His Number /En pausa/

By mancrushing

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Charlotte Everley y su mejor amiga tenían una tradición. Cada verano, el 26 de junio, llaman a un número tele... More

Antes de empezar a leer
Capítulo 1 - Su número
Capítulo 2 - Fuera de contexto, ¿eh?
Capítulo 3 - Llamadas inesperadas
Capítulo 4 - Justo como ella
Capítulo 5 - Conociendo a los Johnsons
Capítulo 7 - Números anónimos
Capítulo 8 - El Orfanato Nelson
Capítulo 9 - Rostros bastante familiares
Capítulo 10 - Cosita bonita
Capítulo 11 -La revolución de la oruga
Capítulo 12 - Te debo una
Capítulo 13 - Damas
Capítulo 14 - Competencia de miradas
Capítulo 14 - Competencia de miradas (Resubido)
Capítulo 15 - Las noticias diarias
Capítulo 16 - Baños sólo para discapacitados
Capítulo 17 - Sólo curiosidad
Capítulo 18 - Lecciones aprendidas
Capítulo 19 - "Gilipollas desconocido"
Capítulo 20 - Desvíos (Parte 1)
Capítulo 20 - Desvíos (Parte 2)
Capítulo 21 - El nublamiento

Capitulo 6 - La Casa Blanca y Chicos sexys

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By mancrushing

Charlotte POV:

Estoy hiperventilando.

No literalmente, por supuesto. Pero ¿en mi mente? Demonios, si. En este momento, mi cabeza se encuentra completamente en blanco. Sin ni siquiera un pensamiento coherente, olvidaros eso. Estaba pensando en algo.

Wow.

¿Puede algo sentirse tan bien? Parecía tan cliché, tan irreal. Sus brazos envueltos alrededor de mi cintura, mi cuerpo entero adherido al suyo; es como si estuviese flotando en una nube. Sus labios, claramente expertos, se movían en sincronía con los míos, bueno, como él pero todavía delicados al mismo tiempo. Os tengo que decir, que era una fantástica contradicción.

- Oh. Erm, uh, lo siento.

Sorprendida por la nueva voz, inhalé ásperamente y me separé de sus labios para encarar a la persona.

Era el chico que me guiñó en el comedor. Sonrojadamente, volví la mirada hacia Ryder, quien parecía aturdido por un momento antes de pestañar y mirar hacia el chico del uniforme. Ahora riendo, me presionó aun más contra él, si eso era posible.

- ¿Te importa? -Dijo arrogantemente. Con el sonido de su familiar y engreída voz. Es como si estuviese cayendo; de todas las formas posibles de vuelta a la realidad. Coloqué mis manos en su pecho, tratando de alejarme de él, a pesar de la sensación de sus músculos bajo su camiseta negra. Sus fuertes brazos me mantenían en mi lugar, casi como un silencioso Deja de moverte. El chico permaneció en su lugar, a pesar de la obvia mirada de Ryder.

- Er, el señor Presidente quiere verte. -El chico dijo. La sonrisa de Ryder nunca desapareció.

- Dile a papá que estoy -Los ojos de Ryder bajaron hasta los míos. -Ocupado. -Sus penetrantes ojos azules mantenían un brillo travieso mientras le daba al chico del uniforme una insinuante mirada.

Los ojos del chico viajaron hasta mí por un segundo antes de asentir vacilante y caminar fuera del baño. Fuera, escuchamos la conmoción a través de la blanca puerta y como los pasos se iban desvaneciendo. Fue ahí cuando Ryder finalmente bajó la mirada hacia mí, su expresión engreída todavía en su rostro antes de convertirla en algo más que no pude reconocer. Era una buena expresión, algo que me hizo querer continuar con lo que sea que estábamos. Pero observando sus labios, observe una leve sonrisa, recordándome que estaba en la Casa Blanca, teniendo una cena con el Presidente.

Y que acaba de hacer con el chico malo de los tabloides.

- Lo siento, -Dije, finalmente alejándome de sus brazos, exitosamente. -Pero, ¿Quién te dio el permiso para besarme? -Fruncí el ceño hacia él levemente, a pesar del leve cosquilleo que aun sentía en mis labios. Enarcó una ceja hacia mí.

