Me encuentro caminando hacia mi casa después de mi velada con Mario, sí así de le puede llamar, le pedí que me dejara una cuadra antes para que mi madre no me regañe, porque le diré que estaba en ensayo de porristas. Confieso que aún me duele mi 'zona' si saben a lo que me refiero y no se si es impresión mía, pero estoy cambiando de una forma extraña y temo que alguien se percate de ello.
Entro a mi casa y me dirijo hacia la habitación de mi mamá.
— Me dijo Blake que tenías entrenamiento — me informa.
Gracias, Blake.
— Si, es cierto — miento descaradamente.
— En la cocina está la cena, mañana iré a trabajar temprano. Buenas noches. — me da la espalda y se tapa con las cobijas.
Me dirijo a mi habitación y después de ponerme la pijama me duermo.
...
Me dirijo en este momento a la sede de Mariana como de costumbre, pero Mar tiene la mirada perdida y no ha hecho ninguna broma o risita, esta sería.
— ¿Te sientes bien? — le pregunto.
— Mmm.... si ¿Por que?
— Estas rara.
— No es nada.
Decido no insistir, despues se le pasará.
Dejo a mi hermana en la escuela y me dirijo a la mía.
— ¡Hey Nath! — gritan. Yo me volteo para ver.
— Hola Alex — lo saludo cuando está junto a mi.
— Me diste tu número mal — réplica.
— Si, lo siento, Alex. Lo había olvidado.
— ¿Vas para tu sede?
— Si, así es.
— Te acompaño.
Vamos bromeando y jugando, me invitó a salir, pero no acepte y él lo tomo bastante bien.
Al llegar, los chicos están en la entrada e inmediatamente voltean a verme, Johnny nos dispara con la mirada.
— Creo que... me voy — dice rascando su nuca.
— Okay. Adiós, Alex.
Veo como se aleja y me giro para encontrarme a todos mirándome expectantes.
— Hola chicos — saludo.
— ¿Quien era el? — pregunta Jordyn.
— Alex, un amigo.
— Johnny, no te ves feliz — bromea Hunter, Johnny lo escruta con la mirada.
— Voy a mi casillero — me aparto, pero de inmediato me doy cuenta que falta Mario. Me devuelvo — ¿Donde está Mario?
— No ha llegado — habla Brandon.
— Probablemente se levantó tarde — completa Ariel.
Estoy a punto de contestar, pero unas manos me sujetan la cintura y me besan el cuello.
— ¿Me extrañabas? — pregunta Mario.
— Siempre — me volteo y lo abrazo.
— La pase muy bien ayer — me susurra con voz sexy, yo doy una pequeña risita.
— Y yo — le beso la mejilla y me separo de él.
— Me voy a mi casillero — me doy la vuelta y una mano me detiene.
— Te acompaño. Necesitamos hablar.
— No creo que a tu novia le agrade, Brandon — continuo caminando, pero Brandon me sigue.
— Es sobre el trabajo de matemáticas.
— Ah.
— Está tarde en mi casa.
— ¿Estarán tus hermanos? — asiente con la cabeza — entonces sí.
— ¿Tanto me odias? — baja la cabeza y se rasca la nuca.
— Si... digo no. No te odio, Brandon — la verdad... si lo detesto un poco.
Abro mi casillero y como todos los días cae una hoja azul de este.
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¡Hey Nath!
Sólo quiero decirte que me encanta ver tu sonrisa cuando lees mis notas, nunca había visto esa sonrisa en algún otro lugar. Sé que esto es algo loco y que probablemente la curiosidad te carcome por dentro, pero creeme que prefiero quedar así... en secreto. No quiero que te lleves una desilusión al saber quién soy.
Con admiración: Blue.
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— ¿Quien es? — Pregunta Brandon con un tono de ¿enojo? No entiendo porqué estaría enojado, es decir... lo detesto.
— ¿No lees acaso? No lo conozco. Enserio eres idiota. — le espetó con enojo.
Es un entrometido. Eso es lo que es.
— Estoy seguro que he visto esa letra antes.
— Pues no se y él no quiere que me enteré y tú no arruinaras la intriga — lo señalo con el dedo.
— Emmm... ¿A que hora estarás allá?
— No lo sé. — digo mientras buscó mi libro de filosofía entre mis cosas.
— Si quieres vamos al salir.
— ¿Contigo? Ni loca.
— Hunter nos acompaña.
— En ese caso Si... Ahora, si me disculpas, tengo filosofía. — lo apartó con mi mano y me dirijo hacia el salón, pero él me detiene.
— Tengo contigo ¿recuerdas? — ¡ugh! Lo había olvidado. Tengo Filosofía con él y con Bella. Doble ¡ugh!
— Mmm si, lo recuerdo, pero no quiero toparme de nuevo con Bella. — ruedo los ojos y Brandon da una fuerte carcajada.
— Adoro cuando haces eso con los ojos. — me alaga y yo le disparó con la mirada.
Nos dirigimos al salón, Brandon no deja de ser "caballeroso" conmigo y sinceramente me está cansando.
Me siento en la fila del medio como siempre con la excepción de que Brandon se sienta a mi lado.
— ¿Donde está tu novia? Porque eso de que me sigas, me es raro.
— No va a venir el resto de la semana.
