nota: tengo dos fanfics nuevas. una del capitán américa llamada FALLEN y una de percy jackson llamada WICKED GAME. están en mi perfil por si quieren leerlas y enamorarse de mis personajes xx
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Escuchar a Scott gritar de dolor por el tatuaje no fue tan satisfactorio como Terra hubiera supuesto. Ver a Stiles desmayarse... bueno, eso sí era oro. Terra lo hubiese grabado si no fuera porque estaba demasiado ocupada sosteniendo a Scott mientras Derek lo tatuaba con un lanzallamas.
Después de que Derek le asegurara decenas de veces que Isaac estaría bien y que podía visitarlo al día siguiente, Terra cedió y caminó hacia la puerta con Stiles y Scott a su lado.
—Bueno, ahora es permanente —dijo Stiles, haciendo una mueca. Seguía sin gustarle el tatuaje.
—A mí me gusta —canturreó Terra—. La motocicleta, el tatuaje... Scott McCall, ¿te estás convirtiendo en un chico malo? —Pretendió estar sorprendida—. ¿Qué sigue? ¿Patear perritos?
—No puede patearse a sí mismo —observó Stiles, juguetonamente. Terra soltó una carcajada, guiñándole el ojo.
—Buena esa, Stilinski.
—¿Terminaron de burlarse de mí? —preguntó Scott, pretendiendo estar molesto cuando era imposible para él enojarse con sus mejores amigos—. Además, necesitaba algo permanente. Después de todo lo que hemos pasado, todo cambia tan rápido. Todo es tan... efímero.
—Vamos, Scott. No seas tan aciago.
Stiles entrecerró los ojos.
—¿Han estado estudiando para los exámenes? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
—Síp —afirmó Scott.
—Bien, me alegra que hagan algo más que ver comedias románticas —dijo socarronamente.
—Scott adora las comedias románticas —insistió Terra—. ¿Verdad, Scotty?
—Sí, casi tanto como adoro no pelear con Terra y ver las películas que ella quiere —asintió Scott, moviendo la cabeza.
Scott abrió la puerta de la vieja casa de Derek, deteniéndose al ver que había pintado el exterior, pero solamente la puerta. Stiles entrecerró los ojos, observándola. Terra estaba subiendo una nueva foto a su instagram, totalmente distraída.
—Pintaste la puerta —observó Scott.
A Terra no le importaba en lo más mínimo si Derek había pintado la puerta. La casa se veía horrible sin importar que la puerta estuviera pintada o no, pero lo que realmente captó su atención lo suficiente para alzar la vista de su celular, fue que el latido de Derek se alteró. Estaba nervioso.
—¿Por qué pintaste la puerta? —preguntó Scott.
—Vete a casa, Scott —fue la respuesta de Derek.
—¿Y por qué solo un lado? —insistió, tocando con su mano la pintura roja de la puerta.
Scott sacó sus garras, y comenzó a pasarlas por la puerta, arrancando la pintura.
—Scott —dijo Derek, intentando detenerlo yendo hacia ellos.
Finalmente, la verdad quedó descubierta. Un símbolo en color negro había sido pintado en la puerta.
—Los pájaros en la escuela, el ciervo de anoche, igual que la noche en la que casi me aplastan los ciervos cuando me mordió el Alfa... —dijo Scott, pensando en voz alta—. ¿Cuántos hay?
—Una manada. Una manada de Alfas —dijo Derek, a regañadientes.
—¿Todos? ¿Cómo puede funcionar eso? —preguntó Stiles, escéptico.
—He oído que hay una especie de líder. Se llama Deucalion. Sabemos que tienen a Boyd y Erica. Peter, Isaac y yo llevamos cuatro meses buscándolos —Derek volteó a ver a Terra, casi disculpándose genuinamente—. Lamento que Isaac no te lo dijera. Le pedí que no lo hiciera porque no quería meterlos a ustedes en el problema.
—Digamos que los encuentras —dijo Scott, comenzando a acercarse a Derek—. ¿Cómo lidias con una manada de Alfas?
—Con toda la ayuda que pueda conseguir.
Stiles parpadeó, dándose cuenta de algo. Terra no había dicho ninguna palabra. Volteó a verla. Tenía la mirada en el piso, olvidándose por completo de su celular. Jugaba nerviosamente con sus uñas y su respiración era inusual.
—Terra, ¿hay algo que quieras compartir con el grupo? —preguntó Stiles lentamente. Todos los ojos se posaron en Terra.
Terra se relamió los labios.
