Aquí les dejo la tercera parte espero les esté gustando...
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- Así que caídos, ¿Eh?.- repito una peliroja ante lo dicho por una peliblanca de mirada inexpresiva.
- Si Rias-sama.-
- Ese chico es más de lo que pensaba, ¿Acaso estará relacionado con Grigory?.-
- Deberíamos mantenerlo bajo vigilancia más estricta para saber si es una amenaza.-
- Si tienes razón Akeno pero sin llamar la atención, por alguna razón Raiser parece tenerle aprecio.-
- Ara ara eso no es para nada normal.-
- ¿ Y las chicas que trabajan con el?.-
Pregunto un rubio de porte elegante a la pelirroja que lo pensó un momento.
- Si creo que a ellas también hay que vigilarlas, Kiyome sabemos que es una domadora, quien sabe que si las otras sean del todo normales.-
- Sigo sin ver lo de especial en el, haciendo a un lado su posible afiliación con los Caídos.-
- Su aura, se siente... extraña no sabría cómo explicarlo, lo más probable un Sacred Gear, tal vez un Longinus, si tengo suerte será lo que necesito.-
- Pues solo queda averiguar más sobre el.-
- Si, bueno es todo, informen si saben algo.-
- Hai-
Obervo como los presentes se retiraban excepto la peliblanca que se movía algo incómoda en su lugar.
- ¿Necesitas algo más Koneko?.-
- Etto... ¿Ha sabido algo de mi hermana?.- pregunto algo nerviosa jugando con sus dedos.
La pelirroja la miro con algo de pena, levantandose de su asiento abrazandola suavemente.
- Lo siento Koneko, no eh sabido nada de Kuroka.-
- E.. entiendo.-
- La encontraremos lo prometo.-
- Arigato.-
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- Entienden cual es su misión, ¿Verdad?.- hablo de manera sería Azazel observando a dos mujeres jóvenes muy atractivas frente a él.
- Hai Azazel-sama.-
- Es indispensable que hagan este trabajo de la manera más atenta posible.-
- No exageres Azazel solo ayudarán al mocoso en el bar.- hablo de manera fastidiada Kokabiel sacándole una gota de sudor a las dos jóvenes.
- Amargado, bueno Raynare, Kalawarder, ayudarán en aquel lugar por dos razones, una el chico nos agrada, y la más importante, el no lo nota pero está desprendiendo una cantidad considerable de aura sagrada lo más probable una Longinus.-
- Queremos que estén al pendiente del mocoso, el no tiene nada que ver con nuestro mundo y realmente no me gustaría involucrarlo.-
- Tomen denle esto a las chicas que trabajan ahí.- les dio un sobre con el sello del gobernador - ellas están enteradas de nuestra especie así que no tendrán problemas, y en cuanto a las herederas que cuidan esa zona no se preocupen yo me encargo.-
- Cualquier anomalía reportenla de inmediato.-
- Retirense.- sin decir más las dos se retiraron en busca de lo indispensable para el encargo de su líder.
- Aún no entiendo porque no mejor lo reclutamos en nuestras filas, sería menos problemático.-
- Lo haría si pudiera pero las chicas que lo cuidan... Me la pensaría dos veces.-
- Solo son humanas.-
- Una de ellas no, es un demonio y sin exagerar y por más sellos supresores que use, está por encima de los Clase Suprema tal vez en la categoría de Super-Demonio.-
- No estés bromeando Azazel.- lo miro preocupado el azabache.
- Ojalá lo estuviera, no entiendo cómo alguien de su nivel ha pasado desapercibida pero mientras el chico esté bien no creo que tome acciones, al parecer esta muy encariñada.-
- Eso espero...-
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- (Estornudo).-
- Salud.-
- Gracias, ¿Me estaré enfermando?.-
Pregunto una peliverde que se encontraba haciendo unas compras acompañada de Lavinia, cabe decir que las dos llamaban mucho la atención.
- Últimamente Ise-chan se está viendo rodeado de más seres sobrenaturales.- comento la rubia mientras observaba unas latas de alimentos.
