Summer in Tennesse «l.s»

By macirevenecia

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El director de la prestigiosa empresa "Alth Tomlinson" a través de la receta médica de su psicóloga personal... More

Explicaciones/modific.
Prólogo
PRIMERA PARTE: AL SUR
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
SEGUNDA PARTE: FAMILIA
Capítulo 16
cancelada
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
TERCERA PARTE: A LA CIUDAD
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41. (penúltimo)
Capítulo 42. (final)
Epilogo
Aviso

Capítulo 14

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By macirevenecia

Hooola. Os amooo. 

1/2 

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Capítulo catórce

"Mi historia entre tus dedos"


-Pueden parecer vánales mis instintos naturales— (M.E.T.D cover)



Deja de llorar... —susurró, Louis mientras su rostro se escondía en el hueco del cuello de Harry produciendo al fin sonrisa en el rostro oponente—

—¿Estás... bien? –preguntó, el ojiverde mientras que con sus manos alzaba el rostro de Louis, quién le miraba de una manera extraña, casi como si estuviese adormilado—

—Y claro, ¡claro! ¿Dónde está la fiesta? –preguntaba, Louis mientras soltaba una carcajada y se aferraba más al cuerpo de Harry— Mira yo no sé quizás te estás aprovechando de la situación, pero ¡PERO! Quiero dejar en claro que... no estoy consciente de mis actos... –decía, Louis mientras sonreía patéticamente y daba pequeños besos en el cuello mojado de Harry. El ojiverde extrañado por la aparente actitud de su primo lo apartó de la llave de la ducha—

—¿Alguna vez te has emborrachado, Lou? –consultó, Harry mientras intentaba secar el rostro mojado de Louis. Este le miraba con una sonrisa enorme y ojos pequeños—

—Si, en la fiesta del cumple años de Li, tú estabas ahí, no seas ganso... –contestaba, mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello de Harry. Este le tomo por la cintura y le miraba con preocupación—

—No sé de qué me estás hablando, pero ya se cual fue tu enfermedad, vamos a salir de aquí y te tomarás un plato de sopa de espárragos, dios, estas con la resaca que te pego mal... –explicaba, Harry mientras sacaba una toalla que estaba colgada cerca de la ducha. Louis seguía colgado del cuello del ojiverde sonriendo estúpidamente—

—Quedémonos más aquí... los dos solitos... –pedía inocentemente, Harry le miró, dios mío, pensó, no pudo evitar morderse el labio inferior Louis estaba prácticamente tirándosele en bandeja—

—Louis, vamos a salir de aquí, ya estas mejor... –decía, Harry para sacar en sus brazos a Louis del baño para sentarlo en el tocador.

No había sido difícil tomarlo en sus brazos y alzarlo cuán nene fuese. El chico estaba ahí como si fuera un adolescente de quince años, caprichoso.

—Estas siendo muy horrible conmigo, considerando cuanto es lo que me gustas... –susurraba, Louis tomando los risos húmedos de Harry mientras este le secaba los pies con una toalla— Li estaba molesto conmigo porque te invité, pero yo le dije que solo quería comerte... –Louis se mordió su labio inferior. Harry le miro desde abajo dios dame la fuerza pensó Harry—

—Sí, y ¿"Li" te advirtió que tú no deberías beber tanto? ¿No? –seguía, el juego Harry con la demencia de Louis, siguió secando el cuerpo del ojiazul hasta llegar a ciertas partes—

—No, me dijo algo sobre que tú eras la autoridad, ya sabes, el maestro... y que probablemente me suspenderías de tus clases... –confesaba, Louis soltando una carcajada. Harry le miró mudo, si una leyenda sureña era cierta es que 'los borrachito, los ancianos y los niños siempre, a pesar de todo decían la verdad"—

—No soy tú maestro ¿de qué estás hablando, Louis? –soltó, Harry preocupado y el ojiazul le miró para rodear sus brazos desnudos nuevamente por el cuello del ojiverde—

—Ya, lo sé, estoy actuando mal... pero en mi defensa debo decir, que me guiñó antes el ojo la semana pasada y le vi mirándome el culo... ¡no sea negador, eh! –articuló, Louis para acercar sus labios a los de Harry y este giró su rostro permitiendo así que Louis estrellara sus labios en su mejilla—

—Dejaré la toalla aquí para que te seques tu intimidad, estaré afuera... –respondió Harry serio. Dejó la toalla en las manos de Louis quién le miraba agonizante—

—Profesor... –susurraba, Louis con ojos de tristeza— No se vaya...

