leyendo supongo que creer de...

By alanicobandokitsune

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todos los derechos reservados a sus respectivos creadores la historia no es mía solo tengo el permiso de esc... More

prologo
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 6
capitulo 7
capítulo 8
capitulo 9
capítulo 10
capítulo 11
capítulo 12
volvi
capitulo 13
capítulo 14
capítulo 15
capitulo 16
capitulo 17

CAPITULO 5

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By alanicobandokitsune


Artemisa se ofreció a leer el capitulo ya que tenia el presentimiento de que tenia que ver con una de sus cazadoras

Capítulo 5: De Bollos y Flores

-"Yo era afectuoso y bueno; la desgracia me ha convertido en un demonio. Hazme nuevamente feliz y volveré a ser virtuoso"- sigh.... suspiré mientras dejaba el libro que estaba leyendo en la mesa de luz de se hallaba a mi lado.

-Me pregunto que saldría si yo intentase algo similar- me pregunté soñadoramente, para que inmediatamente se forme una sonrisa torcida y macabra en mi cara.

-Si... es posible que pueda lograrlo-

-Dos tizas, una blanca y la otra negra. Ocho velas. Cinco inciensos con aroma a cítricos- enumere mientras miraba a los elementos necesarios para mi próxima creación.

-Mezclando las técnicas de la alquimia y la transfiguración de una manera equilibrada, nada puede salir mal- dije orgullosamente solo para sentir con si alguien hubiese tirado un balde de agua helada por mi espalda.

-Algo me dice que quizás no sea una gran idea lo que estoy por hacer... meh! Da lo mismo-

Nunca más ignoraré la sensación del balde de agua a modo de advertencia ante alguna estupidez mía.

Dibujando dos círculos de un metro y medio de diámetro con sus respectivas tizas en el suelo de mi sala. Cada uno con trazados diferentes.

El negro, tiene motivos de un sol con runas en los extremos de cada rayo. Con cuatro velas a su alrededor.

Mientras que el circulo blanco es un trazado de una luna con runas a su alrededor. También tiene cuatro velas en los extremos, pero en distinta posición a la de su contraparte negra.

Puse cuatro de los cinco inciensos alojados en las esquinas de la sala, mientras que el aromatizante restante está en mi mano izquierda.

Encendí las velas y procedí a liberar mi magia en oleadas para activar las runas, cantando al mismo tiempo un antiguo encantamiento en latín que hallé en un libro de la antigua biblioteca Perverell.

Una vez que se cargaron con mi magia las runas del suelo, las velas se apagaron momentáneamente, pero yo no deje de cantar. Los inciensos en las esquinas se encendieron solos, mientras que el que se alojaba en mi mano se deshizo en cenizas. Las cuales se fueron en dirección a los círculos de transmutación por partes iguales. Logrando así, la activación final de los círculos, liberando una explosión de humo que llenó la habitación.

Mientras esperaba que el humo se disipase, podía sentir mi corazón latir rápidamente a la espera de grandes expectativas. Mis manos sudaban y mi cuerpo temblaba. Podía oír caer al suelo las gotas de sudor que se alojaban en mi frente.

El humo era ya casi inexistente. Podía divisar dos figuras en los círculos.

-Lo he logrado... LO HE LOGRADO! Ha ha ha ha ...- exclamé alegremente solo para que mi risa se detenga abruptamente ante la visión de mi reciente creación.

Alojados en el centro de cada circulo, se hallaban dos pequeños animalejos antropomórficos.

Cediendo ante mi curiosidad, me acerqué hacia ellos. Viéndolos detenidamente pude definirlos mejor. Eran dos pequeñas bolas con orejas de conejo. Los pequeños tenían unas gemas de color en sus frentecitas. La pelota peluda de color blanco como la nieve que salió del circulo de la luna tenía un pequeño rubí en su frente. Con respecto a su contraparte que salió del círculo del sol, era de color negro sombra y tenía un zafiro en el mismo lugar que su contraparte.

Ambos tenían un pendiente en una de sus orejas de conejo. Del mismo color que sus correspondientes gemas.

Con gran fascinación, esperé a que se muevan o hagan algo por el estilo. Lamentablemente no reaccionaban, por lo cual tuve que proceder a la ardua prueba de picarlos con mi dedo índice.

Cuando estaba a punto de tocar la pelota negra, esta abrió sus ojos... espera, dije ojos?

-AGHHHHHHHHH!- grité desaforadamente ante semejante susto.

