En el anterior se terminaron los recuerdos. Luego si se me ocurre otra cosa hago más, por lo pronto volvemos a la actualidad.
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Craig.
Los humanos siempre han tenido una idea pésima sobre los demonios, los catalogan a todos como monstruos atroces cuyo único propósito es destruir todo aquello que les rodea. Craig siempre lo había escuchado en todas partes, y siempre había decidido mantenerse al margen, después de todo no era algo que realmente le importara. Siempre había tenido otras cosas por las cuales preocuparse, cosas que de cierta manera atraían su atención más que ponerse a escuchar historia (probablemente falsas) de personas que aseguraban haber estado en contacto con demonios, describiendolos como seres horrendos con más de dos metros de altura, con la piel de color rojo las orejas puntiagudas, los pies -que cambiaban dependiendo de la historia y la conveniencia de la persona- y sin un alma que les permitiera conocer el bien.
Alzó la vista para mirar a Tweek quien volaba por encima de su cabeza mirando todo como si necesitara dejarlo bien grabado para no perderse. Recordó que era algo que él hacía cuando era pequeño e intentaba gravarse el camino de vuelta a casa por si algún día se perdía, aún cuando sabía que jamás pasaría porque desde su operación sus padres no le quitaban la vista de encima. Se preguntó ¿Qué pensaría alguien si se encontrara con Tweek? Es decir, no era especialmente terrorífico, causaba mucha admiración, eso no había manera de negarlo, pero no lo creía capaz de asustar a alguien. Por lo menos no con su apariencia.
Algo que tampoco era difícil olvidar era su actitud. Si Craig tuviera que describirlo las palabras que usaría serían: egocentrico, sarcastico, mimado, holgazán, infantil, grosero, inflexible, pedante, malo (de verdad, malo), irritable, impaciente, cruel, burlón y extremadamente berrinchudo. Pero a veces, en muy raras y contadas ocasiones, podía ser realmente amable. Y si lo pensaba mucho, realmente jamás lo había visto enojado. Lo había visto frustrado muchas veces, pero nunca realmente enojado, y de alguna manera presentía que era mejor no saberlo.
Vio a Tweek hacer un gesto de asco al ver un cachorro y aun niño jugando frente a una casa.
— ¿No te gustan?- le preguntó. Tweek lo miró por un segundo.
— La verdad es que prefiero los gatos.- repuso.
— Me refería al niño.- explicó.
— Oh.- Tweek se detuvo a observar al niño, quien corría y reía al ver que el perro lo seguía. Craig fingió revisar algo en su celular mientras tanto.- Me da un poco de lástima.- Dijo retomando su vuelo.- Prefiero no mirarlos. Así no pienso en lo idiotas que se convertirán cuando sean grandes.
Craig apretó los labios para reprimir su gesto de sorpresa. Sintió un tic en el ojo izquierdo por la contracción tan repentina. Guardó su celular en el bolsillo trasero de sus jeans, suspiró profundo y retomó la marcha.
— No todos los humanos son idiotas.- Replicó mirando las grandes alas del demonio.- Tweek se giró y continuó volando hacia atrás. Su cara estaba adornada por una mueca burlona.
— ¿No? ¿Estás seguro?
— ¡Sí! No sé porqué piensas así, pero estoy cien porciento seguro de que los humanos son mucho mejor de lo que crees.
La sonrisa burlona de Tweek se ensanchó. Craig frunció ligeramente el entrecejo.
— Todos ustedes son iguales. Viven una miseria de tiempo y ese tiempo lo emplean en cosas estúpidas como tratar de sanar su neurótico complejo de inferioridad porque desde infantes les dicen que hay un ser mucho mejor que ustedes, uno al que nunca van a poder vencer. Entonces lo idolatran sin razones y toda su vida gira en torno a eso, queriendo o no. Al final cuando van a morir lo único que les queda es lamentarse por cosas que quisieron hacer pero no pudieron, porque no les dedicaron tiempo. Siempre es lo mismo.
— ¿De qué hablas? No todos los humanos son religiosos.