—Sécate, te espero a fuera. –Harry con un extraño malestar en su corazón salió del cuarto de baño. Fuera estaba Michelle esperándole con impaciencia—

—¿Y? ¿Cómo esta? ¿Reaccionó? –Preguntó la peliroja—

—Está bien, ha reaccionado... –Harry respondió mirando en dirección a la escalera— Su problema no es la fiebre o algún virus sureño... –explicaba el ojiverde y Michelle le quedó mirando sin comprender—

—El chico deliraba Harry, además se convulsionaba como... tu padre... –decía la peliroja—

—Sí, pero... es solo porque no vive del alcohol y supongo que ayer bebió lo suficiente como para... ya sabes, arder su cabeza... –Michelle alzó una de sus cejas—

—Bueno, si... bebió mucho ponche... anoche pero... no lo sé, no creo que ello sea lo que le causo esto...

—El no está acostumbrado al desorden, la parranda ni nada de eso, es más según lo que he estado escuchando, es que su último desorden fue en una fiesta... de un amiguito, no lo sé, entre otras cosas preocupantes, pero fuera de eso está bien... –Con estas palabras el ojiverde tranquilizo a Michelle, iba a decir una cosa más cuando Louis salió del cuarto de baño, con unos bóxer y una camisa de algodón. Michelle le sonrió alegrada de ver su estado 'normal'.

Pero todo cambió cuando en un impulso poco lógico 'racional' Louis se acercó a Harry colgándose de su cuello, muy sonriente.

—¿Qué tanto hablan el parcito? ¿No me estas poniendo los cuernos con esta, no? –preguntó, Louis mientras besaba la mejilla de Harry, quién no tardo en sonrojarse. Michelle no pudo evitar soltar una carcajada—

—Okay, creo que las cosas no están al cien... de todas maneras, iré a decir a la abuela que todo está bajo control... –pronunció, Michelle—

—Sí y por favor dile que prepare una sopa de espárrago creo que con eso Louis quedará a la perfección... –sugería, Harry y Michelle asintió para luego mirar divertida a Louis quién seguía perdido en los rulos de el ojiverde—

—Bien, me iré a decir a la abuela, nos estamos viendo... —decía la peliroja para partir—

—¿Por qué la abuela de ella está en nuestra casa? ¿Viene de vacaciones? –preguntó, Louis y Harry sonrió. Si quizás Louis estaba noqueado por su tomadera y probablemente el estrés que cargaba, pero esta actitud estaba derritiendo a Harry, rotundamente—

—Sí, están de vacaciones, vamos a la cama... –articuló, Harry mientras envolvía en sus brazos de Louis y subían juntos las escaleras—

—¿Y así me lo dices? ¡Que poco romántico! –Louis increpaba y Harry no evitó soltar una carcajada y rodear sus ojos. Cuando llegaron al cuarto, el ojiazul saltó a su cama miró con bellos ojos a Harry incitándole a que sucediera cualquier cosa— ¿No vienes? –preguntó—

—Voy a esperar a que te tomes la sopa, luego me ganaré junto a ti... –Harry, respondió manteniendo su estúpida sonrisa en su rostro—

—¿No quieres que me tome otra cosita? –preguntó, alzando una de sus cejas delineadas—

—Estas terrible, eh... –articuló, Harry mientras caminaba en dirección a la pequeña ventana circular de Louis y la abrió—

—Mamá me dijo eso también... dice que soy un enfermo... porque me gustas... –mencionó, el ojiazul cabís bajo. Harry volteó rápidamente para mirarle, no se esperaba esto, tampoco se esperaba que Louis se pusiera a llorar desconsoladamente, no podía verle así, caminó en dirección a la cama del ojiazul y se sentó allí, le envolvió en sus brazos y este lloró en su pecho— Ella no sabe... no sabe nada...

—Tranquilo... –susurraba Harry— Louis... ¿quién soy yo? –preguntó con temor a la respuesta, el ojiverde. Louis alzó sus zafiros ojos empapados en lágrimas en dirección a él y le respondió—

—Eres Max mi maestro... –decía— Pero eso no importa... ¿verdad?

