Hemos vuelto a la tercera persona, amores mios.
~~~
"Otra vez despierto con la helada caricia del frío en mi rostro cansado.
Otra vez me levanto sin ganas ni fuerzas, para estar a tiempo en un trabajo que me quita más de lo que me da.
Hace tiempo perdí la sensibilidad ante los sentimientos ajenos, soy un ser inerte bajo carne viva, esperando el momento de mi deceso.
Voy a mi cocina con paso de muerto en vida y hago de comer algo que, lejos de alimentarme para mantenerme vivo, me mata más rápido.
Existo como individuo entre rostros sombríos, camino entre ellos como la hormiga obrera que soy.
Me subo a lo que perfectamente podría ser la máquina más cruel y horrible hecha por el hombre, aquella que me mueve de lugar en lugar y hace que tenga mi tortura diaria más rápido cada día. Pero de todas formas le sonrío a quién la conduce, aunque mi sonrisa sea tan sínica y vacía como su "buen día".
Me siento en un lugar libre junto a la ventana, mirando los edificios. Como si mientras más me concentrara en ellos, más fácil fuera imaginarme saltando de las azoteas.
Quiero pensar que soy suicida, quiero jugar a ser valiente y enfrentar a la muerte.
Pero la verdad es que la muerte me aterra tanto como la vida.
En ambas hay mucho que arriesgar."
Wheein se había levantado sin ánimos otra vez, hoy era uno de esos días hermosos que tanto la ofendían como escritora.
¿Cómo era posible que no fuera capaz de sentirse llena de energía y luz como lo era ese día?.
No lo entendía, parecía como si su autoestima se hubiera ido de vacaciones a las islas caimán acompañado de su amor propio.
"No puedo creer que voy a tener este día otra vez", pensó mientras se miraba con atención las puntas partidas de su castaño cabello.
—La cuenta del agua, la de la luz, la del gas... Son demasiadas cuentas
Wheein acostumbraba a hablar en voz alta o baja, eso la hacía recordar su propia voz perdida entre tantos pensamientos.
Agarró su cuaderno y escribió melodías, escribió melodías desde la tarde hasta muy entrada la noche. Daba igual si no concordaba o si parecían demasiado exigentes, Wheein las escribía y luego las cantaba. Sin letra, solo las cantaba; era una especie de compromiso entre su cabeza, sus manos y sus labios.
Wheein ya no iba a la universidad, eso era cierto y tampoco tenía trabajo, eso también era cierto. Pero siempre se las arreglaba entre las correcciones de las tesis de algunos amigos y una que otra ayudantía o tutoría ocasional para pagar sus cuentas.
Pensó en Hwasa y la canción que tanto deseaba que cantara. Esa canción que escribió para un ente ficticio en una noche estrellada.
Hwasa le agradaba, era alguien que trataba de entenderla aún sabiendo que ni ella se entendía. Pero valoraba muchísimo el hecho de que al menos tratara.
Luego su mente viajó hasta MoonByul, la mujer más reservada que había conocido en su vida. No sabía sobre su familia, a penas conocía su oficio, no tenía idea de si tenía pareja, tampoco tenía idea de dónde venía o del día de su cumpleaños. Pero aún aunque fuera casi una completa extraña, la adoraba y confiaba en ella más que en cualquiera que haya conocido antes.
Después sus pensamientos se posaron en YongSun, la rubia con la que tanto congeniaba. Las dos hacían una auténtica bomba de color, algo así como: "deme la mano de poeta a poeta".
Dos artistas complementarias, es que hacía falta alguien así para completar su círculo, la conocía hace tan poco también. Como a todas, claro; pero dentro de las diferencias de sus tres nuevas amigas, YongSun era la más peculiar.
Era de noche, no había comido nada y pensaba mientras sentía cómo su estómago reclamaba alimento.