- Lo se, ya no podemos ocultar su aura, y realmente me preocupa que le pase algo y no estemos ahí.-
- Por ahora no debemos preocuparnos, el no tiene que verse involucrado, tenemos a los Caídos para ayudarnos y eso me tranquiliza solo un poco.-
- Lo que me preocupa es la Iglesia, eh sentido energía Sacra en Kuoh en estos últimos días, ¿Y si se dan cuenta de Ise?.-
- Actuaremos en consecuencia, este no es territorio de la Iglesia, y si es necesario mostrarnos antes las encargadas de este lugar lo haremos.-
- Ara ara realmente amas mucho a Ise.- se burló un poco la peliverde.-
- Y mucho, así como tú también lo amas.- sonrió con descaro la rubia dejando a una peliverde sonrojada en el pasillo.
Sin más las dos terminaron sus compras y guardaron todo en su auto para dirigirse a su hogar.
No les tomo mucho llegar observando una gran casa de dos pisos bastante amplia de color blanco con detalles oscuros.
(N/a. Mi casa de ensueño *-*)
Estacionando el la cochera bajaron todo y entraron a la casa observando a otra rubia leyendo sentada en el suelo con unos audífonos puestos.
- Tadaima.-
- Oh chicas bienvenidas.-
- Gracias Jeanne, ¿Y Asia?.-
- Está rezando.-
-..-
- Si yo tampoco entiendo porque.-
- Doy gracias por un día más.- hablo con calma la ojiverde bajando de aparentemente su habitación.
- Oh, es eso o das gracias por estar un día más CON Ise-kun.- hablo con una sonrisa burlona sonrojando ala chica.
- ¿Creen que algún día podamos confesarle la verdad?.- pregunto de repente Jeanne bajando la mirada como las demás.
- Tal vez....-
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- Que estrés.- se quejaba una rubia de ojos de ojos verdes caminando por las calles de Kuoh con una expresión cansada.
- Lo se, últimamente Sairaorg-sama ha estado más exigente de lo normal.- respondió otra rubia de ojos rubí suspirando al recordar a su "Amo" y sus exagerados entrenamientos.
- ¿Hum?.- se detuvo la primera observando un Bar con un curioso nombre.- Heaven And Hell...?.-
- Que miras Kuisha.-
- Ese lugar se ve interesante.-
- ¿..?.- dirigió su mirada al lugar donde veia su amiga y lo miro escéptica.- ¿Enserio?.-
- ¿Qué? No sé tú pero yo necesito un trago.-
Sin esperar a la otra rubia la primera entró al lugar observando que no había muchas personas.
- Espera!!.- corrió tras de ella la ojiroja observando a su amiga sentarse en la barra.- No era necesario dejarme atrás.-
- Ara ara lo siento.-
- Buenas tardes señoritas, ¿Que les sirvo?.- pregunto cortésmente un castaño de ojos color miel que observo al par con una suave sonrisa.
Las dos jovenes no pudieron evitar sonrojarse levemente al ver lo guapo que era el joven, sacudiendo su cabeza le sonríeron de regreso.
- Yo quisiera una Cuba.-
- A mi me gustaría una cerveza.-
- Enseguida.-
Rápidamente preparo la bebida de la rubia de traje y de forma inmediata ofrecio la cerveza a la ojiverde.
- Muchas gracias...etto...-
- Issei, y es un placer.-
- Un gusto, yo soy Kuisha y ella es mi amiga Coriana.-
- Un placer.-
- ¿Son nuevas en la ciudad?.- pregunto amablemente el castaño limpiando la barra.
- Solo estamos de paso.-
- Oh ya veo, es una pena, no todos los días uno puede ver a un par de mujeres tan bellas.-
El comentario solo ocasionó que se sonrojaron en mayor medida bajando la mirada.
- Curioso el nombre del lugar.- pregunto Coriana observándolo seductoramente sin notarlo.
- Jejeje tiene razón, un día solo se me ocurrió de la nada.-
- ¿Es tuyo el lugar?.- pregunto una recuperada Kuisha.