Harry desearía que eso no importara, desearía que esto fuera una mentira, desearía que no le doliera escuchar algo así, esta confesión y todo lo demás que Louis le había dicho demostraba muchas cosas y explicaba montón de ellas, sintió como las frías manos del ojiazul rosaban sus labios y no pudo evitar estremecerse.

—Louis, yo no soy... –la puerta de la habitación se abrió, era Liss quién traía la sopa para Louis. Harry se apartó de Louis y se puso de pie de inmediatamente—

—Bien, aquí traje una sopa perfecta para la resaca, espero que con esto te repongas cariño, de verdad nos has hecho pasar un susto de muerte... –decía, la anciana mientras dejaba las cosas en el velador, miró a su nieto y le acaricio la mejilla— Definitivamente es la resaca porque tus ojos rojos por lo bajo... no pueden mentir—

—¿Max? –preguntó, Louis mirando a Harry y este se mordió el labio inferior—

—¿Qué Max?, este es tu primo Harry, cabeza... –corregía la anciana— Bueno, bueno, iré a darle la merienda a tus demás primos, nos has dado un susto de muerte mi vida, volveré más a la noche para verte...

—No se preocupe abuela, yo me quedaré con el.. –Se anteponía Harry—

—Bueno, pero debes bajar a comer algo cariño no has comido nada... –articulaba Liss mientras besaba la frente de Louis y luego la de Harry— Los estaré viendo y los demás vendrán a ver si necesitan algo, les amo... –pronunció, la anciana para luego salir de la habitación. Harry miró durante unos segundos a Louis, este solo miraba el plato de sopa verde—

—Es muy buena tu abuela Harry... –decía Louis temeroso, Harry tenía un pequeño dilema en estos momentos, al parecer Louis ya no le veía como el tal 'Max' pero tampoco reconocía que eran primos—

—Lo sé, es la mejor... –Harry respondió alegre—

—Buena y todo pero, vale, yo no como este tipo de cosas, lo siento... –articulaba, el ojiazul mientras se recostaba en la cama— además ¿Qué es este pijama? ¿Dónde está mi pijama? –preguntaba—

—Esta mojado, por eso estas así, ahora come la sopa para que recuperes fuerzas... –pedía Harry—

—¡Que no!, se ve horrible... –chillaba, Louis caprichosamente—

—Bueno, entonces no tiene caso que siga aquí si ya estas mejorando. –Decía entonces Harry, para luego fingir que se marcharía—

—No, no ¡espera! –Exclamó Louis y Harry sonrió de lado—

—¿Si, Lou? –preguntó el ojiverde inocentemente—

—Si me comeré esta sopa, pero... puedes... ¿quedarte? –Louis, preguntó casi con un hilo de voz. Harry pudo apreciar como sus mejillas se sonrojaban y deseo besarle como un loco en ese preciso momento—

—Claro que me quedaré... –decía, Harry mientras caminaba a la cama— Bueno, comer la sopa entonces...

—Bien, supongo que eso haré. –A regaña dientes, Louis se sentó de manera recta en la cama mientras Harry tomaba el plato entre sus manos, lo sostuvo mientras el ojizafiro comía cucharada por cucharada, fueron arduos minutos de silencio, solo se podía escuchar el sonido del contacto de cuchara-plato o de la garganta de Louis. Tal vez el corazón acelerado de Harry más su respiración profunda, luego de unos minutos, el plato estaba vacío y Louis recostado en su cama transpirando de calor—

—Uff la sopa me hizo acalorar... –reconocía el ojiazul—

—Lo sabía, por eso abrí la ventana... –Harry, decía mientras dejaba el plato en el velador—

—¿No vas a irte ahora, verdad? –preguntaba inocente el cabellos plumas. Harry pareció incluso escuchar la melodía de 'The Scientist' en su cabeza y no evitó sonreír—

—No, me quedaré contigo, ahora y siempre que lo desees –Louis sonrió ampliamente mientras se tapaba hasta sus labios con las sabanas. Harry tomó asiento en la orilla de la cama, pero el ojiazul negó con la intención de que el pelirulos se acostara junto a él, si, ellos parecían la cosa más adorable del mundo— ¿Listo para apagar la luz? –preguntó, Harry en voz baja mientras Louis colocaba su rostro en el pecho del ojiverde—

—Si... –respondió con un hilo de voz—

—Muy bien, hasta mañana Lou... –articuló besando la frente del ojiazul y este se estremeció ante el contacto—

—Hasta mañana... Harry.

