Mi hermano llevaba por todo el gimnasio su teléfono mientras hacía FaceTime conmigo.
- Don, te he dicho que sigo tu rutina -dije tirándome a la cama de mi trailer con el móvil.
- ¿Ah si? ¿No te dije por lo menos siete horas de sueño y estás despierta?
- Literalmente acabo de terminar de rodar por hoy, pensaba dormir ya.
- ¿Haces los estiramientos?
Rodé mis ojos.
- Si, pesado. ¿Cómo están mis sobrinos?
- Están perfectos, espero que vengas al cumpleaños del pequeño hombreton.
- Pensaba que Seb ya te había confirmado que íbamos.
- Me dijo que si, pero no tenía claro si ibas a terminar el rodaje a tiempo.
- Si, no te preocupes. De hecho debería colgarte ahora y llamarle.
Él se giró.
- No hace falta, mira quien ha llegado.
- ¡Sebby!
Mi hermano giró la cámara para seguir llamándole.
- Hola nena, ¿has terminado de rodar? Creía que me ibas a llamar.
- Eh, los hermanos primero -intervino Don.
- Justo le había dicho a Don que le iba a colgar y llamarte.
- Ya claro -dijo divertido.
- Toma, te la paso, pero cincuenta sentadillas más.
- ¡Eh! -protestó Seb mientras le cogía el teléfono.
Se alejó de su grupo.
- Hola mi amor -le dije.
- Hola cariño, ¿no deberías estar durmiendo? Allí es de madrugada.
- Si, pero mi hermano me llamó y además necesitaba verte.
- ¿Todo bien?
- Si, claro. Es solo que te echo de menos.
- Y yo a ti, cariño. Pero este fin de semana me han dado permiso para verte, lo sabes, y terminas de rodar en cinco semanas.
- No me lo recuerdes -dije dejando caer mi cara contra la almohada.
Él río.
- Te adoro y te amo y te echo de menos, pero sabes que tienes que darlo todo en esta película. Y cuando vengas, tenemos dos meses completamente juntos antes de tener que hacer nada del trabajo.
- Lo se -dije con una sonrisa- y ya sabes lo que eso significa.
Él río.
- Si, se que me vas a llevar a Ikea.
- ¡Es nuestra primera casa juntos! Quiero decorarla contigo.
- Pero si ya has contratado al decorador.
- Ya, pero esto son detallitos que la hagan nuestra.
- Lo se -dijo mirando tiernamente a la cámara- y no puedo esperar para hacerlo contigo.
- ¡Stan deja de decirle guarradas a mi hermana y ven aquí! -gritó mi hermano por el fondo.
- ¡Me refería a decorar juntos! -gritó él en respuesta y luego me miró- aunque también me refería a acostarme contigo.
Reí.
- Haremos ambas, pero ahora ve antes de que mi hermano te pegue. Te amo, hablamos mañana.
- Y yo a ti, mi vida. Descansa.
Colgué la videollamada con una sonrisa.