Stories football.

By daisygarmendia

111K 1.8K 140

Historias cortas de futbolistas. More

Pedidos.
1. Déjame aprender a amar. | Diego Reyes
2. Escúchame | Lucas Hernández
3. Errores. | Hirving Lozano
4. El chico que me enamoró. | Mats Hummels
5. Voy a enseñarte más que eso. | Hirving Lozano.
6. "Estás muy lejos." | Mats Hummels.
7. Lo mucho que te necesito. | Hirving Lozano.
8. "Lo siento." | Mats Hummels.
9. Estrellatos | Hirving Lozano.
10. With you. "Contigo" | Joshua Kimmich.
12. Quiero irme de aquí contigo. | Eden Hazard.
13. Te lo prometo. | Roman Bürki.
14. Ojos esmeralda. | Eden Hazard.
15. Amor | Dries Mertens
16. No encontrarás algo mejor. | Claudio Marchisio.
17. Pretextos. | Héctor Moreno.
19. Un beso. | Harry Winks.
20. El Chico desinteresado. | Antoine Griezmann
21. Saber mentir. | Kylian Mbappé.
22. Te amaré sólo a tí. | André Silva.
23. Pequeña, bonita, loco, y enamorados. | Jesse Lingard.
24. Segunda y última oportunidad. | Gerard Piqué.
25. Mi otra mitad. | Marco Reus.
26. Mi dulce niña. | Kevin Trapp.
27. Eres mi princesa | Julian Brandt.
28. All of Me. | Frenkie de Jong.

11. Brutal. | Miguel Layún.

1.8K 40 1
By daisygarmendia

11.

ItzelHermenegildo

advertencia: escenas de violencia.

género: smut/jelous/drama

— ¡Suéltame, me lastimas! — le grité sintiendo la presión de su mano con mi muñeca. — ¡Apartate Miguel!

— ¿Ya me entendiste? Eres mía, mía. — gritó muy furioso.

— ¿Qué te pasa? — le pegué en el pecho tan fuerte como pude cuando me soltó.

— ¿Qué me va a pasar? No quiero verte otra vez con ese idiota, ¿me entiendes?

— Por dios Miguel, sabes que entre él y yo no tenemos nada. Te amo a tí. — bendito Javier.

— ¿Te digo qué? No parece nada. — me volvió a tomar de la muñeca y me estampó en la pared.

— ¡Ya, me lastimas! — grité con dolor. Jamás había visto a mi novio tan enojado.

— ¡Tú también me dueles, me lastimas con tu indiferencia! — lanzó un golpe a lado de mi cabeza en la pared, ahora no sólo me asustaba, temía por mí vida.

— De verdad Miguel, basta, me asustas, suéltame. — suplique con algunas lágrimas en los ojos. — Por favor, te amo, te amo...

— ¿Qué te crees que haces Miguel? — escuché y ví entrar a Jonathan. — ¡Suéltala, le haces daño! — gritó con autoridad y éste le hizo caso.

— ¿Estás bien, Itzel? — preguntó preocupado por mí, las lágrimas no dejaban de correr

— ¿Estás estúpido o qué? ¡Cómo se te ocurre hacerle esto! — le gritó a mi novio.

— ¡ESE ES MI PROBLEMA ENTRE ELLA Y YO! NO TIENES PORQUE METERTE TÚ. — gritó furioso, la vena en su cuello y frente se hacía más y más notable.

— No hermano, éste problema es tuyo y mío, ahora. — Jona lo miro con rabia. Se acercó a paso rápido y le dió un puñetazo en el estómago.

— Vete de aquí Itzel, ahora. — me miró con lástima y miedo, le hice caso, salí corriendo de ahí, para siempre.

Miguel Layún.

Tarde un par de horas para recapacitar en mis acciones, había cagado mi vida con mi chica.

