Contradicciones (#1 El Negoci...

By darlis_steff

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Dakota Monroe no es una chica mala, no es una nerd, no es la chismosa, no es la zorra y no es la maliciosa. E... More

CONTRADICCIONES
El Negocio
Nota no entregada a Jagger
Prólogo
Capítulo I: Dulce
Capítulo II: Favores y pagos a ciegas
Capítulo III: Cerrando el trato.
Capítulo IV: Mi caso especial
Capítulo V: Un rehén a cambio de otro rehén.
Capítulo VI: No mientas.
Capítulo VII: Impulsos
Capítulo VIII: Chica dulce.
Capítulo IX: Resultados
Capítulo X: Drama barato.
Nota no Entregada a Jagger
Capítulo XI: Un poco de información
Capítulo XII: De peticiones y concesiones
Capítulo XIII: Un poco sobre Jagger
Capítulo XIV: ¿No lo eres? Yo tampoco
Capítulo XV: Fuego y pasión
Capítulo XVI: Ilusiones compartidas
Capítulo XVII: Jagger, Mick Jagger y Dubái
Capítulo XVIII: De los Monroe, reuniones y visitas indeseadas
Capítulo XIX: Mezcla de emociones
Capítulo XX: De lo malo emanará lo bueno
Nota No Entregada a Jagger
Capítulo XXI: Honestidad.
Capítulo XXII: No te metas con Dakota
Capítulo XXIII: Hablemos de Jagger.
Capítulo XXIV: Sin rastro.
Capítulo XXV: Pistas de la oscuridad
Capítulo XXVII: Decisiones
Capítulo XXVIII: Tiempo después...
Capítulo XXIX: Vulnerabilidad
Capítulo XXX: Contradicciones (Capítulo final)
Nota no entregada a Jagger
El Negocio
Negociaciones (El Negocio #2)
Contradicciones en papel

Capítulo XXVI: Atajo a una historia oscura

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By darlis_steff



Capítulo XXVI: Atajo a una historia oscura.

Jagger.



Tras la búsqueda de las hermanas Monroe por al menos dos horas, logramos encontrarlas. James lo hizo y eso se debe a que Dakota hizo mucho esfuerzo por ser encontrada. Con manos sangrientas, desaliñadas y bastante asustada, ella logró abrir una grieta en la puerta por la que James pudo verla. Fue un movimiento inteligente, valiente y de supervivencia del que estoy orgulloso de su parte. Ahora, eso no quita que lo que ha sucedido ha sido terrible y que hay consecuencias de ello. Sus padres se enteraron tres horas después, no porque estuvieran de contacto de emergencia debido a que el celular de Dakota no sirve y el de Rose se encuentra desaparecido. No dudaron en llegar lo más pronto posible tomando el primer vuelo, no creo que siquiera tuvieran tiempo de reunir ropa. La mamá de las hermanas Monroe tuve una subida de tensión debido a la conmoción de los hechos.

Muchos dirían que las cosas no llegaron a más, que pudo ser peor, pero dudo que eso represente algún consuelo para las hermanas Monroe cuando fueron atacadas.

Siento que el aire se atasca en mis pulmones. Es cómo viajar en el tiempo, pero la sensación es mil veces peor. La incertidumbre de saber que pudo ser peor, la impotencia de no poder haber llegado más temprano, de haberme descuidado y peor aún: de saber que estos ataques más que dirigido a Rose Monroe, parece que recrean de nuevo el cómo me hicieron sufrir hace un tiempo a mí.

Lo primero que hicimos tras encontrarlas, fue acudir al hospital. Dakota no me miraba, cómo si algo estuviese formándose en su cabeza, algo que me involucraba.

Al llegar al hospital, Dakota fue atendida, tenía una herida en su frente, moretones en su espalda por lo que tuvo que ser una caída y sus manos eran un desastre lleno de heridas. Estaba pálida, no hablaba y no quería soltar a Rose.

Rose...Es una historia diferente.

