Vida de una suicida

By Lully5

117K 4.2K 242

¿Alguna vez has sentido que tu vida ha dado un giro de 360°? Mi vida lo hizo, antes, yo era una chica normal... More

Hola, soy Lili
Día Floral
Primera cita
De fiesta
Estoy ¿Bien?
En el hospital
Tía Annie
He vuelto
Cena francesa
Antifaces
Mi primera vez.
Fiesta!!!
El orfanato de Rosaline
Los suegros
Celos
Todo acabó
Una última despedida
Amigos y enemigos
Sin voz
Trucos de populares
Fin de semana perfecto
Los hermanos.
Pijamada
Extraña semana.
El fin de semana más largo.
De mal en peor.
Torpe de mi
Apegarse a los recuerdos
Caro enfadada
El adiós
Nueva vida
Felicidades.
AVISO IMPORTANTE
Calma
Monica
Pensando
Recuerdos
¿Cena de negocios?
Confusión
Errores
Futuro - CAPÍTULO FINAL
AVISO(S)

Reuniones

2.3K 70 8
By Lully5

-¿Quiénes eran ellas?- preguntó Akasha cuando ya estábamos a dos calles de distancia de mi casa.

-Mis locas- contesté –Son mis mejores amigas

-Me es difícil creerlo- sus actitud parecía molesta –No te pareces a ellas

-¿Qué quieres decir?

-Ellas lucen como las típicas niñas de papi, siempre riendo por cualquier estupidez, malgastando el dinero a lo idiota, presumiendo todo, yendo de putas con cualquier chico lindo

-¡Oye!- le grité, por alguna razón me había ofendido.

Nosotras tres no éramos como Akasha nos había descrito, lo dudo mucho, tiene una mala imagen de nosotras, eso es obvio, imposible que yo fuera así… aunque…

Ahí fue cuando abrí los ojos. Yo era así. Sonrío incluso cuando estoy triste, solo para fingir que tengo una vida perfecta, siempre compro todo lo que veo, incluso cuando no tengo intención de usarlo, y luego… no soy una puta… no… me reúso a creer eso, luego vinieron a mi mente los rostros de Adam, Damen, Terry, Tyler… por decir solo algunos.

-¿Qué ocurre?- preguntó Akasha, quien me miraba sorprendida, lo comprendo, ella conoció a la verdadera Liliana.

Aquella Liliana que le importaba un pepinillo lo que pensaran de ella… y un pepinillo bien verde. Con ella me comporto de una manera más seria y algo rebelde, en cambio, con Julieta y Marie siempre fingiendo ser mejor que todos, procurando ser amada, adorada y/o envidiada por todos.

Comienzo a detestarme a mí misma.

-Lo siento- le dije a Akasha –Pero me sentí ofendida

-Imposible, si tú no eres así- la miré mordiéndome el labio inferior -¡Oh, no es posible!- me dijo mientras fruncía el ceño –Dime que he conocido a la verdadera y no a la que quiere algo nuevo en su vida

-Yo… no lo sé- le respondí, desviando la mirada –Juro que no lo sé

Llegamos al lugar donde sería la reunión, ambas nos bajamos del coche y entramos al lugar sin decir ni una palabra. Ya llegábamos tarde por quince minutos, por lo que tuvimos que pasar directamente a nuestros asientos.

Pasados unos minutos, se escuchó un celular sonar, el doctor Esteban se disculpó, y con la excusa de que era una emergencia, se alejó de nosotros y contestó, en eso, algunos aprovecharon para platicar entre ellos, mientras tanto, yo revisé mí celular, viendo que tenía algunos mensajes de mis amigas.

Julieta me preguntó por la extraña chica que había pasado por mí, mientras que Marie nos invitó a ambas a una comida que organizaba el jefe de su padre. Me lo pensé un momento antes de confirmarle que yo iría, posteriormente Julieta también confirmó, por lo que el tema de Akasha quedó en el olvido.

-¿Por qué tan solitaria?- preguntó Lizzie.

Esa chica me ha estado molestando con frecuencia, al parecer no piensa aceptar que yo me niegue a ser su amiga, me pregunto qué le pasa, ¿Acaso no puede entender que no me interesa? En fin, le contesto por educación pero siempre de una forma cortante.

-No me interesa entablar conversación con nadie- le contesté sin despegar mi atención del celular.

-Pues que antisocial- comentó –Deberías ser más extrovertida

-Ah

-¡Me encanta tu blusa! Es casual, elegante, coqueta… pero no demasiado

-Gracias

-Oye, estoy organizando una fiesta ¿Quieres venir?

-No

-¡Vamos! Será divertido

Yo volqué los ojos, Lizzie no se rendiría tan fácilmente.

-¿Cuándo?- pregunté, rezando por que dijera viernes, pues ese día era la comida de Marie.