— ¿No escuchaste bien o que? Dije queriendo o no. Independiente a si lo hacen consciente o no, de algún modo todos esperan no hacer "cosas malas" para que al morir puedan ir a un "lugar mejor". Aún cuando ese "lugar mejor" ni siquiera es real.
— Siquiera, ¿Por qué odias tanto a los humanos?- Craig había dejado de caminar y miraba a Tweek directamente. No había personas cerca de ellos, y de cualquier manera a este punto le daba igual si alguien lo veía ahí de pie a mitad de la calle, mirando hacia arriba tan enojado. Tweek por fin borró su mueca burlona.
— Porque mi existencia es por y para ustedes. "Recuerdalo bien Tweek - dijo imitando una voz extraña.- cuando crezcas y un humano te invoque deberás ayudarlo a hacer lo que te pida, porque los humanos son inútiles y no pueden hacer nada por ellos mismos". Esa última frase la agregué yo mismo.- dijo pavoneándose. Craig funció aún más su entrecejo, se acercó más a Tweek manteniendo la espalda recta.
— No es mi culpa que tu existencia no tenga sentido.- escupió.
Una risa resonó desde la garganta de Tweek, y aunque estaba enojado hasta las cejas le sería imposible negar que era una de las risas más agradables que había escuchado, aunque no tenía pensado decirlo en voz alta ni de broma. Tweek comenzó a aplaudir de manera eufórica dejando de reír pero manteniendo una sonrisa enorme en su rostro. Esa sonrisa no se parecía en nada a las muecas burlonas que siempre le dedicaba. Craig soltó el aire que tenía retenido, no podía dejar de mirar como aquellos ojos se entrecerraban para darle espacio a la sonrisa; algo dentro de su pecho dió un ligero brinco.
— ¡Por fin! Yo sabía que detrás de esa facha de niño bueno se escondía alguien malvado.- felicitó.
— Yo no soy malo.- murmuró retomando su marcha, desde ese punto podía verse ya su hogar.
— Te aprovechaste de algo que dije para tratar de hacerme daño, ¡Claro que lo eres!- Tweek comenzó revolotear a su alrededor.- ¡Oh Craig, eres tan malo! Todo un rufián.- se burló. Tweek tomó sus dos mejillas con una sola mano y elevó su cara ligeramente para que sus miradas se encontraran. Craig apretó la mandíbula al sentir los dedos fríos de Tweek en su piel cálida.- Mira nada más, que malvado es mi niño.
Estaban tan cerca que si Craig se concentraba podría sentir la suave respiración de Tweek chocando en su cara. Craig le dio un manotazo sin fuerza a Tweek en la mano para que se alejara. El demonio se alejó con una mueca de confusión, paseaba su mirada de Craig a su mano golpeada.
— No me vayas a decir que eso te dolió.- Craig se burló.
— Es... el dolor más leve e insignificante que he experimentado en mi vida entera.- respondió mirándolo sin expresión.
Craig rodó los ojos y se apresuró a tocar la puerta de su casa, tenía mucha tarea que hacer y sabía que de noche le daría pereza hacerla. Podía sentir al demonio revoloteando detrás de él. Su madre abrió la puerta mirándolo con una sonrisa.
— Hola, mi cielo.- Saludó ella dejándolo entrar.- ¿Cómo te fue?
— Bien, aunque la última clase estuvo muy aburrida. ¡Oh! ¿Qué crees? Clyde tiene un UNO genial, tiene diseño de Pokemón.- dijo con emoción entrando a la casa.
— ¿De verdad? ¡Que bonito! No sabía que había con diseños.
— Bueno, pues los hay. Estuvimos jugando en el descanso.
— ¿Comiste bien?- Preguntó su madre mirándolo con duda.
— Sí... lo hice.-murmuró con cansancio.- Todos lo hicimos. Token se encargó de eso, no te preocupes.
— ¿Hay UNO de otros diseños?