— Es demasiado Miguel, te lo prohíbo, no debes seguir así, hombre. Dale gracias al señor que no hiciste una pendejada más grande que si no, yo mismo te hubiera demandado. — me miró con desprecio, estaba sentado en el suelo con las manos en la cabeza. — ¿COMO LE HA ES DAÑO A TU PROPIA MUJER? ¡estás tan cegado que haces tus idioteces! ¿Y qué si no hubiera llegado a tiempo? ¿La hubieras matado? ¿Por celos?

— Estoy imbécil Jonathan. No le digas a nadie de esto. — supliqué cerrando los ojos, ya me había tranquilizado un poco.

— Eso ya no va a ser necesario Miguel, tus malditos gritos se escuchaban hasta la otra cuadra. — me miró con vergüenza. — Fuiste muy lejos está vez.

Al otro día, ya estaba en una clínica de rehabilitación, odié mi vida y los actos que me llevaron a esa discusión, me sentía tan culpable que parecía un ladrón.

La otra tortura que pasé fué que nada supe de Itzel, como si hubiese desaparecido cual fantasma.

Luego de 5 meses dentro en rehabilitación salí de allí.

Y yo la seguía amando como siempre.

Regresé a nuestra casa, y fue como si volviera a ver mi vida frente a mis ojos, los momentos felices, los tristes, ella era mi pareja, la que seguía amando como la primera vez.

Y la necesitaba de vuelta.

Llegó un mensaje en ese momento.

“Itzel está en mi casa. Apresúrate y ven.”

Conduje como nunca y me fui a la casa de los Dos Santos.

Cuando llegué la ví ahí con un pequeño en sus brazos.

— Tengo entendido que la rehabilitación te ayudó a recapacitar, de verdad espero que sí. — habló Giovanni. — Pero vuelvo a enterarme que le pones una mano encima, te mato yo. ¿Entiendes? — asentí, sus palabras eran muy duras.

— Itzel. — me acerqué a ella. Era un pequeño muy hermoso con ojos verdes.

— Saluda a tu hijo, Miguel.

— Wow, ¿cómo es que no me lo dijiste antes? — lo miré impresionado.

— ¿Cuándo? ¿Antes o después de haberme maltratado? — alzó una de sus cejas. De paso observé sus ojos, ya no la recordaba tan guapa.

— De verdad espero que me perdones.

— Sólo quería que lo vieras. No soy de esas que lo alejan de su padre. — habló seria.

— Por favor cariño, te amo, de verdad te amo. — me acerqué a su rostro pero ella negaba.

— Ya basta, me pones mal.

— Nunca quise hacerte daño. — tragué duro, me daba rabia recordarlo.

— Ya no puedo creerte, lo hiciste. — bajé mi mirada al bebé, me dolía.

— ¿Puedo cargarlo? — asintió y lo paso a mis brazos.

— Se llama Alexander. Pero entiende muy bien por Alex. — río cuando el bebé balbuceaba cosas inentendibles.

— Es hermoso Itzel, gracias. — la miré con mucha sinceridad. — Lamento no haber estado cuando nació...

— Me basta con que lo hagas ahora.

— De verdad te sigo amando, ¿porqué no te importa? — esa misma pregunta me hacía aquella vez que la lastimé. Su indiferencia con mi amor me tenia loco.

— Tengo miedo de tí, es lo que pasa... — suspiró. — Ya no quiero ser parte de tí con tu nuevo carácter.

— Ya no soy así, de verdad. Créeme. — mi corazón se apachurró cuando recordé al pequeño en brazos. — Tenemos un hijo ahora.

— El necesita a su padre y su madre juntos, sin que se peleen a cada rato. ¿Qué ejemplo le daremos?

— Estoy comprometido, te lo juro, sólo pienso en tí. — miré sus labios. — te sigo amando locamente.

— Y yo... — me susurró. Mi corazón comenzó a latir rápido. — Ya trabajaremos en eso, Migue.

— ¿Cuando nació? — me referí al bebé que dormía moviendo su boca apenas.

— Hace una semana, salí del hospital hace tres días. — la ví sonreír. — cuando le dije a Jonathan y Gio se volvieron locos.