La misma reacción tuvieron todos cuando las mismas esferas aparecieron delante de ellos y abrieron sus ojos

-Ta- da - escuché decir a la pelota blanca.

-A-aca-acabas de decir "ta-da "- le pregunté.

-Tu... pareces un monstruo feísimo! - exclama felizmente, haciéndome enfadar.

-Pero qué estás diciendo! - le grito mientras lo golpeo con el dorso de mi mano en su pequeña cabeza.

-Ah! Pero que quieres decir con que parece... lo es! - gritó la bola negra mientras procedía a saltar a mi alrededor con su contraparte monocromática.

-Tienes tu algo en contra mía?!- grité mientras podía sentir como una vena se formaba en mi frente.

Los malditos bollos tan solo sonreían y seguían saltando a mi alrededor felizmente.

La misma escena pasaba en la sala solo que saltaban y se reian mientras esquivaban multiples expeliarmus de un enojado Harry

-Qué se supone que son ustedes dos? - pregunto después de poder finalmente tranquilizarme.

-Yo soy Mokona Modoki! - me dice el bollo blanco.

-Y yo soy Mokona Modoki! - me responde su contraparte negra.

-... Que rayos! Ambos se llaman igual! - grito nuevamente.

-Por supuesto! - exclamaron unísonamente.

-Aghhhhhhh! Nunca más volveré a intentar volver a hacer algo como esto de nuevo! -

Después de liberar mi rabia para la diversión de los bollos peludos, sentí como se formaba una perturbación en los alrededores de la tienda.

-Uhm... parece que un cliente ha llegado después de un viaje un tanto...ajetreado- les digo a las Mokonas mientras me iba a cambiar de vestuario para recibir al visitante.

Una camisa negra con un patrón dorado en los puños de las mangas y en el cuello. Un pantalón de vestir también de color negro como la brea. Y decido finamente ponerme un kimono celeste oscuro con dibujos de mariposas blancas, por encima de mi ropa, sin atar, fluyendo suavemente ante mis movimientos.

-Creo que debería ir a ayudarla con esos monstruos o el precio será más caro... para ella- me digo a mi mismo mientras marcho hacia el exterior de la tienda a ayudar al nuevo cliente.

Acomodando mis lentes para captar la visión de los que se haya delante mío, mi boca esboza inconscientemente una sonrisa ante la batalla que les da mi pequeña luchadora fuera de la barrera de la tienda.

Sus movimientos sutiles y fluidos como el agua cristalina en una superficie llana. El fuego en sus ojos demostrando sus necesidades de ganar y sobrevivir. La tensión en sus músculos apenas notorios en sus ropas, listos para el próximo ataque. Y su aura de poder que irradia, demostrando su superioridad a pesar de su estado actual.

Lágrimas de sangre que se caen de sus heridas. Su respiración errática y desacompasada. El error en sus pequeños pasos. Su necesidad de tomar grandes bocanas de aire. La fatiga que se apodera de ella rápidamente, llevándola a la inminente inconciencia.

Intento hacer oídos sordos a esos gritos que me dicen que salte delante de ella y la defienda. Si hubiese sido más joven, no tengo dudas de que lo habría hecho sin pensarlo dos veces.

Decido ignorar esa sensación y procedo a interceder ante el ataque sincronizado de estos cinco Hellhounds.

Acercándome lenta y silenciosamente por detrás de la muchacha para no asustarla, cruzo mi brazo derecho sobre su abdomen, acercándola hacia mi pecho mientras susurro en su oído un suave y tranquilo encantamiento de sueño para darle su tan ganado descanso.

Aprovechando el breve momento de sorpresa de los monstruos ante mi súbita aparición, les disparo con mi brazo izquierdo cinco hechizos Diffindo a sus cuellos, matándolos y reduciéndolos a tan solo un polvo dorado, el cual hago desaparecer con un Evanesco silencioso.

Todo eso sin dejar de susurrar al oído de la joven y bella mujer, el buen trabajo que hizo luchando, haciendo que en su sueño dibuje una inocente sonrisa en su precioso rostro.

-Creo que es hora de llevarte a curar esas heridas, no crees? - le digo mientras la hago levitar, evitando el contacto innecesario entre nosotros, teniendo una idea de quién es su señora.

Artemisa solo mira con gracia a Harry mientras este solo se encoje de hombros

Pidiéndoles a las Mokonas que preparen lo necesario para curar lastimaduras, llevo a la muchacha a una de las tantas habitaciones deshabitadas y la deposito en una de las cinco camas.