- Así es.- respondió orgulloso el joven.
Y así siguieron conversando sin notar a un rubio que bebía tranquilamente en un rincón del bar observando la interacción de las dos rubias con su objetivo.
- ¿Qué hacen dos miembros de la Nobleza Bael hablando con el?.-
- Así que comenzaste a pensar en abrir este lugar desde que estabas en el colegio.-
- Si así es, con mucho esfuerzo y con ayuda de algunos amigos logré abrir este lugar hace 2 años.-
- Bueno fue una gran plática pero tenemos que irnos.-
- Si, realmente fue agradable conversar contigo Ise.- le guiño un ojo la ojiroja coquetamente.
- Espero verlas en otra ocasión, que son más que bienvenidas aquí.-
Despidiéndose salieron del lugar siendo seguidas por el rubio que pago lo que ordenó y salió discretamente.
- Que chico más agradable.-
- Cierto y también muy guapo.-
- Es una pena que ya tenga pareja.-
- Yo no veo inconveniente Kuisha juju.-
- ¿Qué hacen dos miembros de la familia Bael en territorio Gremory sin autorización?.- hablo una tercera voz sin sorprenderlas pues ya sabían quien era.
- Ara pero si es Kiba-kun~.- hablo con falsa ansiedad Coriana observándolo con algo de molestia.
- Deberías cuidar la manera en la que nos hablas caballero Gremory.-
- No respondieron a mi pregunta.-
- En primer lugar si tenemos una autorización.- enseño un emblema de la familia Bael.- En segundo lugar lo que hagamos no es asunto tuyo.-
- Será mejor que no te vuelvas a dirigir a nosotras así de nuevo o podría haber problemas muy serios.-
- Solo manténgase alejadas de ese chico, Rias-sama ya tiene sus ojos puestos en el.- sin darse cuenta había hablado de más el caballero.
- Como te dije, ten cuidado con como te diriges a nosotras.- empezó a liberar un poco de su poder demoníaco la Reina Bael poniendo nervioso al rubio al ver la gran diferencia de poderes.
- Vámonos Kuisha, Sairaorg-sama querrá saber esto.- sin más ambas se fueron en un círculo mágico dejando al rubio sin saber ahora que hacer.
- Como le dire esto a Rias-sama..-
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Al día siguiente...
- Mucho gusto mi nombre es Raynare.- se presentó una hermosa pelinegra de ojos color violeta de manera formal.
- Igual un gusto me llamo Kalawarder, cuiden de nosotras.- se presentó la peliazul de ojos castaños haciendo una pequeña reverencia.
- Entiendo un placer igualmente, así que ustedes dos vienen de parte del señor Azazel.-
- Así es Issei-san.-
- Llamenme solo Ise, bueno bienvenidas, espero se sientan cómodas y cualquier cosa que llegasen a necesitar pueden acercarse conmigo o con alguna de las chicas.-
- Muchas gracias Ise-kun.- le guiño un ojo la pelinegra ocasionandole una sonrisa.
- Bien, vayan con Lavi-chan, que es la más alta, ella les explicará todo lo que se tiene que hacer.-
Asintiendo fueron con la mencionada qu las recibió con una sonrisa al ya estar enterada de el verdadero motivo por el que estaban aquí.
Y así rápidamente pasaron las horas y al ser un día tranquilo decidieron cerrar temprano, cosa que alegro a las chicas, que sin esperar se fueron de ahí sacándole una gota en la nuca al castaño.
- Ne Ise-kun...-
- Oh Raynare, pensé que ya te habías ido.-
- Había algo que quería pedirte.- hablo un poco nerviosa la pelinegra.
- Claro dime.-
Acercándose lentamente la morena le susurró unas palabras al castaño.
- ¿Moririas por mi?...-
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Se podía ver a cuatro individuos entrando en lo que parecía una iglesia abandonada, todas con linternas al ya ser tarde por la noche.