No vamos a entrar en muchos detalles, porque Harry se quedó mirando las estrellas durante la noche; esas que se veían por el pequeño círculo de ventana que Louis tenía. El ojiazul cerró sus ojos, pero antes de que eso sucediera su mente se había re afirmado de tal manera que sus últimas tres palabras fueron con completa conciencia.

Para Harry la noche fue eterna, llena de pensamientos, llena de preguntas con respuestas y sobre todo completa de Louis, porque él no había vivido una cosa tan hermosa como dormir en los brazos de otra persona, la respiración pausada de Louis golpeando sobre su cuello, las piernas del ojiazul rosando las suyas, los pequeños manotazos poco controlables, las movidas pequeñas del cuerpo cálido a su lado incluso los insignificante ronquidos del ojizafiro le hicieron confirmarse mentalmente que de este hombre estaba completamente enamorado, posiblemente era un error, Louis tenía su vida armada y posiblemente Louis jamás le preferiría a él, pero ese era Louis, y él era otra cosa.





El gallo cantó como jamás lo había hecho antes, Louis lo pudo sentir, se removió en su lugar sintiendo el fuerte dolor muscular y un dolor en su garganta, tosió un poco y posteriormente abrió sus ojos quedando ciego por el rayo de luz que entraba por su ventana circular, cuando su vista poco después se acomodó a la claridad de la 'mañana' miró hacia su lado, había un gran espacio vacío, sin rastros de que alguien hubiera estado allí, salvo el olor que no se había movido hacia ninguna parte. Louis no pudo evitar oler el lado derecho de su almohada, recordaba que Harry estuvo con él allí y le abrazó, su corazón debatía si era lo correcto o no, pero no cuestiono nada más que su plena felicidad. Se sentó en su cama y de su puerta surgieron un par de golpecitos.

—Adelante... –pronunció Louis con voz débil, sus ojos miraron con expectación hacia la puerta y cuando esta se abrió, dio paso a la presencia de su prima peliroja, quién le miró con mucho cariño, en sus manos traía un pequeño desayuno: jugo de naranja, panecillos dulces junto a un té de hierba, lo más probable

—¿Cómo amaneciste, Louis? –Preguntó la muchacha mientras dejaba la bandeja junto a la cama del ojizafiro—

—Me duele el cuerpo un poco, la cabeza y la garganta –respondió Louis con una leve sonrisa— Gracias... por el desayuno... no debiste...

—Nada de eso, ya son las doce y la abuela me dijo que aunque fuera las una de la tarde no olvidara traerte el desayuno, pensé que estarías despierto ya... así que subí y veo que no falle, eh! –Michelle, decía soltando una leve carcajada. Louis la acompaño con una sonrisa dulce y se dispuso a comer todo lo que su amada prima le había traído—

—¿Dónde está la abuela? –preguntó, Louis mientras bebía de su jugo—

—Fue al pueblo, ayer había ido con la tía Sara y las nenas pero como te enfermaste, no compraron nada... –explicaba ella sonriendo amable— ¿esta bueno el jugo?

—Sí, muchas gracias... –atendió— La verdad es que no recuerdo nada... –confesó Louis sintiendo un poco de vergüenza— ¿Me puse muy... uh... mal?

—Bueno, creímos que te había dado la enfermedad del tío Robert... –soltó Michelle y Louis abrió grandemente sus ojos— Pero luego pensamos en que era imposible, ya que tú nunca has ido a la casa del tío y... no era lógico que el virus anduviera por Tennesse ya que el tío Robert no sale y Harry está vacunado. –mencionó, la chica—

—Si... Harry... está vacunado –reiteró Louis mientras comía de su panecillo—

—Harry estaba muy preocupado por ti... ayer. –articuló la peliroja y Louis se sintió un tanto incomodo—

—No... lo sé. –Si lo sabía, sabía que Harry había dormido junto a él, de eso estaba cien por ciento seguro—

—Louis... ¿Qué hablaste con el ante noche? –preguntó, sin más Michelle—

—Nada. –Contestó, duro—

—No parecía como si no hubieran hablado nada, para empezar, Harry enloqueció cuando supo que estabas enfermo, me dijo que no podía vivir sin ti y tú luego de que te metiera a la ducha prácticamente desnudo, saliste anunciando su noviazgo.

