– ¡Oh vamos chicos! Ustedes no quieren pelear – Fue lo primero que dije, mientras me ponía en medio de los dos hombres fornidos. Mis pequeñas manos se posaron en sus trabajados abdómenes. Una en cada uno. Mire a Christopher quien miraba al chico, con demasiada rabia. Incluso daba miedo.
– Linda muévete ¿Si? No quiero que una chica, tan sexy como tú salga herida.
– ¡Mierda! ¡Cállate! – Gritó Christopher, y después le tiro un golpe en la boca. Hizo que este derramara sangre. Lo miré con los ojos bien abiertos, y la gente comenzaba a acumularse en el pasillo.
– ¿Que mierda te pasa ? ¡Christopher, mira lo que hiciste! – Me arrodillé al piso, y tomé la cabeza del chico entre mis manos. La sangre salía de su boca, y sus ojos hachaban chispas. – ¡Y ustedes que ven, par de idiotas! ¡Muévanse! ¡Esto no es un puto circo! – Grité enfurecida, y regresé mi mirada hacía el chico.
– Soy Eithan – Dijo sonriendo. Me sacó una sonrisa. Decir su nombre, cuando sangraba. Se llevaba un gran aplauso. Lo ayude a levantarse.
– No me vuelvas a hablar, eres un idiota. ¿Qué pasa por tu mente? – Le grité a Christopher, dedicándole una mirada furiosa. Christopher levanto sus manos, como si dijera "¿Y yo que hice?". Tomé la chaqueta de Eithan, luego tomé su mano.
*
– ¡Oh! ¡Arde! – Se quejó Eithan, mientras lo limpiaba con el algodón.
– Se que arde, pero debo hacerlo – Seguí limpiando su labio inferior, y fue imposible no mirarlos e imaginar besarlos ¡Si, eran irresistibles!.
– No me has dicho tu nombre.
– ____ Brooks – Sonreí y el hizo lo mismo, pero se quejó al sonreír. Lo cual me hizo reír.
– ¿Porque no me dejaste defenderme?.
– La violencia no es buena – ¡Claro ____! Lo dices cuando hubo momentos, en los que quisiste matar a Christopher Vélez.
– Como sea. No debí quedarme así, debí defenderme.
– Todo fue su culpa – Murmuré.
– No, fue la mía. Yo empecé con las idioteces.
– Ambos tuvieron la culpa. Tu por decir esas palabras y el por dejarse llevar.
– Se ve que te quiere.
– ¿Que? – Lo miré y presioné el algodón contra su labio, haciendo que gimiera de dolor – ¡Lo siento!.
– ¿Tu sientes algo por el?.
– ¡No! – Negué, al igual que con mi cabeza.
– Entonces – Retiró el algodón y lo tiró, me tomó de la cintura, atrapándome entre sus piernas, ya que el estaba sentado y yo estaba de pie frente a el. Lo miré algo aterrada – No se molestará por hacer esto – Y juntó nuestros labios.
Tenía mis ojos bien abiertos, y mis labios no se movían. No podía asimilar bien lo que estaba pasando. Eithan gruñó ante lo tensa que estaba. Solté un suspiro y cerré mis ojos. Estaba mal, no lo conocía. Y me vería demasiado dejada, pero ¡Dios! Esos labios estaban hechos una delicia.
Un golpe interrumpió el beso, y me separé bruscamente de Eithan, miré hacía ala puerta y encontré a mi mejor amiga, junto a Zabdiel.
– ¡Lo sentimos! – Interrumpió Dany, con los ojos bien abiertos – Te veo en clase ____.
– Bi...Bien – Dany aún asombrada miró a Zabdiel quien estaba pálido. Luego le dio un golpe en el brazo, sacándolo de su shock y se lo llevó. Segundos después volvimos a estar solos.
– ____ lo, lo siento, yo...
– ¡Quieto! – Dije alejándome de Eithan, quien se había levantado . Me llevé la mano a mi frente y traté de analizarlo. Luego estornudé – ¿Porque lo hiciste? ¡No te conozco y no soy una cualquiera! Es por que estas bueno ¡Si no ya te hubiera dado una cachetada! – Eithan río.
– Lo lamento, es que fue...Fue inevitable, tener esos labios tan cerca y no poder – Volvió a acercarse a mi y por ende retrocedí, hasta chocar contra la pared – Besarlos.
– ¡Basta, Eithan! ¡Te aprovechas de mi ayuda! Estoy aquí para ayudarte a sanar tu labio, y...y tu, tu ¡Me besas sin si quiera llevar un día de conocernos!.
