Christopher sonrió y siguió mis pasos. Quitó su playera, luego su pantalón. Yo quité cada uno de mis accesorios, luego mi vestido quedándome solo en ropa interior.
– ¡Vamos mi amor, alcánzame! – Le dije y comencé a correr, entrando al agua. Cuando mis pies tocaron el agua, me quede helada – ¡Helada! ¡Dios, esta helada! – Christopher se hecho a reír y caminó hacia mi, me tomó por la cintura y me dio una vuelta, mientras me daba besos en mi cuello.
– Vamos a helarnos juntos – Dijo, lo miré confundida y luego se dejo caer conmigo en sus brazos, al agua. Grité al sentir todo el agua helada en mi cuerpo.
– ¡Christopher! – Dije abriendo la boca.
– ¿Quieres calentarte? – Dijo e inmediato capté el doble sentido en su pregunta.
– Si – Murmuré acercándome a el, mis brazos rodearon su cuello, y los suyos mi cadera, pegándome a el.
Nuestros labios se juntaron, en un beso tierno, que poco a poco se fue volviendo intenso. Sus manos fueron a mi trasero, donde lo apretaron, erguí mas mi pecho, haciendo que mis senos se pegaran mas a su pecho, me elevó un poco de modo que el tuvo que levantar la cabeza para besarme, en pocas palabras me cargó. Nos separamos y tomé aire, luego volvimos a juntar nuestros labios, el me tomó de la cintura y sin aviso, nos sumergimos bajo el mar en pleno beso.
Abrí mis ojos, para verlo, justo en ese momento el igual los abrió y los dos sonreímos, sin dejar de besarnos, volví a cerrar los ojos, y segundos después sentí como otra vez me tomaba de la cintura pero esta vez para subir de nuevo a la superficie. Sus manos vagaron por mi cuerpo hasta llegar a mi espalda, desabrochó mi sostén, bajé mis brazos y dejé que el sostén saliera y se perdiera en el mar. Me pegué mas a Christopher, mis pezones estaba erectos. Y al hacer contacto con la piel de Christopher, se irguieron mas.
Mordió mi labio inferior, volvimos a tomar aire, y volvimos debajo del mar. Esta vez Christopher aprovechó para quitar mis bragas y yo para quitar su bóxer. Segundos después estábamos completamente desnudos. Volvimos a subir a la superficie, y Christopher me atrajo hacia el. Y por ende enrede mis piernas en su cintura, a pesar del agua sentí su miembro duro y erecto. También sentí como mi feminidad se iba llenando de flujos. Sus labios besaron mi cuello mordiéndolo levemente. Lancé un gemido y el gruñó.
– Dios te deseo tanto – Murmuró volviendo a besarme, luego paró y se sumergió en el agua, me confundí y justo cuando iba a llamarlo, sentí una punzada en mi feminidad. Me había penetrado.
Luego volví a ver su cara, sonriente. Me atrajo hacia el, volviéndome a cargar. – ¡Oh, Christopher! – Gemí, arqueando un poco mi espalda, luego volví a sus labios. Christopher comenzó a moverse dentro de mi, rápido y después lento. ¿Cuando había dejado de sentir el agua helada? Me pregunté a mi misma, y una risita se me escapó. Pude sentir como sonreía, era sorprendente. Mi primera vez en el agua. Christopher se movía más rápido, y mi respiración se agitaba aun más, sentía que el máximo placer llegaba y así era. No solo para mi. Comenzó a moverse aun más rápido, y luego mi vista se nubló.
– ¡Oh Christopher! ¡Si! ¡Oh! ¡Christopher! – Grité sintiendo el orgasmo, me besó ocultando sus gemidos, y luego sentí su eyaculación dentro de mi. Dejé caer mi cabeza en su pecho, su pecho estaba agitado y escuchaba su corazón latir.
– Ha sido perfecto, tu has sido perfecta – Dijo besando mi cabello, sonreí sin mirarlo. Suspiré satisfecha. Me sentía la mujer mas feliz del mundo. Teniendo a mi todo; el. Por que había descubierto que ahora mi mundo giraba en torno a el. Sólo a él.