¡Mi vecino es stripper!

By Itsbeautifulove

58.6M 3.1M 922K

Freya Harrison nunca llegó a pensar que su vida cambiaría por completo al decidir pasar el verano junto a su... More

¡Mi vecino es stripper!
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
[Libro 2] ¡Mi novio es stripper!
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
EXTRA
EXTRA 2
¡Embarazada y en problemas!
¡Una fuga y un juguete sexual!
¡Inocente!
¡Un empujón más y...!
¡Un parto prematuro, y alguien del pasado!
Bye, bye, Troy!
¡Un año después!
[Libro 3] ¡Mi hijo es stripper!
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo final

Capítulo 16.

1M 46.5K 23.3K
By Itsbeautifulove




—     Cariño —oí de lejos—. Cielo.

La mano de papá quedó sobre la mía, llamando mi atención ya que estaba perdida en mis pensamientos. Nos encontrábamos los dos solos desayunando, callados y mirando nuestros platos llenos de tortitas con chocolate. Cuando mis padres seguían juntos, era nuestro desayuno favorito (cada domingo estaba preparado sobre la mesa). Y aunque ellos ya no estuvieran juntos, seguíamos con la tradición familiar.

Solté el tenedor que sujetaba, y con una sonrisa forzada lo miré a los ojos. Sus dedos arrastraron su cabello oscuro con unas cuantas canas, movió la cabeza a un lado, buscando la respuesta que no encontraba. En mis ojos había tristeza. Por suerte las lágrimas no se notaron, porque no tenía ganas de contarle lo sucedido con Ethan.

Ethan; su nombre me daba un escalofrío. Salió de mi habitación dando un portazo, desapareciendo de vista.

Y era lo que más deseaba. No quería verlo nunca más.

—     ¿Querías algo, papá?

—     Me gustaría saber por qué mi hija no está comiendo uno de sus dulces favoritos. ¿Ha pasado algo?

Negué con la cabeza.

—     ¿Segura? —él me conocía tan bien, que era imposible ocultarle la verdad. —Es por un chico.

Mi cabeza bajó inmediatamente afirmando su teoría.

Siguió hablando.

—     Este tema me incomoda...pero —estaba nervioso—, es la hora.

—     Papá... —sacudí la cabeza.

Mientras tanto apartó el café que había en medio de la mesa, encontrando un entretenimiento a la vez que soltaría una de sus charlas que darían dolor de cabeza.

—     Si hay un chico tienes que saber...

—     Por favor —supliqué—, no quiero la charla de las consecuencias que trae el sexo.

Bajó los hombros relajados, notando el miedo en mi voz ante la palabra <sexo>.

—     Estupendo —respiró—. De momento quedará a un  lado. ¡Solo de momento! —alzó el dedo como un profesor regañando a su alumno por cometer una travesura. — ¿Quién es ese chico? ¿De tu instituto?

Lo peor es que había dos chicos. Y ambos desconocidos. Aunque Ethan ya llevaba varias semanas en mi vida, y con Byron conecté tan bien, que parecía que era un año de amistad antes que un solo día.

Suspiré como una enamorada cuando pensé en el día anterior; el parque de atracciones.

—     No. Es de aquí.

Aquí: Eso significaba que estaba cerca del barrio donde vivía mi padre. Podía sospechar del vecino, pero no lo hizo.

—     ¿En serio?

—     Sí, papá. Hay y no hay un chico —recogí mi alborotado cabello. No me había dado tiempo a cepillarlo. —Pero no quiero hablar de eso contigo. Esperaré a que mamá me llame.

Papá se rascó el cuello.

Pasaba algo.

—     ¿Algo que decirme?

—     Nada importante —estaba raro.

—     Papá...

Aparté el plato del desayuno chantajeándolo. La información, por alimentarme bien y ser una chica saludable.

—     Tu madre saldrá de viaje. Trabajo.

¿Otra vez?

