Sonó la campana y suspire aliviada, pudo haber sido solamente una hora hora pero fue la más larga de mi vida. Si no hubiese sido porque me la pase riendo con Meg y Liam me hubiese desmayado del aburrimiento.
Me preguntaron si quería estar con ellos en el receso y obviamente que acepté. Era eso o estar sola, además que me agradaban mucho para haber estado solo una hora con ellos.
Salimos del salón y fuimos a la cafetería, nos sentamos en una mesa que por pura casualidad quedaba al lado de la que estaban los simios con las plásticas. No puedo creer que mi hermano sea de esa grupo.
—Estas mirando a James eh— me codeó Meg— ¿te gusta?
Solté una carcajada e hice cara de asco.
—Es mi hermano, que asco.
—¿Tu hermano?— dijo Liam con los ojos abiertos como platos— bueno, no le agrado.
—¿Por que no?— pregunte curiosa.
—Larga historia, algún día te la contaré— dijo Liam mientras llevaba una botella de agua a su boca— Entonces, ¿Ellos son los "simios" con los que vives?
—Así es.
—¿¡Vives con los chicos más ardientes del instituto!?— dijo Meg— Si estuviese en tu lugar y no fuese lesbiana ya me los hubiese follado a todos, excepto a James claro, sería raro.
—No, que asco Megan, por dios.
—Acepta que son lindos. Seré homosexual pero no idiota, están que arden.
—Pero son unos idiotas y eso vale más que cualquier físico.
—Touché— dijo Liam.
—¡Catt!— me gritó Matt desde su mesa— ¡Ven!¿Quieres sentarte?
Negué rotundamente con la cabeza.
—Ve— dijo Meg.
—Ni loca.
—Vamos los tres— insistió Meg.
—Ni loco— dijo Liam.
—Será divertido, no pararan de decir idioteces y nos reiremos— Megan no paraba de insistir.
—De acuerdo— dije no muy convencida pero aceptando de una vez por todas.
—¿Que más da?— acepto Liam.
—Oye Matt— dije y éste se giró con una sonrisa a verme.
—Pensándolo bien si quiero sentarme— acepté su propuesta— pero sólo si Meg y Liam pueden ir.
Matt miró a Liam y lo fulminó con la mirada. Sigo sin saber por qué se llevan mal pero tendrán que aprender a llevarse bien, si algún día hago una pijamada, me acompaña a mi casa o lo que sea, tendrán que convivir juntos.
Según lo que tengo entendido todos se llevan mal con Liam pero Matt es quien más lo odia.
—De acuerdo— dijo Matt todavía mirando mal a Liam, quien no se quedaba atrás. El también respondía su mirada con una mucho peor.
Nos sentamos en esa mesa. Las plásticas nos miraron mal a Meg y a mi. A Liam se lo quedaban viendo con la baba corriendo por sus mentones prácticamente.
—¿Y estas quienes son?— dijo una chica de cabello negro y largo con ojos café mirándonos mal.
Se notaba de a kilómetros las cientos de operaciones que tenia con solo ¡17 años!
—Que te importa— dije de mala manera.
—No les hables mal a mi novia— me advirtió Hunter.
Solté una carcajada.
—¿Y tu quien eres para decirme que hacer o no?— respondí.
—Cat, Cat, Cat. Cálmate, tranquiliza eres más linda— dijo Matt rodeando su brazo por mi cintura.
—Matt...— dijo James amenazadoramente.
Matt levando sus brazos en señal de inocencia.
—¿Saben qué?— dije— No funcionó con mimadas y mujeriegos.
Agarré mi bolso que estaba en el suelo y tome suavemente a Meg y a Liam de las muñecas y los llevé a la mesa que teníamos antes.
—¿Quien se cree esa engreídos para hablarme así?— dije refiriéndome a la novia de Hunter.
—Se llama Kim, es la líder de las porristas y de su grupo de plásticas. Créeme, eres de la pocas personas que no le teme.
—Pero es linda— dijo Liam mirándola.
Meg y yo lo fulminamos con la mirada.
—Perdonen— se disculpó.
*
Después de un largo día de instinto por fin tocó la campana, había invitado a Meg y Liam a mi casa pero la primera no puedo venir ya que tenia que ir al gimnasio, y Liam esta aquí, justo a mi lado. Saliendo del salón.
—A "los simios"— dijo Liam imitando la forma en la que yo los llamaba— no les agradara la idea de que vaya a su casa.