— Por eso me hablaste ¿verdad? — no responde, sólo baja la cabeza, por lo que asumo que así es — Le tienes miedo, enserio eres idiota.
— Te encanta llamarme idiota ¿cierto?
— Me fascina — le sonrió de una forma hipócrita y ahí llega el profesor.
La clase pasó interesante la verdad, Rush y Kenzie también tenían con nosotros, pero llegaron un poco tarde.
Descanso ¡al fin!. Me dirijo hacia la cafetería con Kenzie.
— Hablé con Johnny nuevamente — esas pequeñas palabras bastaron para que me hierva la sangre de la rabia y los celos.
— ¿De que hablaron? — probablemente sea muy entrometido de mi parte preguntar, pero la curiosidad me carcome lentamente.
— Me dijo que enserio te quería y que no quería arruinar nada contigo, pero que siempre que están a solas le hablas de mi y que no es correcto que estén juntos porque somos amigas y pues él es... mi ex. Sólo te quiero decir que esta bien, no hay problema. Quiero que sean felices.
No digo nada, sólo la abrazo fuerte.
— ¡Incluyanme! — exclama Carson apareciendo detrás nuestro.
— ¡Awww! Claro, ven acá — lo incluyo al abrazo, pero después de unos pocos segundos Kenzie se separa.
— Eres un idiota, Carson — le espeta mientras lo fulmina con la mirada.
— ¿De que me perdí? — pregunto.
— De nada, Nath. De nada. — responde Carson y mira a Kenzie con mirada suplicante.
— No es cierto, Nath. Carson estaba mirando tus pechos, es un idiota pervertido.
— ¿¡Como te atreves, Carson!? — exclamo con indignación.
— Nath, dejame explicarte yo...
— Tú nada, Carson — lo interrumpo — me voy — Kenzie le lanza una mirada de muerte y me sigue.
— No lo puedo creer, enserio pensé que no era un idiota. Me equivoque.
— Normalmente no es así, no se que le pasa.
— Tal vez... bueno... no se darle explicación del por...
— Nath, Hablemos — me interrumpe la voz de Carson. Me volteo para verlo.
— Deberían hablar — opina Kenzie y se va.
— Nath, no se que paso conmigo, te juro que no soy así... sólo... pues... fue tan tentador y no pensé en nada más. Aveces las hormonas ganan ¿sabes?
— ¡Ay Carson! — doy una fuerte carcajada — por un momento pensé que eras como los demás.
— Eso jamás — su cara es todo un caso.
— ¡Hey chicos! — saluda Johnny con la respiración agitada, venía corriendo.
— Hola Johnny — me acerco para darle un beso en la mejilla, pero el voltea el rosteo y le doy un beso en los labios — ¡Oye! — lo reprendo. Él levanta sus brazos en forma de rendición y enlaza mi mano con la suya.
Carson mira nuestras manos juntas, fijamente. No puedo describir su gesto, en realidad.
— Los veo en la cafetería — dice Carson y le da dos palmadas en el hombro a Johnny.
El resto de clases concurrió normal, nada nuevo que apreciar.
Me dirijo a la salida en donde se encuentran Hunter, Johnny, Loren, Carson, Hayden, Lauren y el idiota de Brandon Rowland.
— Hola Chicos — saludo.
— ¿Nos vamos? — pregunta Hunter.
— Tengo que ir por mi hermana. Puede ir ¿no?
— Claro que si. Nosotros también tenemos que ir por Ashton.
— Adiós, chicos — me despido y voy con los chicos hacia la sede de los pequeños.
— Llama a Ashton — ordena Hunter, Brandon obedece.
— Hola, Natha — Saluda mi hermana.
— Hola Mariana. Mariana, ellos son Hunter y Brandon — los señalo — chicos, ella es mi hermana.
— Te pareces mucho a alguien que conozco — le dice mi hermana a Brandon. Por primera vez en varios días miro a mi hermana sonreír.
— ¡Nath! — gritan a mi espalda y me abraza por detrás.
— Ashton — me volteo y lo abrazo — cada vez estás más guapo — le apretó las mejillas y le doy un beso en cada una de ellas.
— Tu no te quedas atrás — me alaga.
— ¿Nos vamos ya? — interrumpe Brandon.
— ¿A donde vamos? — Pregunta Mariana, pero ya no sonríe, su gesto es serio.
— ¡Wow! Mariana, no te había visto. — habla Ashton. Ella sólo le sonríe nerviosa.
— Vamos a la casa de los Rowland.
Incómodos minutos más tarde. bajamos del auto justo enfrente de la que parece ser la casa de los Rowland, es muy bonita, es una casa rústica.
— Adelante — dice Brandon justo después de abrir la puerta.
— Calienta la cena — Manda Hunter.
— ¿Acaso no lo puedes hacer tú? — le espeta Brandon.
— Deberías tratar a tus invitados mejor. — le sugiero. Él me mira y se dirige a la cocina.
— Esa es mi chica — me abraza Hunter.
La tarde concurrió divertida, prácticamente Brandon hizo todo, porque la verdad no entendí, mientras Hunter, Ashton y yo bromeabamos, Mariana estuvo más distante que nunca.
Llegamos a la casa y después de cenar, subo a mi habitación para dormir.