Capítulo dedicado a: Meloeta123Solariza
DIECINUEVE
•AMNESIA•
JAKE
—No hay boletos. —Suspira frustada Alexia luego de haber llamado como loca a varias aerolíneas locales.
—Mierda. —Susurra Matthew tomando su mano delicadamente e intentando calmarla. Le doy una mirada desaprobatoria y él capta la indirecta, sutilmente le suelta la mano y se para frente a la ventana de la habitación del hospital.
—¿Adivinen quién llegó? —Pregunta felizmente Luke mientras entraba con cuidado de no botar las cajas que llevaba encima. —¿Por qué esas caras tan largas? —Se cuestiona luego de dejar la comida en la mesa y analizarnos unos segundos detalladamente.
—No hay boletos, ni nada. —Comenta Alan pensativo.
—Diablos...
La ceremonia de incorporación para los graduados iba a ser dentro de unas semanas. Alan, Luke, Matthew y yo habíamos terminado el instituto en este año, fue difícil dadas las circunstancias al final, pero lo logramos. Alexia aún le quedaban dos años en quel lugar, sin embargo, estaba más estresada que nosotros porque se supone que debemos presentarnos allí para ensayar el programa.
—La chica me dijo que insista con las llamadas, tal vez cancelen los vuelos y tengamos oportunidad de ir.
—¿Y qué tal que no? —Dice Matthew algo molesto, aún tenía su mirada puesta hacia el exterior de la habitación—Es nuestra jodida graduación.
Nadie es capaz de decir algo más o intercambiar miradas con el otro, cada uno piensa en una posible solución o quizás en el problema principal de esto.
—Lo siento chicos, todo esto es mi culpa. —Digo sincero mientras me acerco junto a Clarissa y Adelynn quien duerme pacíficamente junto a ella.
—Jake... no es tu culpa. —Alex se levanta y se acerca con cautela hacia mí para abrazarme—Fue nuestra decisión venir, ¿Cierto chicos?
Todos asientan tristes.
—Y por eso ahora yo decido que deben irse, todos ustedes.
—¿Qué? —Mi hermana se separa y me mira incrédula, comprobando que mis palabras son ciertas.
Todos me miran expectantes del que diré, pero no tengo palabras ni expresiones para darles.
—No nos iremos. —Dice Alan y lo miro molesto— No me alejaré de ella.
Alexia se da cuenta de que sucede e insita a que nos calmemos, reparte los pedazos de pizza que ha traido Luke y comemos en silencio.
—No iré a la graduación. —Digo restándole importanciay causando que más de uno se atragante— No la puedo dejar. —Explico.
—¡Pero es tu graduación hermano! —Matthew me mira suplicante, yo niego con la cabeza y dejo mi comida a un lado. El apetito se ha ido con sólo pensar en que me la perderé.
—Jake, entiende que...
—¡NADA! —Grito interrumpiendo a Luke— Entiendan todos que no me alejaré de Clarissa.
—Entonces yo tampoco iré. —Dice Alan en el mismo tono de voz que usé para darles la noticia.
—No, tú si irás porque es nuestra jodida graduación y tienes que estar allí. —Me paro frente a él y escupo cada una de mis palabras—No te perderás esto.
—Pues tampoco la dejaré AQUÍ, contigo.
—Disculpa. —Me río con sarcasmo— ¿Insinúas que no estará bien bajo mis cuidados?
—No Jake. —Alan se frota el cabello con ambas manos— No mal interpretes las cosas, sólo que no me alejaré de ella, ni te dejaré solo aquí.
—¡No mientas imbécil! ¡Acabas de pretender que no soy capaz de cuidarla solo!—Le doy un ligero empujón en el pecho y él sólo retrocede. Me he alterado un poco, pero no es para menos, no confía en que puedo cuidarla solo.
—Jake tranquilo... —Dice Luke poniéndose en medio.
—¡No me digas tranquilo! —Me acerco desafiante hacia él— ¿A caso crees eso también?
—No Jake. —Suspira—pero tal vez si necesites un poco de nuestra ayuda.
—¡Estás de su jodido lado! —Le grito apartándolo de mi camino y poniendo en frente a Alan— Este idiota no cree que puedo hacerme cargo solo, me cree débil.
