Deseo Italiano

By danielacgalvis

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Giorgio Bonatti,hijo de uno de los mayores mafiosos de Italia, heredo el trabajo de su padre,es un experto en... More

Sinopsis
~Personajes~
Fecha de estreno y pequeño adelanto
Aclaración del personaje de Giorgio
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
EPILOGO
Agradecimientos
Aclaraciones

CAPITULO 6

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By danielacgalvis

Cancion:Fetish - Selena Gómez

El ambiente entre los tres se torna un poco incómodo, mi padre nunca me ha visto en compañía de un hombre, y Giorgio no es cualquier hombre a juzgar de la manera en que lo mira mi padre.

- Su hija es una excelente mujer – Giorgio se adelante a decir, mientras sujeta mi mano a la de él-. Me la he encontrado a las afueras de la empresa de los Capone, y como buen caballero me ofrecí a traerla.

- ¿De dónde se conocen? – mi padre lanza esa pregunta mientras yo estoy estática.

- De la universidad, justo en una de mis reuniones de financiamiento para el fondo del instituto.

En ese momento soy consciente de que mi padre no conoce a Giorgio como su socio, o como algo más, y que Giorgio no había sido invitado a la fiesta en la que nos conocimos, porque lo más lógico sería que lo mencionara.

- Alessandra no menciono nada – su mirada ahora se posa en mí.

- Bueno, creo que es porque han sido recientes nuestros encuentros.

- Es un gusto conocerlo señor Bonatti - mi padre le extiende la mano, Giorgio la estrecha de igual manera.

- Debo admitir que me gusta la campaña política que esta llevando, sobre todo en lo que se refiere a la falta de seguridad, y a los altos índices de crímenes.

- Señor Bonatti, mi fuerte es dar con los criminales y hacerlos pagar sus deudas con la justicia.

- Me parece excelente, solo creo que debería reforzar algunos puntos débiles, unos que se dejan ver a simple vista.

- No sé a qué tipo de puntos débiles se refiere,pero le aseguro que una vez gane las elecciones, Venecia cambiara.

- Quisiera ver eso – una sonrisa se dibuja en sus labios, una totalmente diferente-. No le quito más su preciado tiempo, que tengan una buena noche, señor De Santis.

- Igualmente – mi padre le da una leve sonrisa.

- Señorita De Santis - se acomoda su traje y se dispone a subir a su auto-. Piénsalo – me susurra antes de alejarse.

Mi padre vuelve su vista hacia mí. – ¿Desde cuándo conoces al señor Bonatti?

- Hace poco y tú ¿de dónde los conoces? – ataco con mi pregunta.

- Es uno de los hombres más adinerados de Italia, se había mantenido en el anonimato, hasta ahora, es mejor que te mantengas alejada de él, una figura importante como él y tú no van de la mano.

- ¿Estas queriéndome decir que no estoy a la altura de un hombre como él  o solo te sientes frustrado de que tu hija haya entablado una especie de relación profesional con él y tú no?

- No seas soez Alessandra.

- Es la verdad.

- No discutiré esto contigo, mantente al margen con lo que te pido, ahora entra a la mansión Luciano y su padre nos esperan para la cena.

Decir que la cena estuvo aburrida es poco, nunca me había mantenido tan distraída de un lugar que en ese momento, los tres hombres que tenía en frente hablaban y hablaban entre sí, me costaba a penas identificar de qué tipo de cosas y relaciones políticas manejaban.

- ¿Y dime Alessandra una vez que te gradúes que piensas hacer ?– el señor Donatello, me pregunta como si fuera íntimo amigo de la familia, es el gobernador de la ciudad, y uno de los hombres más nombrados en los medios, su hijo Luciano por el contrario estudia leyes, Luciano es un hombre maduro, cabello negro azabache, ojos verdosos y alto. No me roba el aliento y nunca lo hará.

- Independizarme - respondo sincera aunque la respuesta que he dado, no le agrade a mi padre.

