Estás a punto de leer mi primer fic, así que antes de seguir te advierto que probablemente no sea igual de "bueno" en muchos sentidos, de los otros que he escrito. Eso es todo, si aún así lo quieres leer tienes todo mi love ❤️
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Todos sabemos que el hombre mexicano es el coqueto por excelencia, y esto se eleva al cubo cuando ve alguna "cosa linda" porque entonces no se rendirá jamás hasta conseguir su cometido.
Miguel Rivera jura y pre-jura que Hiro es la "cosa" más linda que jamás había visto.
El mexicano llevaba, en su mano derecha, una maleta arrastrando tras de si, en su mano izquierda traía una bolsa llena de tamales oaxaqueños (porque "No te vaya a dar hambre en el camino m'ijo") y por último su querida compañera a la espalda, su guitarra.
Era el primer lugar que visitaba en su gira nacional y aunque su representante le había dicho que esperase hasta que realmente empezara esta, Miguel decidió por su cuenta ir un par de meses antes para conocer el lugar.
La Ciudad de México era grande, tenía muchos edificios y demasiadas marañas a las que la gente solía llamar cables de luz. Su pequeño pueblo era muy diferente a todo lo que estaba frente a sus ojos. Sería una aventura para el muchacho de Santa Cecilia, sonriente ante este pensamiento.
Preguntando un poco llegó a su hotel, hiperactivo y deseperado, como solo él puede ser, dejo sus cosas y se puso en marcha para recorrer las calles de la gran ciudad.
Por otra parte, Hiro Hamada observaba todo a su alrededor. México no se parecía para nada a San Fransokyo.
Estaba verdaderamente emocionado por estar ahí, y quizá, proporcional a esta emoción, se encontraba nervioso.
El y Honey habían competido a nivel nacional con el prototipo 2.0 de Baymax y les complacia decir que habían ganado, recibiendo unos boletos de avión gratis para la siguiente etapa del concurso de robótica, ahora a nivel internacional, la sede: el Instituto Politécnico Nacional en México.
Al mirar la expresión del chico Honey Lemon soltó una risa.
-¿De que te ries ?-
-No es nada- contestó aún sonriendo.
Sería interesante ver al reservado Hiro relacionarse con algún mexicano, ya que en general la gente de latinoamerica suele ser más calida y sociable.
-Pienso que te vas a perder de camino a tu hotel-
El chico alzó una ceja y con tono de burla contestó.
-Vamos Honey, estamos en el siglo XXI, existe algo llamado Google Maps-
-Bueno, si estás tan seguro de que no te perderás supongo que te dejaré por tu cuenta- suspiró -Mi hotel queda para el otro lado así que te dejo niño- dijo revolviendo el cabello del menor para despedirse y salir corriendo rápidamente antes de que al muchacho de ascendencia japonesa le reclamara por la acción.
Hiro soltó un bufido por aquello, sacó su celular y tranquilamente le preguntó a siri por el hotel, la inteligencia artificial mostró el circulo que siempre enseñaba cuando se encontraba cargando y fue en ese preciso instante en el que el pelinegro comenzó a entrar en pánico.
"No hay ninguna red disponible"
Estaba perdido, en una ciudad desconocida, de un país desconocido.
El chico empezaba a hiperventilar cuando tuvo la maravillosa idea de llamarle a Honey, no hacía mucho tiempo que se fue, así que aún podría tragarse sus palabras y pedirle ayuda para encontrar el camino al hotel.
-"Su saldo se ha agotado"-
Bastó con escuchar esas cinco palabras para que Hiro entrará en caos.
No podía ser cierto.
Llevaba ya un minuto jalandose el cabello cuando contó hasta diez y se dijo a si mismo "respira", entonces se recompuso y comenzó a caminar hacia una zona más circulada para preguntar por su hotel.
Llegó a un mercado con figuras de animales extraños, muy coloridos y extravagantes, algunos eran pequeños y lindos, otros eran más grandes y grotescos. Estaba tan maravillado con tantos colores que solo dejo de observar hasta que casi choca con un joven enfrente suyo, por impulso estuvo a punto de pedir disculpas, pero se detuvo y la persona no lo notó hasta que Hiro tocó tímidamente su hombro.
