ˋˏ ˋˏ capítulo cuatro: the avengers. ˎ ˊ ˎˊ
MAIA TOMÓ ASIENTO EN EL SILLÓN DE LA OFICINA CON CANSANCIO Y SIN GANAS DE HACER MÁS ACTIVIDAD FÍSICA. Levantó la mirada hacia el director de S.H.I.E.L.D para concentrarse nuevamente en él, tratando de entender aunque sea una palabra de lo que decía. Sin embargo, le era mucho más complicado de lo que podía. Su cabeza dolía como el infierno y apenas podía mover su mano, definitivamente era difícil concentrarse cuando estabas apunto de caer inconsciente. Se había llevado una buena paliza hace un par de horas y mucho más cuando tuvo que saltar de ese avión para subir al quinjet. La suma de no haber dormido muy bien esa semana tampoco ayudaba demasiado. Sentía que su cuerpo quemaba y luchaba para no caer al piso de cansancio. Necesitaba un descanso. O tal vez una inyección que la haga dormir para siempre, si, prefería la última.
— ... ¡Dije "Y háganlo de la forma más discreta posible", no que destruyeran la organización!.
Maia pensó que alguno de los tres la acusaria de haber destruido la organización de informática hace unas cuantas horas atrás pero parecían cansados tanto física como mentalmente para poder hablar o defenderse, excepto por el capitán, este parecía como nuevo.
— De acuerdo —la rubia soltó un involuntario gemido de dolor al levantarse —. Fue mi culpa, pero antes de que grites te voy a dar la explicación de mis seguras e inteligentes acciones.
Ni siquiera tuvo que voltear para saber que Barton y Natasha rodaron los ojos. Ambos sabían que la rubia empezaría con su floro[1] para suavizar el tema. Fury también lo sabía, sin embargo, la dejó continuar. Por supuesto, no sin antes maldecir en voz alta para hacer saber su descontento: — joder.
— Sabía que era muy arriesgado bajar, pero tenía que recuperar algo que era super importante y significante para mi —dramatizó la agente, sin dar detalle del qué era—. Estuve peleando y peleando en la sala de informática hasta que uno de los agentes me dijo que estaban más cerca de lo que pensaba. Así que como toda persona paranoica y también estresada psicologíca y físicamente como dice mi psicóloga asignada por la agencia, encendí los PEM y entré a los archivos de esa organización. Por supuesto, todo estaba tapado por códigos y más códigos pero logré entrar a varios archivos. Dentro de estos había mucho contenido de información sobre agentes de S.H.I.E.L.D y las fuerzas armadas, los cuales no estoy segura del porqué, pero me preocupó mucho —se encogió de hombros — El punto final es que mandé todos los archivos al centro de informática de esa organización, pero al ser miles de computadoras y que todas se pasen esta información entre ellas, ¿que mejor solución que ser destruidas?. Por supuesto, antes me aseguré que todos los archivos de estas, puedo afirmar, malas personas, queden encerradas en solo las computadoras de ese edifico. Quiero aclarar que no podía pasarlo todo en solo una porque todas ellas estaban conectadas y no tenía tiempo. Así que sin más que decir, quiero pedirle una disculpa por lo que hice, si no fue lo correcto. Muchas gracias por su atención y de antemano y todo corazón quiero...
— Bien, callate —Fury se sentó en la silla pegada a su escritorio, cansado —. Luego tú y yo hablaremos de esto, y todo el papeleo que tendremos que hacer por una posible demanda que nos llegará. Ahora váyanse que quiero hablar con el capitán y, por el amor de dios, tomen un buen baño.
— Si, señor.
Los tres agentes salieron de la oficina del director de S.H.I.E.L.D para por fin poder tomar un descanso.
—Hey, Barton —Maia lo llamó antes de que se vaya —. No olvides que cuando vuelvas de vacacionar tienes que decirme el secreto de cómo diablos te dan permiso para eso.
El vengador río ligeramente y le dio un corto abrazo a la rubia— sigue soñando a que te den ese pemiso. Te veo en pocos meses, niña.
— Ojalá pasen lento.
— ¡Se que vas a extrañarme! —El arquero le guiño un ojo antes de volverse serio —. Espera, ¿puedo harte una pregunta? —la voz de Barton sonó con tranquilidad. Maia asintió rápidamente —. ¿Por qué volviste?.
— ¿Disculpa?.