Despojándola de su arco y su carcaj de flechas, la cual solo tenía tres de ellas, procedo a quitarle su vestimenta para poder curar todas sus heridas y no dejar que se infecten.

Quito su parka de color plateado que está rota en sus extremos, sus botas marrones para montaña llenas de barro y suciedad, su pantalón negro rasgado por partes debido a los ataques de los Hellhounds. Su remera blanca rasgada y con manchas de sangre, y por ultimo su diadema que adorna su cabeza. Luego de quitarle todo eso, lo dejo en una silla que se encuentra a mi lado y decido limpiarlas con un encantamiento Scourgify, y arreglarlas con un simple Reparo.

Artemisa lo mira con una mirada de advertencia mientras el solo levanta las manos en señal de que no haría nada o bueno esperaba

Luego de haber hecho el primer paso, avanzo a examinar las heridas que tiene la muchacha. Viendo detenidamente me doy cuenta de sus características.

Su piel de tono oliva. Sus largas piernas atléticas por tanto correr a través de los años. Sus manos suaves con dedos elegantes y uñas recortadas. Su largo pelo negro que luego de la pelea perdió su trenzado. Su nariz respingona. Y sus ojos color marrón oscuro que logre divisar antes de su pérdida de conocimiento.

Ella era alta, agraciada, elegante y magníficamente hermosa. Si no supiese quien es ella, diría que estoy frente a una princesa persa.

"es ella pero como" murmuro artemisa para si misma

Viendo que las Mokonas llegan por la puerta con lo necesario para curar a mi paciente, decido que se queden a mi lado para simple compañía y para que aprendan el arte de curar... o al menos lo que deben de hacer si tienen que explicarle a alguien en el futuro.

Cuidadosamente limpio las lastimaduras más graves que se hallan en su torso, marcas de garras cruzando en diagonal desde su hombro derecho hacia su pecho izquierdo. Usando un antiséptico para que no se infecten, junto con las heridas de sus piernas y brazos. Eliminando así todo rastro de sangre seca de su cuerpo.

Luego de dejarla libre de posibles infecciones, me dirijo al botiquín, que trajeron los bollos que en este momento se encuentran concentrados viéndome, y saco unas pociones de reposición de sangre y una de recuperación muscular debido a su fatiga. Tomando las dos pociones, me acerco a su cara y obligo su cabeza a levantarse un poco para hacerla tomar los brebajes sin que se ahogue.

Después de haber tomado cuidado de ella, decido dejarla descansar un rato, mientras me dirijo a preparar un poco de comida ya que cuando se despierte los más seguro es que se encuentre hambrienta.

Luego de preparar un poco de té y un postre para acompañar, fui a verificar como se encontraba mi paciente después de haberla dejado descansar tres horas.

Acercándome a la habitación, escucho ruidos de movimientos y ligeros quejidos, haciéndome sonreír sabiendo que estaba curada.

Golpeando la puerta para avisarle que había alguien y no entrar despreocupadamente para terminar seguramente golpeado y castrado antes de poder explicarme.

-Se puede entrar? - pregunto suavemente.

-No! Quién eres?! Dónde estoy?! Y por qué estoy prácticamente desnuda?! Responde inmediatamente muchacho! - exclamó furiosamente, mientras yo agradezco por haberla envuelto en vendas después de curarla.

-Es de mala educación pedir un nombre antes de dar el propio. Estás en mi casa. Y estas vendada porque tuve que curar tus heridas. Ahí tienes tus respuestas niñita, ahora puedo pasar para ver si tus lastimaduras han curado? - respondo tranquilamente a cada una de sus preguntas esperando que eso satisfaga su temporaria curiosidad.

-Júralo por el Rio Styx si quieres que crea en ti muchacho! Y recién ahí veré si te dejo entrar- me pidió imperativamente.

-Sabes que te estas amotinando en mi propia casa, ni-ñi-ta - le aclaro mientras finalizo mi oración cantarinamente solo para hacerla molestar.

"definitivamente no cambias Harry" dijo Astoria risueñamente para diversión de Harry y Draco

-Tan solo júralo! -

-Ok, ok... vaya que humor. Juro por el rio Styx que todo lo que he dicho anteriormente es la pura verdad- digo mientras puedo oír como un trueno resuena en los cielos confirmando mi veracidad.

