La musa ni viene ni va
Y me quedo sin contar
Las veces que te vi
Se sienten como si no verte fuera vil
Pecado obstinado
El haberte tocado
Como te quedas enmarañado
Cuando tu cabello he revolcado.
La musa ni viene ni va
Y son las dos de la madrugá'.
Y en vez de escribirte cuanto quiero verte
Me quedo aquí admirando con recelo.
¿Serás para mí o te irás allá?
De cualquier manera, de mi mente no saldrás.
Días pasaron y te volví a ver,
Volví a sonreír porque me escribiste.
¿Cómo un simple "¿quieres ir a comer conmigo?" Se volvió de una cita inesperada a uno de los mejores días de mi vida?
Fuimos, comimos y tiempo perdimos.
Nada fue en vano.
Disfruté cada segundo de cada minuto en el que me abrazabas.
Disfruté salir de la tienda y pasar tiempo contigo, aún cuando estaba estresada, toda negatividad desapareció.
Lo único que sentía eran esas famosas mariposas en el estómago.
Lo disfruté y en mi mente lo revivo.
Como tomaste mi mano y le diste un beso fugaz, ese gesto que me dejó colorá'.
También aprecié el beso que me diste, ese que hizo que mi mente explotara pues nunca pensé que pasaría.
Los labios más suaves que había sentido jamás.
Y me sonreíste, y te sonreí, y ahí supe que sí eras para mí.