-Disculpe- el músico volteó
-¿Sabe dónde está el hotel "Tenoshitalan"?-
El extranjero se mordió el labio nerviosamente después de pronunciar el difícil nombre, mientras que observaba a un pasmado Miguel que no dejaba de observarlo.
Era un güerito de ojos algo rasgados, cabello desordenado labios bonitos con el corazón en la parte superior bien marcado, cuerpo delgado, y con los dos dientes de en frente ligeramente separados.
Miguel dice que fue amor a primera vista.
-¿Tenoshitalan?-
No tenía ni puta idea de donde estaba ese hotel y con la pronunciación del de ojos rasgados peor.
-¿Me dejas ver?-
Antes de siquiera recibir respuesta se acercó al celular de Hiro, sorprendiendo al de menor estatura por la violación a su espacio personal.
-¡Ah! Tenochtitlan-
Miguel seguía sin tener la menor idea de donde estaba eso.
-¡Claro! Ven, sígueme-
Se posicionó en frente del menor y caminaron por el pequeño mercado de artesanías.
A Hiro le encantaba todo lo que veía a su alrededor, era muy colorido y extrañamente hermoso, sus ojos chocolate estaban abiertos de par en par observado alebriges, muñecas de trapo, juguetes de madera y arboles de cerámica grandes en los que se leía "Árbol de la vida".
Mientras que el moreno estaba buscando discretamente la dirección del hotel en Google Maps volteó para explicarle al muchacho y sonrió instintivamente al ver la "oh" que se formaba en su boca.
-En la antigüedad esos árboles se utilizaban para enseñar religión a los indígenas, luego fueron regalos para las parejas recién casadas- miró al chico al decir lo último, con unos ojos juguetones que daban a entender otra cosa. Hiro no entendió.
Salieron del mercado y Miguel se colocó a lado del muchachito.
-Y... ¿Qué te trae a mi hermoso México?-
-Pues... Mi robot esta concursando en robótica, en el Instituto Politécnico Nacional-
-¡Además de lindo inteligente!-
Sus mejillas se colorearon ligeramente de rojo y el americo-japones se rascó la nuca.
-Bueno, realmente no es mi robot... El concepto fue de mi hermano mayor. Mi amiga Honey y yo lo perfeccionamos.-
-No te quites el crédito-
El de piel blanquecina sonrió.
-Yo tampoco soy de aquí ¿Sabes?-
-¿Ah no?-
-Bueno, soy mexicano pero no de la Ciudad de México. ¡Yo vengo de santa Cecilia! El pueblito más bonito que alguna vez has visto.-
El muchacho comenzó a contarle acerca de su familia, de su perro e incluso todo lo que tuvo que pasar para que al fin pudiera lograr su sueño de ser músico. Aunque en realidad Hiro nunca le hubiese preguntado...
-¿A ti te gusta la música?-
-Si, escuchó One ok Rock y...-
Se vio interrumpido por el otro que negaba con la cabeza.
-No me refiero a ese tipo de música, que no está mal, pero yo quería decir música clásica, ranchera, mexicana...-
El güerito negó con la cabeza.
¿Cómo esperaba que hubiese escuchado música mexicana alguna vez si venía de San Fransokyo?
-Pues... Estás invitado al cocierto que daré en la plaza dentro de un mes, yo invito. Serás mi invitado especial-
Antes de que pudiera negarse ante el ofrecimiento de los boletos Miguel anunció que ya habían llegado al hotel y tras casi 20 minutos de miradas coquetas consiguió el número de Hiro que negaba con la cabeza riéndose de la actitud del mexicano.
-¡Nos veremos pronto cosa linda!-
Hiro se despidió confuso ante todo lo que había pasado aquel día, pero también, con una sonrisa en el rostro.
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Hola.
No sé que estoy haciendo de mi vida jajaja...
El prólogo siente que me quedó algo flojo :/ pero espero que les haya gustado.
Los capítulos van a ser un poco más largos sólo este es muuuuy corto porque es solo una introducción (?).
Bueno ya dejo de parlotear Celaena fuera xp