- Estoy segura que el rastro indicaba que estaría aquí.-
- Tsk' ese maldito nos engaño.-
- Lenguaje.-
- Pero puedo sentir el rastro de caídos y demonios...- hablo con timidez la mayor se todas ganando la atención de las demás.
- No sería extraño que se hubiera aliado con esas criaturas, llevamos varios días buscando algún rastro de Freed o de las Seiken y aún nada.- hablo con frustración una peliblanca sacando llamas moradas de su mano.
- Irina dijiste que sabías donde podíamos quedarnos... Y aún seguimos durmiendo en la camioneta.- pregunto muy fuera del tema una peliazul sacándole una gota de sudor a la chica y a las dos mayores.
- B.. bueno si pero ahora tenemos cosas...-
- Creo que por esta vez le dare la razón a Xenovia tu qué dices Mirana.-
- C..creo que no es...estaría mal.-
- Bien, aquí ya no tenemos nada que hacer.-
Y así salieron de aquel lugar sin notar una sombra que las seguía con una sonrisa algo maniaca.
Subieron a la camioneta y se dispusieron a seguir la ruta que la castaña les indicaba, manejaron por al rededor de 20 minutos hasta que llegaron a una calle en particular que le trajo innumerables recuerdos a la chica que no pudo evitar sonreír.
- Aquí es.- hablo con alegría la castaña deteniéndose frente a una casa grande de tres pisos con estilo oriental.
- Vaya que linda casa.- opino Lint dándole el visto bueno al lugar.
- Y de quién es es..está recidencia.-pregunto la monja bajando de la camioneta seguida de las demás.
- Aquí es donde vive un gran amigo mío, lo conocí durante mi infancia.-
- ¿Crees que aún siga viviendo aquí?.-
- Seguro que si.- hablo de forma segura ante la duda de la peliazul.
A paso seguro se dirigió a tocar el timbre mientras las demás observaban desde la camioneta.
Espero unos momentos y observo que la que abria la puerta era una joven rubia de ojos azules que la observaba de manera interrogante.
- ¿Puedo ayudarte en algo?.- pregunto al ver a la joven frente a ella con la mirada pérdida.
- ¿Hum? A sí, se encuentra Hyōdō Issei....- hablo de manera algo aturdida pensando en sí su amigo ya no vivía ahí.-
- Oh si espera un momento.- entró rápidamente a buscar a alguien.
Un segundo después salió un joven apuesto (a sus ojos) de cabellera castaña y ojos de color miel que la vieron con duda por un momento.
- ¿Me buscaba?.- pregunto al ver que no decía nada la joven frente a él para al momento siguiente está lo abrazara de manera fuerte.
- Iseeee-kun.- grito con una gran sonrisa la chica derramando algunas lágrimas.
- Etto... ¿Nos conocemos?.- pregunto algo nervioso al sentir una sensación oscura a sus espaldas.
- No me recuerdas Ise-kun, soy yo Irina, Shidou Irina.- limpiandose las lágrimas y separándose el joven la castaña se presentó viendo que el chico ahora la veía incrédulo.
- ¿Shidou-kun? No eras un chico... Vaya no esperaba esto.- respondió tontamente escuchando la risita de su aparente "amiga" de la infancia.
- Si... Creo que solía actuar como chico en esos días jejeje.-
- Han pasado tantos años...- sonrió alegremente abriendo más la puerta.- pasa por favor.-
- Espera no vengo sola.- rápidamente volteo y le hizo señas a sus acompañantes que se acercaron a paso veloz.
Una vez todos entraron el castaño las llevo a su sala y pidió que tomarán asiento en lo que él iba por un poco de té para ellas, cosa que agradecieron.
- Es un joven muy amable.-
- Y su casa es muy linda.-
- Si los señores Hyōdō siempre fueron algo tradicionales jeje.-
Mientras las tres más jóvenes dialogaban la monja observaba al chico analíticamente al sentir un Sacred Gear dentro de él pero también notaba que no estaba al tanto de esto, por el momento no comentaría nada ya que estaba segura que la peliblanca no dudaría en informar a la iglesia.