Dolió mucho ver la manera en la que estaba. Sucia, sangrante, ardiendo en fiebre y en última instancia, al llegar al hospital: convulsionando debido a la droga que le haya sido suministrada. Y esa horrible letra en su cuerpo que se infectó, es la razón por la que cuatro días después se encuentra todavía hospitalizada.

Resultaría difícil para alguien de afuera creer que una fiesta universitaria pudiese salirse tanto de control, pero el ataque fue intencional y si Bryce Rhode está involucrado en esto, se trata de criminales, lo cual está más allá de mí.

Mi jurisdicción se limita a problemas universitarios, tonterías y cosas más serias, pero no a tratar con criminales. Esto...es algo que no sé cómo manejar.

Pero las cosas incluso se pusieron peor. Ayer, la universidad una vez más amaneció llena de fotos en sus paredes, esta vez fueron más escuelas. Esta vez no censuraron los pechos de Rose. Arrancamos cada puta hoja, Dakota no lo supo, no ha ido a clases porque se mantiene en el hospital con sus padres. Fue indignante, terrible y dio tanta impotencia tener que ver todo eso, a las personas tomando fotos sin saber la tortura que esa pobre chica tuvo que pasar por el simple hecho de ser libre y tener sexo.

¿Quién carajos se cree con la potestad de juzgarla por eso? ¿Por qué vas a hacerle daño a una persona de esa manera por vivir su libertad? Son unos malditos parásitos. Y siento tanta ira que por un momento mi cuerpo se estremece.

Estoy sentado en el sofá de la fraternidad, esperando por Jamie para ir al hospital, incluso si Dakota no habla conmigo, si no soy de la familia y me limito a tomar la mano de Virginia Monroe, quien no deja de decirme que todo lo que quería era que sus hijas fuesen felices, quiero estar ahí.

Todo es normal, hasta que la mierda se sale del curso. Primero es Drew riendo, intento ignorarle, aún se encuentra indispuesto por su caída por las escaleras. Nos hemos ignorado y pretendo seguir haciéndolo hasta que habla.

— ¡Vaya tetas las de Rose Monroe! Quizá agarré a la hermanita equivocada.

No tengo que pensarlo dos veces, ni siquiera sé cómo me levanto del sofá, pero termino prácticamente sobre él, tomo el cuello de su camisa y golpeo su rostro, una, dos, tres veces. Antes de sacudirlo drenando parte de mi ira.

—Maldita basura, por gente como tú es que toda esta mierda pasa. ¿Quién te crees? —Le grito volviendo a conectar mi puño con su rostro.

Alguien tira de mi cuerpo fuera del suyo y grito. Quiero acabarlo, quiero hacerle tragarse cada una de sus sucias palabras y por un momento quiero llorar de la rabia, de la impotencia. Del desagrado de saber que él es solo uno más del montón que estará diciendo las mismas cosas asquerosas de ellas.

Su rostro sangra y no es suficiente.

Porque esto no borrará lo que pasó el viernes.

No hará sentir mejor a Dakota.

No me hará sentir mejor a mí.

No borrará el susto que ha pasado Rose.

Y no acabará con los malditos enfermos detrás de todo.

Pero al menos, evita que esta basura vuelva a hablar de ese modo de ellas. Su rostro es un desastre mientras James me sostiene para que no vaya por más. Todo es tenso con un absoluto silencio.

—Jagger... —Comienza Stephan, presidente de la fraternidad. Y sé lo que viene.

He roto una regla importante golpeando a un supuesto hermano dentro de la fraternidad, más cuando dicho hermano se encuentra lesionado, pero no me arrepiento.

—Lo sé, Stephan. Sacaré mis cosas al final de la semana, hay personas geniales aquí, pero no puedo compartir hogar con una basura como Drew —hablo, Jamie me libera—. Solo no puedo lidiar con esto ahora, hablaremos cuando esté de vuelta.

Salgo de la fraternidad, tengo alguna clase, pero luego me pondré al día. Pretendo subir a mi auto, pero James me quita las llaves, ni siquiera me quejo. Subo al auto y cierro la puerta con fuerza antes de golpear el tablero. James me deja hacerlo. Conduce en silencio hasta el hospital y solo cuando llegamos, habla.