-El sábado- casi.

-Bien

-Entonces te espero

-Aja

Esteban regresó y comenzó nuevamente la plática. No sé lo que está diciendo, no me interesa en lo más mínimo, intenta llamar mi atención cada par de minutos, pero simplemente me estoy quedando dormida. Dudo mucho que sea culpa de la pijamada, más bien es que en serio que era aburridísimo.

Checo nuevamente mi celular. Llega un momento en el que dejo de ponerle atención a Esteban y me concentro en enviar mensajes de texto a mis amigas, por otro lado, también elimino todos los que Adam me manda.

-¡Lili!- grita Esteban –Si no me vas a poner atención mejor salte

-Vale- le respondí levantándome de mi asiento.

-¿En serio piensas irte?

-Ni siquiera quería venir

Caminé hasta la salida y me fui, dejando a todos con la boca abierta.

Llegué hasta una pequeña plaza, donde a causa del cansancio, y puesto que aún no quería volver a casa, decidí quedarme a tomar un café en uno de los locales.

Me senté en una mesa y ojeé el menú. Ya era algo tarde, por lo que no me apetecía nada caliente, aunque se me antojaba también algo dulce. Al final solo pedí un Capuchino Frapeé.

A penas me habían traído mi pedido, cuando un chico entra al lugar, me mira y saluda con su mano. Lo reconozco de la escuela, se llama John y es aquel que sale con Caro. Esa relación me la deben a mí.

Se sienta en la silla de enfrente y me mira sonriente.

-Lili, que sorpresa encontrarte aquí- dice recargado en la mesa.

-Solo pasaba- respondí, tomando un sorbo a mi capuchino -¿Y tú?

-Igual- se encogió de hombros.

-¿Y cómo van las cosas con Caro?- me atreví a preguntar, ya que no teníamos mucho de qué hablar.

-No muy bien, en realidad

-Siento oír eso

-No es tu culpa

* * *

Llego a mi casa, lo primero que haga es irme directamente a mi cuarto, y recostarme en mi cama, me siento cansada. Me pongo mis audífonos y enciendo la música.

Cada canción que suena es un suspiro cansado que suelto y un pensamiento que viene a mi mente.

Sin más, me quedo dormida. No sueño nada, simplemente duermo.

Despierto al escuchar las voces de mis padres fuera de mi habitación, intento ignorarlos, cerrando nuevamente los ojos y subiendo el volumen de la música, pero para mi pesar, ambos entran sin que yo me dé cuenta y de un momento a otro siento cómo me arrebatan mis audífonos.

Solo me digno a abrir los ojos, aún acostada y sin mover ni un músculo.

-Liliana ¿Se puede saber dónde estabas?- preguntó papá cruzado de brazos.

Miré la pantalla del reloj y vi la hora, luego me cubrí los ojos con mí brazo.

-En las últimas tres horas, aquí, en mi cuarto- contesté mostrando mis ganas de volver a dormir.

-Lili, el doctor Esteban habló con nosotros- dijo mamá, sentándose a mi lado –Dice que te marchaste de la clase

-Ya sé a dónde quieren llegar- le interrumpí sentándome de una vez –Miren, ni siquiera quiero ir a ese lugar, me deprime, ¿Entienden? Me siento peor a como empecé

-Comprendo- sintió mamá –Entonces lo mejor será que dejes de ir

-¡¿Cómo?!- exclamamos papá y yo al mismo tiempo, ambos sorprendidos.

-¿Estás loca, Nancy?- pregunta papá.

-No, y será mejor que salgas, es momento de una charla de chicas

Mamá me mira con la cabeza ladeada. Papá está a punto de decir algo, pero calla y sale por la puerta, mirando por detrás de su hombro a nosotras.

-¿Qué sucede, mamá?- pregunté, volviéndome a recostar en mi cama.

-¿Te sientes bien?

-Sí, ¿Por qué preguntas?

-Bueno, te ves cansada, y por lo que veo, has estado durmiendo las últimas tres horas, además, tienes ojeras

-¡¿Qué?!- exclamé asustada, mi rostro debía ser siempre perfecto.

Mamá sacó un espejo circular y pequeño de su bolsa de mano y me lo extendió, en seguida yo miré mis ojos, ella tenía razón, que ojeras más horribles que tenía, me resultaría imposible ocultarlas solo con un poco de maquillaje.

-Diablos- me lamenté.

-La verdad, es que sí te he visto algo deprimida desde que asistes a esas reuniones, pero seré honesta contigo, en los últimos años no te he puesto la atención suficiente, siempre has sido algo distante y yo nunca me interesé por acercarme más a ti

-Eso es cierto

-Pero aun así, te pido que si tienes algún problema o algo, por favor acudas a mí, no quiero que te sientas mal

-Seré breve y clara- le expliqué –En toda mi niñez, siempre quise una madre, pero tú te esforzabas en ser una amiga, por lo que me harté y te distancié, ahora, sinceramente no quiero ninguna de las dos, solo un poco de comprensión y soledad, ¿De acuerdo?