- No estabas exactamente quejándote de eso hace dos segundos, cariño. -Respondió, con esa molestamente sexy sonrisa todavía en su guapo rostro.

Realmente debo dejar de halagarlo en mi cabeza.

Entonces parpadeé hacia el familiar sonido de la afectuosa palabra proveniente de su boca. ¿Por qué ese sonido se parece tanto al la voz del chico en la línea del día anterior? Volviendo la mirada hacia él, concluí que no estaría tan fuera de contexto. ¿Actitud arrogante? Garantizado. ¿Suave voz? Doblemente garantizado.

- ¿Solo te quedaras ahí mirándome, cariño? -Comentó, haciéndome salir de mis pensamientos. - ¿O quieres continuar con lo que empezaste? -Envolvió uno de sus fuertes brazos alrededor de mi cintura otra vez, acercándome a él.

Pestañeé. Una vez, dos veces, tres veces.

- ¿Qué yo comencé? -Finalmente exclamé, saltando lejos de él. - ¡Yo no empecé nada! -Dejó escapar un suspiro, exageradamente, poniendo su cabeza de lado por un momento como una media sacudida de cabeza antes de que su fija mirada volviera a mí.

- Cariño, tú me provocaste. -Explicó como si todo fuese tan obvio. - ¿Cómo podría desperdiciar la oportunidad de estar junto a una hermosa chica tan cerca de mi?

Esforzándome para no sonrojarme, fruncí el ceño hacia él. -Pero fuiste tu mismo quien se empujó aquí dentro. -Espeté, cruzándome de brazos. -Si no hubieses hecho eso, nada de esto, -Hice gestos salvajemente entre el aire que había entre nosotros. - ¡Hubiese pasado!

Parpadeó antes de finalmente hacer algo que sonó bastante familiar.

Rió entre dientes. Llámenme loca pero tuve la misma impresión con el idiota de la línea. Sacudí mi cabeza mentalmente a eso, reprendiéndome. Cualquiera podría hacer eso, pensé. Especialmente los chicos calientes como él. Pero entonces eso sólo hizo que en realidad sacudiera mi cabeza, sacando todos esos pensamientos que tenían que ver con lo caliente y chicos por el momento.

- ¿Por qué lo hiciste de todos modos? -Pregunté, frunciendo el ceño. Apretó su mandíbula levemente mientras pensaba para él mismo. Entonces, como la luz de una bombilla, sus ojos se abrieron y de repente estaba furioso.

- Mierda, mierda, mierda, mierda, -Maldijo, pasando rápidamente sus ojos por todo el baño y finalmente hasta la puerta antes de buscar dentro de su bolsillo y sacar su móvil. - ¡MIERDA! -Exclamó después de observar algo en su móvil. Mi ceño se hizo más profundo debido a sus maldiciones. Abrí mi boca para regañarlo pero me interrumpió.

- ¿Me harías un favor y ver si alguien está afuera? -Susurró, sus palabras levemente apresuradas. Ladeando mi cabeza a un lado, le lancé una mirada interrogante. - ¿Por favor? -Suplicó, sus claros y azules ojos abiertos por una fracción.

Tomé una áspera respiración, resistiendo la urgencia de desmayarme a causa de su carita de cachorro. Es jodidamente bueno en eso; mientras aun se las arreglaba para lucir sexy como el infierno al mismo tiempo. Probablemente suele hacer eso con innumerables personas también. Ese pensamiento me hizo gruñir antes de hacer un movimiento hasta la puerta. -Bien.

Asomando la cabeza por fuera de la puerta y observando los alrededores con movimientos circulares,

- Todo despejado. -Dije, mi voz levemente sarcástica.

- Bien, gracias. -Se apresuró, golpeando mi hombro.

- ¡Espera! ¿Qué hay de, -Pero ya había desaparecido de mi campo visual, adentrándose en uno de los tantos pasillos bajo el salón. -Cena. -Finalicé, ahora sólo para mí.