- Bueno eso es un gran paso, ¿piensas casarte?

- Por supuesto, cuando encuentre a la persona adecuada.

- Hoy en día los matrimonios no funcionan a base de amor querida.

- Pues yo creo que sí, debería ser un factor primordial y si me disculpan, se me ha quitado el apetito – me levanto de la mesa para dirigirme al jardín. ¿Que se cree para venir a decirme como deben ser las cosas?

- Disculpa a mi padre, es algo monótono, creo que para él priva más el interés sobre todas la cosas – Luciano suena sincero, es diferente a su padre, al menos no es un idiota que alardee de su postura social.

- Creo que juegan a quien es sobresale más.

- Te he traído esto como obsequio adelantado por tu graduación - me extiende una pequeña bolsa de terciopelo.

- No puedo aceptarlo – alejo el obsequio de mí.

- Es un regalo, y es de mala educación rechazar los regalos.

Doy una mueca de desaprobación, está en lo cierto.

- De acuerdo – tomo la bolsa y la abro adentro hay una pulsera dorada con unas mariposas grabadas en ella.

- Es muy linda – susurro, de hecho lo es, es una joya muy hermosa y delicada.

- Me alegra que te hay gustado, tal vez algún día podemos ir a cenar, lejos de las presiones de nuestros padres.

- Claro – respondo de manera tranquila.

La semana comienza con la misma rutina, trabajo - casa, casa - trabajo, mi móvil ya no suena con tanta frecuencia como lo hacía antes con los mensajes de Giorgio. Empiezo a creer que tenía razón en lo que respecta con no rogar, el único que me ha estado mensajeando es Leo, para que podamos divertirnos por la noche en un bar que encontró cerca, uno concurrido por varios turistas, así que decido aprovechar que mi padre no está en casa, para salir sin Adriano, dure media hora convenciendo a mi madre para que me dejara ir sin él, con la condición de que llegue antes de las diez de la noche.

Coloco en marcha mi auto con una reconocida canción de Whitney Houston, mi móvil vibra reflejando un mensaje de Leo.

Retrasada por cinco minutos, vaya amiga.

Doy una leve sonrisa y le contesto.

Aguarda cenicienta

Me lo puedo imaginar, echando humo por la cabeza, esperándome, cuando por fin llego a mi destino lo encuentro detrás del cordón de seguridad, alegando con un tipo de más estatura que él.

- ¡Alessandra! – me grita y me dirijo hasta donde está.

- Mueve tus influencias y dile a este gorila que nos deje entrar.

Ruedo los ojos.

- Soy Alessandra De Santis, y tengo una membresía.

Leo me mira con incredulidad.

- ¿Qué? ¿Desde cuándo? – masculla entre dientes

- Muéstreme la tarjeta y la dejare pasar.

Saco la tarjeta plateada y se le entrego el guardia la mira detenidamente y por fin nos deja ingresar.

-¿Desde cuando tienes membresía?

- Cállate, se la he quitado a mi madre.

- ¿Ahora eres ladrona?

- No cuenta como robar, no si es para mí beneficio, mi mamá no sale a este tipo de cosas, prácticamente, salve a la tarjeta de que le crecieran telarañas. 

Leo ríe y nos dirigimos a la barra, pido una margarita mientras de fondo se escucha Summer de Calvin Harris.

- ¿Y tu y el señor Bonatti que relación manejan? - Leo mueve el palillo que tiene su coptel y se  come la cereza.

- Ninguna - me encojo de hombros y doy un sorbo a mi margarita.

- No me vengas con eso, cuando me dejaste tirado ese día en la playa, para irte a quien sabe donde y manosearte con él.

- ¡Leo! Manosear es una palabra muy fea.

- Como no, Alessandra no creo que él señor Bonatti, sea el hombre adecuado para ti, lo he visto, es un mujeriego de primera, si te busca es sólo para pasar el rato, después de tener lo que quiere se ira, piensalo nena.