Aquel fue uno de los motivos por los que me fui con mi padre a pasar el verano antes de comenzar las clases. Mi madre trabajaba para una revista de la fauna; fotógrafa, divorciada, y con una hija adolescente...era el motivo para coger el trabajo más complicado y salir corriendo. Le fascinaba fotografiar a animales, y nosotros nunca lo comprendimos.

—     ¿Cuánto tiempo?

Era lógico ya que ella se perdía hasta meses.

—     Medio año.

—     ¿¡Medio año!? —no podía ser. — ¿Dónde?

—     A áfrica. Irá detrás de unas cuantas jirafas para seguirles el paso y fotografiarlas para un reportaje —él no le dijo nada, ya no podía involucrarse en su vida. —El problema es...

—     ¿Yo?

Lo normal. Como siempre yo.

—     No, cariño, tú no. El instituto —odiaba los cambios. Y ser la chica nueva no conjuntaba con Freya Harrison. —He pensado que lo mejor es un cambio...

— ¡No! —dejé la mano delante de él. —Por favor, papá, quiero acabar las clases con mis amigos. Ser la nueva implicaría bullying. ¡No quiero bullying, papá!

—  ¿Y quién te iba a hacer bullying?

También era cierto, pero mi sitio era mi antiguo instituto.

—     Puedo coger el autobús o el metro. No habrá ningún problema de traslado.

—     O puedo decirle a Ethan que te lleve, ya que entra más tarde que tú a la universidad.

Ethan. Ethan. Ethan.

Su nombré retumbó en mi cabeza haciéndome daño. Sentí una punzada en mi corazón, y las pocas mariposas que tenía en el vientre desaparecieron.

—     Él no es mi amigo. No necesito que esté a mi lado porque tú se lo hayas dicho. Lleva más de tres semanas —respiré ya que me ahogaba de hablar tan rápido—, que no me ha dejado en paz. ¿Algo que decir?

—     Solo le dije en un par de ocasiones que te cuidara.

¿Un par?

Pero Ethan estaba obsesionado por cuidarme, tanto que pensé que mi padre le pagaba para estar a mis espaldas.

—     Es un buen chico —que equivocado estaba, seguía diciéndolo una y otra vez. —Me gusta que te cuide.

—     Ya...pues a mí no —apreté la taza del batido de chocolate—, me agobia.

Nuestra conversación finalizó ahí.

Tiré la silla hacia atrás, y con permiso volví a encerrarme en mi habitación. La cama seguía desecha. Me tumbé para mirar el techo, y el aroma que acompañaba a Ethan confundió mis sentidos. Era entre refrescante, hasta el olor de cerveza; era él. Mi cama había sido profanada por él.

Inmediatamente me levanté, dando un salto desesperadamente. Arrastré las sabanas con mis dedos, y las saqué del colchón. Abrí la puerta de la habitación, localicé a mi padre, y con la sonrisa invertida grité.

—     ¡Quémalas!

Mi padre me miró confuso, y se mantuvo callado ante la revolución de su hija adolescente.

El sonido del teléfono bajó mis humos, di pequeños saltitos hasta coger con ilusión el móvil. Tenía la esperanza de que fuera mi madre, necesitaba una charla madre e hija.

—     ¿Sí? —sonreí.

—     H-hola —balbuceó un chico—, Freya —estaba nervioso. —Soy By...

—     Hola Byron —la puerta del cuarto de baño se cerró detrás de mí. Mi rostro cambió de repente, al recordar las palabras de Ethan. Posiblemente aquel chico se iba a reír de mí. — ¿Quieres algo?

Se quedó en silencio. Seguramente por cómo le hablaba.

—     Después de lo de ayer...pensé —dudó por unos instantes. —Quería verte de nuevo.

¿Acaso ahí empezaba el juego de burlarse de Freya?

Y si era el caso... ¿Qué haría yo?

—     Está bien. ¿Dónde quedamos?

Nadie se reía de mí, y menos un chico el cual evitaba mirarme a los ojos por más de cinco segundos.

