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La corporación Taisho se encontraba ajetreada, la presentación de nuevo productos se acercaba, los y las modelos caminaban de un lado a otro seguidos de los maquilladores y estilistas. Todos colaboraban en algo, la presentación de cada fin de año los ponía nervioso, pues debido a como se desarrolle saldrá de allí la recompensa.
-¡Miroku, quiero las respuestas de los patrocinadores! – exclamo Sesshomaru sacando la cabeza de su oficina.
-¡Ahora voy! – exclamo en respuesta.
Kagome dirigía la junta en presencia de los inversionistas e Inu No, presentaba lo que harían el dichoso gran día. Los inversionistas aplaudieron complacidos.
-¿Estás segura que rechazas mi oferta de trabajar para mi corporación? – un viejo regordete y simpático pregunto a Kagome. El viejo le llevaba diciendo desde su primera presentación que se uniera a su empresa pero ella con gracia lo rechazaba.
-Estoy muy segura señor Parker – sonrió tomando la mano del viejo.
-Lastima – formo una mueca de lado insatisfecho – Inu No tiene una gran suerte.
-Sé que la tengo Andrew – intervino Inu No poniéndose a un lado de Kagome, abrazándola por los hombros.
Kagome a partir de la segunda semana después del accidente había solicitado regresar al trabajo, el cual fue cuestionado por sus padres-madre mejor dicho- e Inuyasha quienes creían que aún no estaba en estado de trabajar. Al final, Kagome gano la disputa y pudo volver, le asignaron una nueva secretaria llamada Sarah, una joven simpática y amable.
Por los acontecimientos recientes, el que Haru le pidiera llamarla "Mamá" el que Inuyasha y ella habían vuelto a tener una relación, Kagome denominaba esta parte de su vida "la mejor etapa".
-Eres muy solicitada querida – le dijo Inu No mientras salían de la sala de juntas, aun siendo abrazada por los hombros – Me romperías el corazón si te fueras – Inu No se golpeó su pecho dramáticamente.
-¡Ay, Inu No! – se carcajeo Kagome – No me iré de aquí, a menos que tú me eches –
-Considera eso descartado, porque ni con demencia te despediré – le dio un beso en la mejilla, miraron al frente y su hijo menor se acercaba con una sonrisa boba en sus labios. – Viene a marcar territorio – dijo con fingido miedo el padre.
-Es un estúpido – blanqueo los ojos Kagome también mirándolo con brillo en sus iris chocolates.
-Eso nadie se lo quita – murmuro Inu No, viendo a ambos, los corazones brotaban de los ojos de ambos jóvenes amantes, eso al patriarca le recordó a su juventud, el amor que con cada día florecía por su ahora esposa y mujer de vida.
-Hola pequeña – saludo en cuanto su padre se marchó, le dio un beso en la mejilla y le tomo de la mano mientras caminaban por los pasillos.- ¿Cómo te fue?
-Estupendo – dijo acariciando los dedos de su novio - ¿Qué hay que hacer ahora?
-Es todo. Todo está listo para el gran día, mañana todos tienen el día libre para que se preparen para la gala – Kagome suspiro emocionada, estaba ansiosa por ponerse el vestido de noche que había comprado en otra tienda del centro comercial.
-¿Haru ira?
-Sí, nunca se pierde uno de estos eventos – entraron a la oficina de la azabache.
-¡Sí! Quiero verlo de trajecito – emocionada exclamo Kagome.
Inuyasha ahora en privacidad tomo el rostro de la azabache y empezó a besar sus labios, Kagome ya ansiosa lo tomo con fervor abrazo la nuca del peli plata y hambrienta mente correspondió.
Ahogo un suspiro, Kagome lo llevaba por delante a Inuyasha hasta chocar con la puerta. Inuyasha metió una mano traviesa por debajo de la blusa de Kagome, tocando su suave y tibia piel, paso sus dedos por encima del ombligo estremeciendo el cuerpo de su novia.
