conmoción: f. agitación o inquietud del ánimo
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╚CAPÍTULO DIECISÉIS╝
ÉL SIMPLEMENTE ESTABA SENTADO ALLÍ, sus manos trémulas estaban entrelazadas en su barbilla, sollozando entre ellas. En su campo de visión, Aris y Teresa ya no existían. Solamente la chica que se encontraba tomando distancia, quien no abrió la boca excepto para ordenarles a Teresa y Aris que se fueran. El ambiente estaba en un silencio sepulcral donde solamente se escuchaban los lloriqueos de Thomas. Bajo la titilante luz de los únicos focos que se encontraban, Emma permanecía alejada.
Ella había cambiado, al menos físicamente, lo había notado solo echando una mirada rápida. Su cabello estaba más rubio, y lucía sana. Una gran diferencia de la última vez que la había visto y quizás era porque la última vez, estaba ensangrentada, débil y agonizando en sus brazos.
Las manos de Thomas estaban temblando, y su corazón latía desaforado. Había sido mucho en muy poco tiempo. Desconocía el por qué reaccionaba de esa manera, pero la mente dominaba el cuerpo. Y aquello era el daño colateral de haber acariciado a la muerte, y de tener a su hermana parada frente a él.
Emma hizo el primer movimiento, caminó hacia él y se puso en cuclillas tocándole las rodillas. —Thomas, estoy segura de que tienes muchas preguntas. Voy a hacer lo posible para contestarlas todas.
Ella realmente estaba viva.
Thomas, tomándola de sorpresa, la abrazó con fuerza. Emma no tardó nada en devolverle el abrazo y sintió alivio. Sentía como el peso que tenía en los hombros se disipaba, la culpa que le carcomía el cuerpo desaparecía de a poco.
Dejó que las lágrimas cayeran de sus ojos pero no sollozó. —Estás viva —masculló con su voz quebrantada.
Emma rompió el abrazo para mirarlo a los ojos y tomarlo de las mejillas. —Debes estar tranquilo. Estás haciendo todo bien. Están quedando muy satisfechos con los resultados. Eres tan valiente, Thomas. No podía esperar menos de mi hermano.
— ¿Quiénes? —inquirió—. Emma, debes explicarme todo. Estabas muerta, moriste en mis brazos, tu corazón no latía... ¿cómo---?
Emma se paró y comenzó a caminar hacia la salida de la cueva. —Sé que eres curioso y por eso voy a explicarte todo, pero no tenemos tiempo. Las Pruebas están casi terminadas, tenemos que empezar a caminar para que te encuentres con tu Grupo.
Thomas no pasó por algo de la manera formal en la que le estaba hablando.
— ¿Grupo?
—Sí, Minho y los demás... —asiente—. Estoy segura de que se alegran de verte —Emma comenzó a caminar hacia la salida de cueva, pero los pies de Thomas no se movieron y Emma pareció darse cuenta—. Thomas, no hay tiempo, hay que caminar.
— ¿Y tú? ¿Te alegras de verme?
Los ojos azules de su hermana se suavizaron por primera vez, y suspiró. —Estoy feliz de que hagas las cosas como las tienes que hacer. Eres una de las personas más inteligentes que conozco, no me sorprende.
Thomas no quedó satisfecho con la respuesta pero comenzó a caminar. Su hermana lucía diferente. Sana y decidida. Como si el hecho de que estuvieran a punto de salir al oscuro Desierto no le asustara en lo más mínimo.
Había una diferencia en la Emma que había conocido en el Área y la que estaba frente a sus ojos. Su mente divagaba tratando de encontrar alguna respuesta que le fuera coherente pero sabiendo en la situación que estaba, ¿acaso era descabellado que siguiera viva? Nada era imposible para CRUEL.
¿Había sido todo una broma pesada?
Thomas esperaba que sí.
Cuando salieron a la intemperie, Teresa y Aris estaban esperando. Thomas paró en seco y no olvidó el sentimiento de su estómago en llamas cuando los vio besándose. La manera en que lo había tratado, la traición se sentía ácida en su lengua.
Teresa se acercó a él con desesperación cuando lo vio. —Tom.