-...-

-Y bien? Aún sigo aquí, lo cual confirma que lo que decía era verdad. Así que puedo entrar ahora para ver tus heridas, por favor? -

-...Está bien, entra. Pero más te vale que no intentes nada gracioso o lo lamentaras- dijo mientras yo abría lentamente la puerta y tomaba una primera vista de su cuerpo medio tapado con la sábana de la cama donde se hallaba recostaba.

-Mmh... podrías hacerme el favor de destaparte, sino no podré hacer mi trabajo. Mientras más rápido terminemos esto, más rápido te podrás vestir y así, tomar el té antes de que se enfríe- le digo.

-Eres un doctor? - me preguntaba mientras se destapaba un poco y revelaba los vendajes que había puesto en su torso.

-No realmente, pero creo que después de haber pasado mucho tiempo en una sala médica aprendí muchas cosas interesantes. Siéntate derecha y dime si te duele algo- le digo mientras presiono suavemente sus heridas comprobando su correcta curación.

Las madres de Harry lo miraron preocupadas(de nuevo) y sus padres solo se preguntaban que le paso para que estuviera en la enfermería tan seguido

-No, no siento ninguna molestia, es más, se siento bastante relajada. Para ser un muchacho no eres tan mal doctor- dijo socarronamente.

-De nada. Para ser una niñita no peleas tan mal contra los monstruos- le respondo de manera juguetona, mientras giraba su cabeza para ocultar un sonrojo de mí.

-...-

-Bien, creo ya es suficiente, los vendajes te los puedes quitar mañana cuando te despiertes. Ahora puedes vestirte y venir a tomar un poco de té. Te estaré esperando fuera de la habitación- le digo mientras me retiraba de ahí.

Mientras esperaba que ella saliese del cuarto, escribí un mensaje a su patrona diciéndole lo sucedido con su pupila, el hecho que había tomado cuidado de ella, y también que ya estaba en buen estado para que mañana pueda venir buscarla.

Doblando el papel donde escribí el mensaje, procedí a transfigurarlo en una simple mariposa para que lo transporte a su destino.

Viendo como volaba por la ventana, emití un suspiro ante el recuerdo de Hedwig y su método de envío de mensajes.

Harry solo puso cara de añoranza recordando a su querida lechuza

-Tan solo espero que no sea tan gritona como su ayudante- digo, aunque sepa que es en vano.

"OYE" gritaron artemisa y otra voz detrás de ellos

Al voltear vieron a la misma chica mencionada en la lectura y se empezaron a reir mientras que Harry huia de ambas chicas

Unos minutos después las cosas se calmaron y artemisa siguió leyendo claro que asusto a Harry lanzándole una flecha a los pies junto a la otra chica quien las bloqueo con un protego pero si se notaba asustado para satisfacción de ambas chicas

-Sígueme, te llevare al comedor y podremos seguir hablando tranquilamente- le dije mientras lideraba el camino hacia nuestro destino.

Una vez que llegamos, me moví a su lado y retire la silla hacia atrás para que tome asiento, a lo cual respondió con un ligero sonrojo y un sonoro resoplido para ocultar el hecho anterior, logrando que libere una risita ante sus acciones.

La chica se mostraba indignada por eso y Harry solo se hacia el loco

-Ahora puedes decirme quien rayos eres muchacho? - pregunto altaneramente la jovencita.

-Creo que ya te dije que es de mala educación preguntar sin presentarse primero- le digo con una ligera sonrisa burlona.

-Zoe ... Zoe Nightshade-

-Nightshade...solanácea, o mejor dicho belladona. Ambas flores preciosas, pero terriblemente peligrosas. Creo que se ajustan bastante bien a ti- le respondo logrando nuevamente un sonrojo de ella para mi diversión.

Harry solo se rió un poco mientras con magia hacia aparecer dichas flores en el cabello de la ahora conocida Zoe solo para esquivar una flecha directo a su cara pero sin dejar de reírse

-Gra-gracias, ahora dime tu nombre muchacho! - exclama tratando de disimular lo colorido de su cara.

-Umh... no sé si debería decirte mi nombre. No fuiste muy amable conmigo a pesar de todo lo que tuve que pasar para curarte- le digo mientras lucho por contener una carcajada ante su expresión facial.

-Tu...tu...tu maldito manipulador! Dime tu nombre inmediatamente a menos que quieras que te castre con esto! - gritaba Zoe mientras me mostraba su elemento de tortura... una cucharita.