- Lo estoy pensando, no es fácil Leo, él es como un huracán,arrasa con todo en mí.

- Pues que no arrase con tu sentido común y tu cordura, o lo poco que queda de ella.

Estoy a punto de refutarle algo a mi amigo cuando mi móvil vibra, su nombre se ve reflejado en el.

- Es él - muerdo mi labio inferior y fijo me vista en Leo que rueda los ojos.

- ¿Vas a contestarle o que?

- Bueno..

- Allá tú - vuelve tomar de su cóctel y se cruza de brazos.

- ¿Qué quieres? - Digo fuerte por el sonido que atraviesa el bar.

- ¿Dónde estás?

- Eso no es de tu importancia.

- No seas grosera Alessandra ¿Dónde estás? se escucha música de fondo

- Te he dicho que no es asunto tuyo.

- No me retes, no vuelvas a hacerlo.

- No vuelvas a llamarme, no estás en tu derecho - cuelgo la llamada y me sorprendo de mi respuesta.

- Eso ha sido bueno - Leo me da una sonrisa mientras me incita a brindar con nuestras bebidas. Lo hago y me tomo la margarita de un sólo tirón.

- Pediré un vaso de coñac.

- Eso es fuerte, no es una bebida adecuada.

- La pediré de todos modos, un vaso de coñac - me dirijo al barman y este me extiende el trago. Lo bebo de un solo sorbo y siento como quema mi garganta.

Mi móvil vuelve a sonar.

- ¿Que demo..? - contesto su llamada.

- Ya sabes lo que pasa cuando me retas, iré por ti, no te muevas de donde estás.

- ¿Hola? ¿Giorgio? - el maldito ha colgado la llamada-. Me lleva la mierda - le mascullo a Leo quien me mira incrédulo.

-¿Ahora que?

- Viene para acá, debo irme - debo alejarme de él, si vuelve a aparecerse caeré en sus redes, no me controlo cuando estoy con él, y el alcohol en mi sistema no ayuda mucho.

- Pero es aún temprano - Leo me alienta a sentarme y seguir de la fiesta, pero me niego, debo irme antes de que aparezca.

- Lo siento - tomo las llaves de mi auto y pago las bebidas.

- ¡Llámame! - Leo me grita atraves de la muscia, mientras me alejo en el mar de gente.

Llego al estacionamiento y enciendo mi auto, me adentro en las calles de la ciudad, ignorando el móvil que está a punto de colapsar con tantas llamdas, entonces fijo mi vista, hay un sistema que está intentando localizarlo.

- ¡Maldito! - apago el móvil para que evite rastrear mi paradero, mi auto se detiene en una calle cerca a la plaza de San Marcos-. No ahora bebé - me bajo de mi auto e intento ver el problema levantando el capot.

Los cables están bien, todo el motor esta bien, me he quedo sin gasolina. Suspiro y me desepero, estoy varada en medio de una calle y sin gasolina.

- ¿Algún problema linda? - un hombre se acerca a mi y ve que estoy tratando de empujar mi auto, como si así pudiera llevarlo a la gasolinera más cercana.

- Me he quedado sin combustible - bufo.

- Puedo ayudarte - da una sonrisa y se acerca hasta donde estoy.

- Gracias.

El hombre se queda viéndome, entonces se que el brillo de su mirada no revela el quererme ayudar, si no otra cosa.

- Eres muy guapa

No te fíes de la gente, no lo hagas Alessandra y menos en medio de la noche.

- ¡No se me acerque!

- Una chica tan linda en una calle tan sucia como esta, debe ser mi día de suerte - él hombre me toma de uno de mis brazos intento derribarlo pero es más grande que yo.

- ¡Suelteme !- lo empujo e intento pegarle en su entrepierna cuando lo hago, me lanza a un costado de la calle, me doy un fuerte golpe con una rejilla que hay en el suelo. Paso mis manos por mi frente, la sangre empieza a brotar y no para.