Instantáneamente, dio pasos para atrás haciendo que la sonrisa triste que Teresa tenía en la cara se disolviera por completo. Emma notó la tensión repentina, no solo por el accionar de su hermano sino también por como Aris se mantuvo al margen, con la mirada en el suelo. —No te me acerques.
—Tom, era una Prueba. Iban a asesinarte si no había lo que me decían, debes creerme.
—Oigan, basta de dramas... —masculla Emma—. Andando, tenemos mucho que caminar y no hay tiempo.
—Necesito respuestas —dice Thomas, su garganta le raspaba después de gritar tanto.
—Y te las daré, camina a mi lado.
Thomas vuelve a ignorar las presencias de Aris y Teresa, y comienza caminar con Emma, dejando a demás atrás. La humedad de la noche estaba allí para quedarse y se combinaba con un viento insoportable, y más allá de eso, todo era silencio.
—Emma... —susurró él—. Necesito que me digas que está pasando.
— ¿Recuerdas cuando desaparecí? ¿Cuándo estaban atacando los Penitentes?
Thomas se acordó al instante, tenía tantas preocupaciones en la cabeza pero Emma era la primera. Su corazón rompiéndose cuando volvió hacia ellos casi muerta, toda golpeada... con miedo hacia él. —Sí.
—Ese día estaba corriendo como siempre, y sentí que me golpearon en la cabeza. Quedé inconsciente y desperté afuera, me tenían en una habitación. Me devolvieron un par de recuerdos, lo suficiente para saber qué era lo que estaba pasando en el mundo, CRUEL... lo que les convenía en ese momento —Emma lo miró a los ojos, su mirada decidida no flaqueó en ningún momento—. Tenía que tomar una decisión, y lo hice. Hice lo que era mejor para todos nosotros. Tienes que saber que todo tenía un daño colateral...
—Emma, ¿de qué estás hablando?
—Chuck tenía que morir, Thomas.
Thomas quedó absolutamente petrificado, sintió como si le hubieran tirado un balde de agua helada. ¿Chuck? ¿A su pequeño amigo? Aunque fue duro de asimilar para él, no le sorprendía que CRUEL llegara hasta esas instancias. — ¿Qué?
—Estuve lista para morir desde que volví al Área, así que aproveché cada segundo —relata, sus ojos expresaron mucha tristeza—. Ellos necesitaban una reacción, y los convencí que sería más apropiado si yo tomaba el lugar de Chuck. Fue todo parte de las Pruebas. Hice lo que era necesario.
Thomas dejó de caminar. En sus ojos marrones, solo había conmoción, le costó procesar aquella información. No quería asimilar que mientras lloraba con el corazón roto por la muerte de su hermana, ella estaba viva en algún lugar.
—CRUEL... —masculló con voz estrangulada—. Emma, tú sabías lo que estaba pasando allí fuera cuando despertaste...
—Lo sé, y no podía decir nada. Pero, escúchame, les estás dando lo que quieren. Y mientras sea todo sea así, no intentaran cosas como estas. No pares de caminar.
— ¿Todo por... por unas malditas pruebas?
Emma menea la cabeza y suspira. —No lo entiendes. Cuando presentó la posibilidad de que entre en las Pruebas, ellos estaban listos para abarcar cualquier situación que me involucre en el Laberinto. Excepto una.
La brisa helada le palpó todo el cuerpo, pero jamás la dejó de mirar con seriedad. — ¿Cuál?
—Newt.
Thomas no dijo nada por unos segundos, era inteligente pero había cosas que no estaban claras. — ¿Qué tiene que ver Newt en esto?
La mandíbula de Emma se endureció. —Ellos no... lo tenían previsto.
Con la aclaración, Thomas entendió todo. —No te preocupes, vamos a acabar con estos malditos, yo---
—Thomas, no seas iluso —lo paró bruscamente—. No es la primera vez que se me ocurrió destruir a CRUEL, y nunca ha funcionado. Siempre han sabido amoldarse a cualquier situación que se les presente. Incluyendo la situación con Alexia.
— ¿Alexia?
—Ella no tendría que haber estado en ninguna de las Pruebas, en primer lugar. Por eso intentaron quitarla del medio, podrían haber usado a algún chico del Área, pero era demasiado riesgoso. Fue suficiente con lo de Ben.
