Estaba en una de las cientos de fiestas en NY que nos invitaban cada semana. Esta vez había decidido ir ya que mi asistente me dijo que Sebastian estaría allí y después de el encuentro que tuvimos, ninguno había vuelto a contactar al otro.
Pero ya eran casi las 3 de la mañana, yo estaba un poco borracha y Seb definitivamente también.
Le vi al lado de unas plantas y me acerqué a él con una sonrisa.
- Hola.
Él se removió tímido.
- ¡Hey! No te había visto -mintió.
Yo reí.
- Lo creería si no fuera porque te he visto mirándome toda la noche.
Él miró al suelo y negó con una sonrisa. Su cuerpo se movía despacio de lado a lado a causa del alcohol.
- Vas a pensar que soy un idiota.
Negué.
- Para nada -menti.
- Es solo que... éramos buenos amigos y luego nos acostamos y no se como actuar ahora.
- Podrías actuar como siempre.
Él se rascó la cabeza.
- Es mas complicado que eso.
- ¿Te arrepientes? -pregunte con el corazón en un puño.
Él miró hacía delante.
- Es mas complicado que eso -repitió mientras daba un pequeño giro sobre si mismo.
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Mi corazón estaba en un puño.
- Okey -murmuré- lamento si todo esto fue un problema para ti.
Me giré y empecé a caminar hasta que escuché su voz.
- ¿Que significó para ti?
- Me gustas -dije sin mas, con el apoyo del alcohol que recorría mis venas- así que significó todo. Y quiero hacerlo de nuevo, cada maldito día. Me gustas y acostarme contigo significó algo bueno. Al menos para mi.
Vi sus ojos abrirse con exageración.
- Entonces será mejor que me sigas. -dijo con una sonrisa mientras extendía su mano hacía mi.