– Perdón ____. Se que apenas nos conocemos, pero ¡Dios! Eres muy bella.
– Y tu un total Hijo de Puta ¿Sólo por que soy bella, vendrás a besarme? Quizás todas se te resbalen, pero yo no soy así ¡A mi me respetas, o me respetas! – Fruncí el ceño, y él asintió con la vista hacia abajo, cosa que me sorprendió. Yo esperaba que me tomara de las muñecas y me besara "No ____, el no es Christopher".
– Lo lamento, no volverá a suceder, no al menos hasta que tu quieras – Me sonrió – Y gracias por ayudarme, creo que pronto mejorara. Nos vemos linda – Me guiño el ojo y salió de la enfermería sonriendo. Me sorprendí aún mas, negué con la cabeza y me dispuse a salir yo también.
**
El aclamado descanso había llegado, después de salir de la enfermería no me había topado con Eithan ni con Christopher en los cambios de hora, y daba gracias por que fuera así. En cambio Dany me había llenado de preguntas, por lo que tuve que contestárselas una por una y detalladamente. Era lo único que aborrecía de mi amiga, lo habladora que era. A veces me preguntaba por que no se ganaba un lugar con las porristas. Serían el mejor grupo de chismes y rumores.
– ¿Que vas a comer tu, niña? – Preguntó Gaby, una de las ayudantes de la cafetería. Miré lo que había en el menú: Tacos , Pudín, Pastel, y Verduras. – Es Lunes de tacos, a ti te encantan los tacos niña – Me dijo Gaby – Si – Murmuré – Sólo que ahora, dame un palto de verduras, y una Coca light – Gaby me miró extrañada. Ya que siempre comía demasiados tacos los Lunes, y era raro. Ya que este dichoso Lunes no me apetecían para nada. Gaby me dio la comida en una charola negra de plástico. Suspiré y miré al frente. Luego vi la mano de Dany al aire, sonreí y camine directo a la mesa donde se encontraban ella y Zabdiel.
– ¿Y tus tacos ____? – Preguntó Zabdiel confundido.
– Debe ser por la gripa – Murmuró Dany a Zabdiel.
– ¿Y ustedes que? – Pregunté, y me percaté de que mi voz ya no estaba gangosa, ahora estaba ronca. – Oh Dios. No quiero estar afónica – Dije muy apenas.
– Pues lo estarás amiga y como que nosotros...
– ¡Si! – Los miré levantando una de mis cejas – ¿Son novios ahora? – Zabdiel y Dany se miraron.
– ¿Que? – Preguntaron al mismo tiempo, luego se miraron – ¡No! – Volvieron a hablar al unísono. Esta vez noté la cara de nerviosismo de mi amiga. Y la cara risueña de Zabdiel.
– ¿Y tu que tienes con Eithan? – Preguntó Zab.
– ¿¡Yo!? ¡Nada!.
– Y por eso se besan – Dijo Zabdiel burlón, lo fulminé con la mirada – ¿Saben? Christopher y el se estuvieron asesinando con la mirada en todas las clases.
– Hablando de eso ¿Y Christopher? – Pregunté, y los dos chicos se miraron sonriendo. Zabdiel levantó los hombros.
– No lo sé, desapareció de mi vista – Sonrió picarón – ¿Porque?
– ¡Por Nada! – Trate de elevar mi voz, lo cual no funcionó. Luego Dany miró hacía enfrente, algo asustada. Zabdiel igual lo hizo, pero nada asustado – ¿Que?
– _____ – Escuché su voz y casi escupo la Coca. No se veía nada feliz.
Me giré algo nerviosa y me encontré con su fulminante mirada – Levántate – Dijo y fruncí el ceño.
– ¿Que? – Lo enfrenté.
– Mierda – Murmuró – Hazlo por las buenas o lo trendé que hacer yo, ósea por las malas.
– ¿Que? – Volví a repetir, y Christopher giró sus ojos – No me vas a decir que es lo que tengo que hacer.
– ¡Mierda! – Gritó dando un puñetazo en la mesa y haciendo que todos los de la cafetería voltearan. Me estremecí – Si no lo harás tu, lo haré yo – Dicho esto , tomó mi brazo con fuerza y haciendo que me levantará de mi lugar.
– ¡Suéltame Imbécil! – Forcejé tratando de soltarme. Christopher me tomó de la cintura y me elevó hasta cargarme sobre su hombro, posando sus manos en mi trasero, dio una nalgada en este y comenzó a caminar conmigo en brazos. Mientras la gente que se encontraba en la cafetería nos veían sorprendidos.