El cerebro de Thomas trabajaba rápidamente pero cada detalle que salía a la luz, lo dejaba más helado. — ¿Lo de Ben... fue también parte de las Pruebas?
—Absolutamente todo. Thomas, tú eres listo, cualquier cosa que suceda... no es coincidencia. Pero, no te preocupes, tengo todo bajo control. Solamente debes hacer lo que te digan, no intentes ninguna estupidez. Ya pusiste tu feo trasero en peligro más de tres veces en menos de 72 horas.
Thomas no puede evitar esbozar una sonrisa ante lo último y decide cortar la tensión. Quizás tratando de encontrar alguna reacción en ella. —Debo decir que tuve buena compañía, Theo y nuestro hermano del cual no tenía ni una idea, de verdad saben cómo hacer continuar la fiesta.
Emma se mantuvo neutral, pero le regaló una sonrisa tibia y corta. —Ethan es bastante complicado de manejar, no por nada somos gemelos.
—Mencionaste su nombre muchas veces cuando estábamos en el Área... debería haberlo sabido —murmura Thomas mirando hacia el cielo.
Emma lo golpea con el codo suavemente, sorprendiéndolo. —No te pongas celoso. De todos nuestros hermanos, eres mi favorito.
Thomas no puedo evitar formar una sonrisa, sonrojándose levemente y mirando hacia el suelo árido. — ¿Dónde está el resto... de nuestra familia?
Emma se encoje de hombros. —No tengo idea y tampoco me interesa. Por el momento, tu bienestar es mi prioridad, Thomas. Por eso debes hacer lo que te dicen, y sé que te cuesta seguir las reglas, pero hazlo.
Thomas quería preguntarle por qué esa actitud rigurosa, teniendo en cuenta la inclinación de su hermana de romper cualquier límite que se le presentaba, pero relacionó de inmediato que debía ser algo serio hasta el punto en que incluso ella se debía ceñir a las reglas.
— ¿Cuándo terminará todo eso? ¿Cuándo van a dejarnos en paz?
—Hasta que encuentren la cura —contestó.
— ¿Tú crees que van a encontrarla? ¿Torturándonos y asesinándonos como si fuéramos ratas?
Emma paró en seco y suspiró. —Thomas, sé que no te acuerdas de nada. Pero fuimos capaces de poner a una mujer en Marte, curar el cáncer y el VIH, estoy segura de que podemos encontrar la cura a la condenada Llamarada. Tenemos a los mejores científicos trabajando en ello, estoy haciendo lo posible para colaborar y que esto termine. ¿Crees que a mí me agrada todo lo que está sucediendo? Por supuesto que no, para ser honesta, apesta. El mundo está jodido, pero es lo que hay. Ahora, sigue caminando.
Thomas apretó los labios y siguió caminando. Odiaba admitir que por un lado tenía razón. CRUEL siempre estaba un paso adelante y jugar al Revolucionario no era algo óptimo en aquel momento donde ni siquiera sabía dónde estaba parado.
—Chuck te extraña —dijo, minutos después para romper la tensión.
—Yo también —su respuesta sonó genuina—. A todos ustedes.
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—Tú y yo, tenemos que hablar.
Alexia tenía un revoltijo en el estómago, su garganta estaba reseca y los músculos de sus piernas le dolían con cada paso que daba. Esperó hasta que sus amigos cercanos estén distraídos. Minho estaba conversando con Newt en susurros, en el frente, fue allí cuando decidió desacelerar para ponerse del lado de Ethan quien no le había dirigido la palabra ni una vez. Ningún Habitante estaba cerca de él y Theo se encontraba al lado de Chuck, para su buena suerte.
Sin embargo, cuando se plantó decidida a su lado, todavía sin tener idea qué preguntarle... Ethan le regaló una sonrisa.
—Estaba esperando el momento en que juntaras coraje para hablarme, preciosa —dice. Incluso en plena noche, donde su mirada no la penetraba con tanta intensidad, Alexia se sintió completamente intimidada.
—No me digas así. Tú eres el que tiene todos sus recuerdos, tú deberías empezar a decir lo que sabes.