— Me refiero a esa organización. Dijiste que habías perdido algo, ¿era información?.
— Oh, uhm, algo así. Era esto. —la rubia mostró un collar que tenía escondido alrededor de su cuello, donde un pequeño USB de color negro colgaba de este.
— ¿Volviste por un USB? —preguntó incrédulo el arquero.
— Tiene información importante —se encogió de hombros —Algún día lo podrás ver. Ahora vete y disfruta tus vacaciones, halcón.
— En realidad es ojo de...
— No me importa, adiós —Maia levantó su mano con dificultad para despedirse con burla.
Natasha se acercó con una sonrisa hacia Maia— ahora que Barton se va vacacionar, será mejor que te prepares porque tendremos misiones más intensas junto al capitán.
— Si, señora —Maia sonrió antes de despedirse —. Nos vemos mañana, bonita.
— Cuídate.
La pelirroja sonrió antes de alcanzar a Clint, quien ya iba saliendo del edificio. Maia los siguió con la mirada hasta que desaparecieron. Cerró los ojos y suspiró cansada, sus piernas dolían, no podía dar otro paso más porque sabía que se caería. Su cabeza daba vueltas y unas enormes ganas de vomitar la inundaron con fuerza. Trató de caminar hacia la enfermería pero apenas dio los primeros pasos su cuerpo cayó al piso.
— Mierda.
Sus piernas volvieron a temblar cuando se levantó y empezó a caminar. Pero nuevamente cuando dio los primeros pasos estuvo a punto de caerse de no ser por las manos de alguien que sujetaron con fuerza su cuerpo.
— ¿Estás bien? —Steve mantenía su mano izquierda firme en la cintura de Maia mientras con la mano derecha pasaba el brazo izquierdo de la rubia por sus hombros para sostenerla mejor.
— Si, Solo necesito llegar a la enfermería —respondió la fémina cerrando sus ojos con cansancio —. Un golpe en la cabeza, creo que está empezando a afectarme.
— De acuerdo, dejame... —Maia casi cae al piso nuevamente cuando se desmayó, Steve la cargó entre sus brazos y caminó hacia la enfermería— guiarte hacia allá.
Maia despertó al día siguiente con un terrible dolor de cabeza. Soltó un gemido de fastidio mientras trataba de acomodarse en la incómoda cama donde se encontraba. Sabía por suposición que había sido llevada a la enfermería para ser revisada. Lo cual, a decir verdad, le agradaba. Aunque no le gustaban varias cosas de aquel lugar, le gustaba poder atenderse en este y saber cuanto tiempo sería posible para que ella pueda descansar todo lo que quisiera. Además de que también el doctor siempre le regalaba unas pastillas para dormir que necesitaba y le daba dolor gastar en la farmacia. Eran muy caras y, para ella, conseguir algo gratis era un regalo de la vida.
— Dos balas te rozaron, tienes la muñeca con una fractura simple y te dieron un fuerte golpe en la nuca. No tengo ni idea de como no lo sentiste pero siempre te digo que vengas a la enfermería después de cada misión. ¿Por qué no me haces caso?.
— La adrenalina del momento —respondió Maia con humor —. ¿Como llegue aquí? —preguntó la mujer viendo que en su muñeca se encontraba una férula negra. Suspiró con frustración, le resultaba incómodo usar esas cosas.
— El capitán Rogers te trajo —explicó Michael —. Vas a tener que usar la férula estática por dos o tres semanas, te lo diré conforme vea tu avance. Si sientes dolor en la cabeza o mareos toma estas pastillas y si se hacen más fuerte ven para ponerte una inyección. Trata de no hacer mucho esfuerzo.
Maia asentía conforme el doctor hablaba. Michael era un hombre de más o menos 27 años, era un morocho con ojos claros, sabía mucho sobre medicina y le resultaba muy agradable a Maia. Lo había conocido tres meses atrás cuando, después de una complicada misión, trajo a Clint para que le cure una herida de bala y a ella varios golpes en el cuerpo. Parecía que cada día la misiones se ponían más peligrosas y riesgosas. Muchas veces podía ser un día de lanzarte por un avión e infiltrarte a una organización terrorista para robar información y al día siguiente hacer papeleos desde tu laptop en un centro de inteligencia.
— Bien, ¿ya me puedo ir?. Necesito una ducha con urgencia.
Michael sonrió ligeramente— claro, ve con cuidado.