—¡Jake yo no he dicho eso! Tranquilízate. —Pide Alan retrocediendo levemente.
Imbécil.
—¡Si lo hiciste! O lo insinuaste y no tienes los huevos bien puestos para poder reconocerlo y admitirlo, eres un jodido cobarde. ¿O por qué otra razón querrías quedarte aquí con ella y no irte? Eres un...
—¡PORQUE LA AMO! —Grita de golpe interrumpiendo mis palabras.
El lugar se queda en completo silencio con su declaración, sólo el llanto de Adelynn hace eco entre las paredes del lugar, seguramente la despertamos con nuestros gritos.
Si bien es cierto Alan me había dicho que la seguía amando hace unos meses y que siempre lo haría, pero vamos creí que lo decía por el momento. Nunca pensé que hablaba enserio. Lo que si es realmente seguro es que aún siente cosas por mi chica y eso de alguna manera me duele, tal vez él y su padre nos han ayudado en estos meses, pero eso no significa que no haya sido su culpa que todo esto haya ocurrido así...
Le perdoné de corazón lo que hizo, pero eso no significa que no tenga memoria y recuerde cada jodido segundo en el que sufrí por su culpa.
—No puedes amarla. —Digo por fin ahogando las lágrimas dentro de mí.
—¿Por qué no? —Su voz es más baja y lo dice más para él que para mí.
—Porque yo la amo. —Lo miro fijamente para que logre entenderlo— Y no puedo dejar que nadie más la ame, porque la amaré toda una vida y siempre estaré junto a ella. —Dejo caer una lágrima— A pesar de todo.
Me inundo en el llanto que contuve durante estos tres meses y medio desde que le sucedió aquel terrible "accidente" a Clarissa. Nunca quise verme débil frente a ninguno de ellos, y mucho menos ante mi hermana menor, ella era una de las personas que más necesitaba de mi apoyo y verme fuerte, Alexia también estaba destruída, cada día en el hospital cuando salía y regresaba la escuchaba hablar con Clarissa y pedir que despertara, ella también lloraba mares por su amiga, pero quería verse fuerte frente a los demás.
—Chicos... —Interrumpe Matthew mirando hacia la camilla.
Alzo mi vista y veo que mi hija está en brazos de mi hermana siendo arrullada, pero no sólo eso, sino que junto a ella está Clarissa, despertando.
CLARISSA
La oscuridad parece desaparecer poco a poco, y en su lugar una luz muy fuerte invade mis pupilas.
¿Qué es eso?
Intento mover mi cuerpo de golpe, pero no lo logro, necesito hacerlo despacio, muy despacio y con cautela.
¿Qué me pasó?
Segundos después de mis intentos fallidos por moverme, intento abrir los ojos, esa jodida luz parece estar quemándome viva.
¿En dónde estoy?
Escucho a lo lejos gritos... sus voces de alguna manera me resultan familiares, ya las he escuchado antes.
¿A caso estaré soñando?
Por alguna extraña razón me siento cansada, mis ojos poco a poco quieren irse acoplando a la luz, pero no es tan sencillo como parece.
¿Cuánto dormí?
—¡PORQUE LA AMO! —Escucho un grito al fondo, seguido por el llanto de un bebé y un silencio total.
No por favor, necesito sus voces... He tenido demasiado silencio y no sé el porque.
Por favor, por favor, hablen. Siento que una lágrima cae por mi pupila, pero ni si quiera puedo abrir mis ojos.
Vamos Clarissa, tu puedes.
Oh conciencia, no sabes cuanto te he echado de menos.
—No puedes amarla.—Escucho a lo lejos. Esa voz...
Habla, di algo, por favor...
—La amaré toda una vida y siempre estaré junto a ella... A pesar de todo.
Sus palabras llegan a mis tímpanos y, de una extraña manera, a mi corazón.
Abro lentamente mis pesados párpados y entre cierro los ojos un poco, finalmente lo logro.
—¡DESPERTÓ! —Grita una chica quien al parecer está cargando un bebé— ¡Llamen al doctor!
Varias personas se acercan hacia mi alrededor e intento mantenerme despierta y que todo se aclare, pero es inevitable volver a dormir.
JAKE
—¿Por qué nunca me dijiste como te sentías? —Me pregunta Alex apoyando su cabeza en mi hombro.