—Probablemente no tenga importancia, en serio —dijo, pero su voz se quebró. Lentamente alzó la vista. Sus ojos estaban brillosos, como si se estuviera conteniendo de llorar—. Hace unos meses, comencé a recibir cartas. Estaban en lugares completamente diferentes, pero de alguna manera siempre las encontraba. A veces las dejaban para mí en mi mochila cuando acababa de nadar, o en mi libreta después de darle asesoría a alguien o en mi ruta de correr, sin importar cuantas veces la cambiara y... Tenían ese símbolo. El símbolo de la puerta.
—Pero hay más —musitó Stiles. Terra asintió.
—He lidiado con acosadores antes. Quiero decir, el último fue literalmente un psicópata asesino que controlaba a mi hermano —Terra rió nerviosamente—. Así que pensé que podía soportarlo, pero últimamente las cartas se han vuelto más personales. Dicen cosas de mí que nadie más podría saber, tienen fotos de mí y...
—¿Y? —preguntó Scott suavemente.
—Y todas huelen a mi ex novio. El que me mordió. Brandon Davis.
Terra se debía de ver realmente afectada, porque incluso Derek quiso consolarla.
—Probablemente solo estén jugando con tu cabeza —dijo—. O sean idea tuya. El miedo es algo muy poderoso. Las posibilidades de que Brandon regrese, después de lo que le hiciste a su compañero de cuarto... —Derek se dio cuenta de que había hecho lo opuesto a ayudar cuando Terra lo miró como si quisiera asesinarlo.
—No tengo idea de lo que están hablando —balbuceó Scott, abriendo los ojos.
Terra se relamió los labios.
—Yo no tuve a un Stiles —siseó, a la defensiva—. Yo no tuve a nadie que me cuidara en luna llena, así que en mi primera vez convirtiéndome lo primero que hice fue ir a la habitación de Brandon, en su universidad, y matarlo por lo que me había hecho. A la mañana siguiente, descubrí que no había matado a Brandon, sino a su compañero de cuarto —Terra se encogió de hombros, como si no le importara, aunque su cuerpo temblando gritaba lo contrario—. Dijeron que fue un ataque animal. Yo sabía que había sido yo.
—Si te están vigilando, saben que eres novia de Isaac —dijo Derek, sin parpadear ante la historia de Terra—. Te conocen. Se están metiendo con mi manada: Boyd y Erica. Isaac. Tú eres la debilidad de Isaac. Si yo fuera Brandon Davis, estaría al otro lado del mundo rezando por nunca encontrarme a Terra Whittemore de nuevo.
Terra casi sonrió, alzando el rostro y cambiando su expresión completamente. Cualquier rastro de llanto fue eliminado y en su lugar una máscara de frialdad y superioridad se plasmó en su rostro.
—Tienes razón. Son juegos mentales y yo soy una experta en eso. Se están metiendo conmigo, así que estoy dentro. A darles por el culo a esos Alfas —dijo Terra.
—Si se meten con Terra también estamos dentro —exclamó Scott, hablando por Stiles y por él.
—¿Dónde está la chica? —preguntó una voz. Todos voltearon a ver a Isaac, que al parecer ya había despertado.
—No sé qué prefiero. Que hayas perdido la memoria y no sepas que yo soy la única chica en tu vida o que estés hablando de otra chica porque si es así voy a perder la cabeza —exclamó Terra, cruzándose de brazos—. No, olvídalo, ya me respondí a mí misma. Es peor que haya otra chica.
Isaac se sonrojó.
—Me refiero a otra chica. La chica que me ayudó. La chica que me salvó.
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—¿Estás enojado porque maté al compañero de Brandon? ¿O porque lo maté y nunca te dije nada? —preguntó Terra, recargándose en la puerta del baño viendo como Scott se lavaba los dientes. Scott intentó no fijarse en lo corta que era la pijama de Terra. La chica no lo hacía a propósito, pero... No, olviden eso. Era Terra. Seguramente lo hacía a propósito y simplemente no le importaba.
—No éramos amigos en ese entonces, no tenías por qué haberme dicho —dijo Scott cuando escupió la pasta de dientes—. Estoy enojado conmigo mismo porque no estuve ahí para ti. Tienes razón. Yo tenía a Stiles, tú no tenías a nadie.
—Odio que seas tan bueno —gruñó Terra, sentándose sobre la taza del baño. Scott rió a entre dientes, pero pronto su semblante se tornó serio.
—Ey, Terra —dijo, llamando su atención—. No nos contaste todo sobre tu ex novio, ¿cierto?