— Uh, no lo sé. En un rato lo investigo y te digo.- estaba por irse a su habitación cuando recordó algo.- ¿Dónde está Tricia?- cuestionó.
— Fue con su amiga Karen a comprar material para una tarea. Y tu padre y yo estamos haciendo la cena, te aviso cuando esté lista.- Craig presionó la boca asintiendo, ya le diría a su hermana más tarde.
— Está bien. ¡No quemes nada!- le gritó a su padre cuando pasó por la cocina.
— Adivina qué estoy haciendo.- Replicó él de vuelta. Craig rió.
Craig entró a su habitación conservando una sonrisa en su rostro. Tweek se sentó en una silla recargando su cara en la mano derecha.
— ¿Tu maldad se llevó toda tu energía?- preguntó Craig con burla.
— Estoy aburrido.- masculló sin ánimo.
Craig buscó en su habitación algo que pudiera servirle de entretenimiento. Él tenía tarea que hacer y no podía hacerle caso todo el tiempo.
— ¿Quieres... uhm.- descolgó la mochila de sus hombros para sacar su caja de colores.- ¿Quieres colorear mandalas?
Tweek lo pensó unos segundos para finalmente encogerse de hombros y asentir. Craig le pasó un libro y sus colores, luego se sentó frente a la computadora para comenzar con su tarea. Estaba a la mitad de un documento que tenía que leer cuando escuchó a Tweek removerse en la silla, se giró un poco para mirarlo quedándose pasmado al no ver las enormes alas del demonio.
— ¿Y tus alas?- preguntó. Tweek miró su propia espalda frunciendo el entrecejo.
— Las quité.- Dijo como si fuera lo más normal del mundo.
— Primero: ¿Cómo mierdas hiciste eso? Segundo: ¿Dónde jodidos aprendiste a colorear así de genial?- preguntó anonadado mirando ahora el mandala que Tweek estaba coloreando. Tenía los colores muy bien combinados, le había puesto degradados y sombras en algunas partes; los trazos eran firmes y bien definidos. Y eso que sus colores ni siquiera eran para tanto.
— Primero:- le respondió haciendo una mala imitación de su voz.- Las alas no son parte de mi cuerpo, son un encantamiento. Puedo ponerlas, quitarlas, hacerlas gigantes o muy pequeñas, pero igual pesan y me cansa la espalda. Segundo: En el inframundo también hay escuela.
— Primero:- Siguió con la broma.- Si te cansan tanto ¿por qué no caminas? Segundo: Yo creí que te habían enseñado tus padres o algo así. No me culpes por no saber cosas del inframundo.
— Aún no puedo acostumbrarme a la gravedad de aquí. Y no tengo padres. Biológicos. Están muertos.
— Lo siento mucho.- murmuró.
— No tienes porque sentirlo. No es tu problema.- Respondió confundido.
— Lamento que hayas tenido que pasar por eso.- explicó.
— Insisto, no tienes porque sentirlo. Los padres no son muy necesarios de todas formas.- Murmuró. Craig miró los pies de Tweek estirarse, suposo que intentaba desentumecerse. Decidió que era mejor dejar el tema.
— Entonces... sabes colorear muy bien, tocas el violín...- Tweek lo miró con una ceja alzada.- ¿Qué más haces?
— He vivido mucho años Craig, sé muchas cosas, algunas más útiles que otras pero al final todo es conocimiento y es aprovechable.
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¡Hola!
Por si alguien estaba preocupado: mi salud emocional ya está mucho más estable, he estado trabajando estoy días en mi misma y en encontrar formas más sanas de canalizar mis emociones. También he estado jugando Minecraft, esa vaina me sirvió muchísimo como herramienta terapéutica. (Si alguien juega la versión Bedrock y quiere jugar conmigo me avisa:c)
Entre otras cosas, iba a subir este capítulo más temprano, porque ya lo tenía escrito desde hace como un año. Pero lo leí y... no era malo, pero era muy "Meh". Así que lo escribí de nuevo. También le definí un poco más la personalidad a Tweek y no sé... me mola.
Larga vida a Craig. 💕