— Oh, espera. ¿Crees que puedas hacerme una receta de descanso?.
Mike negó con la cabeza ante la petición de la rubia, tal vez no aprobando lo que haría. Sin embargo, lo hizo. La cara inocente de Maia era fácil para persuadir. La rubia le agradeció antes de salir, sabía que pedirle las pastillas sería un abuso. Probablemente podría hacerlo la próxima semana. Su caminar lento pero seguro fuera de la agencia se detuvo cuando escuchó la voz de Natasha, y si no se equivocaba, también de Steve Rogers. Ambos se encontraban en una oficina mientras leían varios archivos. La rubia se apoyó contra una pared para que no la pudiesen ver.
—... ¿quienes son tu equipo?.
— No necesito un equipo. Solo a la rubia hacker —Maia sonrió con gracia al escuchar a Natasha nombrarla con ese apodo. Pudo ver la cara de confusión del capitán —. Me refiero a la agente nueve. Sé que leíste su historial, es buena.
— Sí, lo leí. Pero no creo que necesites solo una persona...
— Puedo hacerlo yo sola, pero ya que quieres un equipo te estoy ofreciendo a Maia. Puedes probarla más tarde.
— Tengo que hacerlo de todas maneras. Ya sabes, la prueba
La rubia dejó de escuchar la conversación al darse cuenta que Steve y Nat estaban por salir de la oficina. Se alejó de allí con varias dudas, no obstante, las apartó al instante para seguir su camino fuera de la organización. Quería ir a su departamento para cambiarse y tal vez descansar un poco.
Un par de días después donde Maia realmente trató de pedir días de descanso y en el que falló totalmente, la rubia se vio obligada a tener que ir esa semana a la organización para poder trabajar en informática. Aunque no era nada parecido a lo que tenía planeado, no se quejaba. Bueno, no demasiado. Sus horarios eran más cortos y no tenía que hacer tanta actividad física. Así que ese día se encontraba nuevamente en la organización, con un uniforme limpio y su cuerpo recién salido del agua. Era temprano, probablemente las doce de la mañana. Solo tenía que hacer un par de papeleos y luego podría pedirle a uno de sus compañeros que tome su turno para ella poder salir temprano. De algo le tenía que servir a ella la manipulación que había aprendido por años, ¿verdad?. Tampoco es que fuese algo malo, todavía seguía creyendo que se merecía unas vacaciones.
— Steve me dijo que te desmayaste.
Natasha entró a una oficina donde la agente rubia se encontraba jugando con su laptop mientras comía una ensalada de frutas. Varios agentes también se encontraban algo apartados haciendo su trabajo. Apretó un botón de su computadora para salir de el juego y volver a la página donde debía estar.
— Hola para ti también, bonita —habló con sarcasmo Maia —. Si, ya estoy mejor, en caso de que preguntaras, pero tengo que usar esta férula y como Fury no quiere darme mi semana de descanso me puso a teclear cosas aquí. También porque quiere que me encargue de borrar una demanda en caso de que la agencia de informática se entere que destruimos su edificio.
— Que destruiste —corrigió
— Creo que fue un trabajo en grupo.
Natasha rió ligeramente y se apoyó en el escritorio— ¿cuanto te tomará volver?
— No lo sé, tal vez una semana. ¿Ya me extrañas en el campo?.
— De hecho te tenía misiones preparadas. Así que deja el drama y ponte la ropa de entrenamiento.
— ¿No te toca mi sufrimiento? —Maia preguntó con sarcasmo, sabiendo que Natasha no caería en su mala actuación de sentirse mal.
— Te he visto ganando peleas usando una camisa de fuerza —la mujer alzó una ceja de manera acusatoria. — Solo quieres vacaciones. ¿Adivina que?. No las vas a tener tan pronto, ahora levanta tu trasero de esa silla y ve al lugar de entrenamiento.
— ¿Por qué tengo que ir a...
— El capitán quiere verte entrenar.
— Que suerte que traje mi ropa interior sexy —bromeó la rubia, levantándose con cansancio.
Natasha rodó los ojos con diversión y caminó junto a Maia al lugar de entrenamiento para que la mujer pueda cambiarse por una ropa cómoda y entrenar junto a el capitán. Luego de terminar de cambiarse y ajustarse más la férula para que al golpear su mano no le fastidie o duela, caminó hacia las colchonetas donde Steve y Natasha la esperaban. Se detuvo frente a ellos en posición recta y esperó órdenes. Y por supuesto, también una explicación.