—Necesitamos buscar un apartamento al cual mudarnos, Jagger. Puedo encargarme de conseguir algo céntrico para antes del viernes, no quisiera recurrir a papá, pero medidas desesperadas...Él puede conseguirlo por nosotros.

No soy un tipo muy orgulloso cuando se trata de mis amigos, así que me estiro para apretar su hombro, agradeciendo lo que hace por mí. Renuncia a un montón de hermanos para estar conmigo.

—Gracias, Jamie.

—Somos hermanos no de sangre, pero sí que lo somos —Me sonríe, trato de devolverle el gesto.

Permanecemos en silencio, suspiro. Me siento agotado, mis horas de sueño se han reducido drásticamente. Siento culpa, arrepentimiento y mucha impotencia.

—De nuevo, Jamie. Una vez más.

—No, Jagger. No se repite. No fallaste. No es tu culpa.

—Bryce Rhode tiene que ver con esto, con lo que sucedió con Lind —Le informo, él me da su atención—. Está sucediendo casi el mismo patrón de hace unos años y es evidente que tiene rencor o una enfermiza venganza hacia mí.

» ¿Acaso sabías que él es hijo de un criminal?

— ¿Qué? ¿Pero de qué me estás hablando? ¿No era solo un chulito vendiendo droga jodida y fuerte en la universidad?

—Era más que eso —Vuelvo a pasar las manos por mi rostro—. No es solo un hombre joven en una venganza tonta. Es algún tipo con conexiones criminales intentando joderme. ¿Qué se supone que haga? Solo soy un estudiante con conexiones normales, no es que manejo un grupo de espías gubernamentales. No esperé meterme en estos líos con gente tan peligrosa y siento que esto involucra a las hermanas Monroe.

— ¿Por qué Bryce atacaría a Rose Monroe? No sé, sí pensaría que él tiene que ver, pero me es difícil hacer una conexión entre ambas cosas.

—Eso es algo que intento pensar, puede ser una carnada. Debe haber algún lazo.

—Tienes razón, algo debe unir estas situaciones, pero no podemos precipitarnos —Hace una pausa—. Y si Bryce está involucrados con criminales, esto es jodido, Jagger.

»Los criminales suelen tener conexiones en las estaciones de policías, lo cual indicaría porque el caso de Lindsay se cerró con tal rapidez sin determinar a los culpables.

—Lo sé, esto es muy turbio, pero es evidente que Bryce no trabaja solo.

— ¿Qué hay de Simon Clark? ¿Has sabido algo del profesor?

—Seth está intentado meterse en su portátil y Lorena dice que está a poco de obtener algunos documentos, quiero tener una conversación con ella —respondo—. Por otra parte, no pienso quitar mi atención de Drew.

—Y Guido, no podemos olvidar a Guido.

—Creo que Guido sabe mucho, pero no es más que un peón. No va a delatar a Bryce.

—Entonces, ideemos un plan para que hable, Jagger. Ahora, ve con Dakota.

Dejo que pasen otro par de minutos antes de bajar del auto, él dice que pasará por mí en cuanto le diga, hará el favor de ir a llevarle comida a mamá Marie y verificar que esté bien por mí.

Me dirijo directo al lugar en el que ha estado Rose en observación. Los padres de Dakota no están, pero ella sí. Y es un tanto extraño no saber qué hacer porque no hemos hablado, porque ella solo ha llegado a hablar, y muy poco, con sus padres. Cuando nota mi presencia alza la vista, sus están un tanto rojizos, trae bolsas y ojeras. Tiene una bandita en su frente donde estaba el golpe y sé que su torso también tiene una venda por lo magullada que estaba tras la caída, sus dedos también están vendados. Espero expectante qué sucederá, ella suspira y mira el asiento de su lado. Lo tomo como una señal de que me siente.

Me dejo caer y estiro mi mano tomando la suya. No la aleja, pero tampoco aprieta el agarre. Pasa un par de minutos antes de que Dakota comience a hablar en voz baja sobre lo qué pasó esa noche. Me muerdo la lengua para no maldecir, aprieto mi mano libre para evitar golpear la silla. Escucho todo. Cuando termina de hablar, la atraigo a mi costado y la abrazo.

