Amanda POV'S
James vino a mi casa con pastelillos y con intenciones de saber cómo estuvieron mis vacaciones. No tiene sentido ocultarle nada, no tengo motivos del porqué, no es como si todo fuera un secreto. Convencer a papá de que un chico sólo viene a visitar a su hija es una tarea muy difícil, pero nada que una mamá no pueda arreglar.
Pero en cuanto toqué su noviazgo con Sheyla se tensó y se fue, dejándome totalmente confundida, todavía divagante sobre lo que acaba de suceder, papá aparece desde las escaleras y mira hacia la puerta.
—¡Vaya! Y yo que iba contando los minutos para sacar la escoba y sacarlo a escobazos de la casa —lo veo echar un vistazo al reloj en su muñeca— ¿Qué te dijo la cucaracha esa?
—Me preguntó por mis vacaciones, solamente. Ahí hay pastelillos por si quieres uno —su mirada baja hasta la caja en la mesita de vidrio.
—Si insistes —se encoge de hombros antes de tomarla en manos y correr escaleras arriba igual que un niño— ¡Sthepanie! Pon la película, ya tenemos bocadillos.
Ruedo los ojos para levantarme del sillón y subir las escaleras hasta entrar en mi habitación. Aburrida prendo el ordenador y me meto a un sitio web que Sarah me recomendó, busco a alguna persona que viva cerca de Nueva York y rápidamente una sugerencia aparece.
—Ashton River —alzo las cejas con interés— ¿Por qué no? —me encojo de hombros— Aceptar —presiono en la burbuja abriendo de inmediato el chat.
Activo justo ahora.
—¡Hola!
Aparece en la pantalla. Acomodo dos mechones de cabello tras mi oreja antes de incorporarme sobre la cama y acomodar la computadora sobre mis piernas para comenzar a teclear mi respuesta a su saludo.
—Hola Ashton.
—¿Cómo te llamas?
—Amanda Cortés.
—Un gusto, y dime Amanda, ¿Cuáles son tus pasatiempos favoritos?
—Dibujar.
—¿En serio? ¿Me mostrarías alguno de tus dibujos?
—Me da pena...
Respondo con toda la sinceridad en este mundo, en verdad no sé si alguna vez alguien vaya a ver lo que hago, al menos que no sean mis amigos, puede que no lo haga mal, pero no me siento del todo segura como para mostrárselo a alguien más, no por el momento.
—¡Vamos! No tengas pena, no te voy a juzgar, capaz y eres muy buena.
—Está bien, espera un minuto.
—Vale.
Me levanto de mi cama para dirigirme a mi sillón y tomar mi mochila, de donde saco mi libreta de dibujos y la abro. Decido sacarle una foto a través de la cámara de la computadora y finalmente enviarla esperando su respuesta.
—Ayer durante la escuela comencé a dibujar esto.
—¡Vaya! Sí que tienes talento —inevitablemente me sonrojo sonriendo de labios cerrados con pena— ¡Hey! Yo conozco ese lugar! Es la casa embrujada en la que murió una familia rica!
—¿Has ido alguna vez?
—¡Amaba ese lugar de pequeño! Ahora mis ganas de conocerte son mayores.
—Y dime ¿Qué haces tú?
—Yo bailo.
—¿De verdad? ¿Qué género?
—Ballet, he ganado concursos y he ido a recitales.
—¡Eso es genial Ashton! Me caes bien.
—Y tú a mí. ¿Te parece que nos veamos en Jordan's Coffee mañana a las siete?
—Me parecería una genial idea.
—¡Genial entonces! Te dejo, debo comenzar a ensayar, no dejes de dibujar nunca Amanda. Nos vemos mañana.
—No dejes de bailar. Hasta mañana.
Apago el ordenador para dejarlo sobre mi escritorio y recostarme sobre la cama mientras cierro mis ojos con una sonrisa de labios cerrados. Nunca está de más conocer nuevas personas ¿Verdad? Más cuando sabes que podrían ser grandes amigos.
Para pasar el aburrimiento me dedico a revisar mis redes sociales para ver qué hay de nuevo en ellas y saber de qué me he perdido, cuando de pronto comienzo a arrepentirme de haberlo hecho.
Michael James compartió una foto nueva.
James está con Brooks Sheyla.
Qué bien ¿No? Facebook me restriega en la cara mi soledad, y encima como una publicación que no puedo evitar apartar. Guardo el teléfono en el cajón y me cubro la cara con las sábanas antes de alargar un frustrado gruñido.
—A ese paso vas a ahogarte —escucho bromear al molesto Jake de siempre... esperen un minuto ¿Cómo diablos pudo entrar si mis padres se están divirtiendo viendo «Son como niños» y yo estoy en mi cama al borde de la depresión?
