Me senté en el sofá con mi bebé en brazos mientras observaba como la entrevista de mi marido comenzaba.
- ¡Buenísimo verte de nuevo, Capitán!
Sonreí ante el acento uruguayo del periodista hablando en inglés.
Chris río y se sentó.
- Gracias por recibirme.
- Sabemos que tienes poco tiempo con la llegada de tu primogénito así que agradecemos mucho que hayas aceptado esta entrevista.
Yo miré a nuestro pequeño con una sonrisa que Chris emitió en la televisión.
- Mi mujer quería echarme de casa un rato.
Reí junto al presentador.
- ¿Te estás adaptando bien a la vida de padre primerizo?
Él pareció pensativo.
- La verdad es que sin mi mujer estaría perdido, es una mujer increíble. Cuida de todos y de todo y a la vez encuentra tiempo para enseñarme y ayudarme a mejorar como padre. Leo es nuestro mayor reto ahora mismo y la verdad es que estoy demasiado orgulloso de las dos personas que me esperan en casa.
Se me puso un nudo en la garganta.
- ¿Entonces recibes ayuda de tu esposa?
- ¡Claro! Es una mujer maravillosa. Pensaba que teníamos la conexión mas fuerte que jamás había sentido, pero su conexión con Leo... es algo que va más allá de mi capacidad... Sinceramente es la unión más fuerte entre madre e hijo que he visto nunca.
- Genial, Chris -murmuré quitándome las lágrimas.
- ¿Más que la tuya con tu madre? -intervino el reportero divertido- recordamos que le contaste como perdiste tu virginidad.
Todos reímos.
- Por increíble que parezca, si, mucho más fuerte. Solo espero que cuando eso pase, me lo cuente antes a mi que a ella.
Sonreí mientras depositaba un beso en Leo, que me miraba fijamente.
- Papá vendrá en unas horas -le murmuré- yo también le echo de menos.
Volví a centrar mi atención en el otro hombre de mi vida, contando los segundos para volver a verle.