-Sí- contestó ella suspirando y acariciando su vientre –Solo… recuerda que me tienes aquí, ahora estás en una etapa donde te sentirás perdida, solo pídemelo e iré a buscarte

-Está bien- ella se levantó, evidentemente desanimada, era obvio que no logró lo  que quería

-Si te hace sentir mejor…- le dije antes de que saliera -…papá nunca me consideró parte de su vida, o así yo lo veo

Ella solo asintió y se fue, esta vez con una… ¿Sonrisa?

* * *

Al día siguiente, aun porque dormí durante toda la tarde y toda la noche, seguía teniendo ojeras.

Tuve que improvisar con un labial rojo alrededor de mis ojos, difuminarlo y sobre eso, poner corrector. No se ve tan natural pero creo que es bastante aceptable.

Julieta, Marie y yo, llegamos al mismo tiempo a la escuela.

-Buenos días, chicas- les dije mientras cerraba mi cartera y la metía en mi mochila.

-¿Cómo va todo?- preguntó Marie mirándonos a Julieta y a mí.

-Pues no me puedo quejar- respondió Julieta -¿Y qué cuentan?

-No mucho- respondió Marie, encogiéndose de hombros.

-Pues… necesito su ayuda- les dije comenzando a caminar por el pasillo, ellas a cada uno de mis lados –Tengo una cita en esa heladería a la que todos van

-¿La que nunca hemos visitado?- preguntó Marie, ladeando la cabeza, alzando la vista y posando su dedo índice cerca de su boca.

-Esa

-Deberíamos ir… aunque... con ustedes, sinceramente no me apetece- comentó Julieta sonriendo disimuladamente.

-Lo sé… pero déjenme terminar- les exigí –El punto, es que tengo un cita, pero no sé

-¿Qué pasa? ¿Es feo el chico, o mal educado?- preguntó Marie.

-No, nada de eso- me apresuré a decir.

-¿Lleva las cosas rápido?- preguntó Julieta.

-No…

-¿Entonces?

-Es que… cada vez que estoy con él, siento que su hermano nos vigila, es extraño

-Eres hermosa, Lili- dijo Marie –Es normal que entre hermanos se peleen por ti

-Sí- siguió Julieta –Tal vez deberías salir con el hermano, luego ya decides quién es el mejor

-Pero antes deberías terminar con Adam- agregó Marie –Es lógico que estén peleados, pero los hombres a veces son muy tontos, si no le hablas nunca entenderá que lo suyo acabó

-Pero… no estoy segura de querer terminar con él… aún- contesté con la mirada baja

-¡¿Pero quién eres tú?!- gritó Julieta –Hace tan solo unos meses te negabas a salir con nadie, incluso discutimos por culpa del tema, ahora estás enredada en el tema de los muchachos

-¿Eso crees?- me reí –Tal vez debería dejar de pensar en parejas por un largo tiempo

-Me parece bien, ahora cambiemos de tema ¿Quién era esa chica de negro?- preguntó Julieta comenzando a susurrar, como si estuviera hablando de algo privado

-Ah sí, la chica- Marie también se sintió atraída al tema –La del sábado, que llegó con el coche de su vecino

-Solo es Aka… perdón, Victoria, y antes de que digan nada, es muy agradable una vez que la conocen

-¿Con su estilo gótico? No parece la clase de chica con la que te juntarías- se quejó Julieta.

-Lo mismo dijo de ustedes- comenté –Miren, la verdad es que ese tema no importa, después de todo, dudo mucho que la vuelvan a ver, ahora ¿Podemos hablar de un tema que no gire en torno a mí?

-De acuerdo…- Marie se puso a pensar -¿Qué van a usar para la comida?

* * *

Me encuentro en mi casa, sentada en la mesa del comedor, anotando en una libreta cada nota que me parezca importante.

El miércoles la cita con Terry en la heladería, donde usaré un conjunto algo coqueto, pero no tanto. El viernes la cena con la familia de Marie, es un evento formal, por lo que estoy decidida en usar uno de mis vestidos de fiesta. El sábado, la fiesta de cumpleaños de Lizzie, realmente no quiero ir, pero todavía no tengo planes para ese día, por lo que sigue siendo una opción, al ser un evento semi-formal, tal vez me ponga algo del armario de mamá.

Tocan a la puerta, Gretel aparece, dirigiéndose a abrir, pero la interrumpo.

-No te preocupes, Gretel, yo abro- le dije, parándome de inmediato y corriendo a la puerta.