— Bien, vamos a empezar...
— ¿Quién extrañó al líder del grupo?.
Una canción de rock empezó a sonar en el cuarto de entrenamiento a la hora que un hombre entró por las puertas de manera elegante con su caro traje negro y unos lentes de sol.
— Stark. ¿Que haces aquí? —preguntó Steve mientras veía al multimillonario acercarse a ellos.
— ¿El director no te puso al día? Vengo a ver el entrenamiento de esta mujer —señaló a la rubia —. Maia... Solo Maia, ¿Verdad?.
La rubia asintió— Maia, no "solo Maia".
— Está bien. Bueno, vengo a supervisar que tal el entrenamiento, para, ya saben —Tony puso la palma de sus manos a un costado de su boca, fingiendo que era un secreto— ; la prueba —susurró hacia los vengadores, aunque no resultó ser muy sutil.
— Me siento confundida, ¿alguien quiere ponerme al tanto?.
— Cállate, Tony. Fury todavía no le informó de nada —Natasha ignoró a Maia.
— Ahora me siento más confundida.
— Pues debería, si ella va pertenecer a, ya sabes, el grupo secreto del cual todo el mundo sabe, tendría que saber que le estamos tomando una prueba para que entre.
— Ahora me siento invisible.
— Le diremos cuando termine las pruebas, no queremos ponerla nerviosa —aclaró Steve.
— Oh, miren solo falta que venga el gigante monstruo verde y ese hermoso rubio de otro planeta para que su squad este completo. ¿Saben lo grandioso que sería eso?. Podría ganar mucho dinero en Ebay por una firma de ustedes —susurró lo último antes de sonreír cómplice. Se estaba irritado—. Oh, por dios eres Tony Stark, ¿podrías firmarme esta camisa?. Prometo no venderla. Pero primero, ya que ahora tengo su atención, ¿que tal si me dicen de que diablos hablan?.
El lugar quedó en silencio durante varios segundos antes de que el playboy volviese hablar — me gusta. Pasó la prueba más importante, yo digo que la conservemos.
— Tony... —advirtió la peliroja.
— ¿Que?. Como dije antes si la vamos a integrar a nuestro grupo, lo cual es un honor, tiene que saberlo.
— ¿Su grupo? —la rubia dio un paso más cerca a Iron man.
— Ya sabes, los vengadores.
Maia parpadeó varias veces tratando de entender la situación ¿Por qué querrían a otro agente en su grupo de fenómenos - héroes - mutantes - con raras habilidades que salvaron al mundo anteriormente?.
— ¿Ustedes...?. ¿Estoy entendiendo bien? ¿Quieren que me una a ustedes? —la espía no esperó respuesta —. Digo, sé que soy alguien con grandes capacidades, pero ¿unirme a un grupo para que la próxima vez que alguien venga a tratar de destruir o esclavizar la humanidad tenga que luchar contra ella?.
— Uhm, si algo así —Natasha se encogió de hombros.
— ¿Por qué?.
— Porque estamos abriendo castings para nuevos vengadores —bromeó el de lentes.
— Porque tienes grandes habilidades. Eres tan inteligente como Stark y das buena pelea en el campo.
— Bueno, tampoco para que exageres...
— Me están alagando, no interrumpas —regaño la rubia a Tony.
— Bien, ¿que tal si dejamos esta conversación para después?. Queremos verte entrenar —ordenó Steve Rogers.
Maia asintió a la orden y empezó a ponerse sus guantes de pelea—ahora que se el propósito del entrenamiento no se si dar lo mejor o lo peor.
— Da tu mejor golpe —sugirió el capitán —. Porque te vas a enfrentar con dos de los mejores agentes.
Mierda.
nota del autor(a): cuarto capítulo re-publicado (2021) (+2k palabras). publicado originalmente en: 03|09|18. ¡no se olviden de votar y comentar si les gustó!
O1. FLORO: ES UNA "JERGA" de mi país. El termino floro, se usa más cuando se intenta convencer, seducir(la más usada), o alagar a alguien, usando casi siempre mentiras, o cosas exageradas a la realidad. Ejem: "Carlos es muy florero", "Deja de echar floro y vamos al grano" "Deja de echar floro".
-l-lxcifer-