pero apenas como el sanfransoqueño sintió que se alejaban abrió de igual forma los ojos, tomó firmemente la cabeza del chico y volvió a unir sus labios.

Corazón tú si sabes (quererme como a mi me gusta)

Sus miradas se encontraron, la del genio era seria, decía: "No te alejes" y Miguel le tomaría la palabra.  El pelinegro le mostró el dedo de en medio a la mujer que les había gritado aquello y esta se alejó soltando suspiros de angustia por sus pequeños, rezos a un dios que no apoyaba lo que ella hacía y poco después groserías.

Corazón, tú si sabes quererme mi amor

Luego de que se fuera la señora el mexicano paró el beso y soltó na carcajada, esto descolocó un segundo al extranjero, pero luego rio con él.

-Estás mal- dijo el mexicano entre risas.

-Tal vez- le contestó el muchacho

(Quererme como a mi me gusta)

El moreno observó las pompas de jabón que aún caían, sopladas desde el lugar donde se encontraba la vendedora, que les sonreía dulcemente con algunos niños, que seguían jugando, a su lado.

¡Ay no te vayas! Quédate por siempre

Los dos tórtolos ahí parados le devolvieron la sonrisa.  Hiro se quedó observando un poco más  y aprovechándose de ello el mexicano lo cargó nuevamente, ahora de manera que las piernas del sanfransoqueño se enredaban alrededor de su torso firmemente temiendo caer.

(Quererme como a mi me gusta)

-¡Ay pendejo avísame!- grito el chico mirando como un gato asustado el suelo.

El aludido rio en respuesta, al tiempo que el sanfransoqueño comenzaba de nuevo con su labor de tronar burbujas, desde arriba.

Miguel intercambiaba el brazo que sostenía al muchacho para romper algunas de vez en cuando, dando vueltas alrededor de sí mismo.

Que soy valiente en corresponderte mi amor.

-¡Hiro!- gritó el moreno captando la atención del pelinegro.

Lo bajó al suelo. El viento jugaba con sus cabellos, el antifaz había caído en el momento en el que había dejado al mayor en tierra así que este último podía apreciar perfectamente su cara, repleta de diamantina dorada. 

Aún gritando emocionado y reluciendo una hermosa sonrisa que brillaba gracias a la posición del sol el moreno pronunció las palabras que detuvieron el tiempo para Hiro

-Te amo-

(Quererme como a mi gusta)

++++++++++++++++++
Wuuuuu por fin!!! No saben cuanto quería escribir este capítulo!!

Esto no iba a pasar en este capítulo pero mi sobrina me dio ideas sobre otro posible final y me dije ¿Por qué no? Así que ahora pasó esto xd

Pues ahí está jeje, espero que les haya gustado leerlo y uff esperen el siguiente porque se pone bueno 😎

Gracias por leer l@s amo :"D byeeeeee

Pdt. Me encanta que la canción al principio dega "Ay Miguelito"

Celaena fuera <3


Continue Reading

You'll Also Like

2.2M 116K 64
↳ ❝ [ INSANITY ] ❞ ━ yandere alastor x fem! reader ┕ 𝐈𝐧 𝐰𝐡𝐢𝐜𝐡, (y/n) dies and for some strange reason, reincarnates as a ...
599K 13.5K 40
In wich a one night stand turns out to be a lot more than that.
48.4K 5.1K 24
I'm not own this! ! It's just translation! ! - - - - - - - - - - Title : End Of The World ( AOB ) Type : Web Novel ( CN ) Genre : Adult, Mature, Smut...
8.9K 587 21
"Felicitaciones Hiro Hamada, participante en el concurso de robótica anual de San Fransokyo. En esta ocasión su invento no llega solo hasta aquí. Ust...