Nos encontramos esperando los resultados del doctor, este nos ha pedido que salgamos ya que necesitaba revisar a Clarissa, sus signos vitales y esas cosas. Matthew, Alan, y Luke se fueron a comprar café para todos y se ofrecieron en llevar a Adelynn, no se los podría negar, pues entre todos hemos aprendido a cuidar a una bebé y ellos no son tan malos como pensé.
—Tenía que ser fuerte para ti. —Explico sinceramente.
—¿Enserio? —Me mira sonriente— Yo tampoco te lo dije porque quería ser fuerte para ti Jake.
—Bueno. —Le devuelvo la sonrisa— Tal vez es cosa de familia.
—Ya lo creo. —Ríe.
—Además... Tenía que ser tu apoyo.
Alex me mira con aquellos ojos oscuros y dulces, se acerca repentinamente y me abraza de manera cálida, como sólo ella sabe hacerlo.
—Yo quería ser el tuyo. —Solloza y se derrumba una vez más en lágrimas. Esta vez ya no me preocupo por ocultar que siento y que no, sólo le correspondo el abrazo y me uno a su llanto.
—Ya pasó. —Es lo único que logro vocalizar entre lágrimas, froto con suavidad su espalda y espero que poco a poco su llanto cese, al igual que el mío.
—Nadie nos dijo que aquí era la reunión de llorones. —Bromea Luke.
Alexia y yo nos separamos y los miramos a todos sonrientes. Los observo con calma y cautela a cada uno de ellos, hago ademán de tomar a mi hija y ponerla en mis brazos y Luke, quien la cargaba, me la entrega. Dios santo, les agradezco mentalmente a todos por su apoyo, no sé que hubiera hecho yo solo en esta situación.
—Gracias. —Les digo a todos.
Me miran confundidos y sin saber exactamente que responderme. Estaba a punto de explicarles, pero he visto al doctor acercarse desde el fondo del pasillo y prefiero saber si todo marcha en orden.
—¿Podemos verla? —Le pregunta Alexa impaciente al doctor.
—Claro pero quisiera primero decirles que...
—¿Nos lo puede decir adentro? —Le pregunto— Por favor. —Suplico.
—No la hemos visto durante mucho tiempo. —Apoya Alan.
—Por favor. —Piden Luke y Matthew a la par viendo con ojos de súplica al doctor.
—Bien, síganme. —Indica el doctor y todos nos ponemos de pie.
—Como si no supíeramos donde queda la habitación de Clarissa. —Susurra Luke molesto.
—Shhh. —Lo callo y todos sonríen, menos el doctor quien al parecer ha logrado escucharlo.
Se detiene frente a la puerta de su habitación para hablarnos primero. Sin embargo, por la ventana podemos verla, Clarissa se encuentra sonriente y comiendo en una bandeja que está sobre su cama.
Aún no se ha percatado que estamos en frente porque la enfermera que la atiende obstaculiza su visión, pero desde donde nos encontramos, la miramos perfectamente.
—Tenemos buenas y malas noticias. —Nos susurra el doctor para, según creo yo, no interrumpir su tranquilidad.
—Díganos la mala. —Pide Alexia y el doctor me mira pidiendo mi aprobación.
—La buena por favor. —Le digo yo.
—Bueno pues, ha salido del coma y se encuentra perfectamente bien según las revisiones.
—Gracias a Dios. —Susurro.
—Sin embargo, los golpes y la adrenalina de los últimos momentos no le permiten recordar.
—¿Recordar? —Pregunto y doy un ligero vistazo a Clarissa en el interior de la habitación.
El doctor aparta su mirada de nosotros, respira y vuelve a fijar sus pupilar ahora sobre mí.
—Ella tiene amnesia.
—¡No puedes ser! —Grito y entro con Adelynn en mis brazos a la habitación.
Los demás también lo hacen y cuando estamos frente a ella, alza su mirada y deja de comer. Sus pupilas se mueven entre todos y se centran en la pequeña. Un par de segundos después ruego internamente que todo lo que dijo el doctor sea mentira, pero sus palabras me lo dicen todo.
—¿Quiénes son ellos? —Le pregunta al doctor y por otro segundo siento como mi corazón se parte en mil pedazos.
Adelynn en multimedia <3
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