—No es como si vaya por la vida contándole a todos que Brandon intentó forzarme a tener sexo con él y luego me mordió y tuve que salir corriendo —dijo Terra como si nada, aunque Scott sabía perfectamente que su tranquilidad era falsa.
Scott se inclinó para estar a la altura de Terra, tomándola del mentón para obligarla a verlo a los ojos.
—Sabes que eres como mi hermana, ¿cierto? Y que si ese chico se te acerca 5 metros, no dudaré en despedazarlo. No va a volverte a hacer daño.
Terra asintió, tragando saliva. Scott observó en su mirada cómo intentaba controlar sus emociones. Cada vez, su amiga lo sorprendía más. Terra actuaba raro cuando alguien se preocupaba por ella, como si nunca hubiese experimentado eso. Probablemente porque era así. Pero ahora no estaba sola. Lo tenía a él, a Stiles, a Isaac y a Lydia. Scott casi se atrevería a decir que también contaba con Derek.
—Sabes que no puedes decir que soy como tu hermana cuando me ves así el trasero, ¿cierto?
Scott soltó una carcajada, sonrojándose. Terra puso los ojos en blanco, pero se puso de pie y lo abrazó.
—Gracias, Scotty —canturreó, dándole un sonoro beso en la mejilla. Se separó de él y comenzó a arreglarle la camisa—. La chica que consigas en la fiesta va a ser muy suertuda.
—No busco una chica —la corrigió Scott—. Después de lo de Allison... —Terra lo golpeó—. ¡Auch!
—No quiero ver esa actitud —siseó, entrecerrando los ojos—. Vas a ir a esa fiesta de la amiga de Stiles y vas a arrasar. Las chicas se van a pelear por ti.
—¿Segura que no quieres venir? —preguntó Scott.
—Nah, me quedaré en casa, aprovechando que los hombres lobo no engordamos y tragando mi peso en helado.
Scott la miró, ladeando la cabeza.
—¿Aún sigues peleada con Isaac?
—Solo hemos estado peleados un día —dijo Terra, poniendo sus manos en su cadera—. Y no me mires así. ¿Qué dirías si tu novio te oculta que sabe quiénes tienen a Erica y a Boyd, decide ir a buscarlos sin decirte nada y cuando despierta lo hace preguntando por una chica que no eres tú?
—En primera, a ti no te importan Erica y Boyd —observó Scott.
—Pero podrían importarme —insistió Terra.
—En segunda, diría que tú también le ocultaste lo de las cartas.
—Bien, eso es justo —asintió Terra, haciendo una mueca—. Pero aun así quiero golpearlo a él por hablar de otra chica. Y a la chica por existir. Sé que es absurdo pero, ¿crees que sea más bonita que yo? Sé que puedes pensar que es imposible, pero tal vez a Isaac le atraigan que tengan seis dedos en el pie en lugar de cinco. Pero, ¿quién podría ser más bonita que yo? ¿Rihanna? Voy a golpear a Rihanna. Y a la chica de la que habla Isaac.
—La chica le salvó la vida.
—Bueno, le diré gracias y luego la golpeo. No soy un animal, Scott. Tengo modales. Por favor y gracias. Gracias por salvar a mi novio, por favor, ¿puedo golpearte?
—A veces no sé si hablas en serio o bromeas.
—Yo tampoco —Terra se encogió de hombros, pasando al lado de Scott y comenzando a oler sus perfumes hasta encontrar uno que le gustara.
Cuando lo hizo, se lo esparció a Scott.
—Bien, ahora sal a conquistar. Y si no, sal a tener sexo. Tu mano también se cansa, Scott.
—Te odio.
—No, no lo haces —Terra bateó sus pestañas antes de prácticamente sacarlo arrastrando del baño—. Buena fiesta, Scotty. Aquí tienes mentas para Stiles y dinero para un motel porque no quiero tener que escucharte si traes a una chica. Te daría condones, pero Isaac es el que los compra.
—No necesitaba saber eso —Scott fingió estremecerse—. Bien, me voy. Pero mañana habla con Isaac, en serio. No puedes permanecer enojada por siempre.
—¿Cómo te atreves a asumir que no estoy enojada siempre? Ahora lárgate y besa a alguien, mínimo, por favor.
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sé que no lo parece pero me encanta escribir a terra jajajajaja esa chica no tiene límites y todo lo que sale de su boca es oro.
bueno, espero les haya gustado! muchas gracias por su espera, las adoro xx