-Ya, ya... menudo humor tienes, acaso todas en la caza son iguales? -

-Cómo sabes de la caza de mi señora? -

-Tan difícil no fue en verdad. Pero si quieres saberlo, a lo mejor fue tu arco y flecha, o tu diadema en tu cabeza, o quizás fue la parka plateada que vestías en el momento en que llegaste a mi tienda-

-Esto es acaso una tienda? De qué si puedo saber? -

-Hay muchos misterios en este mundo...y uno de ellos es esta tienda. Una tienda en la que se conceden deseos. Una tienda repleta de todo tipo de secretos, cuyo dueño vive en un tiempo detenido. Esta tienda existe, aunque en ella no puede entrar cualquiera. Solo cuando un vínculo se establece, cuando llega el momento, aquel que lo necesite podrá ver la tienda y conocer a su dueño. En esta tienda, cualquier deseo puede verse concedido... si se paga el precio adecuado-

Dejando que procese todo lo que pacientemente le explique, seguí bebiendo mi taza de té.

-Pero el hecho de que llegase hasta aquí fue pura casualidad, fue porque los monstruos me estaban persiguiendo- Zoe intento explicarme.

-Y es ahí donde te equivocas mi bella cazadora. Las casualidades no existen, tan solo lo inevitable-

-Pe-pero... - ella quería refutarme.

-Llegaste aquí porque así tenía que suceder. Porque en lo más profundo de tu ser tienes un deseo que quieres que se cumpla. O no es así? -

-S-sí, tienes razón...- dijo mientras agachaba su cabeza queriendo ocultar sus expresiones que la traicionan ahora.

Y lo mismo hacia Zoe ahora para incredulidad de Artemisa

-Pero primero que nada tienes que pagarme por la curación que hice en ti- le dije mientras estiraba mi brazo con la palma de mi mano para arriba.

-Acaso quieres dinero? Porque lo único que llevo encima son dracmas-

-No señorita Nightshade, el dinero no es lo que quiero como pago-

-Si no quieres dinero, entonces que quieres? Acaso quieres "eso"!?- se levantó de la silla mientras gritaba y agitaba su pelo para todos lados.

- "Eso"?... Para ser una cazadora con voto de castidad eres bastante pervertida por pensar que yo querría "eso" de ti- le dije mientras hacia una mueca ofendido.

En eso Apolo ya se estaba sujetando el estomago por el dolor que le causaba reírse tanto pero su risa cambio a un grito de dolor al ser perforado en las piernas por una flecha cada una cortesía de Artemisa y Zoe mientras Harry estaba con la varita de saúco en la mano y en el suelo dos flechas

-Que acaso no crees que soy lo suficientemente linda para ti!?- rugía ahora... creo que acabo de tocar una fibra sensible en la chica.

-Ok, ok, creo que esta discusión fue un tanto lejos. Eres muy hermosa, de eso no hay duda alguna, pero nunca pediría "eso" como pago a nadie, y menos a ti ya que se quién eres. Entiendes? - trato de calmarla antes que de haga algo precipitado.

-Oh... bueno... gracias- Zoe dijo más tranquila y teniendo de nuevo un sonrojo, lo cual la hace más linda.

-Por pago me refería a algo de mismo valor. Todo debe ser equitativo. Es imposible para una de las partes encargarse de todo. De lo contrario, se rompería el balance de este mundo, y todo se derrumbaría-

-Y entonces que quieres como pago? -

-Tu carcaj con las flechas será más que suficiente- le digo después de recuperar nuevamente el control de la situación.

-Pero solo tiene tres flechas en ella...-

-Es lo justo, ni de mas ni de menos- le digo mientras veo como emite un suspiro de alivio y acomoda su cabello suelto detrás de su oreja izquierda.

-Bueno, gracias por curarme, aunque sea un negocio para ti "muchacho"- dice agradecidamente mientras resalta la última palabra.

-De nada, "niñita". Ahora, no quieres que cumpla tu verdadero deseo? -

-Pero yo no tengo ningún deseo! -

-Preferirías tenerla de vuelta, no es así? Preferirías nunca haberla entregado, a que sí? –

En la mano de Harry apareció riptide pero nadie se percato de eso salvo Harry y este sonriendo se acerco lentamente a una distraída Zoe

-Eso no...! -

-Puedo hacerlo-

-De verdad? -

-Si él dice que puede...- dice la Mokona blanca apareciendo de repente de atrás mío después de ver toda la charla que tuve con Zoe.