—No estás eligiendo bien tus palabras, Lex. Todos me han interrogado para que diga todo lo que sé; sin embargo, tú eres la que más me da curiosidad.
— ¿Por qué?
—Porque se siente irreal que la persona que más me conoce, ahora me esté mirando como si fuera un completo extraño —murmuró. Alexia se sintió asombrada por unos segundos ante la suavidad de su voz.
Alexia se atrevió a mirarlo y los ojos de Ethan estaban clavados en ella. Hubo silencio entre ellos por unos segundos hasta que ella decidió hablar. —Sé que nos conocíamos antes, pero tengo espacios en blanco dentro de mi cabeza... y me gustaría que me aclararas las dudas que tengo. Si supuestamente soy la persona que más te conoce, significa que fuimos buenos amigos... así que, te pido que no me mientas.
—Tú eres la única persona a la cual jamás le he mentido. Siempre te he dicho la verdad cuando venías hacia mí con preguntas. Tengas o no tus recuerdos, esta vez no será la excepción.
—Tengo un hermano, ¿cómo se llama?, ¿dónde está?
—Su nombre es Aiden. Y sobre su paradero... no lo sé. No estaba consciente, la última vez que escuché de él fue que lo asignaron a un lugar lejos.
— ¿Asignaron? ¿A qué te refieres con eso?
—Él era un Soldado, como todos nosotros.
Alexia parpadeó, confundida. —Pero, ¿Reclutas?
—No, hay una diferencia entre Reclutas, de los Grupos A y B... y los Soldados del Grupo X. Recuerdas... ellos no estaban capacitados para ser ratas de Laberinto, ellos estaban capacitados para eso... estar fuera.
— ¿Y por qué soy del Grupo X?
Antes de que pudiera contestarle, la voz de Minho los sobresaltó. — ¡Tiempo de descanso!
Se escuchó un suspiro exhaustivo en conjunto y los Habitantes cayeron al suelo, completamente cansados por el largo viaje que no parecía terminar. El descanso no detuvo a Ethan. —Eras muy preciada para CRUEL como para enviarte a los Grupos.
Alexia quería seguir indagando. —Debes ser más directo, ¿qué quieres decir con "preciada"?
—Muy inteligente, demasiado. Eras la más inteligente de todas, no vas a poder recobrar ciertas de tus capacidades hasta que no te devuelvan los recuerdos. Pero... ves las cosas de diferente modo que los demás, ¿no te diste cuenta? Es como si tu cerebro estuviera trabajando al cien por ciento todo el tiempo. Mientras los demás duermen y se relajan, teniendo pensamientos optimistas de que tienen la posibilidad de salir vivos... tú piensas en números, en teorías, de manera racional, ¿me equivoco?
Alexia se mordió el labio, ¿cómo se había dado cuenta? No quería hablar sobre como su cerebro no podía parar ni un solo segundo, le costaba demasiado dormir. Todo ese comportamiento había comenzando cuando había pisado el Desierto. Tenía miedo porque no quería que los demás se dieran cuenta.
Le atribuyó su actitud extraña al cansancio y a la atípica situación donde se encontraban; sin embargo, Minho la conocía demasiado bien. Estaba seguro de que algo le estaba sucediendo. También ella conocía a Minho, y sabía que su forma de mostrar preocupación era entre susurros y preguntas directas. Como líder, estaba ocupado y eso le daba tiempo a Alexia para averiguar qué diablos le estaba sucediendo.
Realmente extrañaba a su mejor amiga. Estaba segura que Emma sabría qué hacer, y como si fuera una gran broma cósmica... tenía al hermano gemelo de Emma hablándole. El muchacho que la observaba como si fuera lo más interesante del mundo, y que tenía todas las respuestas del mismo.
— ¿Y tú? ¿Por qué estas en el Grupo X?
—Porque se dieron cuenta que servía para otras cosas, cosas que los Reclutas no estaban capacitados. ¿Y sabes? Te diría hasta el último detalle, pero creo que pararé aquí... hay información que todavía no debes saber.
Alexia lo miró, ofuscada, no entendiendo por qué había cortado contacto visual y de repente, se había levantado. Ella sintió una mano en su hombro. —Oye, estaba buscándote.