Ethan no me hundió, Byron tampoco.

—     ¿Qué te parece en el parque central? ¿A las cinco?

—     Perfecto —aparté el teléfono de mi oído.

—     Tengo muchas ganas de...—pero corté la llamada antes de que siguiera.

Tiré el teléfono móvil contra la cama, y giré para rebuscar algo en mi armario. Era verano, así que descarté por completo los vaqueros junto a otra clase de pantalones. Lo mejor era un vestido; veraniego y de tonos claros que no destacarían demasiado el tono de mi piel.

Junto a ello elegí unas blancas sandalias, y con toda la vestimenta y accesorios, me adentré en el cuarto de baño para darme una buena ducha antes de salir. Necesitaba relajarme, olvidar la discusión con Ethan, y culparme yo misma por caer ante la adorable sonrisa de Byron.

Los pocos chicos que entraban en mi vida, eran para destrozarme el corazón.

Y la vida era corta, demasiado corta para vivirla entre lágrimas.

Con un poco de maquillaje en las mejillas, ojos y labios, salí sin dar mis exagerados saltitos. No estaba de humor, así que no había sonrisa de por medio.

Papá no dijo nada, salvo cuando me despedí con un; Volveré en un rato.

Era increíble como las horas pasaron tan rápidas. Cuando terminé el baño pasé las horas pensando, junto a mi querido iPod.

Ni siquiera comí, estaba de los nervios.

El autobús pasó por el parque central, y bajé en busca de mi supuesta cita. Y allí estaba él.

Con las manos refugiadas en los bolsillos de sus oscuros vaqueros, mirando como su camiseta blanca se movía con el fuerte aire que se levantó.

Al darse cuenta que estaba allí, anchó los labios mostrándome su llamativa sonrisa. Era gracioso ver como sus imperfectos dientes eran más blancos que su amplia camiseta dos tallas más grande que él.

Lo miré; no quería pensar que era como Ethan, no cuando él parecía diferente.

—     Hola —movió los zapatos.

—     Hola —di un paso adelante, quedando más cerca de él. —Bueno...¿Querías algo?

—     Verte —parecía obvio, pero para mí no. — ¿Ha sido muy precipitado? Nos conocemos de horas, y bueno...no sé...ni siquiera...

No dejaba de hablar.

Su cabello rubio rozó el desnudo cuello que dejó con la camiseta.

—     Lo mejor es que seas sincero.

Estaba siendo antipática. Byron volvió a protegerse en la timidez.

—     ¿Quieres reírte de mí, verdad? —sacudió la cabeza. —Claro que sí. Lo perfecto no existe. Y tú —le señalé con el dedo—, solo quieres pasarlo bien riéndote de mí.

—     ¿Por q-qué haría algo así?

Las palabras de Ethan vinieron a mi cabeza.

»Para llevarte a la cama«

Me mordí el interior de la mejilla.

—     Pensaba que eras diferente —no lo dejaba hablar. —Y lo peor de todo es que me gustas. Me gustas mucho —bajé la cabeza en busca de refugio. —Pero eres como todos los demás.

Y en rabiada con una persona que casi ni había abierto la boca, lo abofeteé para sentirme un poco mejor. Defendiéndome ante un ataque que no había sucedido. En realidad las palabras de mi vecino resonando en la cabeza me enloquecieron.

Le di la espalda para marcharme, cuando de repente un sonido me detuvo.

Por fin Byron habló.

—     Eres la única chica que no ha huido de mi lado por mi torpeza. Te quedaste hasta el final a mi lado —sonó triste—. Y como te dije; bendito chicle que te puso en mi vida —miré por encima del hombro, encontrándome a Byron con una enorme bolsa repleta de gomas de mascar de todos los colores. Mis mejillas ardieron ante lo mal que me había portado con él. —No sé qué he hecho mal contigo...pero solo quería conocerte.

Lo miré a los ojos, acercándome lentamente hasta él.