El hombre vuelve a acercarse a mi, entonces escucho el sonido de unos neumaticos estacionar. Mi vista se fija en el BMW negro, y en el dueño de este.

Esta vestido con un traje totalmente ceñido al cuerpo de color gris, sus pasos se dirigen hasta donde me encuentro.

- ¿Te encuentras bien? - me ayuda a levantarme del suelo y posa su vista en mi frente que está sangrando.

- ¿Y tu quien coños eres? - el hombre vuelve a hablar y a mi tiemblan las piernas.

- Arruinaste su bello rostro - espeta furioso apretando sus labios-. Sube al auto Alessandra - me orden y me quedo estática del miedo-. Sube ¡joder! - su mirada es diferente, furiosa, colerica y cargada de rabia.

Obedezco y subo a su auto, aún puedo verlo desde la distancia en la que se encuentra unos cinco pasos adelante del auto.

El hombre que antes tenía enfrente amenazandome intenta golpearlo, pero lo esquiva y le propina un puño en su rostro dejándolo en el suelo, lo que veo después me deja sin palabras, Giorgio saca una pistola y le apunta al hombre quien no duda en salir asustado de allí.

Giorgio se acomoda su  traje, guarda el arma en su pretina y sube al auto. Esta furioso.

- Dije que iría por ti - espeta furioso mientras coloca sus manos en el volante.

- Tal vez no quería que lo hicieras.

Voltea su vista hacia mí, pasa una de sus manos por mi frente. - ¿Te duele mucho?

Niego con la cabeza.

- ¿Porque llevas un arma contigo?

- Seguridad - responde de manera cortante-. Es mejor que nos larguemos de aqui, yo necesito una camisa nueva - señala la pequeña salpicadura de sangre que hay en una parte de ella-. Y tu necesitas ir a urgencias a que te revisen eso.

- Estoy bien - digo en apenas un susurro.

- No estás bien Alessandra - saca un pañuelo de su bolsillo y lo pasa por mi herida, sus labios están a escasos centímetros de los míos y en fracción de segundos los junta de manera salvaje a los míos, llenando mi cuerpo de esa electricidad que provoca cada vez que estamos juntos.

Desabrocho mi cinturón de seguridad y me siento a horcajadas encima de él.

- ¿Qué haces? - detiene el beso cuando nota lo que acabo de hacer.

- Darte lo que quieres - vuelvo mis labios a él y empiezo a moverme lentamente, toturandolo mientras lo siento duro debajo de mí, intento pasar mis manos por su cuerpo, pero una vez más me detiene sujeta fuerte mis brazos con sus manos.

- Dije que no lo harías hasta que aceptaras - me pega más a su pecho de una manera tan dominante, que sólo me hace desesperar por intentar tocarlo, por sentirlo-. Eres una mujer tan..

- ¿Tan que? - levanto una ceja y sigo moviéndome, es tan torturante para mí como para él.

- Tan deslumbrante, tan sensual,una mujer tan exquisita - sus manos bajan a mis caderas masajeandolas, aprieta mi trasero, y gruñe en mi oído-. Acepta ser mía - lo está diciendo prácticamente en una súplica.

- Aún no - despego mis labios de los suyos.

- Me vuelves loco de deseo - sus manos suben a mis pechos,masajeandolos. Gimo en respuesta. Mis manos por voluntad propia se enrroscan en su cabello ondulado.

- Creo que me he saltado una regla - sonrió triunfante, mientras el me besa de manera descontrolada.

- Yo ya me he saltado dos - me otorga una sonrisa encantadora.

- Quiero ser tuya - susurro a medida que sus caricias se intenfican y se dirigen a mis muslos.

- Di lo que quiero escuchar - muerde mi labio inferior arrancandome un suspiro.¿Qué clase de conexión esta creando este hombre en mi? ¿Porque se me es tan adictivo?

¿Que clase de hombre eres Giorgio Bonatti?

El particular auto de Alessandra ⬆

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