(Pedido por privado)
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Estaba en el sofá acariciando a nuestro perro Loki cuando escuché como la puerta principal se abría, pero estaba concentrada en explicarle a Loki lo que pasaba en Black Mirror mientras la veíamos.
Escuché las llaves en el plato de la entrada y sus pasos llegar hasta el salón.
- Hola -dijo apoyándose en el marco de la puerta.
- Hola -repliqué con una gran sonrisa- ¿Cómo fue el gimnasio?
- Bien.
Fruncí el ceño y pausé la serie para mirarle.
- ¿Seguro?
- Claro.
Sonaba enfadado.
- ¿Estás bien?
- Ya te he dicho que si.
Su tono borde me molestó.
- De acuerdo -dije seria.
Me giré para ignorarle, si quería hablar, sabía que le iba a escuchar pero no iba a soportar que me hablara mal.
- ¿Conoces a Dani?
- ¿A quién?
- A mi compañero de gimnasio.
- Ah si, el otro día me lo encontré. ¿Por qué?
- Tiene casi tu edad.
Suspiré.
- Seb, otra vez no...
- Solo te informaba.
- ¿Y qué se supone que quieres que haga con esa información?
Se encogió de hombros.
- ¿Has ido a clase de inglés?
Comenzó a molestarme.
- Si, Seb. ¿Has ido tú a la de español?
- No he tenido tiempo.
Apreté fuerte los ojos y lo dejé pasar. Él siguió en el marco de la puerta mirándome.
- ¿Ocurre algo para todo esto?
Él me miró.
- No se a que te refieres.
- Primero la edad y luego el inglés. ¿Hay algo que quieras decirme?
- Para nada.
Me alcé del sofá y me crucé de brazos.
- Pues no lo parece.
- ¿No crees que nos llevamos demasiados años?
Noté mi corazón romperse ante sus dudas.
- ¿Qué...?
- Son muchos y la comunicación.
- ¡Seb hablo inglés prácticamente perfecto por ti! ¿Acaso tú te has esforzado con el castellano?
Él gruñó.
- ¡Estoy ocupado!
Noté el nudo en la garganta.
- ¡Ese es precisamente el problema, siempre estás ocupado!
- ¡Porque trabajo para Hollywood! Si estuvieras en este mundo, lo entenderías.
- ¡Ayúdame a entenderlo! Te lo he pedido mio veces, Sebastian. Pero lo evitas, ¡siempre lo evitas!
- Que me jodan, no puedo -dijo cabreado saliendo de la habitación.
- ¡Sebastian!
Sólo escuché el golpe de la puerta de nuestra habitación. Comencé a sollozar mientras me sentaba en el sofá.
Loki puso su cabeza sobre mis piernas, como si entendiera lo mucho que me dolía.
¿Acaso dos personas tan diferentes podían funcionar?