—Fue...Horrible. No sabía si ella estaba bien...Actúe por instinto, en el fondo estaba tan asustada, pero sabía que tenía que hacer algo.

—Lo siento mucho, Dakota.

Y en esa disculpa no solo lamento la situación, lamento no haber podido ayudar. Es cómo un ciclo, volver a empezar, pero es mil veces peor.

Me hace saber que sus padres se encuentran adentro con Rose, quien está mucho mejor. La historia que conocen sus papás es que fueron atacadas, pero no saben la verdadera razón y no sé si ellas planean decirlo. Espero afuera cuando Dakota entra a hablar con Rose y converso un poco con Spencer, quien se ve mucho mejor que días anteriores, claramente aliviado de que la infección haya sido detenida y Rose esté mejorando. El doctor dice que si todo va bien, será dada de alta en dos días. No se encontró ninguna agresión sexual, una de sus muñecas está dislocada y tiene un músculo desgarrado en el brazo debido a todo el peso que sostuvo al colgar.

Dakota me permite llevarla a comprar algo de comer y terminamos con unos sándwiches sencillos, sentados en una banca de un parque, comemos en silencio. Todo esto es extraño. Decido hablar apenas terminamos de comer porque hay un peso entre nosotros y es hora, de así sea a medias, dale un pedazo de mi historia.

—Mi última relación no salió nada bien —confieso, eso hace que ella me dé su atención. Suspiro—.Tuve una novia: Lindsay Hoffman. Vinimos juntos a la universidad, comenzamos a salir seis meses antes de venir a Nottingham. La conocí en una fiesta, inmediatamente me gustó y congeniamos.

»Creo que estaba siendo un buen novio, no lo hacía tan mal y ella era una novia increíble —Sonrío recordando esos días—. Estudiaba leyes y me ayudó con algunas cosas a la hora en que comencé muy rápido a armar mi negocio. Fue divertido. Ella no se involucraba directamente en ello, pero siempre saldría su lado cerebrito a darme asesoría legal de lo que estuviese aprendiendo y trataba de que todo se mantuviera legal.

Hago una pausa larga para verla, tengo toda su atención, estiro mi mano y tomo la suya.

—Todo iba bien, claro que alguna persona se cabreaba a veces por ser "víctimas" de mi trabajo, pero nada muy grande. Al menos no hasta una fiesta.

»Las fiestas a veces resultan agridulce para mí. Recuerdos buenos y también recuerdos malos. ¿Cómo fue drogada Rose, Dakota? —cuestiono.

—Creo...Con una bebida —susurra. Asiento, lo esperé.

—Lindsay también. Luego de estar realizando muchos trabajos, ella comenzó a recibir notas. No eran muy seguidas, fueron pocas pero ella nunca me lo dijo. Fue drogada a través de una bebida cuando me descuidé. Estábamos en una fiesta, todo iba bien. Me descuidé un rato porque no éramos siameses y teníamos amigos con los que queríamos pasar el rato también sin tener al otro encima —La miro sintiendo mi mirada comenzarse a humedecer—, pero me pesa, Dakota. Ese tiempo, esa pequeña brecha de tiempo fue un error enorme.

Lo recuerdo perfectamente. Todo iba bien, la pasábamos genial. Lindsay se fue con sus amigos y yo me incluí con mi fraternidad. Luego me di cuenta que no la veía desde un par de horas, comencé a buscarla y la encontré rápido porque alguien gritó.

Lindsay flotaba en una piscina con la ropa desgarrada, alguien la sacó del agua incluso antes de que yo terminara de llegar. Recuerdo sus labios azulados, lo pálida que estaba, cómo sentí que su vida se me iba de las manos. Puedo viajar a ese momento exacto a la perfección. La angustia, el dolor, la desesperación y la incertidumbre. Y sobre todo el dolor de haberle fallado.

—Lindsay fue violada por más de una persona, hicieron cosas perversas con su cuerpo —Trago porque se me quiebra la voz, pensar en eso es doloroso—. Lo peor es que ella no veía, pero podía escuchar y sentir todo lo que le hacían a su cuerpo. Cada cosa, Dakota. Me descuidé horas y le hicieron eso por mi culpa.