—Espera, ¿Qué? –Louis casi se atoro con la comida— ¿De que estás hablando? ¡Es una broma!

—No, nada de bromas, Louis, ¿Qué es esto? Ya tienes casi treinta, ¿Por qué no asumes que te pasan cosas con él? ¿Es necesario verte delirando para que lo digas? –Cuestionó la muchacha—

—Escúchame Michelle, estoy cosido ¿sabes? No recuerdo nada, lo único que se, es que tengo una vida ya lista, tengo una esposa, una empresa y Harry es mi primo y probablemente las cosas se fueron... enredando, pero... ya está. –Louis no sabía ni que decir— No me critiques, es así como las cosas deben ser.

—No te critico Lou, está bien... –decía ella mirando con paciencia a su primo— Solo que deberías reconsiderar el hecho de que Harry ayer casi murió por ti, quizás tu linda esposa no abría actuado de esa manera, no la conozco pero ayer me tocó hablar con ella por teléfono, ni siquiera fue capaz de preguntarme si estabas vivo, salvo de si lo que tenías era contagioso... –decía ella inclinando sus hombros— Y me mencionó algo sobre un reporte a su psicóloga, que no lo olvidaras. –la peliroja miro los ojos cabís bajos de su primo— Se que es duro Lou, pero debes afrontar lo que te sucede y verás que una vez que lo admitas, te sentirás mejor y de lo demás, bueno ¡cuerno! Estoy para apoyaros. –consolaba la chica y Louis le sonrió amable. La chica le besó la frente para luego tomar la bandeja y llevársela.

Louis pensó en cada palabra que Michelle le había dicho, debía ordenarse él primero antes que nada. Tomó su celular que místicamente volvía a tener señal y marcó a Leonor, casi un minuto de intentos hasta que le atendió.

—¿Bueno? –Chillo, desde el otro lado de la línea—

—¿Leo? Soy Louis... –pronunció el ojiazul mientras se sentaba en su cama colocando sus pies en el piso de madera de su habitación—

—¡Louis! ¡Cariño!, ayer hablé con una de tus primas, me dijo que estabas mal... dios mío ¿Qué fue lo que te sucedió, honey? ¿Te hizo mal el desequilibrio de tu dieta vegetariana? –preguntó, Leonor y Louis sonrió, si, su esposa era una completa idiota

—No, solo me dio... eh... una especie de gripe pero ya estoy mejor. –contestó, Louis—

—¡Me alegro, porque no quiero que te vengas a Londres congestionado para atacarnos con tus virus sureños! ¡JA, JA,JA! –carcajeaba, Leonor desde el otro lado de la línea, Louis rodeó sus ojos—

—Sí, yo realmente no sé cuando regrese... –se refería Louis—

—Solo eran dos semanas, ya solo quedan seis días para que te regreses, te extraño bobo... –decía ella con voz dulce—

—Si... yo, tengo que arreglar unos asuntos... –explicaba Louis pensativo—

—Hablando de asuntos, la doctora Cherry me mando a decir que no olvides tu reporte, mencionó algo sobre el objetivo del proyecto, i dont know a lo que se refería, pero, venga, ¿cielo? Debo cortar, voy manejando, te amo muchísimo y please, regresa pronto, un beso, adiós, Adiós. –No fue más, Leonor cortó. Louis soltó un suspiro, debía hacer dos cosas y de eso estaba seguro. La primera, debía enviar el reporte a la doctora Cherry, la segunda... Debía hablar seriamente con su primo Harry.

Louis no tardo más tiempo, se levantó un poco molesto por haber dormido así, con bóxer y esa camisa de algodón, el amaba dormir con su pijama de seda, tomó una tenida de ropa y se fue hasta la ducha a darse un baño, el agua barrió su cansado cuerpo y le despertó, se enjuago el cuerpo, y colocó shampo en su pelo, luego terminó por cepillarse sus dientes y salió del baño, llegó a la cocina, ahí estaba Jackson y Zack jugando a las cartas.

—¡Hey! ¡Louis, que alegría me da verte la cara, primo! –decía Zack alegre y Louis sonrió adorablemente—

—Gracias, en general lo digo... no quería causar molestias... –articulaba el ojiazul para ir en dirección a la mesa.