Kagome bajo sus manos y empezó a recorrer por encima de la camisa el torso de Inuyasha, estremeciéndolo con su toques pausados y dejándolo ansioso.
-¿Acaso somos... adolescentes? – murmuro Kagome entrecortada mente en una pausa del desesperado beso, Kagome e Inuyasha sonrieron en los labios del otro.
-Tal vez... o, nos amamos tanto o más como antes –
-Yo te amo más, mucho más y también... te deseo aún más – Inuyasha en un movimiento rápido alzo desde el trasero a Kagome, haciendo que está enrollara sus piernas en sus caderas, haciendo que sus intimidades se rocen.
Kagome gimió.
-Pensé que era el único estúpido con ese pensamiento – ambos se miraron con deseo.
-No, no lo eres – Kagome se mordió el labio inferior, provocando un tirón en el miembro del peli plata. – Al menos está vez... tardaremos en dar el paso – ambos vibraron por una risa interna, recordando cómo fue la primera vez de hace años.
-Las hormonas alborotadas cariño – y se volvieron a besar, Kagome busco con desespero la piel desnuda de su novio, con ansia saco la camisa metida por dentro del pantalón e introdujo su mano en el torso desnudo de Inuyasha.
Toc.toc.
El toque en la puerta los alerto, ambos mascullaron, Kagome se bajó del cuerpo de Inuyasha y empezó a arreglarse al igual que él. Kagome se peinó su cabellera con sus dedos se acercó al peli plata y retiro restos de lápiz labial de sus comisuras. Con algo de profesionalismo paso sus dedos por los bordes de sus labios también retirándose su lápiz labial corrido.
Toc.toc.
Se volvió a escuchar.
-Pase – autorizo Kagome ya detrás de su escritorio.
-¡Pero mira nada más! ¡Mi hermano y cuñada! – exclamo con picardía Sesshomaru adentrándose al interior.
-Ay, Sesshomaru – dijo Kagome pasándose una mano por su cabellera aliviada.
-Bueno, conmigo no tienen que fingir, sé lo que se traen – Kagome enrojeció e Inuyasha sonrió con arrogancia.
-¿Qué quieres hermoso y adorado Sesshomaru? – pregunto sarcástica Kagome rodeando el escritorio y acercándose a ambos hermano.
-Solo te traía la invitación para el día de mañana – le entrego un elegante sobre rosado hueso, con un sello antiguo que le sellaba la entrada.
- Oh que linda ¿Quién se encargó del diseño? – pregunto mirando con fascinación la tarjeta discreta pero a la vez llamativa y ciertamente conocida.
-Rin – sonrió con orgullo – Estudio diseño gráfico y en algunas ocasiones colabora con nosotros – Kagome sonrió con malicia ya quería conocer a la esposa de su cuñado.
-Mañana la conoceré ¿Cierto?
-Por supuesto, a pesar de que tiene su agenda muy solicitada, no se pierde nunca una gala de nosotros. Entonces me retiro, todos se fueron agotados y yo no soy la excepción –
-Oh, hay que ir por Haru – recordó Kagome tomando su cartera, Inuyasha asintió sonriente, los tres salieron de la oficina, Kagome espero en el elevador a los hermanos Taisho quienes fueron en busca de sus cosas.
Abrió la tarjeta de invitación y se maravilló, quedo encantada con el trabajo de la esposa del gran Sesshomaru Taisho, ya sabía a quién le pediría su colaboración para su futuro boda ¡Bha! Si es que llegaba a casarse; pensó mientras miraba a su novio quien venía ahora con su maletín en manos.
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-Hola pequeña – saludo con sorpresa Inuyasha al encontrarla tras la puerta.
-Yo... quería saber si podría ayudarte a preparar a Haru y de paso... cambiarme aquí – pidió Kagome con timidez, en sus manos traía la funda con su vestido dentro, en otro una pequeña valija. Inuyasha sonrió encantado.
-Me parece perfecto – entonces Kagome se abalanzo a darles las gracias con un beso y se adentró a su suite y vio a Haru en el sofá mirando los dibujos animados mientras comía una fruta cortada, estaba recién duchado.