Era Minho.
Las miradas intercambiadas por Ethan y el líder estaban cargadas de disgusto. Al final, Ethan le regala una sonrisa llena de superioridad y se aleja finalmente.
—Pues, aquí estoy. ¿Qué sucede?
— ¿Te has hecho amiga de ese idiota? —inquirió señalándolo por encima de su hombro con el dedo pulgar mientras tomaba asiento al lado de ella—. No puedo creer que Emma y él sean hermanos, es insoportable. El maldito shank se cree que es Dios. ¿De qué te ríes?
—Suenas como Gally cuando hablaba de Thomas. Es divertido —dice, sin esconder las carcajadas. Alexia lo toma de las mejillas y se inclina para darle un beso rápido, sorprendiéndolo.
Minho la observa con una ceja alzada pero no rechaza sus caricias. — ¿Y a ti qué te pasa? ¿Te estas volviendo valiente?
Alexia lo suelta y rueda los ojos. —Simplemente estaba tratando de ser cariñosa, vete al diablo.
Minho es quien ríe esta vez. —Solo es una broma. Me gusta que intentes ser cariñosa.
—Pues, no te besaré de nuevo. Tendrás que hacerlo tú. Ya he pasado mucha vergüenza.
El muchacho parpadea confundido. — ¿De qué hablas? Todo el mundo sabe que estamos juntos, es muy obvio.
—No es obvio.
—Sí, lo es.
—Obvios eran Emma y Newt. No nosotros.
— ¡Es porque Newt no sabía como disimular! La miraba como estúpido y la nombraba las veinticuatro horas del día. Todo el mundo sabía que estaban juntos por más de que ellos no lo supieran. A diferencia de nosotros, que tenemos dignidad —masculla para que los otros Habitantes no lo escuchen.
La vergüenza se drenó de la cara de Alexia, quien había comenzado a reír otra vez y Minho la acompañó. La risa de Minho sonaba como música para sus oídos, después de verlo completamente preocupado y frustrado por todo lo que conllevaba ser líder, aquello era relajante. —Nunca me lo has preguntado.
— ¿Acaso es necesario? Nuestra relación nunca se basó en muchas palabras, siempre fueron acciones.
— ¿Tenemos una relación?
—Alexia...
La muchacha le saca la lengua de manera infantil, dejándolo en completo silencio. —Solo es una broma. Me gusta que intentes ser cariñoso.
Minho la mira incrédulo. — ¿Usaste mis palabras en contra mío?
—Desde que me llegó la noticia que aparentemente estamos en una relación, tienes que admitir que de los dos, soy la más inteligente.
La voz de Minho cambia, y su mirada parece suavizarse ante la luz de la luna. —No tengo nada que admitir, eso ya lo sabíamos.
Alexia se sonroja ante la declaración de Minho. Su mirada aparece atrapar unos ojos azules que la escudriñaban desde lejos. La mirada austera de Ethan parecía perforarle el corazón. Sintió una palpitación y culpa... y Alexia sabía exactamente por qué.
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El alba comenzaba a iluminar cada rincón del desierto haciendo el clima más pesado y deshaciéndose completamente de la brisa nocturna. La noche había durado bastante poco para Thomas, le desconcertaba no saber qué hora era. Estaba esperando que Emma llenara el silencio que hubo entre ellos por horas, pero su hermana no había abierto la boca ni una sola vez.
Por alguna razón, Thomas tenía miedo de preguntarle algo que no sea relacionado a las Pruebas y que le contestara con algo críptico. Había llegado un momento donde se había alejado de su hermana para hablar con Teresa, quien le había explicado detalladamente que su aparente traición fue parte de las Pruebas. Aris estaba incluido en ese plan, el pobre muchacho trataba de no hacer contacto visual con ninguno de los presentes, volviendo su comportamiento habitual.
Emma paró de caminar de repente, haciendo que el resto haga lo mismo.
— ¿Por qué paramos? —preguntó Thomas.
—Aquí los tengo que dejar.
Thomas quedó desorientado. — ¿Qué quieres decir con que nos tienes que dejar?