Me encontré a mi misma tocando mis labios, suavemente, permitiéndome pensar nuevamente en el beso de hace menos de cinco minutos. Un toquecito en mi hombro interrumpió mis pensamientos, haciéndome saltar levemente a medida que me daba la vuelta.

Era el chico del comedor. Otra vez.

- ¿Ahora qué? -Solté un respiro, exasperada. Corrí una mano por mi cabello, mis ojos se abrieron cuando fui consciente de que mi cabello caía hacia abajo. Sosteniendo un mechón de mi cabello donde pudiera verlo, recordé el beso; cuando Ryder había movido una de sus manos hasta mi cabello, desamarrándolo hacia abaja, hasta su usual largo, mis codos.

El chico delante de mí se aclaró la garganta, recordándome que aun estaba ahí.

- ¿Sabe hacia dónde fue Ryder, señorita?

- ¿Señorita? -Ladeé la cabeza hacia un lado por su formal término. - ¿En serio? -Parpadeó antes de que una divertida sonrisa apareciera en su rostro. Lo miré, digo, en realidad mirándole, de pies a cabeza. Es en realidad bastante lindo. Concluí silenciosamente antes de regañarme a mí misma.

- Es cortés. -Respondió con esa divertida sonrisa aun en sus labios. Eso me confundió aun más. ¿Qué es tan gracioso?

- Pero tienes como, ¿qué? ¿20? -Arrugué ambas de mis cejas mientras hacía gestos hacia su cuerpo.

- 18. -Corrigió, sonriendo. Mis ojos se abrieron de par en par, atónitos.

- ¿¡Tienes 18 y eres guarda espalda del Presidente!? -Exclamé, mis ojos se abrían más con cada palabra.

- Estoy en entrenamiento, señorita. -Respondió, su postura firme. Olvidando por un momento que tenia 18, fruncí el ceño ante su formalidad.

- Basta con todas esas formalidades, amigo. -Dije, un poco frustrada. -En serio, eres como un año mayor que yo. Es extraño. -Sus ojos se abrieron levemente antes de doblarse sobre él, agarrando su estomago como si estuviera muerto de risa.

- ¿Qué es tan divertido? -Traté de exclamar entre su risa. Coloqué una mano en mi cintura y mi ceño seguía fruncido y hasta un poco más. Cuando dejó de reír, le pregunté de nuevo. Ahora estaba de pie, pero su postura es floja, como si se hubiese relajado.

- Lo siento, -Finalmente dijo. -Pero realmente no deberías hacer eso. -Arrugué ambas cejas y le regalé una extraña mirada.

- ¿Hacer qué?

Presionó sus labios, tratando de contener la risa mientras apuntaba hacia mi rostro. -Eso. -Mi ceño se profundizó mucho más, toqué mi rostro con una de mis manos.

- ¿Hay algo malo en mi cara? -Pregunté, levemente confundida y frustrada. Aclaró inmediatamente, sacudiendo su cabeza.

- No, -Respondió. Sus ojos deslizándose por mi rostro antes de dejar que una pequeña sonrisa se expandiera por sus labios. -Definitivamente no. -Asentí, insegura sobre que decir.

- Es sólo eso, -Comenzó a hacer gestos. -Realmente no deberías estar molesta. No te sienta.

- ¿Cómo podrías saberlo? -Repliqué, levemente devolviéndolo. -Ni siquiera me conoces. Tampoco sé tu nombre o tú el mío. -Sonrió, haciendo que mis ojos se abrieran bastante debido a la transformación de linda cara a una realmente guapa,

¿¡Que hay con la Casa Blanca y los chicos sexys!? Exclamé mentalmente.

- Tal vez. -Comprendió. -Pero eres fácil de leer. Sobre eso, sentí una expresión indiferente hacerse camino en su cara antes que rápidamente la quitara. Él no podría saberlo. Sus verdes ojos destellaron con preocupación, diciéndome que no entendió mi momentáneo cambio de expresión.

- ¿Qué hora es? -Pregunté, rápidamente cambiando de tema. Acercó su muñeca hasta su rostro, mirando hacia su reloj.