—También es mi casa y yo hago lo que quiero, no te preocupes por ellos.
—De acuerdo.
Bajamos las escaleras para llegar a la salida del instituto. Nos topamos con los simios, quienes venían hacia mi.
—Ven Cat, vamos— dijo Matt mientras me tomo de la muñeca e intento llevarme hacia el auto.
—No, voy con Liam caminando— rodé a Liam por el cuello con mi brazo— Se quedará unas horas en casa.
—Claro que no— dijo James interviniendo— no se quedará.
—Liam viene— me cruce de brazos frente a mi hermano.
—El no es bueno para ti— dijo James lo suficientemente bajo como para que Liam no oyera.
—Deja de mentir, el me trató muchísimo mejor de lo que me trataron tus amiguitos así que el viene— agarré a Liam del brazo y comenzamos a caminar hacia mi casa.
El camino con Liam fue más corto de lo que esperaba, el estar riendo y entretenida hizo que el tiempo se pasara volando.
Llegamos a casa y toque la puerta, necesito una copia de la llave. Pero mientras tanto tengo que conformarme con que me abran los simios.
Se abrió la puerta dejando ver a Luke con una sonrisa pero al ver a Liam se esfumó.
Algún día amenazaré a todos con un cuchillo para que me cuenten por qué tanto conflicto.
Entré a la casa, esquivando a Luke. Allí se encontraban todos, que al entrar yo hizo que se generara un silencio incómodo.
—Mmm voy a mi habitación— dije.
Subí las escaleras y por supuesto que Liam me siguió.
—Así que una fiesta— dijo Liam una vez dentro de la habitación.
—¿Qué?— dije confundida.
—El viernes, habrá una fiesta aquí ¿No sabias?
—No...
—Es algo tradicional de ellos, todos primer viernes de la primera semana de clases organizan una fiesta.
—¿Y están buenas?
—No lo sé nunca fui a ninguna, no se si habrás notado que mi relación con ellos no es de la mejor— rió.
—Por lo menos tienes la posibilidad de elegir si venir o no— dije suspirando— yo tengo que ir o quedarme toda la noche encerrada.
—Tu te llevas bien con ellos. O por lo meno no te miran con cara de que te quieren matar todo el tiempo— reímos.
—¿Y si vienes el viernes?
— Ni lo sueñes.
—Por favor, hazlo por mi.
—No, de ninguna manera.
*
—¿Entonces que te pondrás?— le dije a Liam.
—Aún no lo sé pero que conste que lo hago por ti.
—Es solo una fiesta. Te emborracharas y al día siguiente ni lo recordarás.
Rodó los ojos y se acostó en mi cama.
Caí a su lado y hablamos y reímos por varios minutos.
—Hace calor— dijo Liam sudando.
—Lo se ¿verdad?— respondi yo que también sudaba.
Liam se levanto de la cama y se sacó su ropa quedando solo en bóxers.
—No te acostarás así en mi cama— le advertí.
—No te voy a violar, tengo calor Cat— suplicó.
Rodé lo ojos y me hice a un lado dándole lugar a que se acueste.
—Espera ¿Por qué tu puedes estar en ropa interior y yo no?— bromeé.
Claramente no lo haría.
—No tengo problema alguno en el que te pongas en ropa interior, es más, si tienes mucho calor puedes quedarte completamente desnu...
—Oh cállate— le golpee con una almohada en la cara.
—Ten, ponte esto— me paso su camiseta que era lo suficientemente grande como para que me llegara a la mitad de los muslos.
Por un lado están que me moría del calor peor por otro no quiero estar casi desnuda frente a Liam.
—Repito, no voy a violarte.
Me sonroje y tomé la camiseta.
Entré al baño y me la puse. Era larga por lo que no dejaba nada al descubierto, es más, el vestido que me pondría para la fiesta era aún más corto.
—¿Que dices?— dije saliendo del baño mientras hacía una pose "sexy", obviamente bromeando.
—Digo que podría estar así toda la noche.
Me sonrojé y me fui a sentar a la punta de la cama.
Me daba vergüenza acostarme a su lado cuando yo estaba solo con una camiseta y el en bóxers.
—¿Es necesario que diga por tercera vez que no voy a violarte?
Solté una risita y me acosté a su lado.
Seguimos hablando y riendo hasta que el sueño me venció y caí completamente dormida.