- Aquí tienen el té, disculpen que no pueda ofrecerles algo más.- dejo sus pensamientos a un lado al ver al joven sirviendo té dejándolo frente a cada una de ellas.
- No se preocupe, es nuestra culpa el llegar sin un aviso previo a su morada.-
- No hay ningún problema, si son amigas de Irina son más que bienvenidas.- sonrió de manera genuina provocando una leve sonrisa en la peliblanca.
- Por cierto donde quedaron mis modales, soy Lint Sellzen un gusto.- miro de reojo a las otras dos que se avergonzaron por su falta de modales.
- Soy Xenovia Quarta, Dios bendiga sus atenciones.- esto solo le saco una gota de sudor al chico que le saludo con una sonrisa nerviosa.
- M..mi nombre es Mirana Shatarova es un placer.- hablo tímida la monja sacandole una sonrisa al castaño al recordarle un poco a Asia.
- Es un placer soy Hyōdō Issei.- les sonrió tomando asiento a un lado de su amiga.- Y dime que te trae por acá Irina, hasta donde supe estabas trabajando ya en Italia.-
- Si así es pero...por algunas cosas tuve que regresar jejeje.- sonrió nerviosa rascando la parte trasera de su cabeza.- Y... Perdona si suena tan repentino pero necesitamos un lugar en donde quedarnos y pensé en pedirte ayuda...- terminó de decir de manera tímida pues su amigo podría pensar que solo por conveniencia lo venía a ver después de muchos años de no verse.
- No tengo ningún problema en que se queden, solo tendrán que compartir habitación ya que no dispongo de muchas.- hablo tranquilamente el joven aunque lo último lo dijo de manera apenada pensando en que podrían molestarse.
- No hay ningún problema, eso es más que suficiente y realmente lamentamos las molestias.- se levantó la peliblanca haciendo una profunda reverencia siendo imitada por las demás.
- No no se preocupen, siempre hay que ayudar al prójimo ¿No?.- recordó que sus papás siempre solian ayudar a la gente aún si a estas apenas y los conocían.
Las presentes solo sonrieron ante la buena actitud del chico pues muchos no las aceptarían así nada más sin pedir algo a cambio y este joven las recibió sin conocerlas y con una sonrisa.
- ¿Ise?.- escucharon una voz bajando por las escaleras siendo la misma rubia que había recibido a Irina.
- Oh queria, ven hay alguien a quien quiero que conozcas.- las presentes vieron cómo está se acercaba con una suave sonrisa sentándose en el regazo del castaño para vergüenza de una, confusión de otra, incredulidad de la castaña e indiferencia de la peliazul.
- Ella es Irina una amiga de mi infancia.- la castaña saludo de forma mecánica.- y ellas son Lint-san, Mirana-san y Xenovia-san, jeje se quedarán con nosotros un tiempo espero no te moleste querida.-
- No tengo ningún problema Anata.- sonrió ante la amabilidad de su pareja, siempre había sido así apesar de ser un pervertido.
- ¿Qui..quien es ella Ise-kun?.- pregunto cómo pudo la joven exorcista sintiendo un conflicto interno.
- Ella es Kiyome Abe, y es mi pareja.-
- Mucho gusto.-
La joven Shidou al escuchar solo pensó en una sola cosa...
"Llegué tan tarde"...
Oh eso es lo que ella creia....
Fuera de la casa en un techo podemos ver a un peliblanco observando todo desde el techo de una casa, o más concretamente observando al castaño desde la mira de un rifle.
- Odialas a ellas por involucrarte no a mí por actuar.- y disparó.
En los alrededores el sonido de un disparo rompió por un momento la tranquilidad de la noche...
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Bueno hasta aquí el capítulo de hoy jejeje espero les guste.
Hoy se presentaron dos nuevas Waifus rubias jajaja.
Ya saben dejen sus opiniones, quejas u sugerencias en los comentarios pero con respeto todo jejeje eso sería todo.
Se despide su amigo Leviathan-sama bye bye...