Temí que se apartara de mi lado. Y comprendería perfectamente si huía de mi lado. Lo había golpeado con mi propia mano, encendiendo su mejilla.

—     ¿No quieres llevarme a la cama?

Él bajó la cabeza avergonzado.

—N-no...

—     ¿Ni le contaras a tus amigos todo lo que hagamos?

—     Nadie se creería que podría estar con una chica tan guapa como tú.

Byron tenía su lado coqueto incluso cuando las palabras se ahogaban en su garganta.

—     Soy una estúpida.

Ese chico me odiaría. Seguramente pensaba que estaba loca.

—     Lo siento mucho —toqué su mejilla. Ardía por el impacto—No sé en qué estaba pensando —Ethan era el culpable—.Ni siquiera sé que puedo hacer para que me perdones.

—     Si sonríes es suficiente para mí.

Desde que quedé con él, la seriedad había estado todo el rato en mi rostro.

—     Haré algo mejor —dije acercándome lentamente a sus labios, recordando mi lema: Vive el día a día antes de pensar en un mañana que posiblemente no vivas. —Pensarás que estoy loca, pero...

Y callé porque posé inmediatamente mis labios sobre los suyos. Si anteriormente Ethan me había besado, lo olvidé por completo cuando la calidez de Byron me hizo cerrar los ojos. Era tan tímido que no se atrevió a profundizar el beso, y yo tampoco.

Sentí sus manos sobre mis brazos, acariciándome por la ráfaga de aire que se levantó. Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos durante unos segundos antes de romper el bonito momento con palabras.

Él miró por encima de mi hombro, y extrañado susurró un nombre.

—     ¿No te ha gustado? —pregunté.

¿Tan mal besaba?

—     Es que me ha parecido ver a Ethan.

Ethan...

¿Me había seguido?

Lo raro es que no hubiera salido del escondite para amenazar a Byron.

—     Tengo que hacer una cosa —volví a besarlo. Me había vuelto loca, pero sus labios eran adictivos. —Vuelvo enseguida.

Asintió con la cabeza, y lo dejé atrás mientras rebuscaba en mi bolso el teléfono móvil.

Un pitido...

Dos pitidos...

Y al tercero descolgaron la llamada.

—     Freya...—empezó él—, necesito hablar contigo.

—     Creo que no.

—     Sí. Lo siento, he sido un imbécil, nunca pensé eso...

—     Aléjate de mi familia —él era nuestro problema—. No quiero verte, Ethan. No quiero que seas amigo de mi padre. Solo necesito que desaparezcas de nuestras vidas para ser como la familia que éramos. Y desde que llegaste tú, ni siquiera reconozco a mi padre. ¡Es mío! No te quiero ver con él.

—     Freya —gruñó—, te he dicho que lo siento.

—     Y yo te estoy diciendo que te apartes de nuestro lado. Las mentiras no son bienvenidas. Mi padre cree que eres una buena persona, y no lo eres —de repente vi como su coche quedó a unos metros de donde yo me encontraba. Me había seguido. —Adios, Ethan. Sé qué harás lo mejor para todos.

Y por muy doloroso que pareciera, era lo mejor.

No podía enamorarme de él, incluso cuando ni siquiera éramos amigos.

Hice bien en apartarlo de nuestras vidas.

Era lo mejor —me repetí mentalmente.

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 43.6K 35
Nika Grey acaba de cumplir once años y los cambios no dudan en aparecer. Su mentalidad supera a la de una niña de su edad, pero sus padres mantienen...
288K 17.9K 47
❝ ¿Sabes? Tienes un trasero fantástico. -West ¿Sabes? Eres un completo imbécil. -Tessa ❞
32.6K 952 65
Frases y citas de libros reconocidos y novelas de wattpad. Citas de filósofos, personajes y escritores célebres.
16.2K 4.5K 59
A Liz no le importaba morir hasta que la amenazaron. Secretos, mentiras, engaño ... y todo ello sin contar con el embarazo de su amiga, la pelea ent...