-Es por que puede- completa la oración la Mokona negra saliendo desde el otro lado de mi espalda, sorprendiéndola momentáneamente.

-Seguro? -

-Te causó muchos problemas verdad? -

-Es que... todo lo que paso ese día... si pudiese volver y evitarlo, yo...-

-Ese es tu deseo? -

-Si- me dice luego de suspirar y aceptar la realidad de los hechos.

-Quieres que te conceda... tu deseo? - le pregunto seriamente, perdiendo todo aspecto juguetón que tenía unos minutos antes.

La misma actitud adopto Harry mientras se acercaba a Zoe

-...-

-Bueno! Pero tendrás que pagarme- le digo estirando una vez más mi mano.

-Acaso es que piensas en solo negocios!- me grita mientras movía sus manos en direcciones aleatorias.

-Ya te he dicho como funciona mi tienda-

-Te lo ha dicho! Te lo ha dicho! - repiten unísonamente las Mokonas moviéndose de un lado al otro.

-Y mi carcaj qué? - Zoe me dice con cara derrotada.

-Aquello era una cosa, esta es otra-

-Aquello era una cosa, esta es otra! - repetían nuevamente las Mokonas, poniendo a prueba la paciencia de la cazadora.

-Vale, pues entonces no...! - queriendo retractarse me decía ella.

-Ya no puedes cancelarlo-

-No puedes dejarme ni un segundo para que respire!?-

-Me lo pagarás luego... no hoy, ni tampoco mañana. Cuando llegue el momento tu sabrás cual es el pago que requiere tu deseo-

-Eh!?- exclama desconcertada.

-En tus viajes lo sabrás. Ahora, Mokonas, pueden ir al sótano de los tesoros a buscar eso por favor? - les digo a los pequeños bollos mientras las veo rodar hacia su destino, regresando con una caja.

Levantándome lentamente, rodeo la mesa y me ubico detrás de Zoe. Agarrando su suave y largo cabello negro, haciéndolo un rodete mientras abría la caja y sacaba una horquilla plateada y la enganchaba en su pelo.

"Zoe" llamo Harry a la mencionada haciendo que ella voltee a verlo

"que quieres" pregunta algo bruscamente por la costumbre de tratar fríamente a los hombres"

"darte esto" dicho eso le muestra la horquilla mencionada y colocarla en el cabello de la chica que parecía muy conmocionada es mas estaba en shock

-Listo, en honor a la verdad, te ves mucho más hermosa con el regalo de Pleione. Ahora estas completa de nuevo- le digo mientras convocaba un espejo y lo ponía delante de ella para que viese su reflejo.

Viendo que unas lágrimas caían de sus ojos, le di un pañuelo para que lo use. Solo para ser recibido con un abrazo que me derribo al suelo. Sus brazos rodeando mi abdomen y su cabeza apoyada en mi pecho, sintiendo como sus lágrimas humedecían mi ropa.

Y la misma escena paso en la sala para incredulidad otra vez de Artemisa

-Gracias, realmente muchas gracias, nunca podré terminar de pagarte por lo que has hecho por mí el día de hoy- Zoe sollozaba mientras me agradecía desde lo más profundo de su corazón.

Alzando mi mano para alcanzar su espalda, la atraigo hacia mí y empiezo a reconfortarla.

-No es nada, mi pequeña cazadora. No es nada- le digo mientras le regalo una verdadera sonrisa sincera.

-Gra...gracias de verdad- seguía llorando en mi pecho mientras veía como se quedaba dormida del cansancio de hoy.

-Y por cierto... mi nombre es Harry Potter. Y solo te lo digo porque confío en ti, mi pequeña cazadora, mi hermosa hespéride- le susurro en el oído, viendo como repite mi nombre cuando se queda dormida.

-Gracias... Harry-

"fin del capitulo" dijo Artemisa viendo a su lugarteniente durmiendo en el pecho de Harry aun con lagrimas en sus ojos pero con una linda sonrisa

Draco solo miraba eso interesado al igual que los hombres presentes menos Dionisio y Ares, y Astoria solo empezaba a hacer planes para una boda entre Zoe y su querido hermano (si Astoria lo ve como un hermano mayor con todo lo que ah hecho por ella)

Bueno quien lo diría Zoe fue la siguiente en aparecer en la lectura y que piensan de que Harry le devolviera su preciado regalo y sobre los pensamientos de Astoria?

Su zorro favorito alanicobandokitsune se despide adios

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