Emma no lo miraba, sino que intercambiaba miradas entre el horizonte y un reloj negro que se escondía bajo las mangas de su camisa gris. Emma estaba vestida con shorts negros y unas botas militares aceitunadas.
—Ustedes se encontrarán eventualmente con los demás si siguen caminando derecho.
Un zumbido se escuchó en el ambiente, Thomas apretó los ojos para mirar al cielo, algo negro se acercaba hacia ellos. Era un Berg. Thomas comprendió lo que significaba, acortó la distancia con Emma y la tomó de los hombros. — ¡No puedes irte! ¡No puedes hacer esto de nuevo! —exclamó histéricamente, el ruido ensordecedor del Berg estaba ahogando su voz—. ¡Tienes que quedarte! ¡Si te quedas, todo será más fácil! Emma, ¡no hagas esto!
— ¡No depende de mí! —gritó, por primera vez, la mirada de Emma era desesperada—. ¡Volveremos a vernos, lo prometo!
Thomas la abrazó con fuerza, las lágrimas le habían inundado los ojos de nuevo sin que pudiera evitarlo al mismo tiempo que el Berg se suspendía en el aire, una soga tipo escalera fue lanzada. — ¡Si no me encuentras, te buscaré! —le asegura Thomas, rompiendo el abrazo y mirándola a los ojos—. Apuesta mi vida en ello.
Emma lo abraza una vez y le susurra—: No hagas nada estúpido, no seas duro con Teresa. Dile a Chuck que siempre pienso en él. ¿Y, Thomas? Confía en Theo.
El abrazo fue demasiado corto para el disgusto de Thomas, Emma le lanzó una mirada a Teresa y a Aris quienes asintieron, dejando a Thomas pensando qué significaba aquello. Emma subió los primeros dos escalones y el Berg se puso en marcha.
El sentimiento de soledad de que había perdido a su hermana de nuevo lo inundó mientras veía al Berg perderse en el horizonte.
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MULTIMEDIA: Thomas llorando :(
GIF 1: (¡aprendí como hacer gif :D) Ethan y Alexia conversando.
¡HOLA LARCHAS! Estoy esquivando los tomatazos mientras escribo esto. Voy a ser honestas con ustedes, tardé en actualizar y no fue por falta de tiempo, es más, tuve las vacaciones de invierno y todo. No fue la falta de tiempo.
Fue la falta de inspiración.
No sabía muy bien a dónde estaba yendo con el fanfic y pensé que el reencuentro de Thomas y Emma era muy importante. Lo tuve reescribir miles de veces hasta que quedara de la manera en la que me gustara. Lo mismo sucedió con la información revelada en este capítulo, tenía que estar segura que no me iba a arrepentir de lo que estaba escribiendo una vez que estuviera publicado.
¡Muchas cosas se develaron hoy!
Faltan menos de cinco capítulos para el final de este libro.
Y SE VIENE EL TERCERO.
Créanme, el tercer libro, será muchísimo mejor que los otros dos (opinión personal porque solamente yo sé lo que pasará *risa malévola*)
De algo estoy 100% segura, que las fans de #NEMMA va a amar el comienzo del tercer libro ;D. Por cierto, les di un poco de #MILEXIA, porque yo sé que adoran a ese ship también.
¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO?
¿QUÉ PIENSAN DE ETHAN?
¿QUÉ PIENSAN DE SU RELACIÓN CON ALEXIA? :O
¿CUÁL FUE SU PARTE FAVORITA?
¿CUÁNDO CREEN QUE EMMA APARECERÁ DE NUEVO?
¿PIENSAN QUE THOMAS LES DIRÁ A LOS DEMÁS QUE EMMA ESTÁ VIVA?
¿QUÉ QUIEREN VER EN LOS PRÓXIMOS CAPÍTULOS?
Nos leemos pronto.
NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y DE COMENTAR ASÍ SÉ QUE NO ESCRIBO PARA FANTASMAS.
-C.
PD: Estoy pensando seriamente en hacer one-shots de Emma y Newt, tómenlo como escenas borradas del primer libro (los oneshots serían subidos en Si Te Vas y no en este libro). Serían como especiales, capítulos cortos. ¿QUÉ OPINAN?