—No es nada, primo, estábamos preocupados... –se agregaba el rubio mientras lanzaba una de sus cartas— sobre todo Harry... el pobre no te soltó en toda la tarde y en la noche te cuido, fue un cuadro conmovedor...

—¡Esa es familia, joder! –exclamaba, Zack mientras sonreía y lanzaba su carta— ¡Un AS adiós pequeño perdedor! –se alegraba por haber ganado la partida. Niall tiraba las cartas a la mesa—

—Es cosa de tener el ritmo, ya lo tendré... –Louis sonrió, sus primos eran encantadores, claro... unos más que otros ya sabemos

—Buen, bueno, uno se aburre mirando mucho, iré a buscar a mi hijo... ya he estado mucho tiempo sin él...

—¡Y lo que lloras tanto eh! –bromeaba, Zack—

—Jodete. –Escupió el joven con una sonrisa—

—Bueno, no se peleen, la vida debe continuar.., –tranquilizaba el rubio—

—Y eh.,. ¿han visto al primo Harry? –preguntó el ojiazul no evitando sonrojarse—

—No, en la mañana se marchó temprano a dejarle unos quesos a su padre, ya que Zack se fue a ver el asunto de las ovejas... y yo me quedé dormidito... –contaba el ojiceleste mientras se ponía de pie— Voy a ir a darme un chapuzón al tanque, llevaré a Petter, ¿alguno de ustedes va? –preguntó—

—Yo no puedo, tengo trabajo... –respondía, Zack ordenando las cartas— ¿Vas tu riquillo? –Preguntó en dirección a Louis—

—Oh no, no iré... debo hacer un par de cosas... –contestaba— los veo luego entonces... Ah, antes que lo olvide, ¿Zack, como funciona el sistema de cartas aquí? –preguntó—

—Como en todo lugar, escribes la carta y vas al pueblo y la depositas en el correo.

—Oh, bien, muchas gracias... me voy entonces, nos vemos...

—¡Nos vemos! –respondieron—

Para el ojiazul el tiempo era oro, así que reunió los implementos necesarios para posteriormente subir a su cuarto, se sentó en su cama, mirando el cielo azul, muy azul que brillaba en Tennesse aquel día, entre sus manos el papel y el bolígrafo se encargaron de transmitir las palabras verdaderas.

'Doctora Cherry.

Me he enterado de que necesita mi reporte sobre mis observaciones aquí en Tennesse. No sé realmente que espera en él, pero... aquí vamos, llevo ocho días completos aquí y siento una inmensa felicidad, al principio extrañaba mi independencia pero con cosas pequeñas aprendí que la alegría es algo gratis, la abuela quería que aprendiera a ser un hombrecito humilde, así que técnicamente me obligó a usar ropa vieja de mi primo Zack, que por cierto, está muy grande, y es una persona encantadora, están Cler, Jade y Jackson, son mis primos, no los alcancé a conocer la última vez que estuve aquí pero ahora que se quienes son, debo decir que la tía Sara y el tío Ted han hecho un grandioso trabajo en la crianza de sus hijos, por otro el trabajo esforzado siempre trae recompensa y la satisfacción de sentirse útil. Las gallinas no son malas y los caballos son amigos; repentinamente llegaron mis primos más viejo, Niall y Michelle, a Mich fue la primera que reconocí y debo decir que sigue igual, tiene un hijo, al que llama Petter y adora a su tío Niall, por otra parte también están el tío Robert y... Harry. Nunca le había visto antes, caso tal parecido al de Jade, Cler y Jackson, pero la diferencia es que con ellos siento una química familiar, no lo sé, algo fraternal, pero en cambio con Harry... es difícil de explicar, sé que estoy casado, sé que tengo una vida ya, doctora, me enviaste para encontrarme con mi 'yo' interior, y he encontrado dos cosas de mí que probablemente había olvidado o no quería decirlo: la primera, es que mi aparente 'gusto' por los hombres no ha acabado y la segunda, es que definitivamente, mirando fijamente sin miedo alguno los ojos de Harry, descubrí cual era mi color favorito, y es totalmente el color, verde. Saludos desde Tennesse, este es mi reporte y sobre la licencia de regreso a casa, no lo sé, pensaré si quiero regresar. Un abrazo y gracias, hada madrina.'