- Son-. -Un ruido lo interrumpió, haciéndolo buscar rápidamente detrás de su cinturón y desabrochar su intercomunicador.

- Aquí Cameron. -Habló. Una tímida sonrisa surcó mis labios. Entonces su nombre es Cameron. Concluí. - ¿Qué necesitas?

- ¿Alguna pista sobre Ryder? -Otra voz provino desde el intercomunicador antes de saltar para detenerlo. Observé como Cameron apretaba su mandíbula un poco.

- No señor. -Respondió y no recibió más respuesta. Un momento pasó antes que decidiera hablar.

- ¿Entonces, qué hora es otra vez? -Se enderezó, sonriéndome levemente antes de responder.

- 8:34. -Sentí mis ojos abrirse mientras entraba en pánico. ¿¡Cómo se supone que explicaré porque he estado en el baño por cuarenta y cinco minutos!?

- Puedes decir que te perdiste. -'Cameron' respondió dándome a entender que había hablado en voz alta.

- Bien... -Me fui callando. Cameron se balancea sobre sus pies levemente, recordándome a un dibujo animado.

- Entonces... -Arrastró las palabras. - ¿Volverás o qué? -Me enderecé.

- ¡Cierto! -Exclamé, caminando dos pasos antes de detenerme. Observé mí alrededor. Abrumada por cuantos distintos lugares a los que podría ir. Dándome la vuelta, sonreí tímidamente hacia Cameron.

- Umm... Podrías...-Sonrió.

- Seguro. -Dijo, haciéndome sonreír abiertamente. -Si me dices tu nombre. -Riendo, me acerqué hasta él.

- Bueno, eso es fácil. -Dije. -Charlotte Everley. -Sus verdes ojos brillaron con un leve reconocimiento a mi apellido. Hmm. Pienso para mí, interesante.

- Un placer conocerte, Charlotte. -Se inclina, tomando mi mano y dejando un delicado beso en ella. Sin poder controlarme, rompí en carcajadas.

- Oh, eso estuvo bien. -Dije, limpiando una pequeña lágrima de mi ojo. -Apostaría a que esas son las palabras que usas con todas las damas, ¿uh? -Me guiñó.

- Algo así. -Respondió, sus ojos destellantes con diversión. Hizo un gesto hacia la izquierda. - ¿Lista para irte, Charlotte? -Dijo, exagerando mi nombre. Envolví mi brazo entre su codo.

- Enséñame el camino, Cameron. -Exclamé en el mismo tono. Rió, haciéndome que mi sonrisa se ensanchara aun mas mientras me guiaba a través de los pasillos.

Mi sonrisa titubeó una vez que pensé en Stella. Internamente, gruñí.

Nunca sería capaz de esconderle que besé a Ryder Johnson. Pensé en mi mente, frunciendo el ceño.

- ¿Todo bien? -Cameron preguntó, atrasando el paso levemente mientras sus frescos y verdes ojos penetraban los míos.

- Si. -Mi ceño desapareció para ser remplazado por una pequeña sonrisa. -Estoy bien. -Me observó por un momento, examinando mi rostro ante el pasillo. Observando su perfil, suspiré levemente. He conocido a un sexy guarda espalda en entrenamiento.

Hago un pequeño resumen del día, algo como ver a mi padre sonriendo por primera vez en años. Recibiendo un beso de un famoso chico malo haciéndome sonreír. Entonces dejé escapar un suspiro contenido.

Que día. Pienso mientras Cameron se voltea hacia mí y me guiña. Le sonreí de vuelta. Que día, en efecto.

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Hoy no me siento de los ánimos para hacer una laarga nota de traductora (ya que no soy la autora, como ya sabeis) Estoy bastante feliz de los TREINTA Y OCHO votos del capítulo, además de que la historia en general pasó las +1,500 leídos, sois increíbles, gracias por vuestros comentarios de verdad alegrais mis días, saber que no traduzco en vano y además ver que os gusta tanto como a mí.

En fin, como dice una de mis escritoras favoritas "Votar y comentar es gratis" Nada más cierto (:

xx

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