Pensaba en que la vida daba muchas vueltas, en que la rutina no era más que una cola de espera y que pronto algún nuevo hallazgo la iba a volver a hacer sentir genial.
Llevaba una semana de conocer a YongSun y su vida volvía a la normalidad, la tragedia del aburrimiento asediando sus días como si se tratara de una sanguijuela chupándole la sangre.
¿Qué tanta creatividad produce vivir así?
Su estómago rugía fuerte, pero ella no sentía hambre; había perdido todo un día sin escribir, se sentía como una inútil.
Wheein miraba al techo mientras tarareaba canciones que no entendía, enterrada entre hojas de papel arrugadas con composiciones que consideró basura.
—¿Dónde está mi respiro de aire fresco cuando me sofoco tanto en la rutina?—Dijo, cansada.
Pero como si el mundo por una vez quisiera hacerle el favor, el sonido del timbre interrumpió sus pensamientos.
No lo pensó realmente, estaba despeinada y seguía en su pijama con dibujos de perritos, pero de todas formas abrió.
Lo primero que vio fue una cabellera algo rojiza, así que pensó que podía ser MoonByul, pero luego terminó de abrir la puerta y se encontró con una completa extraña.
—Ehm...—Dijo observándola— ¿Te puedo ayudar en algo?
La chica se veía como de la edad de MoonByul y su cabello ondulaba entre el rojo y el rosa. Tenía unos ojos grandes pero no demasiado y un semblante muy agradable; a decir verdad, a Wheein le pareció que era una chica muy linda.
Una chica muy linda parada justo en la puerta de su apartamento con una sonrisa muy parecida a la de un ángel.
Wheein al instante sospechó de ella.
—¿Tienes un momen-
—Realmente no quiero hablar de la palabra del señor; no, no quiero hablar de cómo Herbalife te cambió la vida; no quiero tener cable, ni siquiera tengo televisión; no tengo dinero para donaciones; pareciera que estuviera drogada pero no lo estoy; soy una alcohólica pero no quiero ser anónima y tampoco pienso suscribirme a nada para que llegue alguna cosa mensual, semanal o diariamente a mi humilde hogar—Dijo tajantemente.
La chica rió con nerviosismo.
—¿Eres Wheein?—Preguntó.
Wheein la miró algo extrañada.
—Sí, ¿por qué?
—Soy Hani... ¿Me recuerdas?
Hani, Hani, Hani, Hani, Hani... Wheein hizo memoria pero no podía recordar a ninguna Hani, sin embargo, el nombre le sonaba bastante familiar.
—... ¿De dónde nos conocemos?—Preguntó Wheein.
—¿Recuerdas tu práctica profesional en aquella ciudad costera?—Dijo Hani mirando a Wheein con atención.
Claro que Wheein recordaba su práctica profesional, la hizo antes de cambiarse al aburrido centro de la ciudad; vivió muchas cosas que la inspiraron a sacar algunas historias cortas que gustaron bastante.
Pero Wheein no recordaba haber conocido a ninguna Hani ahí.
—Sí, pero me temo que si te conozco, no me acuerdo—Dijo cansada—Lo siento...
Hani parecía frustrada, cosa que hizo sentir incómoda a Wheein.
¿De verdad había conocido a la chica parada frente a ella antes?
Wheein le puso atención una vez más, la chica parecía estar avergonzada mientras buscaba algo en sus bolsillos. Luego sacó su teléfono y seleccionó una foto, se la mostró y ahí supo quién era.
Hani era el caos en persona.
~~~
DRAMARARAMARARAMARA
HEY!
Diosito como quería hacer esto aquí, pero no se me ocurría nada así que cité a una reunión de emergencia a satanás, a mi hermana, a hitler. Bueno, a los seres más diabólicos que puedes encontrar y
BAAAAAAAAAM
HE VUELTO EN CARNE Y HUESO A DARLE SABOR A SUS VIDAS.
los amo <3
Nos leemos luego 🌚