Y ¿Cómo se atreve a entrar a mi habitación? ¿Y encima a hablarme? ¿Y por qué Gordo Louie está mordiendo mi mochila?
—¿Por qué tu gato está mordiendo tu mochila? —¡Acabo de preguntar eso mismo!
—¿Cómo demonios entraste aquí? —consigo pronunciar en cuanto me incorporo de golpe sobre la cama sorprendida y asustada.
—Dejaron la puerta sin seguro. Escuché ruidos en el cuarto de tus padres y supuse que sería mejor darles su espacio. Y además vine a verte, ¿Sabías que maldices tres veces la misma cosa después de haber dicho otra? —ruedo los ojos antes de arquear una ceja en aburrimiento.
—¿Sabías que estoy por agarrar al gato y lanzártelo a la cara? Estoy en mi cuarto, con depresión debido a que a todos les va mejor en el amor que a mí. Incluso a ti —respondo echándome sobre la cama mientras llevo el dorso de mi mano hasta mi frente con dramatismo.
—Sí, sobre eso... por eso estoy aquí ¿Crees que estoy bien vestido para la cita? Digo, encuentro... digo, reunión... digo salida... digo... eh... yo... eh... —arqueo una ceja mientras río en voz baja con verlo tan nervioso.
—Jake, Jake, tranquilo, te ves muy bien. Jessica se va a morir al ver la cita que tiene —le tranquilizo esta vez con una sonrisa sincera.
—¿Tú crees? —murmura dulce y avergonzado. Esto es algo muy poco común en Jake sino está enamorado o nervioso, usualmente estaría saltando y haciéndome bromas muy pesadas, pero me encanta verlo así.
—No lo dudaría nunca —respondo conduciéndolo hasta una silla giratoria para posicionarlo frente a mi espejo— Yo mañana conoceré a un chico que encontré en línea, vive aquí mismo en Nueva York —sonrío mientras ladeo la cabeza en busca de darme una idea sobre cómo ayudarle.
—¿Cómo lo sabes? —me encojo de hombros tomando gel antibacterial con aroma a moras.
—Estuvimos hablando y está en su perfil, dah —respondo obvia antes de reír divertida en lo bajo.
—No, me refiero a que cómo sabes que no es un secuestrador —ruedo los ojos, puede que sea una idiota con esto, pero quiero limitarme a pensar que será divertido.
—No seas paranoico, además, sólo será una reunión y ya —Jake suspira no del todo convencido y seguro.
—Bien, confiemos en que nada malo pase. Ahora ¿Podrías ayudarme ya? No sé qué más me falta —ladeo el labio inferior pensativa.
Hasta que su cabello capta mi atención. Sí, en definitiva Jake necesita otro corte, luce como un espantapájaros con ese corte tan brusco, y yo como buena modista y mejor amiga —también como chica amante de chicos sexy— decido ayudarle con ello.
—Tal vez si te peinaras ese pelo te mirarías mejor —me cruzo de brazos al escucharlo negarse malcriado.
—¿Qué? ¿Mi cabello? No, no, nada de eso, mi cabello se queda así tal y tal; nada de nada —ladeo una sonrisa.
Cinco minutos después...
—Es increíble el poder que poseen las chicas para chantajearnos a nosotros los chicos —se queja el rubio mirándose por el espejo esta vez más decente.
Su cabello bien peinado y su rostro limpio sin rastro alguno de una espinilla o barro.
—¡Quedaste divino! —chillo emocionada al verlo tan presentable y a su vez guapo.
—¡Destruiste mis rizos! —ruedo los ojos en aburrimiento.
—¿Cuáles? Escucha Jake, si realmente te quieres olvidar de Sarah debes hacer esto ¿Sí? Ahora, saldrás de esta habitación y pasarás recogiendo a la chica para irse a su... reunión. Ve —comienzo a empujarle fuera de la habitación.
—¿Estás segura de que todo saldrá bien? —murmura una vez que estamos en la puerta de entrada a punto de despedirlo para su no cita.
—Confía en mí, así será —le dedico una simple y dulce sonrisa.
El pelirrubio asiente con un suspiro y luego de mil gracias y divertidas despedidas sale de la casa para irse con su chica. Me encamino a la cocina para preparar la cena, termino mi comida y les informo a mis padres que su cena se encuentra lista para calentar, luego de levantarse —al haberse quedado dormidos abrazados— decido subir para descansar y dormir. Siempre lo digo y siempre lo diré, la historia de mis padres es sin duda, la más tierna de todas.
Me coloco una pijama cómoda, apago las luces y activo esta vez la alarma de la casa para evitar cualquier cosa como la intromisión no planeada de Jake a la casa. Mañana será un día algo interesante, me pregunto qué irá a pasar y cómo será Ashton en persona, tanto en físico como en personalidad.