No puedo evitar poner una cara de reproche cuando veo a Adam parado frente a mí, hay que admirar su perseverancia, pero de igual modo sigo enojada.

-Lili, tenemos que hablar- dice con su mirada seria.

-No, no tenemos qué- le respondo, comenzando a cerrar la puerta.

-¡Está bien!- me detiene -¿Podemos hablar?

-De acuerdo- abro nuevamente la puerta y me cruzo de brazos mientras me recargo en el marco.

-Mira… lo que pasó…

-Lo que pasó, yo lo sé y tú lo sabes, no es necesario poner ninguna excusa, está más que claro

-Pero…

-Estabas borracho y me dejaste por un par de putas, eso lo entiendo, lo que no entiendo es por qué crees que te voy a perdonar

-Lili, escúchame…

-No, tú escúchame, ¿Sabes a lo que he renunciado por ti? No tienes ni idea, déjame enumerarlo, en primero, perdí mi virginidad por tu culpa, luego me abandonaste y me dejaste cuidando a una niña, y por hacerte caso, me negué múltiples viajes al extranjero que me ofrecieron mis padres, por ti, no quise conocer a nadie más, y justo cuando decido dar el siguiente paso, apareces, y terminé con el chico más lindo, respetuoso, atractivo y considerado del mundo, todo por ti

-Pero…

-¡Déjame terminar! Reconozco que la idiota soy yo por siempre confiar en ti, pero ya me cansé, así que lo que tengas que decir, dilo y desaparece de mi vida

-Te quiero

-¿Eso es todo? Bien

Cerré la puerta al instante y me dirigí al comedor, en eso, aparecen mis padres.

Me alegra que quieran pasar tiempo conmigo, pero yo ya no quiero saber nada de ellos… ojala se hubieran dado cuenta de mi existencia cuando era más pequeña, y ojala que noten que no quiero nada con ellos ahora.

Papá le susurra algo al oído a mi madre, ella asiente y regresa por el pasillo, papá se sienta en frente mío.

-¿Qué pasa, padre?- pregunto, cerrando mi libreta con el bolígrafo dentro.

-Debo avisarte, el domingo tenemos una reunión, estarán todos los grandes empresarios, como yo, están invitando a toda la familia

-Resumiendo, te invitan a presumir tu perfecta familia, y ellos a las suyas

-No lo tomes así

-Lo siento, es el único modo en el que lo interpreto

-Bien, iremos el domingo

-¿Rutina de siempre?

-Eres una niña consentida- contestó riendo.

-Pero soy tú niña consentida, así me quieres, no lo niegues

-Así te he educado y así te adoro- contestó extendiéndome una tarjeta de débito –Supuse que me pedirías dinero, pero preferí darte una tarjeta, tienes el dinero limitado, así que no exageres con las compras

-Gracias- dije con la boca abierta –Pero… por lo general…

No podía acabar la frase.

Ese tipo de reuniones entre empresarios se realizan con frecuencia, papá siempre nos lleva, a los diez años, me comencé a quejar que eran muy aburridas, pues no había nadie que yo conociera, asistían algunos chicos de mi edad, pero papá siempre me pedía quedarme junto a él, así podría presumirme ante cualquiera que se acercara.

Cuando él notó que yo ya no deseaba acompañarlo, comenzó a darme dinero y a llevarme al centro comercial, era como un acuerdo mutuo. Lo que me sorprendió esta vez, era que me había dado una tarjeta… por lo general solo me daba para un par de bolsos.

-Te he dado más dinero del usual- dijo mi padre –Cómprate un vestido bonito para el domingo, tal vez algunos de esos zapatos formales, y algunos de esos accesorios que combinen con el vestido

-¿En serio?

-Lo hubiera comprado todo yo, pero soy hombre y no tengo idea de cómo combinar

-Los vestidos rojos siempre son una opción

-Tú decides eso, el sábado faltarás a esa reunión para que tengas tiempo suficiente

Abrí mi libreta y escribí. Domingo, reunión de empresarios y familias.

Mamá bajó las escaleras y caminó a nosotros, me quedé mirando su estómago, ya se le notaba el embarazo, se sentó junto a papá y comenzaron a platicar, yo solo fingí ponerles atención.

Continue Reading

You'll Also Like

9.1K 428 50
Si alguna vez te preguntan que fuimos, diles que fuimos las ganas de serlo todo, pero al final no fuimos nada.
1.9K 836 169
Amanecer es esperanza, es volver a empezar, es darle paso a una nueva posibilidad de ver de forma distinta, que no sólo es un día más, si no uno nuev...
8.1K 74 14
Pregúntale a Alicia es un libro anónimo, publicado por primera vez en 1971. Presentado como un diario personal auténtico, narra las vivencias de una...
4M 228K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...