— Alexander Layún, el amor de mi vida. — acaricié su pequeña mano, si ya había cambiado un poco, ahora me obligaba a hacerlo más, por él y ella, se lo merecían todo. — Lo siento Itzel, lo siento por todo esto.

— ¿Y te perdonas tú?

Los días que pasaban me esforcé más, visitaba cada día a mí pequeño, le llevaba lo necesario a mi chica, para tratar de convencerla con mi cambio.

Me culpaba cada día por lo que ocurrió, de verdad amaba mi familia, ya no me importaba tanto el fútbol, sólo ellos.

Pasaron los meses y el pequeño Alex había cumplido el año.

Fué la fiesta más hermosa y divertida, Alex corría por todos lados, ya podía decir papá y estaba encantado conmigo igual que yo con él. Invité a todos mis amigos, familia, a los pequeños de mis compañeros.

Todos disfrutamos de los juegos, el pastel más grande que pude haberle regalado de 5 pisos lleno de merengue azul. Todo para mí pequeño que cumplía su primer año.

— Gracias por todo lo que haces, de verdad. — dijo Itzel, la abracé sin pensarlo.

— Quiero que te quede claro, siempre les voy a dar lo mejor, todo lo que yo no tuve nunca les daré. Se lo merecen.

— Te has portado como nunca estos meses. — me sonrió.

— De verdad quiero una segunda oportunidad en tu vida, Itzel,te aseguro que si lo arruino vas a estar con todo tu derecho de sacarme de tú vida. Pero quiero intentarlo, de nuevo, déjame demostrártelo.

— Está bien, muy bien, lo ganas. — sonreí de felicidad y la besé.

— Verás que no vas a arrepentirte. — besé sus labios de nuevo, su boca me volvía loco.

— Espero que no. — sonrió maliciosa, la tomé de la cintura y subimos las escaleras comiendonos a besos, todos mis sentidos querían más que besos desesperados.

Llegamos a la habitación y la acosté en la cama acolchonada.

— Puedes pararme si quieres...

No, ni queriendo. — reí encima de ella, la volví a besar está vez caminando por su cuello. Quité su ropa de inmediato y adoré por un momento su cuerpo, después de un lindo bebé seguia teniendo un bello cuerpo, besé cada parte de ella. Sus gemidos me ponían cada vez más, estaba esperando esto por un largo años y estaba seguro que jamás desperdiciaría algo así.

— Te amo demasiado, Itzel.

— Oh sí, pero hazme ya tuya. — me burlé de su desesperación. Quité con rapidez sus bragas y mi ropa entera, me monté sobre ella lentamente, escuché sus malas groserías por lo bajo, lo que más me encantaba de ella era verla retorcerse debajo de mí, pidiendo más.

Ugh, estás demasiado apretada cariño.

— Entonces arreglalo. — me miró un momento bajando a mi abdomen que acarició con dulcura. Seguí mis embestidas no tan rápidas y fuertes, me gustaba verla pedir más, quería aprovechar bien esta oportunidad.

— Gracias por aceptarme de nuevo. — me incliné a sus labios y los besé. — Te amo de verdad. — llegamos al orgasmo luego del cariño, me acosté a su lado.

— Es la última. — escuché su respiración entrecortada.

— La última que valdrá la pena. — juré

— Más te vale.

Continue Reading

You'll Also Like

7.6K 470 11
Rocio Calvici era la ahijada de Ariel Calvici, lider de la barra brava de River Plate y su familia hizo una tramoya para poder ir al mundial de Qatar...
238K 23.5K 64
𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇 . . . !! 𖥻 ִ ۫ ּ ִ 𝖼𝗂𝗇𝖼𝗈 𝗁𝖺𝗋𝗀𝗋𝖾𝖾𝗏𝖾𝗌 𝒆𝒏 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 . . . En donde el regreso de Cinco trae co...
7.8M 467K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...
1.8M 237K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...