-Hola pequeño – saludo Kagome al ver que no noto su presencia, dejo sus cosas en el sofá de la sala.
-Mamá – murmuro con cariño y corrió a abrazarla - ¿Qué haces aquí?
-Vine a ayudar a prepárate – le sonrió mientras volvían al sofá. Kagome también ya estaba duchada un con un elegante rodete de costado con mechas onduladas sueltas, solo le faltaba algo de maquillaje, sus zapatos y el vestido.
-¿Puedo ver lo que te pondrás? – pregunto impaciente Inuyasha mirando como si fuera una tentación la funda del vestido.
-No. Ni se te ocurra abrirlo. Si quieres verlo, lo veras cuando ya esté en mí –
Inuyasha la miro hambriento, se mordió su labio inferior y acepto la decisión de su novia. Se dirigió hasta el sofá y apoyo sus codos en el espaldar, mirando desde atrás a su hijo y a Kagome, quienes miraban la televisión.
-¿Sabes? – murmuro en el oído de su mujer, Kagome sonrió al sentir su aliento y sus labios rozarle la oreja. – Aún no te has puesto el vestido, pero... simplemente verte en bata y con ese rodete de costado que me permite ver tu hermoso y largo cuello, me excita por lo hermosa que te ves – murmuro despacio para que su hijo no escuchará.
-Cállate. Sabes que si tuviera la oportunidad te poseería – Kagome ahogo un gemido al decirle tales palabras.
-Oh sí, esta es mi chica. Demandante e impaciente – le dio un beso en su mejilla cerca de sus labios y luego le brindo un sonoro beso en la mejilla de su hijo - ¡Campeón! A prepararse, Mamá nos ayudará –
-¡Sí! – exclamo y se puso de pie seguido de Kagome, los tres se dirigieron en dirección a la habitación del pequeño.
Se reían a cada prenda, Kagome regañaba a Inuyasha por hacerlo reír mucho, ya que el pequeño se retorcía y ahora sufría de un indoloro dolor de panza. Inuyasha dejo a cargo a Haru a Kagome mientras él con rapidez se fue a poner su traje de etiqueta.
-La camisa – dijo Kagome abrochándole botón por botón - ¿Te sientes bien conmigo Haru? –le pregunto seguido de ponerle su pantalón negro, abrochándolo por encima de la camisa. Kagome quería saber si pensaba en su mamá biológica.
-Me siento muy bien contigo. Te quiero mucho, mucho, como quiero a mis abuelos, a mi papá y tíos. También me gusta que pueda llamarte... mamá – quiso seguir agregando el que nunca había conocido a su verdadera mamá, pero la presencia de su papá interrumpió.
-¿Cómo me veo? –
-¡Dios! – Kagome le hecho una mirada a Haru ya con el corbatín y sus zapatos, luego miro a Inuyasha - ¿Trajes combinados?
-Papá y yo siempre nos vestimos iguales para estas fiestas – informo Haru bajándose de un salto de la cama y poniéndose a un lado de su papá.
-Están muy guapos, los dos. –miro con cariño al pequeño y a su novio con deseo lujurioso.
Quería quitarle de un tirón ese traje y tenerlo frente a ella completamente desnudo, lo quería, sentía que ya no podría controlarse. Inuyasha la miro de la misma manera cuando noto un brillo lujurioso y malicioso en los chocolates ojos de la azabache.
-Bueno Haru, ven te perfumare y peinaré, cariño ve preparándote – le dijo a su novio seguido de un guiño de ojo – Usa mi habitación pequeña.
-Gracias – murmuro y salió de la habitación con la intención de calmar sus hormonas.
-¡Me voy a morir! ¡Pero de celos!
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A ver si me regalan estrellitas y comentarios como regalo de mi pre cumpleaños XD Faltan dos cortas semanas para mi cumple ¡Seré legal! YUJU
¡Nos leemos mis queridos!