—No es tu culpa.

—Lo es, porque luego recibí una carta diciendo que ellos hicieron su trabajo, como yo hacía el mío.

—Oh, Dios mío —Lleva una mano a su boca.

Me planteo sobre qué más decir, si decir la historia completa hasta el final, si es necesario, si puedo contarlo, pero es demasiado y en última instancia tomo el atajo. Lo inconcluso. Digo hasta los recuerdos que no destruyen tanto.

—Lindsay se deprimió mucho, no encontraron a los culpables. Ella no volvió a ser la misma y no podía culparla. Megan...

— ¿Tu madre?

—Sí. Ella. Es o era psicóloga, le rogué que la ayudará, que hiciera algo bueno por mí luego de tanta mierda que me había hecho pasar —Doy una risa seca—, y en lugar de ello, la jodió tanto, lo arruinó tan mal que nunca podré perdonárselo.

»Megan me ha hecho daño, pero nunca fue tan grave cómo lo que le hizo con Lindsay, por eso no quiero tener nada que ver con ella.

— ¿Nunca encontraron a los culpables, Jagger?

Siento que esa es una pregunta importante para ella y me duele tanto tener que darle la respuesta, limpio una lágrima que escapa.

—No, apenas empezábamos, quedaba mucho por aprender y quien lo haya hecho sabía cómo operar, nunca dieron con ellos. El detective y las autoridades cerraron el caso por falta de evidencia meses después —Aprieto su mano—, pero ahora hay muchas pistas y han salido a la luz muchas cosas que me hacen entenderlo mejor, pero es tan complicado.

»Muchas veces bromeaste sobre llamarme mafioso, pero la verdad es que solo soy un hombre con conexiones en la universidad, ingenio y capacidades que me ha dado la carrera que estudio, pero hay cosas que son más grandes que yo, sobre todo aquellas que van hacia el terreno de la delincuencia.

Mis palabras la hacen estremecerse y ve hacia otro lado, tarda en devolver su atención a mí.

— ¿Qué pasó con Lindsay?

Trago y tomo una respiración profunda. Lindsay Hoffman, una chica que amé y me dio un amor juvenil desenfrenado y tan corto. Un año y medio se vio y sintió bastante corto cuando tuvo un final tan abrupto y drástico.

—Lindsay ya no vive, dejó de hacerlo a principios de mi segundo año, cuando tras unas semanas de yo volver, ella nunca lo hizo —susurro.

Tenía diecinueve años cuando dejó de vivir. Apenas llevaba unas pocas semanas de las clases de inicio de mi segundo año, cuando papá me llamó y me dio la noticia. No hay manera de explicar lo que se sintió. Cómo dolió. La culpa, los cuestionamientos de qué pude haber hecho mejor, lo qué pasaría si...

Es una historia con cesura, la versión corta y la que menos duele, porque aún no me siento preparado para darle la versión completa, la cruda, extraña y que incluso me enferma.

Pensar en que sentí que se repetía la historia el viernes, ni siquiera se acerca. Es amargo, rancio y decepcionante.

—Lo lamento mucho, Jagger, pero aun así no creo que fuese tu culpa —Hace una pausa—. Y lo que sucedió el viernes tampoco lo es, no te sientas responsable. Los únicos culpables serán quienes tienen las manos sucias de una situación tan atroz como las que nos hicieron pasar.

Aprieta levemente mi mano antes de dejarla ir y no se siente bien.

—Creo que deberíamos volver al hospital, o al menos yo, tú deberías ir a hacer tus cosas.

Mis cosas. Mis cosas en este momento se reducen a presenciar que ella esté bien, que su familia lo esté, pero creo que Dakota no lo entiende, porque ella se aleja.

***

—Profesor —digo entrando al salón de clases luego de ver a la última alumna del salón de clases salir.

Por la manera en la que iba pálida y veía hacia el suelo, sospecho que pasó algo que la asustó o inquietó. Simon Clark hace que sus labios se conviertan en una fina línea cuando me ve entrar, no es un secreto que mi visita no es grata.