No puedo con las ansias
Al día siguiente.
Me desperté animada e hice todos mis deberes de la casa, salí un rato con Sarah y después pasé al cine con Jake. Pasado un rato decido ir con mi tía Alex al estudio de fotografía para continuar ayudándole con su galería, en donde me reciben calurosamente con una sonrisa y nuevas propuestas.
—Hola Amanda, mira, estas son las nuevas pinturas que trajeron desde Suiza, ¿Crees que combinen con las que están en el salón de bebidas? —ladeo el labio inferior entrecerrando los ojos con duda.
Por tanto niego
—Tu galería debe resaltar, debe deslumbrar entre la gente y esto la opacaría. Podría ir en el mostrador que recibe a los invitados al momento de ir entrando a la gala, en lugar de esta podemos poner aquella de Rita Dingwall y la de Marcus Wayne —la tía Alex sonríe como si hubiera encontrado una mina de oro en mi persona.
—Ay preciosa, eres la bendición que estaba implorando al cielo que me cayera —gruñe divertida antes de rodearme de hombros y atraerme a su persona mientras río a carcajadas— Oye linda —alzo a ver a la castaña antes de asentir— ¿Cómo te ha ido en la preparatoria?
—Oh pues todo bien. Mis notas no son las más altas pero no he reprobado ninguna clase —respondo deslizando la brocha con pintura azul sobre el lienzo.
—No, yo hablaba del tema amoroso. ¿No has encontrado a nadie aún? —abro la boca a punto de soltar alguna excusa.
—Eh... sí yo eh... —piensa Amanda, piensa— Conozco a alguien... un chico, pero ya tiene novia así que —río con torpeza, la castaña permanece algo dubitativa pero sin articular respuesta— Hoy tendré una cita con un chico.
—¿Es guapo? —me entrecierra los ojos con burla a lo que me sonrojo.
—No lo sé... yo en verdad espero encontrar algo serio y no sólo de un verano, un invierno o un otoño —me sincero tomando otro color.
—Así comienzan los grandes romances. Primero no sabes quién es tu amigo y ¡Puff! Ya luego son novios —regreso a colorarme de rojo sin poder evitarlo— Pero te diré algo linda —esta vez alzo a verla— Muchos chicos se acercarán a ti, algunos serán lindos, otros lo aparentarán. Pero sólo uno, va a ser el que te acompañe por el resto de tu vida sin importar qué pase.
Desvío la mirada pensativa en sus palabras, no sé si Ashton vaya a ser esa persona, no puedo estar segura aún porque no lo conozco —literal—, pero el caso es que la tía tiene razón en que no todos siempre estarán conmigo. Por tanto no sé si seguir con la farsa de James ahora que tiene novia, no quiero problemas para él ni para Sheyla. Pero ya no sé qué hacer.
—Linda, estás pintando sobre tu mano —abro los ojos regresando de golpe a la realidad en cuanto me percato de que mi mano está bañada en pintura amarilla mientras escucho a la tía Alex reír a carcajadas.
—¡Ieagh! —sacudo una y otra vez mi mano buscando sacarme la viscosidad mirando a la tía Alex enrojecer de la risa.
La pintura sale de mis manos y pronto mi sesión de hoy termina justo a tiempo para regresar a casa a prepararme para mi encuentro con Ashton. Entro a mi alcoba para colocarme unos jeans negros de talle alto y entubado con algunas rasgaduras en las rodillas junto a mis vans blancas. Saco de mi armario una blusa algo escotada pero nada vulgar para colocármela y complementar con una chaqueta.
Maquillo mis ojos con rímel y lápiz, mis labios con un labial rosa pastel y dejo mi cabello en ondas. Tomo mi bolso para bajar las escaleras de regreso con papá pisándome los talones y un cuestionario a punto de realizar.
—¿Adónde vas? —inquiere con el ceño fruncido viéndome dirigirme a la puerta para salir de la casa.
—A salir con alguien. Vuelvo para las ocho —informo lo suficiente veloz para no darle tiempo de preguntarme algo más y salir de la casa en dirección al punto de encuentro.
Decido tomar asiento en una de las mesas mirando a mi alrededor en lo que paso el rato y espero pacientemente a que llegue, afortunadamente el lugar no está demasiado lleno y me decido por ocupar una de las mesas que se encuentran fuera del local para esperar al chico misterioso. Cuando diviso a un muchacho más o menos de mi edad, caminar hacia mi lugar, viste una chaqueta café y unos pantalones negros, su cabello azabache se encuentra peinado hacia atrás y sus ojos son de un profundo y penetrante color gris, color que pude apreciar un tanto difícil debido a la poca luz que queda.
Oh... por... Dios... si esto no es perfección yo no sé que es.
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Andrex__