—Bien, no tengo más que agregar... –confesaba, Louis mirando su vida entre líneas, no quería ser más especifico, quizás debería ser especifico con Harry, no, Louis no era bipolar, lo que sucedía con él era su trauma de juventud, que aún le perseguía, admitir que le pasaban cosas con Harry era una gran paso y no dudaría en enfrentarlo a pesar del káiser que podría acontecerle.

—¿Louis? –Decía una voz femenina del otro lado de la puerta—

—Adelante... –contestó el ojiazul mientras ordenaba la carta— ¡Hey! –decía—

—¿Cómo estas primo? –Preguntó Jade con una sonrisa—

—Bien, ¿no estabas con la abuela? –Louis preguntó—

—Sí pero ya hemos regresado, Zack me mencionó que... querías ir al correo...

—Oh sí, quiero llevar esto... –mostraba Louis el sobre—

—Bueno yo regresaré al pueblo a comprar unas cosas que le faltaron a la abuela, si quieres puedo pasar a dejarlo... –se ofrecía ella. Louis no iba a dudar de su prima en absoluto, si había una diferencia entre la gente del sur y la de ciudad, era la honestidad

—Te lo agradecería mucho... –articulaba Louis— Aquí está mi historia escrita entre mis dedos.

—No te preocupes, llegará sana y salva. –Prometía la morocha— La condición sin embargo, es que le eches un ojito a Cler, ya que la abuela y mi madre están preparando el almuerzo...

—Sí, si no te preocupes, yo la cuidaré.

—¡Gracias!, entonces, llevaré tu carta, nos vemos... –decía ella—

—Nos vemos, yo cuidaré de Cler.

La morocha se llevó el reporte de Louis hasta el correo. Louis sonrió sentía como su cuerpo se relajaba, las cosas de a poco podía ir tranquilizándose.

Minutos después bajó las escaleras, en la cocina estaban su abuela y la tía Sara, Cler pintaba su cuaderno sobre la mesa.

—No lo creo... –decía Sara— Lo vi en la fiesta y está muy guapo mi chiquillo, debería ya buscar algo...

—Es lo que todos le hemos dicho Sara, incluso Zack y Ted le han estado buscando noviecita... –respondía Liss—

—¿A quién le buscan noviecita? –Se incorporaba Louis, mientras se sentaba en la mesa y ayudaba a pintar a Cler—

—A Harry, el condenando aún está sin una novia, y ya tiene veinte seis... –pronunciaba Sara preocupada. Louis posó sus ojos sobre ella, Harry no necesitaba una novia, era gay

—Ah... –soltó el ojiazul— Quizás no es el momento...

—¡Si lo es!, Jade ya tiene un noviecito, Zack está en trámite, Michelle está casada, Niall no lo sabemos, Jackson es padre, ¡y mírate tú, casado! ¿Ya para cuando los críos? –preguntaba, Sara y Louis casi se atora con su propia saliva—

—Oh, no, yo... realmente... –Louis quería decir que definitivamente no lo pensaba—

—¡Todos están bien, es el sueño cumplido de Liss, tu casado, y exitoso, Harry podría hacer lo mismo, dedicarse firme al ganado, ganar dinero, encontrarse una campesina buena, hacendosa, buena esposa, bella y encantadora ¿no es así Liss? –decía Sara y Liss asintió alegre, mientras que Louis se debatía en vomitar o no—

—No es algo de lo que me preocupe sin embargo... estoy preparando un almuerzo mágico y he invitado a la familia Dolcan, ya sabes, la señora Thara, Don Hermes y sus bellas hijas Nora y Moly... –contaba la anciana con picardía, Sara soltó una carcajada—

—Moly no es tan linda... –opinaba la menor y Louis sintió su cólera relajarse—

—Moly no, pero Nora, es maravillosa, la nieta que siempre soñé. –comentó, Liss—

Cler soltó un alegato sobre que ella era la mujer perfecta de nieta y todos rieron, todos no, en realidad, Louis estaba con un sentimiento terrible, estaba luchando contra su culpabilidad, pero las probabilidades de vivir una aventura con Harry cada vez eran más lejanas, ¿cuánta probabilidad tenía el en ventaja de la tal Nora?, tenía un buen trasero y una polla que ya habían sido descubiertas por Harry, pero no había competencia con la moral familiar.

Louis estaba jodido y esa era su historia.

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anclas.

macire.

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