—Pensé que no tendría la fortuna de toparme de nuevo contigo, Castleraigh.

—Es un hombre de fortuna, porque míreme, aquí estoy.

Tomo una de las sillas de este salón, agradezco que no sea un auditorio, y lo ubico frente a su escritorio. No despega la vista de mí, pero no luce perturbado o nervioso de mi presencia. Mucho menos se siente amenazado.

— ¿Qué quieres? Pensé que tras el inconveniente y las calumnias que levantaste en tu primer semestre, habías aprendido la lección.

— ¿Calumnias? Con el debido respeto, querido profesor, ambos sabemos que entre esas chicas y usted, hay un solo mentiroso.

— ¿Sabes? Tu padre y abuelo tienen mucho poder, pero no siempre van a protegerte cuando te metas en problemas.

— ¿Es eso una amenaza?

—Tómalo cómo un consejo.

—No necesito de tu consejo, pero gracias —Le sonrío—. Sé que tuviste el semestre pasado una alumna muy hermosa, intervenía en tus clases y es bastante conocida.

—No me encariño con mis estudiantes.

—Qué declaración tan peculiar cuando sé de hecho que te encariñas demasiado —Dejo de sonreír—. Fuiste y tuviste sexo con una estudiante, has visto cómo sus fotos han sido esparcidas por la universidad. Fotos de los encuentros sexuales que tuvo contigo.

»Fotos en las que por alguna razón no se te perjudica, ¿No te parece extraño?

—Así que de nuevo vas con las mismas acusaciones, Castleraigh. Pensé que habías aprendido tu lección.

—No estoy aquí para acusarte, ella no tiene por qué salir perjudicada.

—Sé de tus jueguitos en la universidad, te crees muy adulto dando tus supuestas ayudas, pero solo eres un niño jugando a ser grande —Guarda sus papeles en su bolso—. No te metas conmigo, Castleraigh. Hay muchas cosas que no te incumben, tienes demasiados problemas, nos busques más.

Se levanta y hago lo mismo, nos vemos con fijeza. Sonríe.

—Y créeme, esa chica Monroe sabía lo que hacía. Suerte con su hermana.

— ¿Cómo lo sabes?

—Aquí todos te conocen, todos hablan. No eres el único al que le gusta resolver problemas —Borra su sonrisa—. Mantente alejado de mí, Castleraigh. Algunos asuntos, son más grandes que tú.

Camino hacia la puerta para adelantarlo, en última instancia me giro.

—Gracias por tus advertencias, sabré usarlas, profesor —Sonrío y salgo.

Camino para salir de la facultad y apenas lo hago llamo a Seth.

— ¿Si?

— ¿Puedes conseguirme para esta tarde la lista de estudiantes de la clase del salón C de la escuela de letras?

— ¿De qué días y qué profesor?

—No sé qué días exacto, sé que la imparte los miércoles como hoy. Es el profesor Simon Clark.

—De acuerdo, dame unas horas.

Finalizo la llamada y paso las manos por mi cabello. Debo hablar con la última chica que salió del salón de clases. Ella lucía asustada y esto no tiene que ver con mi problema o el de las hermanas Monroe, se trata de que Simon Clark necesita ser detenido, algo me dice que durante todos estos semestres ha hecho más daño en sus alumnas de lo que puedo imaginar.

Sí, tal vez algunas cedieron de forma voluntaria cómo Rose Monroe, pero tengo la sospecha de que muchas corrieron el mismo destino que las chicas que en mi primer semestre intenté ayudar. 



Para más noticias de mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff


Holiisss, sigo rarita de salud, pero aquí el capítulo juju.

A esa historia de Jagger le faltan páginas para saber, pero poco a poco.

En lo siguientes capítulos, desde aquí, será interesante ver sus reacciones, quiénes juzgarán, quiénes entenderán. Muy, muy interesante.

El hada señala a @Books_reader_ gracias por el apoyo corazón, solo por eso te mando pañuelos y abrazos para la historia. Jejeje agradezco tenerte como parte de esta locura.

Espero les guste.

Un beso.

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